¡! Aprende a Desconfiar de Ti !¡ ¿Podré confiar en mi inteligencia? ¿En que soy muy hábil, muy capaz, muy astuto? ¿Confiaré en mi discernimiento? ¿He de confiar en mi elocuencia o en mi capacidad de entablar relaciones sociales?  

¿Confiare  en mi capacidad económica, en que soy una persona autosuficiente? ¿En que tengo muchos títulos colgados en la pared y en que soy muy reconocido? ¿En que tengo un gran atractivo físico o una voluntad firme?

¿En qué o en quién debo confiar? ¿Dónde debo cifrar mi esperanza, mi fortaleza? De poder encontrar una verdadera fuente de esperanza y confianza en nuestra vida, se trata esta reflexión

Proverbios 3:5  «Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.»

1.  ¿Por qué no confiar en nosotros mismos?

  • La influencia de Satanás fomenta nuestra incredulidad

El obrar de Satanás en nuestra vida es constante y no nos damos cuenta en que mediada él  fomenta nuestra incredulidad. De manera astuta, sutil e inadvertida,  tienta a los hombres a desconfiar de Dios.

Génesis 3:1 «Pero la serpiente(A) era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?»

Génesis 3:4-5 «Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal»

Muchas veces conocemos la Palabra de Dios, sus mandamientos para nuestra vida, decimos conocer al Dios que tenemos y su bondad hacia nosotros, sin embargo, ante situaciones de vida que nos agobian o que nos parecen prometedoras dudamos de lo que Dios nos ha dicho.

Y ponemos nuestra confianza, nuestra esperanza, en nosotros mismos, en otro hombre o en voces ajenas que nos inducen a salirnos del camino de la Verdad. La vanagloria de la vida “seréis como Dios” nos hace poner en duda su mandato.

  • Nuestro entendimiento no es perfecto.

Proverbios  28:26  «El que confía en su propio corazón es necio Mas el que camina en sabiduría será librado.»

Cuántos hay en la cristiandad actual que hacen precisamente lo contrario? No confían en Dios y se apoyan en su propia opinión. Se apoyan en su inteligencia, en sus capacidades y habilidades y se creen sabios para dirigir su vida.

Ya se trate de religión o de hacer justicia; de tener hijos y educarlos; de como emplear el dinero o de cómo gobernar un pueblo,

Decidir cómo vestir o hacia donde nos conduce el ejercicio de la ciencia; en todas partes encontramos en la cristiandad al hombre autónomo con su actitud de “yo hago lo que quiero” o “yo sé lo que hago”

El mensaje interno es “no necesito a Dios”, yo sé cómo vivir y cómo dirigir mi vida. Creemos tener el conocimiento pleno de la vida, que no nos equivocamos y que no tendremos que pagar consecuencias.

Somos hombres y mujeres débiles ante el pecado, ante la influencia de un mundo materialista, insensible, egocéntrico, que constantemente nos tienta a creernos súper hombres o súper mujeres

Un mundo que cada vez más se aleja de su Creador, y que nos hace pensar que nos bastamos a nosotros mismos, que no necesitamos de nadie. Nos invade el individualismo y el relativismo. Nos ciega el entendimiento y la razón. Nos endurece el corazón.

Entonces comprendemos que no podemos confiar en nosotros mismos!¡ que queriendo hacer, destruimos; queriendo amar, herimos; queriendo edificar, torcemos. Que todo cuanto tocan nuestras manos, se corrompe. ¡¡No somos confiables¡!

2.  ¿Por qué he de Confiar en Dios?

Proverbios 3:5  «Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia.»

Para poder establecer, por qué debo confiar en Dios, es necesario hacer el Contraste: Dios y nosotros, nuestro entendimiento y el de Él; su perfección y nuestra imperfección, su santidad y nuestra pecaminosidad.

Su grandeza y nuestra pequeñez, Él es el Creador y nosotros la criatura. Él es confiable nosotros no lo somos. Él cumple su Palabra, Él es Verdad y Amor. En Él hay misericordia y gracia. En Él encontramos propósito y justicia.

En nuestro propio entendimiento, en nuestra razón y en nuestra mente limitada por el pecado, no es posible cifrar confianza alguna.  No debemos depender de nosotros mismos ni de nuestro discernimiento.

Dios es Dios creador, y Dios redentor, el Dios de nuestra salvación. En Él nuestra vida cobra sentido, hay una razón de ser. En Él nuestros ojos son abiertos, y adquirimos la capacidad de vernos tal cual somos.

En la medida que vamos avanzando en esa comprensión, nuestra confianza va creciendo en el Señor que nos creo, nos llamo y nos perfeccionara hasta el último día.

Esa confianza debe estar  siempre puesta en Él, pero se hace más evidente en casos de aflicción y de mucha necesidad.

  • Cuando he perdido mi empleo.
  • Cuando mi matrimonio se está destruyendo
  • Cuando un hijo ha sido diagnosticado con una enfermedad terminal.
  • Cuando he perdido un ser amado
  • Cuando la iglesia pasa por situaciones difíciles.

En todos esos momentos en los que descubrimos que no hay poder humano que nos pueda ayudar, es cuando comprendemos que nuestra ayuda vendrá solo de Dios. Entendemos que solo un poder divino podrá revertir nuestra realidad!¡

3.  Para poder Confiar en Dios, Necesitamos saber Quién es El.

  • Él es el omnipotente Dios que con el poder de su Palabra creo y sostiene todas las
  • Porque Él nos creo y puso un propósito divino a nuestra existencia
  • Él es el único y sabio Dios. Él da sentido a nuestra existencia
  • Él es nuestro Señor que nos ama, y hasta el fin.
  • Porque el siempre está con nosotros y ha prometido no abandonarnos nunca.
  • Porque su voluntad es buena, agradable y perfecta.
  • Él es Dios.
  • Él es Jehová mi buen pastor. Salmos 23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.

Salmos  37:5  «Encomienda a Jehová tu camino,  Y confía en él; y él hará.»

Dice el salmista “Y confía en Él”; y El actuara. Él conducirá nuestro destino, el hará, conforme a su Voluntad, en esa realidad que vivimos, y obrara de manera tal, que todo será conducido a bien.

El ejemplo lo tenemos en el labrador que ara, grada y siembra, y luego deja la cosecha a Dios. ¿Qué más puede hacer? No puede cubrir los cielos de nubes, u ordenar lluvia, o hacer salir el sol, o hacer descender rocío.

Lo deja todo en las manos de Dios y confía. Y este actuar del labrador nos da la pauta para comprender lo que es la verdadera sabiduría: el confiar obedientemente en Dios, y dejar los resultados en sus manos y esperar su bendición.[1]

Isaías 26:3  «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.»

4.  ¿Cómo he de Confiar en Dios?

  • Confía en Jehová de todo tu corazón.

Nos llama a confiar en Él, en su cuidado hacia nosotros, de una manera absoluta, con todo tu corazón, no dice darle la mayoría de nuestro corazón a Dios sino todo el corazón, esto nos recuerda al primer gran mandamiento:

Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma”,

Confiar en Él con todo el corazón es amarlo solo a Él, no una confianza a medias, dando espacio en nuestro corazón para otros dioses, de manera que depositamos nuestra confianza en  el dinero, la inteligencia, las capacidades, el hombre mismo.

Nuestro Dios, es Dios grande, todo poderoso, sabio y soberano. Podemos confiar en Él porque sabemos que en su perfección conducirá nuestra vida según el propósito eterno con el cual nos creo: “Glorificarle a Él y gozar de su presencia para siempre

  • Confiar en lo que Él está haciendo y en lo que Él desea.

Jeremías  17:7  «Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová

(Jer 2001*)  «Bendito quien se fía de Yahvé, pues no defraudará Yahvé su confianza

Nuestro Dios, es un Dios eterno, su Palabra no cambiara, no hay en Él variación de sobra, es un Dios inmutable. Esto nos permite confiar en Él, pues sus promesas permanecen, no nos defraudará . ¡Él cumplirá lo que ha prometido¡

  • Reconócelo en todos tus caminos.

Proverbios 3:6  «Reconócelo en todos tus caminos,  Y él enderezará tus veredas.»

(DHH C* 2002*)  «Ten presente al Señor en todo lo que hagas y él te llevará por el camino recto.[i]»

 «En todos tus caminos»- significa que debemos y podemos  confiar en Dios en cada paso de nuestro peregrinaje.

Debemos someter a Dios todas nuestras creencias, decisiones, opciones, motivaciones, intenciones y planes, aunque sean mayores o menores, presentes o futuros, ciertos o inciertos, complejos o simples.

Y debemos hacer esto durante los días agradables, cuando el camino es llano, justo, cómodo, fácil, que nos lleva a los «pastos verdes», como también cuando el camino se torna desagradable, rodeado de espinas, con la cruz a cuestas y atravesando el valle de la sombra de la muerte.[2]

Salmos  23:2-4  «En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.(A) 

 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.»

Y aún cuando pareciere que la vida nos sonríe y que todo está bajo nuestro control, no debemos olvidar las hermosas palabras de Santiago:

Santiago 4:13-15  «¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;

Cuando no sabéis lo que será mañana.(B) Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»

Y recordar que poco confiable es nuestra propia sabiduría, que escasa nuestra visión, y que egoísta nuestro corazón, mezquina y caprichosa nuestra voluntad, que nos hace creer que nos asiste la verdad

Proverbios 14:12  «Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.(A)»

Cuando no consideramos a Dios en nuestras decisiones, en nuestras acciones y en nuestra forma de vivir, lo más seguro, es que estaremos caminando por “caminos de muerte”, caminos que no tienen salida,

Y pronto tendremos el corazón lleno de dolor, de frustración y amargura. Tendremos una vida que no fue justamente lo que planeamos. Y entonces comprenderemos que malos capitanes somos para conducir nuestras vidas.

5.  ¿Cómo ejercitamos nuestra confianza en Él?

  • Reconociéndolo en todos nuestros caminos.

Una forma de ejercitar nuestra confianza en Dios y su cuidado providencial hacia nosotros es “reconociéndolo a Él en todos nuestros caminos”, practicar la búsqueda de  la presencia de Dios y vivir en ella.

Saber que si las cosas van bien o van mal, allí está la mano de nuestro Creador, conduciendo cada situación para bien nuestro.

Los necios viven como si Dios no existiera, los justos vivimos conscientes que donde quiera que estemos Él siempre va con nosotros.

  • Consultándolo en todo momento.

Nosotros reconocemos a Dios de rodillas y en la meditación de su Palabra.  Tomamos nuestras dificultades, preocupaciones, planes y esfuerzos y se las llevamos a Él en oración.

No buscar el rostro de Dios, su consuelo, paz, sabiduría y Verdad  implica  vivir  como  si  no  hubiese  nada  que  reconocer  excepto  nuestro  propio  entendimiento.

6.  Beneficios de Confiar en Dios

Poder confiar en Dios traerá paz a nuestro corazón, guardara nuestros pensamientos y sentimientos en una paz que sobrepasa todo entendimiento, y tendremos una maravillosa recompensa “Él te llevara por el camino recto

Proverbios 3:6  «Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.»

(DHH C* 2002*)  «Ten presente al Señor en todo lo que hagas y él te llevará por el camino recto.[i]»

El  conoce no solamente nuestras vidas y necesidades individuales, sino que también guía nuestros caminos – él endereza nuestras veredas. Es tan grande y maravilloso, que aquello que nuestras manos deshacen, Él lo vuelve hacer.

Él es nuestro Señor, nuestro Creador, su gracia y misericordia nos cubren cada día. Él es nuestro buen Pastor y nos cuida, guía, protege y vigila como a sus ovejas

Salmos 23:1-6   «Jehová es mi pastor; nada me faltará.  En lugares de delicados pastos me hará descansar;  Junto a aguas de reposo me pastoreará.(A)

 Confortará mi alma;  Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.  Aunque ande en valle de sombra de muerte,  No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú  vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,  Y en la casa de Jehová moraré por largos días.»

Cuando confiamos en el Señor podemos tener la certeza que no habrá nada que nos acontezca fuera de un propósito. Que todo en nuestra vida, traerá beneficio y bendición.

1 Corintios 10:13  «No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.»

Por ejemplo, el camino de José, que lo llevó a una cisterna, a las cadenas de la esclavitud y a un calabozo. Esto no fue nada placentero y seguramente fue inescrutable para  José,  quien no entendía lo que Dios estaba haciendo.

Pero cuando el  sol apareció y brillo para José,  él  no resintió lo que  Dios  estaba haciendo,  y confesó a  sus hermanos que,  a  pesar  de sus intenciones, que Dios lo encaminó todo para bien (véase Génesis. 50:20; 45:8).

Como Israel en el desierto: nuestros caminos a través de los desiertos de la vida no siempre son cortos,  pero siempre son santificados y nos santifican.

Quizás  no sean agradables,  pero  son perfectos para  los  propósitos de Dios.  Como Sinclair Ferguson dice, la nuestra es «una senda de gloria, a través de las tribulaciones».

Conclusión:

Sea cual  sea nuestra  circunstancia,  necesitamos oír  nuevamente el  llamado de Proverbios 3:5-6 acerca de no apoyarnos en nosotros mismos sino confiar en el  Señor.

Si  estamos andando en la vereda incorrecta – el camino ancho y más común que lleva a la destrucción – entonces necesitamos entender que debemos apoyarnos en Jesucristo, el único y verdadero camino.

Si hemos errado en el camino estrecho y menos usado porque hemos comenzado a confiar en nuestra propia sabiduría, fuerza y entendimiento limitado, entonces, necesitamos oír una vez más que Dios debe ser reconocido en todo cuanto hagamos.

O si estamos desanimados o cansados  porque últimamente hemos visto nada más que el valle del desierto y la oscuridad, igualmente, necesitamos recordar que Dios, en su tiempo perfecto, enderezará nuestros caminos.

Necesitamos alentarnos sabiendo que el Señor hará lo que ha prometido y nos guiará en cada paso en el camino que Él ha ordenado.

 

 

 

 

 

Confiar: Batakj raíz primaria; propiamente apresurarse a refugiarse [pero no tan precipitadamente como H2620]; figurativamente confiar, confiado, o seguro:- apoyar, asegurar, confiado, confianza, confiar, esperanza, (hacer) esperar, favorable, fiar, seguro, tranquilo.

Apoyar: shaán raíz primaria; respaldarse, sostenerse uno mismo:- apoyar, descansar, recostar, sustento.

 

[1] El tesoro de David, Charles Spurgeon, pag. 183.

[2] Peregrinos en la providencia, Craig Troxel, Vol.7, No.1.