¡Como Jesús Nos Ve¡ ¡Tú Eres y Tú Serás¡ Una transformación maravillosa que inicia a los ojos amorosos del Señor y termina plasmándose en una realidad clara a los ojos de los hombres.

La siguiente enseñanza nos invita a reflexionar en quien éramos antes que Cristo nos encontrara, como éramos en nuestra humanidad caída, cual era nuestra procedencia y una vez encontrados, por su gracia, se nos llama a ser  “pescadores de hombres”

Texto referencia.

Juan 1:42  Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas[1] (que quiere decir, Pedro[b]).

  1. ¡Como Jesús nos ve¡

Y empezamos viéndonos a nosotros mismos tal como somos, pero el Señor nos ve según aquellos en quienes seremos transformados por la Gracia que es en Cristo. Es así como podemos pasar “de Simón a Pedro”

Juan 1:42  Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas[a]

La mirada penetrante y omnisciente del Señor Jesús no solo vio a Simón, el hombre que era en ese momento, sino también vio al hombre que Él habría de formar.

Por lo tanto, Jesús lo llamó Cefas, la palabra aramea para “piedra”, que, como volvió a aclarar Juan a sus lectores gentiles, quiere decir Pedro en griego.

Sin embargo, a veces el Señor se refería a él como Simón. Cuando eso se ve en las Escrituras, suele ser una señal de que Pedro hizo algo en lo cual necesitaba reprensión o corrección. Significa que Pedro ha actuado según su humanidad caída.

El sobrenombre era importante y el Señor tenía una razón específica para escogerlo.[2] Ese sobrenombre permitía ver a un hombre diferente. Veamos cuales son las características del hombre no transformado:

  • Impetuoso:

Simón era impetuoso por naturaleza, impulsivo.

  • No confiable:

Vacilante e indigno de confianza. Tendía a hacer grandes promesas que no podía cumplir.

  • Mediocre:

Era una de esas personas que pareciera sumergirse completamente en algo, manifestando compromiso, pero después se salía sin terminarlo. Simplemente abandonaba.

  • Irresponsable:

Pedro siempre era el primero en participar, y por lo general era el primero en salirse. No se responsabilizaba de sus acciones ni de sus promesas.

Cuando Jesús lo conoció, se ajustaba a la descripción que Santiago hace de una persona de doble ánimo, inestable en todos sus caminos (Santiago 1:8).

Si lo llamaba Simón, le indicaba que estaba actuando como el hombre que era antes de conocer al Señor. Si lo llamaba Piedra, lo estaba elogiando por actuar como era debido…

  1. La transformación que nace de como Jesús nos ve

¿Cuál era esa transformación gloriosa en la vida de Pedro?

Marcos 1:16-18  Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.

Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.  Y dejando luego sus redes, le siguieron.

  • Venid en pos de mí:

“Venid” es decir ir atrás de Él. La vida de los discípulos del Señor jamás ha de girar en torno a ellos mismos, sino en torno a Cristo y su obra aquí en la tierra.

La transformación en nuestra vida empieza desde el momento en que somos llamados por Él. Cuando Él nos elige de entre las multitudes y nos hace ir tras un nuevo propósito, una nueva meta.

  • Haré que seáis pescadores de hombres,

Y esa transformación se evidencia cuando vemos la nueva misión de vida que Él nos presenta. Para Pedro la misión había cambiado de pescar peces a pescar almas. Y de igual forma cambia para nosotros.

Así de gloriosa es la transformación que el Señor obra en la vida de los llamados, de aquellos que le han de conocer, le han de amar y le han de servir. Es una transformación radical que afecta lo que somos y lo que hacemos.

  1. ¿Cómo aprender a vernos tal como Jesús nos ve?

Para empezar necesitamos saber ¿Cómo se aprende a pescar almas? ¿Cómo aprendemos a amarlas? ¿Cómo aprendemos a dejar lo que siempre hemos hecho? ¿Cómo aprendemos a seguir esta nueva misión? ¡De la siguiente manera¡

  • Aprendiendo a obedecer.

Lucas 5:4-5  Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.

Respondiendo Simón, le dijo: Maestro[3], toda la noche hemos estado trabajando[4], y nada hemos pescado;(B) mas en tu palabra echaré la red.

(NVI)  –Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada –le contestó Simón–. Pero, como tú me lo mandas, echaré las redes.

Debemos saber quiénes somos, antes de que seamos transformados en lo que llegaremos a ser. Es decir, necesitamos incursionar en nuestro corazón para poder identificar nuestra naturaleza pecaminosa, destructiva,

Y luego identificar las áreas en las que el Señor empezara a trabajar para transformarnos. Esta acción demanda valentía y de manera especial, disposición a obedecer la Palabra, tal como lo hizo Pedro ante la instrucción del Señor.

Tres cosas pudo  observar Pedro en esta orden dada por Jesús:

Indica el lugar equivocado:

Pudo haber dicho ¿Aguas profundas? ¿Bogar mar adentro? es el lugar equivocado. Según la experiencia de Pedro el mejor lugar para pescar era cercano a la orilla del lago.

Indica el tiempo incorrecto:

Pedro pudo haber protestado que el tiempo indicado por el Señor era equivocado, pues el mejor tiempo para pescar era en la noche.

Lo indica un inexperto:

Y por último pudo haber externado que Jesús era un carpintero y no un pescador profesional. El experto en pesca era Pedro y no el Señor.

Nos parece absurdo pero es una lección de Jesús para que aprendamos a obedecer.

Lucas 5:5  Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado;(B) mas en tu palabra echaré la red.

Aunque muchas veces no comprendamos la Palabra, no estemos de acuerdo con ella, nos parezca absurda, dolorosa o contraria a nuestra propia lógica humana, si el Señor lo dice, lo nuestro es responder “más en tu palabra echaré la red”

  • Aprendiendo a confiar:

Si el Señor lo dice, no debe haber duda de que es así, y entonces veremos los resultados. Veamos ¿Cuál fue el resultado de la obediencia de Pedro?

Lucas 5:6-7  Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces,(C) y su red se rompía.

Entonces hicieron señas a los compañeros[5] que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.

La pesca fue abundante, las redes se rompían, hubo necesidad de ayuda de otros compañeros, y sorprendentemente se llena no una barca sino dos.

Objeciones actuales a testificar de Cristo.

¿Cuáles son las dos excusas más comunes para no testificar acerca de Cristo? La comodidad nos ha invadido, pocos cristianos están dispuestos a invertir su tiempo, dones y talentos en esta gran misión,

Al igual la excusa de decir que hoy en día todos son evangélicos, pero Cristo nos recuerda que la tarea de aventar la red es nuestra, y de Él, el llenarla.

Solo Él conoce los corazones, lo nuestro es abrir nuestra boca y decir quién es Cristo, que ha hecho por nosotros, y cuan necesitados estamos de reconocer nuestro pecado y arrepentirnos de él

¿Qué nos da la seguridad que la pesca no será en vano?

Conocer quién es Dios, reconocer la soberanía de Dios, que Cristo es omnipotente y omnisciente. Que Él hará conforme ha dicho y que toda su creación le obedece, que Él tiene el poder suficiente y necesario para hacer que las cosas sucedan

¿De dónde vinieron esos peces? Nadaron en dirección hacia las redes donde estaba el Señor. Se sentían urgidos, mediante un impulso divino, a nadar en las aguas que naturalmente evitaban.

Fuese este el tiempo, o el lugar adecuados, no hizo ninguna diferencia. Dios había hablado. A los peces se les ordenó venir, y vinieron. Dios es soberano. La salvación es del Señor, La salvación pertenece a Jehová.

Juan 6:37  Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

Juan 6:44  Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

Juan 6:65  Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

No caigamos en el error de pensar que los hombres son seres autómatas, que no tienen responsabilidad en sus decisiones, pero debemos tener la certeza de lo que la Palabra de Dios dice,

La Palabra de Dios dice que si no es por la obra divina y soberana ningún hombre podría venir a Cristo. Dios siempre ha tomado la iniciativa, el salmista dice “la salvación es de Jehová”, no es fruto de ninguna obra humana.

Aunque nuestra red sea inmensa, nuestro conocimiento para lanzarla muy amplio y nuestras intenciones muy dignas, ningún pez llegará a ella a menos que sea atraído por Dios.

Sin un milagro divino podríamos tratar de pescar almas toda la vida, sin capturar ni una. En verdad, de no haber sido por un milagro, nosotros mismos nunca habríamos sido «pescados». Jamás habríamos caído en las redes del Señor¡

  • Nunca nos debemos desanimar

Cuando estamos lanzando la red muchos oirán voces que nos desaniman diciéndonos  “pero no creerán”, pero nuestra seguridad descansa en que a los elegidos, Dios les dará vida, abrirán sus corazones y creerán en el evangelio de Cristo.

Nunca debemos pensar que es tarea nuestra convencer al pecador de su condición caída, esa es una tarea exclusiva del Espíritu Santo, nosotros solo somos colaboradores.

1 Corintios 3:9  Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

Él pudo hacer que los peces saltaran dentro del bote, Él puede convertir a todos sus elegidos, pero en su soberana voluntad Él ha determinado que sea su iglesia la que busque a los perdidos, y a los encontrados que los edifique en la fe cristiana.

  1. Cuando vemos como Jesús nos ve ¡adoramos¡

Y vemos el ejemplo de Pedro, cuando ve la obra y la persona de Cristo, él adora.

Lucas 5:8  Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor[6], porque soy hombre pecador.

Un Eslogan de los que predican el evangelio de la prosperidad hubiese sido “has de Cristo un socio de tu negocio”,

Pero la reacción de Pedro no fue la de un hombre que se considerara exitoso por la gran pesca que acaba de tener, no se tomó una selfie y la publico en Facebook.

Pedro no se enfocó en el milagro sino en Cristo que había obrado el milagro, y aquí algo muy importante para cada uno de nosotros, «la profundidad de nuestra adoración depende de cuan consientes seamos de nuestra profunda pecaminosidad»

Antes de que Pedro pudiera trabajar para Dios, Dios debía trabajar en él. Si iba a encender una llama en otros, primero debía ser encendido él, con el fuego divino.

Como Isaías, él debía exclamar: ¡Ay de mí!, antes de que pudiera decir: Heme aquí, envíame a mí. Pedro debía adorar antes de ir a trabajar.

Veamos algunas reflexiones que hombres de Dios han hecho al contemplar la obra transformadora de Dios en sus vidas:

John Bunyan

Dice, refiriéndose a su propia experiencia con Dios, «Yo era más repulsivo ante mis propios ojos que un sapo… pensaba que nadie, excepto el diablo mismo podría igualarme en maldad interna y en una mente contaminada.

Fui para mí mismo una carga, como también un terror. ¡Cómo me hubiera gustado poder ser cualquier cosa, y no yo mismo!

Lutero

Decía que no podemos alcanzar el cielo, sin primero descender al infierno, ni ser los hijos de Dios, sin antes vernos como los hijos del diablo. Porque es en este grado de autorrevelación, decía él, que finalmente vemos a Dios.

Allí de rodillas, lleno de rechazo por su propio pecado y con un gran deseo de santidad, Pedro aprendió la primera lección dada por el Señor: llegar a ser «pescador de hombres»

Después de haber comprendido quién era Cristo, Pedro recibió la orden de seguirle:

Lucas 5:11  Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron

Y durante el proceso de aprender a vernos como Jesús nos ve, iremos desarrollando la obediencia, la confianza, la perseverancia, y el anhelo ferviente de adorarle solo a Él, por medio de una vida transformada

Conclusión.

Si nosotros preguntáramos: «¿Cómo puedo llegar a ser un pescador de hombres?» Obtendríamos la misma respuesta: «Sígueme».

Mientras más cerca estemos de Jesús, másfácil será lanzar nuestras redes para luego halarlas y en la soberanía de Dios traeríamos almas hambrientas de Dios y su Palabra.

 

Fuente consultada.

Cincelado por la mano del Maestro, Erwin Lutzer. 

 

[1]Cefas: Kefás de origen caldeo [Compare H3710]; Roca; Cefas, sobrenombre de Pedro:-

[2] Comentario al evangelio de San Juan, John Macartur, Pag. 74.

[3]Maestro. Sólo Lucas usa el término gr. epistátes(i.e, Maestro) para Jesús (v. 8:24, 45; 9:33, 49; 17:13). Esa palabra significa “supervisor” y se refiere a la autoridad de Jesús para instruir y a su responsabilidad para con los discípulos (cp. 8:24). El uso de la palabra por Pedro revela la actitud que él tenía de obedecer a Jesús.

[4]Trabajando: kopiáo de un derivado de G2873; sentir fatiga; por implicación trabajar duro:- cansar, fatigar, labrar, trabajar. Sentir dolor.

[5]«compañeros» de aquellos que participan en el llamamiento celestial, son participantes.

[6]Señor: kúrios de κῦροςkúros  (supremacía); supremo en autoridad, i.e. (como sustantivo) controlador; por implicación señor (como título de respeto):- Señor, soberano, ungido, hacer, amo, Cristo, Dios, dueño.