La Obra Del Espíritu Santo En Nosotros. Debemos saber que Él tiene dos funciones en nuestra vida:

  1. Revelarnos a Cristo.
  2. Formar a Cristo en nuestra vida.

En esta ocasión, estudiaremos la primer tarea: Convencernos de pecado y llevarnos a Cristo.

Texto de referencia.

Juan 16:7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

¿Cuál es el propósito de la obra del Espíritu Santo?

Las Escrituras lo llaman “el Consolador” ¿Por qué?

  • Ser el Consolador: parakletos,

Jesús estaba tan convencido del lugar central que Él ocupa en los propósitos de Dios para su pueblo

Que prometió enviar a Alguien que tomara su lugar una vez que Él hubiera regresado al cielo.

Ese Alguien es el Espíritu Santo. El nombre favorito para este era “Paracleto”, o «Consolador«.

Es un término legal que denota al abogado, al consejero de la defensa.

Con esa definición podemos decir entonces, que la obra del Espíritu Santo sería proseguir la causa de Jesús en el mundo.

  • Ser Testigo:

«Él será mi testigo» (Juan 15.26), dijo Jesús.

  • Mostrar la gloria de Jesús:

Y otra vez: «Él mostrará mi gloria, porque recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes» (Juan 16.14).

  • Jesucristo su único objetivo:

Así que, tanto el testimonio del Espíritu Santo al mundo, como su revelación a la iglesia tendrían como objeto a Jesucristo.

¿Cómo se ve la obra del Espíritu Santo?

  1. Cuando nos  Convence de pecado.

Juan 16:8-9  Y cuando él venga, convencerá[1] al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí;

(DHH C* 2002*)Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo dónde está la culpa, dónde la inocencia y dónde el juicio

(NVI 1999)Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error[m]  en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio;

No dice que vino a decirnos que somos bellos, preciosos, agradables a Dios, sino que vino a convencernos de pecado,

Convence de pecado de modo que puedan ver su vergüenza y venir a Cristo en arrepentimiento.

  • Nos hace ver nuestro pecado:

Lo primero que el Espíritu Santo hace en nosotros, es hacernos ver que estamos en un infinito problema,

Que hemos pecado contra un Dios infinitamente Santo, que nuestra condenación es segura, pero no nos deja solo con este fatal veredicto sino que también nos convence de que solo en Cristo hay salvación. Nos da la mala noticia pero también nos da la buena noticia en Cristo.

  • ¿Qué es el pecado?

Podríamos resumir algunos puntos relevantes de la definición de pecado.

Es rechazo:

A la voluntad de Dios,

Es negación

Es vivir a espaldas de Dios,

Es oposición:

Es la disposición mental que lleva al pecador a hacer la propia voluntad en oposición a la de Dios.

Es errar al blanco:

Se refiere a tomar un camino equivocado.

Es violación a la Ley:

Una transgresión a la ley divina.

Es violar los límites:

Es transgredir los mandamientos, sobrepasar los límites impuestos por la santidad de dios

Es muerte:

Trae como consecuencia, miseria, muerte, culpa, vergüenza, condena.

La obra del Espíritu Santo es convencer

Veamos la obra de convencimiento de pecado que hace el Espíritu Santo en el hombre no redimido.

  1. La obra del Espíritu Santo es Convencer de culpabilidad.

Romanos 1:28  Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios), Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

(BAD)  Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios,

Él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

El hombre en su estado caído no reconoce a Dios, no le puede ver ni tomarlo en cuenta para sus acciones

Ignorar el conocimiento de Dios, hace al hombre, más necio, cayendo en la depravación mental, que le impide ver su propia destrucción

Romanos 1:29-31  estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

Murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

Y todo esto los hace culpables delante de Dios, ¡son culpables de juicio! La ira de Dios está sobre ellos.

Y esta convicción tan dolorosa solo es posible verla por la obra el Espíritu Santo iluminando la mente del pecador, de manera que podamos humillarnos en arrepentimiento ante nuestro Creador y Señor.

  1. La obra del Espíritu Santo es Convencer de muerte espiritual

Convencer al hombre natural que todos hemos pecado y por lo tanto estamos muertos espiritualmente.

Romanos 5:12  Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,(A)(condena)

Así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

  • El «pecado original»

Es un término teológico que puede ser usado para describir el hecho de que todos los seres humanos han heredado una naturaleza pecaminosa de Adán,

El primer hombre que cayó en pecado por su transgresión. La universalidad del pecado es evidente.

Ya de principio, el hombre posee una naturaleza heredada que lo inclina al pecado

  1. La obra del Espíritu Santo es Convencernos de que todos nacemos en pecado.

Salmo 51:5  He aquí, en maldad he sido formado,  Y en pecado me concibió mi madre.

(BAD)  Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre.

(Jer 1976*)  Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.

Todo nuestro ser está contaminado por el mal: nuestros pensamientos, acciones, palabras, sentimientos, voluntad ¡Desde antes de nacer¡

Salmo 51:7  Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.

Como dijo Calvino, esta “naturaleza pecaminosa” se extiende a cada parte del alma, tanto la mente como el corazón han llegado a ser completamente corrompidos.

Calvino tenía razón en decir que para ser aprobado por Dios lo último del corazón tiene que ser purificado.

Los pecados que se mantienen en secreto también desagradan a Dios.[2] Que no los reconozcamos, que no los confesemos, no quiere decir que no existan!

  1. Nos permite ver los frutos del pecado

Convencer al hombre en su estado caído que el fruto de su pecado, es fruto de muerte.

Gálatas 5:19-21  Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,

Idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,

Envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto,

Como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Es el Espíritu Santo el que nos permite caer en la cuenta, que todo cuanto hacemos trae destrucción y muerte a nuestra vida,

Que en nosotros no hay nada bueno, nada que edifique, nada que nos permita construir relaciones sanas

  1. La obra del Espíritu Santo nos convence de injusticia

Lleva a la convicción que no existe un solo ser humano que sea justo ante Dios.

Romanos 3:10-12  Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda,

No hay quien busque a Dios.

Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.(B)

Es tremendo querer hacer ver esto a una persona con altos valores morales, pero sin Cristo en su corazón.

Es natural en el hombre caído, considerarse bueno y justo en sí mismo, sin necesidad que nadie le de esos atributos.

Pero la Escritura es clara ¡No hay justo Ni siquiera UNO¡

  • Todos hemos pecado

Eclesiastés 7:20  Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque

Por alta que sea nuestra moralidad, por buenos que puedan parecer nuestros valores y principios,

Por humanos y sensibles que nos podamos ver, por agradables que sean nuestras obras delante de los hombres,

¡Todos hemos pecado! ¿Por qué? Porque todo lo que hacemos, es delante de Dios, como trapos de inmundicia

Porque de nuestro corazón nada es para agradar a Dios, sino para vanagloria nuestra

  • Nadie puede buscar a Dios

Salmo 14:2-3  Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres,  Para ver si había algún entendido,  Que buscara a Dios.

Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Como producto de nuestro pecado, nos hemos alejado de Dios, y por naturaleza caída, solo buscamos hacer lo malo

Es la obra del Espíritu Santo que nos convence de ese pecado, y nos reconcilia con Dios por medio del arrepentimiento.

  1. El Espíritu Santo  Convence al hombre, que en su estado natural, está muerto en sus delitos y pecados.

La condenación del pecado es inevitable y terrible. Según la Ley, «la paga del pecado es la muerte» (Romanos_6:23).

El Espíritu Santo nos hace saber que estamos muertos

Esta muerte y juicio se extienden a todos los hombres, por cuanto todos han pecado (Romanos 5:12);

El hombre está muerto en Sus delitos y pecados (Efesios_2:1).

  1. El Espíritu Santo nos hace nacer de nuevo

Lleva al hombre, a Convencerse de que le es necesario nacer de nuevo para entrar en comunión con Dios,

Pues las iniquidades del hombre natural, hacen separación entre él y Dios. Así se lo hace saber a Nicodemo,

Que si no nacemos de nuevo, nos es imposible entrar en el reino de los cielos.

¿Como se logra el convencimiento del Espíritu Santo?

Es por medio de la predicación del evangelio,

1 Corintios 1:21  Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,

Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

La fe viene por oír la Palabra de Dios. Es a través de la predicación que Dios abre el corazón para poder creer.

Y cuando escuchamos la Verdad de Dios, nos convencemos de nuestra pequeñez e inmundicia,

Nos arrepentimos de tanta maldad, y reconocemos nuestra enorme necesidad de Cristo

Hechos 2:36-38  Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Si alguien nunca se ha visto como un pecador que merece la condenación del infierno, y que de esa condición solo Dios puede salvarlo,

¡Esa persona no es cristiana.¡

Pero esa convicción solo la obra el Espíritu Santo. Nosotros jamás podremos convencer a nadie, de esa tremenda realidad

Lo nuestro es, Predicar el hermoso Evangelio liberador y santificador, para que el Espíritu Santo haga su obra.

Conclusión:

La obra del Espíritu Santo, es llevarnos a Cristo, pero para ello, debe primero convencernos de pecado

Debe hacernos ver nuestra pequeñez e inmundicia, y nuestra enorme necesidad de ser rescatados de nosotros mismos.

Nos convence de pecado, de culpa, de muerte espiritual, nos hace ver que los frutos de nuestra naturaleza caída, siempre son de muerte.

 

 

 

[1]Convencer: elenco (ἐλέγχω, G1651) significa: (a) convencer, redargüir, poner en evidencia, reprender, acusar, generalmente con la sugerencia de avergonzar a la persona así redargüida; véase Mat_18:15 , donde está a la vista más que el hecho de exponerle al ofensor su falta. Se usa de convencer de pecado (Jua_8:46 ; Jua_16:8); con respecto a los que contradicen la fe (Tit_1:9); de transgresores de la Ley (Stg_2:9 : «convictos»); algunos textos tienen el verbo en Jua_8:9

[2] Comentario Mundo Hispano, Salmo 51: 5-7.