El Espíritu Santo Y La Oración. Él es nuestro ayudador, nos guía a Cristo y hace efectiva nuestra comunión con el Padre.

Uno de los aspectos más importantes de la vida del cristiano es la oración. La oración es la comunión del alma con Dios.

Por medio de ella el cristiano adora a Dios, lo ama, lo alaba por sus perfecciones, le da gracias por sus misericordias, le confiesa sus propios pecados, le pide perdón,

Se entrega a Su voluntad, y pide bendiciones providenciales y espirituales tanto para sí mismo como para los demás.

  • El Espíritu Santo y la oración:

El Espíritu Santo es el manantial de esta vida de oración. Por ello es necesario comprender la persona del Espíritu Santo,

Él nos ayuda a orar, a hacer nuestras oraciones más aceptables a Dios, y también más eficaces.

Si revisamos la Escritura nos damos cuenta que la oración Bíblica es poderosa, ha producido la conversión de muchas personas,

Fue la oración la que hizo que el sol se detuviera, que se derrotaran ejecitos, sanarán enfermos. La oración nos hace ver milagros!

  • La oración eficaz:

Orar eficazmente es alinearnos con la voluntad de Dios, sabiendo que hay cosas que Dios nunca las hará en nuestra vida hasta que oremos,

La oración es un medio de gracia para que la voluntad soberana se lleve a cabo. No orar es limitar a lo que Dios pueda hacer en nuestra vida.

  • Dificultades al orar:

Pero hay que reconocer las dificultades y limitantes que encontramos  en esta importante tarea:

Por un lado nos cuesta orar, orar es una de las mayores luchas que en nuestros días experimenta el cristiano,

Ya sea por  la oposición de la carne, la incredulidad, pensar que nada va a pasar, pensar que hablar con Dios es un monologo, es hablar al vacío,

Y por otro lado, la frustración de no recibir respuestas inmediatas, la desesperación de la espera frustra a muchos creyentes.

Esta realidad en nuestra vida devocional, crea una fuerte necesidad: al igual que los discípulos, debemos aprender a orar.

El Espíritu Santo y la oración:

Necesitamos aprender a orar, y la mejor forma de prender es orando, hay que aprender a orar, aún cuando creamos que ya lo podemos hacer.

Lucas 11:1-4  Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

 Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados,

porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.

 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

Veamos en detalle, el bosquejo que nos dio el Señor Jesucristo en la oración del Padre nuestro.

El Espíritu Santo y la oración

Toda oración comienza con la alabanza, por lo que Dios es. Toda oración comienza con Dios y termina con Dios,

Nunca la oración debe comenzar conmigo, ni con mis necesidades! No podemos llegar a Él sin alabarle,

Así, la oración modelo que nos da el Señor, comienza con “santificado sea tu nombre

  1. El Espíritu Santo y la oración de alabanza.

La pregunta es ¿Qué vamos a alabar? Vamos alabar la naturaleza de Dios, lo qué Él es, por  Quien es Él. Para esto, necesitamos conocer a Dios

Y la forma en que Dios se manifiesta a nosotros y nos permite conocerlo es por los Nombres de Dios que siempre destacan Sus atributos.

  • Alabanza al Padre

Iniciamos la oración con un “Padre nuestro”, resaltando la relación entre Padre e hijo e hija.

Lucas 11:2  Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, ..

Esta es una Verdad profunda que no podemos recitarla a la ligera: Nos estamos presentando ante nuestro Padre, y no delante de  un juez.

Estamos dentro de una relación Padre e hijo, Padre e hija, de manera que hacemos memoria: ¡no somos huérfanos!

No estamos desamparados, tenemos un Padre que nos escucha, que llega a nuestro socorro, que nos conoce y nos ama.

  • Alabanza al Dios Santo

Aquí se presenta una relación entre Deidad y adorador.

Lucas 11:2  …..Santificado sea tu nombre.

Reconocemos que Él es Dios, el Creador de todo cuanto existe, y que nosotros somos su creación, y por eso le alabamos

  • Alabanza al Dios Soberano

También se destaca la relación entre Soberano y súbdito.

Lucas 11:2….. Venga tu reino. …..

En esta parte de la oración, tomamos conciencia de pertenecer a un reino, de tener un Rey y de que estamos sujetos a Sus leyes y mandamientos.

Romanos 14:17  porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Este es un Reino especial, diferente al mundo, pues no consiste en riquezas ni autoridad humana,

Sino un Reino en el que disfrutamos de bienes preciados, que el dinero No sabe comprar: justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Y es por eso, que dentro de este Reino maravilloso, tenemos la obligación, no solo de someternos a sus leyes, sino también de expandirlo.

Tenemos el compromiso de dar a conocer a nuestro Rey, a todos aquellos que no le conocen, y traerlos a Su reino glorioso

  1. El Espíritu Santo y la oración de Prioridades.

Cuando oramos, no solo alabamos al Dios de nuestra salvación, sino también, debemos establecer prioridades:

  • Relación entre Amo y siervo.

Lucas 11:2 …..Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Cuando oro: «VENGA TU REINO» estoy diciendo al Espíritu Santo de Dios: «Espíritu de Cristo que moras en mí, toma control y haz lo que desees para tu gloria».

Un verdadero hijo de Dios No se preocupará de sus propios planes y deseos, sino del programa determinado de Dios, revelado en la persona de Jesucristo.

De manera que nuestra oración se encamina a descubrir la voluntad de Dios para obedecerla, destacando Su señorío en nuestra vida.

Así como Él es Dios en el cielo, también lo es en la tierra, y nuestra responsabilidad es someternos a su Voluntad, haciéndola, y ayudando a que otros la descubran.

  1. El Espíritu Santo y la oración de Necesidades.

El gozo principal en la oración del creyente se encuentra a la alabanza del Dios glorioso que lo creo y lo llamo a su reino, y en hacer Su voluntad,

Pero también sabemos que estamos en esta tierra, que vivimos dificultades y pasamos diferentes clases de necesidades,

En la oración también tenemos el espacio para presentárselas a nuestro Dios, teniendo la plena convicción de que seremos escuchados.

  • Relación entre proveedor y beneficiario.

Lucas 11:3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Podemos orar con toda confianza, que el Señor nos provea “el pan nuestro de cada día”, aunque sabemos que son tantas las necesidades,

Que probablemente pensemos, que sería mejor orar para que el Señor nos provea el pan de todo el año, o de todo el tiempo que nuestros hijos dependan de nosotros,

¡Pero no es así¡ oramos por el pan de cada día. Así como nuestros hijos viven en dependencia de nosotros, así nosotros, debemos vivir en dependencia de nuestro Padre.

  • Un Proveedor seguro:

Lucas 11:9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

No debe haber duda en nuestro corazón, que nuestro clamar será escuchado por Dios, y que su provisión vendrá

El Espíritu Santo guía nuestra oración de necesidades

Pidamos y se nos dará

Vamos a pedir y se nos dará todo aquello que sea de beneficio para nosotros. Si lo que pedimos nos hace bien, tengamos la certeza que está dentro de la Voluntad de Dios dárnoslo

Y nos hace bien todo aquello que pedimos para nuestra santificación, cuando pedimos para ser más agradables a Dios, para glorificar Su Nombre

Busquemos y hallaremos

Siempre que busquemos hacer la Voluntad de Dios, no hay duda que hallaremos, y sabemos que Su Voluntad es buena, agradable y perfecta.

Llamemos y se nos abrirá

Y llamamos a las puertas de nuestro Padre, como hijos le buscamos, es seguro que nos abrirá y nos asistirá.

Si nosotros siendo malos, lo hacemos así con nuestros hijos ¿Cómo nuestro Dios santo, no lo hará con nosotros?

  • Un Proveedor de toda necesidad:

Son tres nuestras necesidades primordiales: ropa, sustento y techo, así  lo reconoce el apóstol Pablo:

1 Timoteo 6:8  Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

Si aprendemos a verlo de esta manera, evitaremos el afán que impone el mundo moderno, que constantemente crea necesidades nuevas y falsas

Dentro del sustento encontramos la salud, la educación y lo necesario para tener una vida digna y agradable a Dios.

  • Un Proveedor para toda la vida:

Salmos 37:25  Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado,

 Ni su descendencia que mendigue pan.

Esta Palabra nos da una esperanza gloriosa, paz y gozo en nuestro corazón, pues sabemos que Dios estará con nosotros hasta el final.

Dice el salmista “fui joven y hoy he envejecido” pero en todo ese trayecto de vida, Dios ha estado conmigo, no hubo desamparo ni escasez de pan.

  1. El Espíritu Santo y la oración del pecador

No podemos presentarnos delante de Dios creyéndonos santos y sin pecado, por ser llamados hijos de Dios

Hay pecado en nosotros, no nos deleitamos en eso, sino que le hacemos frente, luchando a diario por nuestra santificación,

Así que, en nuestra oración debemos considerar esta parte de nuestra realidad espiritual,

Y de manera especial, ese pecado que cometemos en nuestra relación con Dios y en nuestras relaciones sociales.

  • Relación entre Salvador y pecador.

Lucas 11:4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.

Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

A diario ofendemos a Dios, con nuestros pensamientos, nuestras intenciones o nuestras acciones

De manera que en nuestra oración debemos aprender a ponernos a cuentas con Él. Repasando los Diez Mandamientos, podemos examinar nuestro corazón.

Ser honestos delante del Señor, señalando nuestro propio pecado para ser perdonado, y aún, pidiendo perdón por aquellos pecados de los cuales no somos conscientes.

  • Relación con nuestro prójimo:

Mateo 5:23-24 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Nuestras relaciones sociales siempre se encuentran cargadas de pecados en sus diferentes formas y dimensiones,

Somos ofendidos y ofendemos, de manera que debemos aprender a perdonar sobre la base del perdón divino y perdonar siempre

Si Dios, completamente Santo, nos ha perdonado infinidad de pecado, ¿Cómo nosotros no hemos de perdonar las ofensas de nuestros hermanos?

  • Perdón constante:

Mateo 18:21-22  Entonces se le acercó Pedro y le dijo:

Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.(I)

Y como muy bien le dijo el Señor a Pedro, el perdón a las ofensas constantes de nuestro prójimo, han de ser ¡siempre¡

No nos podemos cansar de perdonar! Por dolorosa que sea la ofensa que nos hayan hecho, nuestro deber cristiano es perdonar

El Espíritu Santo guía la oración de perdón

Sobre todo, si reconocemos que el mayor beneficiario del perdón, siempre seremos nosotros mismos

El perdón evita que raíces de amargura se adueñen de nuestro corazón! Y nos ayuda a dar un verdadero testimonio cristiano

  1. El Espíritu Santo y la oración para Protección.

Lucas 11:4…. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

Esta es una oración diaria que nos permite anticiparnos a los días malos, a esos días de lucha fuerte, en los que parece que la victoria no es nuestra.

Si!¡ Llegan los días malos y no solo los días en que parece que todo es un caos y que nos llevan a perder el dominio propio,

Sino esos días en los que dudamos que seamos hijos de Dios, que dudamos que el Espíritu Santo more en nosotros. De allí la importancia de aprender a orar así!

  • No nos metas en tentación:

Orar para que el Señor, por medio de su Santo Espíritu, nos de todo dominio propio para luchar contra aquello que nos hace caer en pecado

Que nos dé el discernimiento para identificar claramente el mal consejo, el mal amigo, el mal camino y todo aquello que nos pueda separar de Él.

  • Líbranos del mal:

Debemos orar para que el poder del Espíritu Santo nos libre de toda asechanza del maligno, de toda intensión de hacernos mal.

Conclusión:

Un autor desconocido resume muy bien el impacto de este modelo de oración:

  • En cuanto a mi relación con Dios:

No puedo decir «nuestro» si vivo solamente para mí mismo, en un compartimiento espiritual hermético.

No puedo decir «Padre» si no me esfuerzo cada día para comportarme como su hijo.

No puedo decir «que estás en los cielos» si no estoy guardando tesoros allí.

No puedo decir «santificado sea tu nombre» si no estoy esforzándome para permanecer en santidad.

No puedo decir «venga tu reino» si no estoy haciendo todo lo posible para que se acelere la llegada de ese maravilloso día.

No puedo decir «sea hecha tu voluntad» si estoy desobedeciendo su Palabra.

No puedo decir «como en el cielo así también en latierra» si no le va a servir ahora mismo.

  • En cuanto a mi relación con el prójimo:

No puedo decir «el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy» si soy deshonesto o compro cosas en forma ilícita.

No puedo decir «perdónanos nuestras deudas» si guardo rencor contra alguien.

No puedo decir «no nos metas en tentación» si me pongo a propósito a su paso.

No puedo decir «líbranos del mal» si no me pongo toda la armadura de Dios.

AMEN.