La Fea Más Bella, según Génesis 29 pasa a ser un relato hermoso que nos habla de la Soberanía de Dios en toda la realidad del ser humano, y como esa soberanía actúa siempre conforme a su plan redentor para sus elegidos.

La Fea más Bella en la Biblia

Nos mantenemos constantemente buscando la felicidad, pero la gran verdad es que la satisfacción y el contentamiento solo se encuentran solo en  Dios.

Cada persona nace con la necesidad de ser feliz, de ser amada y protegida, y esta es una necesidad genuina de nuestra alma, conocida como necesidades psicológicas.

El punto está en identificar dónde estamos buscando esa felicidad: en Dios o en el mundo.

El significado de la palabra “Mundo”, según Génesis 29, la podemos definir como hedonista, búsqueda del placer  sobre todas las cosas. Veamos un caso bíblico.

Génesis 29:16-31  “Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel. Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer. Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor.

Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba.Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella. Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete.

Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella. Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.  Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?

Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor. Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años. E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer. Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada.

Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años. Y vio Jehová que Lea (Cansada) era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril.”

La fea más bella luchando con sus sentimientos.

Podemos hacernos una pregunta obvia ¿Cómo debió sentirse Lea?

Y si profundizamos en otros casos bíblicos que vivieron situaciones similares, también podemos preguntarnos  ¿Cómo debió sentirse el Padre del prodigo? ¿Cómo debió sentirse José? ¿Cómo nos sentiríamos nosotros?

Cada una de estas personas, según su propia vivencia, experimentó una situación de rechazo increíblemente dolorosa, como probablemente uno de nosotros la podría estar viviendo.

Vamos a considerar Seis malas reacciones que normalmente tenemos ante el menosprecio:

  1. Intenciones de suicidio.

Podríamos experimentar pensamientos suicidas. Hemos invertido tanto en esa relación que parece que sin ella la vida simplemente no vale la pena. O hemos centrado nuestra felicidad en esa persona de tal manera que al sentir su rechazo consideramos innecesario seguir viviendo.

2. Sentimientos de ira

Podríamos expresar nuestro dolor con ira, venganza que nos lleven al homicidio actuando con maledicencia: “¡Me las pagaran! ¿Quién la necesita de todos modos?” ¡Sabrán quien soy yo!

3. Tendencia a la soledad.

Podríamos recluirnos en una soledad absoluta, no volver a comenzar, transformarnos en ermitaños anti sociales y nunca más correr el riesgo de entrar en una relación similar.

4. Propensión al vicio.

Podríamos tratar de medicar nuestro dolor bebiendo o comiendo en exceso o entregándonos totalmente al trabajo sin prestar atención a la gente nunca más, dedicarnos exclusivamente a nuestras necesidades egoístas.

5. Rechazo a sí mismo

Podríamos reaccionar con odio hacia nosotros mismos, castigándonos a través de malos hábitos como la anorexia o cortarnos las venas.

6. Centrarse en la apariencia

Podríamos poner el doble de esfuerzo en mejorar nuestro aspecto externo y así finalmente ganar la admiración de alguien más. Entonces ella va a ejercitarse para modelar su figura, va arreglarse más el cabello y va a comprarse todo un guardarropa nuevo. El joven hará mucho ejercicio, exhibirá su nueva figura y se entregara al adulterio o fornicación.

¿Cuál es el fruto de cada una de esas actitudes y acciones? Ninguna de estas seis reacciones es la correcta ni me conducirá a resolver el problema, el sentimiento de rechazo que enfrento; ninguna trata con el centro del problema: “mi identidad”.

La fea más bella en busca de su identidad

El problema de definir quién soy yo realmente, cuál es el problema con  mis relaciones, qué es lo que realmente me produce gozo y felicidad.

Veamos si nos podemos identificar con alguna de las siguientes situaciones:

  1. ¿Vives bajo el síndrome del “tan sólo si”?
  • Tan solo si yo tuviera 10 años menos sería feliz.
  • Tan solo si fuera más alto yo sería feliz.
  • Tan solo si yo tuviera un vehículo del año yo sería feliz.
  • Tan solo si me aumentara el sueldo yo sería feliz.
  • Tan solo si tuviera una novia yo sería feliz.
  • Tan solo si yo no estuviera sola yo sería feliz.
  • Tan solo si mi esposo me amara sería feliz.
  • Tan solo si mis hijos me obedecieran sería feliz
  1. Preguntémonos ahora ¿Qué debería cambiar para que mi vida fuera feliz?
  • Cambiaría el país donde nací.
  • Cambiaría la historia de mi vida.
  • Cambiaría el esposo o la esposa que escogí.
  • Cambiaría el color de mis ojos, mi altura, mi cabello, el color de mi piel.
  1. Pensemos ¿Está ese cambio a tu alcance o bajo tu control?
  • Tienes tú el poder para retroceder el tiempo y cambiar las circunstancias.
  • Tienes el poder de cambiar tu estructura física.
  • Tienes el poder de cambiar tu corazón.

La fea más bella en busca de la felicidad

Entonces, ¿Cómo es posible encontrar contentamiento en Dios en medio de circunstancias adversas y sentirme feliz? ¿Qué debió hacer Lea?

Para responder a esta pregunta, analizaremos cuatro aspectos:

  1. ¿Dónde encontramos la única felicidad duradera.?

“Por tanto, ahora vosotros tenéis también aflicción; pero yo os veré otra vez, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará vuestro gozo”. (Juan 16:22)

Jesús dice «nadie os quitará vuestro gozo» porque es la comunión con Él lo que nos da gozo, y la resurrección de Jesús significa que jamás moriremos. Jamás seremos separados de Él.

Vivir en comunión con Cristo y aferrarnos a la esperanza gloriosa de la resurrección nos permite entender que esta vida va más allá de mi, mucho más allá del yo, y de mi voluntad caprichosa, va mucho más allá de mis sentimientos.

Que el gozo verdadero está en tener una vida de deleite en la santidad de Dios y en la perfección de su Palabra.   ¡Y cuántos se han conformado solo con vivir bien esta vida! Comamos, bebamos y celebremos, dicen, porque mañana moriremos, y eso es todo.

Creen que no hay nada más allá de este mundo perecedero, y por eso no le encuentran sentido a la vida y el sufrimiento, el rechazo los decepciona a punto tal que menosprecian su propio cuerpo o llenan su corazón del veneno de la venganza, el odio y la amargura.

2. El gozo y deleite esta en Dios, en su Palabra.

Salmo 37:4  “Deléitate asimismo en Jehová,   Y Él te concederá las peticiones de tu corazón.

 Salmo 1:2  “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.”

Si nuestra felicidad esta en las demás personas, estaremos eternamente decepcionados, frustrados y amargados porque el hombre por su naturaleza caída es amador de sí mismo.

Pero en Dios y en Su maravillosa Palabra, encontramos el verdadero conocimiento del hombre sin Dios, de lo alejados que estamos de Él y de cuánto daño nos causamos a nosotros mismos cuando nos ponemos al centro de  de la vida, cuando nuestros sentimientos de rechazo nos gobiernan.

En Su Palabra encontramos la Verdad y la Vida, encontramos el Camino, y podemos deleitarnos en conocerle a Él y con ello ser nosotros cada vez mejores, más parecidos a Jesucristo.

3. Estamos completos en Cristo, nada nos hace falta para la vida nueva.

Colosenses 2:10 “Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”

Sin Cristo en nuestro corazón, estamos gobernados por nuestras pasiones y deleites, estamos gobernados por el pecado que destruye, estamos gobernados por el mundo y sus demandas y somos gobernados por el maligno que llena nuestros pensamientos de maldad y destrucción.

Es en Cristo que tenemos vida nueva, porque es Él quien nos da un nuevo corazón, un corazón de carne, sensible al pecado, es Él quien nos regala el don de la fe para creer en Él, y que Su Espíritu Santo more en nosotros para llevarnos a la Verdad del Evangelio.

Es en Cristo que somos reconciliados con el Padre y ya no somos condenados. Es en Cristo que todo pecado, toda culpa y toda inmundicia es limpiada de nosotros y ahora podemos ver con nuevos ojos, y sentir conforme el corazón de Dios, hacer Su Voluntad y obedecer para apartarnos del mal.

4. Siempre hay un propósito santo para los hijos de Dios

No debemos olvidar jamás, que para los hijos de Dios hay un propósito santo en todo lo que nos acontece en la vida.

 Romanos  8:28- 30 “ Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.   Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.  “

 Debemos aprender a dar gracias a Dios por las dificultades que vivimos, si es rechazo, si es maltrato, si es humillación, o cualquier cosa que vivamos, porque sabemos, que si le conocemos a Él y le amamos, todas esas circunstancias obraran para bien en nuestra vida.

Que ese dolor emocional nos acercada al que nos ama de verdad, con amor eterno, pues Su Palabra dice que “a los que antes conoció” a estos “predestino” para ser hechos hijos suyos, y que nos ha justificado y que ya no hemos de ser condenados ni separados de Él.

Que ninguna cosa creada nos separará de Su amor. Puestos nuestros ojos en Él podremos confiar que todo conducirá a bien.

Podemos ver detenidamente el caso de Lea, quien ante el rechazo decidió poner en marcha una estrategia para ganarse el corazón de su marido y uso una táctica que pensó le otorgaría resultados: tener hijos.

Lea debió ser una mujer infeliz, obligada a vivir con un hombre que no la quería y la despreciaba, y a quien probablemente ella sí amaba.

Lea pensó que sólo podría ser feliz, dichosa y realizada si conseguía el amor de su marido. Toda su vida la centro en un hombre y en la aceptación de él.

Génesis 29:32  “Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén,[a] porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.”

Pero lastimosamente no fue así:

Génesis 29:33 “Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón. “

Pero tampoco se produjo un cambio en la actitud de su esposo hacia ella. La meta no se estaba logrando, la estrategia no estaba funcionando.

Su corazón se estaba llenando de amargura y rechazo hacia su hermana. Sentía envidia y celos. Pero Lea, según dice la escritura, no era hermosa,  sin embargo, era persistente y continuó en sus intentos.

Génesis 29:34-35  “Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá[c] mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví. Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré[d] a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.”

 

Las circunstancias de Lea no cambiaron, su esposo continuó sin amarla, sin embargo, ella decidió que su felicidad, su dicha y su contentamiento no iban a depender de ello.

Lea decidió que esto lo encontraría en Dios, que Él sería quien le proporcionaría el sentido, la satisfacción y la plenitud que su relación matrimonial, sus circunstancias nunca le iban a proporcionar. Se convenció que no podía ella cambiar el corazón de los demás, pero si podía , en el amor de Dios, ver y sentir diferente.

Los primeros hijos que Dios concede a Jacob no son precisamente de Raquel, la amada, quien es estéril, sino de Lea, la despreciada, la fea.

Ella da a luz los cuatro primeros hijos a Jacob. Ella atribuye a Dios la concesión de todos estos hijos. Sabe que ha sido la mano de Dios quien la ha sostenido, quien la ha defendido, quien ha levantado su cabeza.

Los nombres que da a sus hijos expresan las circunstancias bajo las cuales ella vive su vida matrimonial y se convierte en madre: En aflicción, menospreciada, desplazada de la compañía de su esposo, insegura del amor de Jacob y sin la honra propia de una esposa.

La fea más bella busca el consuelo de manera equivocada

En competencia constante con su hermana, la hermosa y la amada, se consuela en la maternidad.

Con el nacimiento de cada hijo ella expresa su esperanza de ganar el amor, el aprecio, el compañerismo y la honra de su marido. Con el nacimiento de Judá, Lea alaba a Jehova al reconocer que Él la está favoreciendo a pesar de las luchas y los conflictos. Él la sostiene.

1 Timoteo 6:6-8  “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto“

Cada ser humano nace con el deseo de ser feliz pero se pierde en la búsqueda de ella y en el objeto de su felicidad.

El individuo verdaderamente piadoso tiene paz con Dios, gozo espiritual, seguridad de salvación, la convicción de que a los que “aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme al propósito son llamados” (Ro. 8:28).

Por eso no siente necesidad de “muchos bienes (terrenales) guardados para muchos años”, que no pueden satisfacer el alma, que solo dan un bienestar temporal, efímero  (Lucas 12:19,20).

Está contento con lo que tiene y aprende a amar más que la demanda de ser amado. Su alma ya no se centra en  las posesiones terrenales, materiales o emocionales, pues estas  no pertenecen al “alma”. Lo que es claro  es el hecho de que nada  trajimos  al  mundo, haciéndonos  evidente  que  nada  podremos  sacar  de  él.

El  Secreto De La Satisfacción  Del  Alma se encuentra en  “Alabar A Jehová” Y por eso Lea dijo, en su cuarto hijo: Esta vez alabaré  a Jehová; por esto llamó su nombre Judá.

La fea más bella obtiene la honra del Señor

Finalmente Lea es muy honrada por el Señor y por su mismo esposo:

  • Lea fue la primera esposa de Jacob (Gen_29:21-30);
  • Lea fue madre de Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón y Dina (Gen_29:31-35; Gen_30:17-21). Seis tribus de Israel.
  • Lea quedo como esposa única de  Jacob, pues Raquel muere primero (Gen_48:7),
  • Lea regresó con Jacob a Canaán, donde, al morir, fue sepultada en Macpela, Canaán, junto con Abraham y Sara, Isaac y Rebeca (Gen_49:31).
  • Dos de los hijos de Lea: Leví y Judá, fueron progenitores de tribus prominentes en Israel.
  • Por medio de Judá, cuarto hijo de Lea, viene la línea mesiánica:  Jesucristo  (Gen_49:10; Mic_5:2; Mat_2:6; Heb_7:14; Rev_5:5)

Toda esta honra, todo este inmenso privilegio, toda esta defensa, toda esta restauración y sanidad de nuestra alma, solo puede provenir de una intervención divina: la mano poderosa del Dios Todopoderoso que nos ha llamado!!