El secreto del éxito es “Dios con nosotros”. Y este es un secreto que solamente los que conocemos a Dios lo podemos tener. Sabiendo que solo podemos conocer a Dios, si somos sus hijos, si tenemos comunión con Él, si obedecemos su Palabra.

Pero sabemos que en el mundo, el ser humano basa su éxito en lo que él es, en lo que sabe o en lo que posee, y conforme a ello fundamenta su sensación de éxito, y puede que diga “yo sé un montón y el conocimiento es poder, el que sabe se divierte”,

O en base a lo que es en este mundo diga “yo soy hijo de fulano de tal, ¿no sabe usted con quien está tratando?”,

O en cuanto a lo que poseemos, bien podría argumentar “lo que yo tengo me da para vivir tranquilo, o para comprar esto y lo otro, y diga, lo que yo quiero eso hago”.

De manera entonces, que podemos decir que el éxito del mundo se centra en el hombre, en cuanto a lo que se posee, se sabe y lo que es.

Pero el éxito cristiano es muy distinto al del mundo, no está basado en mi persona, ni en lo que tengo, sino que se fundamenta en “Dios” “en lo que Él es”  “en que Dios está con nosotros” “Esta en nosotros” “Está a favor de nosotros”

“En que tenemos a nuestra disposición las infinitas e inagotables riquezas de su gracia” y tal como dijo Pablo a los Filipenses

«Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, Filipenses 3:8.»

El éxito en la vida cristiana es integral, en todas las áreas de la vida, pero tiene su raíz y desarrollo en “Dios en nosotros y con nosotros

Texto referencia.

2 Reyes 6:14-17  Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad. Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros.

Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?

Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.  Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

Vamos a desarrollar esta enseñanza en dos puntos,

  • El primero

Donde analizaremos bíblicamente la respuesta de un hombre sin fe ante los embates del enemigo

  • Y el segundo

Donde veremos el éxito de un hombre que conocía a Dios y tenía su fe puesta en Él.

 

  1. El éxito es “Dios con nosotros”

Y esta gran Verdad debemos aprender a descubrirla, pues al mirar nuestras circunstancias solo con los ojos humanos nos sentimos impotentes, y nos da la impresión de que Dios se ha olvidado de nosotros.

  • Los “hayes” se hacen presentes.

2 Reyes 6:15  Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?

(BAD)  Por la mañana, cuando el criado del hombre de Dios se levantó para salir, vio que un ejército con caballos y carros de combate rodeaba la ciudad. — ¡Ay, mi señor! — exclamó el criado—. ¿Qué vamos a hacer?

Que vio:
  1. Que la ciudad estaba sitiada.
  2. Y que era un enorme ejército con caballos y carros.
 Cual fue la respuesta del siervo.

¡Hay señor mío¡ ¿Qué vamos a hacer? Una respuesta que refleja angustia y aflicción, desesperanza e impotencia.

¿A qué se debe esta respuesta?

Esa respuesta tal vez nos suena familiar cuando nos quedamos sin dinero, sin trabajo, cuando nos desanimamos, cuando mengua la fe y la esperanza, etc. Y pareciera que ya no hay nada más que pudiéramos hacer.

Si vemos solo con los ojos físicos veremos un panorama desalentador, sentiremos que se nos acaba la vida, nos sentiremos al borde del colapso, nos sobrevendrá un sentimiento de soledad, de impotencia, todo esto es sinónimo de una vida donde la fe ha menguado, pensamos equivocadamente que Dios no está con nosotros.

Ver  solo con nuestros ojos humanos las situaciones de la vida puede llevarnos a reaccionar de diferentes maneras.

  • Huir

Huir de los problemas pero sucede que ellos te persiguen.

  • Ignorar

Ignorar los problemas pero ellos no te ignoran a ti.

  • Resignarse

A un estado de resignación fatal en vez de un estado de esperanza confiada.

Para aplicar este punto quiero relatar un testimonio de una hermana ante una situación de escasez.

«Ese día amanecí sin nada para darle de comer a mis tres hijas, pensé en primer momento que aguantaríamos hambre. Su corazón se partía de dolor, sus hijos iban a querer desayunar y no había ni siquiera un frijol partido por la mitad,

Ante esa circunstancia difícil, tomo a sus hijos de la mano y les dijo “vamos a orar, no tenemos nada para comer, le vamos a pedir a Dios que nos de algo para comer”, oraron, y allí se quedó la cosa, pero en el transcurso de la mañana tocaron la puerta de su casa,

Al abrir la puerta se encontró con un “hermana la invitamos a ir un paseo”, ella dijo no puedo, ellos le respondieron “no se preocupe nosotros vamos a llevarla, usted no va a pagar nada” y la llevaron y comió bien todo el día ella y sus hijas».

¿Cuál fue el secreto de su éxito? “Dios con nosotros”,

Podemos estar en una condición parecida a la del siervo de Eliseo, el enemigo tiene sitiada tu familia, tu vida, tu negocio, y tus capacidades no dan para hacerle frente, podríamos decir que si nos vamos a un combate mano a mano estamos derrotados,

Pero hay una maravillosa promesa, es presente y futura, es para hoy, para mañana y siempre “Dios está con nosotros y  en nosotros» y es esta promesa la que nos ha de sostener en toda circunstancia que vivamos, por aparatosa que se vea llegar.

  1. El éxito es “Dios con nosotros” y esa ha de ser nuestra convicción.

Y es así como debemos  aprender de la reacción y respuesta de Eliseo, que se levanta como un hombre de fe.

2 Reyes 6:16  Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

(PDT)  Eliseo le dijo: —No tengas miedo. El ejército que lucha por nosotros es más grande que el que lucha por ellos.

¿Qué es lo que vamos aprender de esta respuesta:

  • La firmeza del hombre de fe

La fe lleva a Eliseo a decirle a su criado  “No tengas miedo”. La razón para no temer, no eran ellos, ya que en ellos no estaba esa capacidad, sino Dios y en la protección de Dios El ejército que lucha por nosotros es más grande que el que lucha por ellos”

Es importante entonces hacer memoria de lo que es la fe:

Hebreos 11:1-2  Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.  Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

(NVI 1999)  Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.

La fe cristiana no es un sentimiento, que hoy esta y mañana no, la fe cristina es una certeza, una certidumbre que, lo que está escrito en la Palabra de Dios se va a cumplir,

Es una convicción que veremos tanto, el cumplimiento de sus promesas como de sus advertencias en nuestra vida, la certeza y convicción que Él nunca nos dejara, nunca nos desamparara, siempre nos da fuerza para seguir adelante y que esta con su iglesia hasta el fin del mundo.

Hebreos 11:33-34  que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,(AE) apagaron fuegos impetuosos,(AF) evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.

Es por medio de la fe en aquel que es Omnipotente, Omnisciente, Soberano, es en Él y por Él que nos hacemos fuertes en batalla y alcanzamos la victoria para gozo nuestro y para gloria suya.

  • La fórmula del éxito es “Dios con nosotros”

Y Dios nos da la fórmula del éxito en Josué 1

Josué 1:5-8 Nadie te podrá hacer frente(A) en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.(B) Esfuérzate y sé valiente;(C) porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

De allí aprendemos la certeza de:

a. Dios con nosotros

Es la certeza de que así  “Como estuve con Moisés estaré contigo, no te dejara, no te desamparare.

b. La responsabilidad cristiana

Adquirimos la certeza de que debemos “Esforzarnos y ser valientes”, para guardar o cumplir la voluntad de Dios en nuestra vida.

c. La meta

Llenar la mente con la Palabra de Dios, Meditar en ella, para poder ponerla por obra.

d. El éxito

El resultado de todo ello será el éxito, entendido como la forma en que Dios nos hará Prosperar, de manera tal que llevaremos adelante el maravillo plan de Dios para nuestra vida.

  • Para alcanzar el éxito de “Dios con nosotros” es preciso que Dios obre

Es necesario que Dios abra los ojos de las personas sin Dios. El siervo pudo haber pensado o haber dicho “Eliseo, esas visiones son tuyas, yo no veo nada” Pero entonces Eliseo oro:

2 Reyes 6:17  Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

El hombre de fe ora para que Dios abra los ojos de los que no ven. El hombre natural está ciego ante las cosas celestiales y su vida aunque parezca de lo más exitosa es en sí un lamentable fracaso espiritual.

Salmo 146:8  Jehová abre los ojos a los ciegos; ….

El pecador no redimido está ciego ante las cosas espirituales, ni las puede entender ni las puede discernir, Dios puede en su gracia darles vista, pero nosotros, los que ya vemos, debemos orar pidiendo el más grande los milagros “el nuevo nacimiento”

  • Debemos aprender a discernir ese éxito de “Dios con nosotros”

Dios siempre está obrando a favor de nuestra vida pero quizá no lo estamos percibiendo.

Salmo 119:18  Abre mis ojos, y miraré  Las maravillas de tu ley.

Probablemente alguien diga “Es que no veo la mía” y piensa que Dios no está obrando en su vida, probablemente haya un problema con su visión espiritual, y no con el poder de Dios, Él día a día obra en nosotros.

  • Sin fe no podemos alcanzar ese éxito de “Dios con nosotros”

Mientras miró con los ojos humanos, el siervo incrédulo no vio más que enemigos, pero cuando puso en práctica la fe observó mucho más allá, vio la realidad de un Dios que no nos abandona.

2 Reyes 6:17  Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

La fe revela que Dios está haciendo más por su pueblo de lo que nos podemos dar cuenta por medio de la vista.

 

Cuando se enfrente a dificultades que parecen infranqueables, recuerde que los recursos espirituales están ahí aun cuando no pueda verlos. Vea a través de los ojos de la fe y permita que Dios le muestre sus recursos.

Conclusión.

Concluimos citando las palabras de Aldo Borda en su Libro “Principios gerenciales para líderes cristianos, Cap. 2”:

¿Hay alguna diferencia entre los que no tienen a Dios y entre los cristianos? ¿Tenemos los cristianos alguna diferencia con los seres sin Dios? Claro que sí, tenemos lo más valioso: «Dios con nosotros», y eso es muy importante; hace una gran diferencia.

Cuando yo como creyente me siento a contar lo que tengo, junto con el dinero o los recursos disponibles, debo hacer el cálculo de que tengo a Dios conmigo. Y eso es una diferencia significativa que no debo ignorar jamás.

Allí radica el secreto del éxito y por no tenerlo en cuenta en su momento, nos faltan el valor y la fe para enfrentar los grandes retos en el nombre de Dios.

Es  esa fe la que nos permite, en el nombre de Dios, triunfar sobre los problemas, oponernos al enemigo y demostrar al mundo que hemos puesto nuestra confianza en un Dios poderoso.

¡Esta es la fe que mueve montañas! Porque está basada en Dios, en forma positiva y activa, y no en los hombres.