La disciplina del Ayuno en nuestra vida devocional.


El ayuno es una práctica que se asemeja a la necesidad de limpieza que tiene un jardín donde siempre aparece la hierba mala.

Un buen jardinero sabe sacar esa hierba para que no quite vida de las matas sembradas. En nuestras vidas, también vemos que el pecado siempre viene a tocar nuestras puertas.

A veces también logra sembrarse en nuestras vidas espirituales.

Por eso es muy importante tener formas de quitar esa hierba mala.

Hemos ya hablado de la importancia de la confesión en la oración, y también de la protección que nos da la Palabra de Dios.

Otro medio que podemos usar para la limpieza espiritual es el ayuno.

  1. El Ayuno en la Biblia

El ayuno es mencionado 61 veces en la Biblia. La gran mayoría de las instancias aparecen en el Antiguo Testamento.

La primera mención del ayuno se encuentra en Jueces 20:26. Allí vemos las once tribus de Israel consultando con Jehová después de una derrota frente a su tribu hermana Benjamín.

Después de dos derrotas contundentes a las manos de la tribu de Benjamín, las demás tribus se congregan delante el Señor para pedir su dirección.

En el buscar de la voluntad de Dios, los Israelitas ayunan.

Aquí en la primera mención del ayuno vemos algunos de los elementos básicos del ayuno en el Antiguo Testamento.

El ayuno ocurre en momentos de gran crisis. Aquí, por ejemplo, Israel contemplaba la completa destrucción de una de sus tribus hermanas.

Además, habían sufrido dos derrotas severas por haber tratado de limpiar el mal de su tierra. En ese momento de confusión y dolor, ayunaban.

  • El ayuna ayuda buscar la voluntad de Dios.

También vemos aquí que el ayuno ayuda buscar la voluntad de Dios. Cuando es importante saber la voluntad de Dios,

Pero Dios no ha hablado, el ayuno enfoca el espíritu del hombre en el divino, y así lo hace más receptivo a la voz del Señor.

Vemos este aspecto también en 2  Crónicas 20:3, donde el rey Josafat proclama ayuno para consultar a Jehová.

2 Crónicas 20:3  Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

  • El ayuno se acompaña de arrepentimiento y confesión de pecados.

Otro aspecto claro del ayuno se encuentra en otros pasajes del Antiguo Testamento. El ayuno acompaña el arrepentimiento y confesión del pecado.

Este aspecto vemos, por ejemplo, en el arrepentimiento nacional de Israel en 1 Samuel 7:6, en el arrepentimiento nacional de Nehemías 9:1-2, y en la confesión de Daniel 9:3.

“Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa.” 1 Samuel 7:6 

“El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí.

Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.” Nehemías 9:1-2. 

“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.”

Daniel 9:3 

  • El ayuno se acompaña de peticiones fervientes.

También vemos que el ayuno acompaña peticiones fervientes. Después de que David pecó contra Jehová con Betsabé,

Entonces, Dios puso como castigo la muerte del niño que nació de su relación ilícita.

David entonces buscaba con lágrimas y ayuno la vida del infante. La cual le fue negado (2 Samuel 12:14-23).

Este fue el caso también con la protección que Esdras y los Israelitas pidieron de Jehová en su camino desde el exilio en Babilonia hacia la tierra de Israel (Esdras 8:21).

  • El ayuno lleva al creyente a un cambio de vida.

Pero el Antiguo Testamento también nos da una lección importante en cuanto al ayuno. El ayuno lleva al creyente a una transformación de actitud y de vida. Esto vemos en Isaías 58:5-7

¿Es éste el ayuno que yo escogí: sólo un día en que el hombre se aflija a sí mismo?

Acaso el doblegar la cabeza como junco y el acostarse sobre cilicio y ceniza es lo que llamáis ayuno y día agradable para Jehová?

No consiste, más bien, el ayuno que yo escogí, en desatar las ligaduras de impiedad, en soltar las ataduras del yugo, en dejar libres a los quebrantados y en romper todo yugo?

¿No consiste en compartir tu pan con el hambriento y en llevar a tu casa a los pobres sin hogar?

¿No consiste en cubrir a tu prójimo cuando lo veas desnudo, y en no esconderte de quien es tu propia carne?

Lo que Dios enseña al pueblo aquí es que el ayuno es de poca importancia  si no resulta en un cambio de vida.

Es bueno ayunar, es bueno arrepentirse del pecado, pero arrepentirse sin eliminar el pecado de su vida es una práctica vacía y sin valor.

El arrepentimiento debe llevarnos a acciones de justicia y santidad.

  • La práctica del ayuno en el Nuevo Testamento.

En el Nuevo Testamento vemos que Jesús practicaba el ayuno (Mateo 4:2) y aceptaba la práctica del ayuno.

Mateo 4:2  Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

En Mateo 6:16-18 el dice que el ayuno no debe ser oportunidad de demostraciones públicas.

Si ayunamos para que otros nos vean y nos alaben, el ayuno es vano, y ocasión de pecado.

También Jesús dice que en su presencia sus discípulos no ayunaban, pero en su ausencia ayunarían.

Vemos que esto ocurrió en la vida de la iglesia primitiva. Allí parece que los cristianos ayunaban como parte regular de su servicio al Señor (Hechos 13:2-3; 14:23).

También puede ser que Pablo practicaba el ayuno (2 Corintios 6:5; 11:27: la palabra ayuno en estos pasajes también pudiera ser traducida «hambre»).

  1. El Propósito del Ayuno para el Cristiano Evangélico

¿Debe el Cristiano Evangélico practicar el ayuno? Desde sus primeros días la iglesia Cristiana ha practicado el ayuno como parte regular de su servicio al Señor.

El ayuno tiene, pues, una larga tradición adentro de la comunidad Cristiana.

Pero también puede ser de provecho para el Cristiano si conforme a los principios Bíblicos del ayuno lo practica. ¿Cuáles son esos principios?

  • En su base, el propósito del ayuno es negarle a la carne sus deseos.

Como dice Gálatas 5:17, «el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne.»

El ayuno es una forma de controlar los deseos de la carne para así dar lugar al Espíritu.

Pero debemos tener cuidado aquí. El cuerpo no es la carne, ni tampoco la carne el cuerpo. Pero la carne, que es la fuerza y el poder del pecado,

Concentra sus ataques en nuestros cuerpos, utilizando funciones naturales como comida, sueño, el sexo, etc., para empujarnos al pecado.

El ayuno, pues, se enfoca en uno de estas funciones, el comer, para así lograr dominio sobre la carne, y así lograr templanza en la vida del creyente.

  • El ayuno esta estrechamente ligado con el arrepentimiento del pecado.

En la mayoría de las veces citadas en la Biblia, el ayuno es practicado como  respuesta al pecado cometido o un posible pecado.

Su propósito parece ser mostrar sinceridad en la búsqueda de pureza espiritual.

  • Ayunar demuestra un sincero deseo de conocer la voluntad de Dios.

Su práctica parece ayudarnos suprimir las distracciones del cuerpo para así enfocarnos en la voz de Dios.

  • El ayuno eficaz resulta en un cambio de vida

Si el ayuno es practicado con estos propósitos, puede ser de mucho provecho para el creyente.

La meta principal es mantener nuestros jardines espirituales libres de la hierba mala del pecado que puede quitar fuerza y crecimiento del árbol espiritual.

Preguntas a responder.

Según la Biblia, ¿cuáles son los cinco usos del ayuno?

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¿Es el ayuno una obligación para el creyente? ________ ¿Porqué ___________________________________________________________________________________________________________________________________________

Explique en sus propias palabras el significado de Isaías 58:5-7. _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

Fuente consultada:

Este estudio es un extracto de “Un Estudio sobre las Disciplinas Espirituales de la Vida Cristiana” del El Instituto Bíblico Reformado por Juan Medendorp