La Oración Perseverante Siempre Encuentra Respuesta. Y aunque tardare y pareciera que no somos escuchados, al final veremos la luz

Pero esta oración debe acompañarse de una actitud correcta, de un concepto adecuado, tanto de Quien es Dios, y quienes somos nosotros,

Y de manera especial, este tipo de oración debe llevarnos a poner nuestros ojos, no en la grandeza de nuestra necesidad, sino en la grandeza del Dios a quien clamamos.

Texto de referencia:

Mateo 15:21-23  Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.

Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole:

¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.

Pero Jesús no le respondió palabra

La oración perseverante y nuestra necesidad


Son muchas las necesidades que padecemos los creyentes, pero son aún mayores las que padecen los que no tienen a Cristo

Y aunque el mundo nos haga pensar lo contrario, lo cierto es que si Cristo no está con nosotros, la desesperanza toma poder en nuestro corazón

  1. Pareciera que la oración perseverante No es escuchada

Algunas veces rogamos tanto al Señor que nos ayude, pero no recibimos respuesta de manera inmediata, ni de la manera que quisiéramos

  • Una gran necesidad:

Tenemos una gran necesidad y nuestra oración no recibe una respuesta, clamamos día y noche pero pareciera que es por gusto

El caso de esta mujer cananea nos hace sentir identificados, ella tenía una gran necesidad, y rogaba mucho, clamaba a toda voz para ser escuchada,

Mateo 15:22  Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole:

¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.

(BAD)  …. gritando:—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.

Esta mujer probablemente había probado ya, varias formas para encontrar una sanidad para su hija, pero nada le había funcionado

Así que llega al punto de comprender, que Jesús era su única esperanza¡

¿Cuántos de nosotros nos hemos encontrado justo en ese punto? Ya luchamos con todas nuestras fuerzas, en toda nuestra inteligencia y astucia,

Ya echamos mano de todos nuestros recursos, ya buscamos a todas las personas que nos podrían ayudar

La oración perseverante trae esperanza

¡Pero nada funciona¡ y entonces decimos “busquemos a Jesús”, lleguemos a la iglesia, quizá allí haya una respuesta, una solución

  1. La oración perseverante y el silencio de Dios

La mujer cananea derramo su corazón delante de Jesús, pero el Señor no daba respuesta. Mientras ella oraba y clamaba, el Señor Jesús está callado

Mateo 15:23 Pero Jesús no le respondió palabra.Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.

(Jer 1976*)  Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»

Toda la esperanza de esta mujer, estaba centrada en Jesús, pero Él, que podía ayudar, parecía no querer ayudar.

Salmo 22:2  Dios mío, clamo de día, y no respondes;  Y de noche, y no hay para mí reposo.

Justo esos son los momentos en que nos llenamos de impotencia y frustración¡!

  • Oramos:

Con todas nuestras fuerzas, con toda la esperanza que nos es posible tener, pero no vemos la luz.

  • Buscamos:

Pero no hallamos, no encontramos la forma, ni los medios, ni las personas para lograr salir de la angustia y la impotencia

  • Llamamos

Pero no se abre ninguna puerta. No encontramos la salida¡

  • Desesperamos:

Cuanto más se dilata el silencio de Dios, tanto más aumenta nuestra necesidad.

Nos desesperamos porque No desciende ni una sola palabra del Cielo, y nos encontramos clamando tal como lo hizo Job:

«Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara,  Y abriera sus labios contigo, » Job 11:5.

  • Conmovemos:

Los discípulos, deseosos de despedir a la mujer, se pusieron de su lado y querían que Cristo la ayudara.

¿Pero de qué sirve si el hombre está de tu lado, y Dios en contra de ti?

Mateo 15:23 Pero Jesús no le respondió palabra.

Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.

(Jer 1976*)  Pero él no le respondió palabra.

Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»

Podemos conmover a muchas personas, a muchos hermanos en la fe, y todos ellos se pueden esforzar en ayudarnos,

Pero si el favor de Dios no está con nosotros, no vale ningún favor humano¡!

  1. Ante tanta limitante ¿De qué sirve la oración perseverante?

La mujer cananea ha buscado todas las formas y medios, ya ha clamado al Señor, ya los discípulos has intercedido por ella ¿Qué más podía hacer ahora esta mujer?

  • Opciones de derrota:

Esta mujer, que no era del pueblo de Dios, era gentil, ante tanto esfuerzo infructífero, podía darse por vencida y volverse a su casa

Se conformaría y se justificaría diciendo “al fin y al cabo, soy pagana, cananea soy!!!!”, Dios no tiene porque escucharme

  • Seguir luchando:

¡Sin embargo, no se volvió a su casa! La verdadera necesidad no puede ser refrenada, porque no hay otro lugar adonde ir.

Algunos dicen que ya han orado el tiempo suficiente, que ya esperaron lo que tenían que esperar, y entonces abandonan.

Pero los que sienten una verdadera necesidad no pueden parar; preferirían morir a los pies de Dios antes que abandonar.

  1. ¿Qué hace la oración perseverante?

¿Que hizo la mujer cananea? ¿Cómo sobrellevo ella, todo ese silencio e impotencia?

Mateo 15:25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!

(BAD)  La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó:—¡Señor, ayúdame!

Ante nuestra aplastante necesidad de ser socorridos por el Dios Todopoderoso, no podemos menos que postrarnos y seguir clamando

Clamamos a los pies de Jesús y No abandonamos

No podemos llenarnos de soberbia y altivez, porque esto en nada nos ayuda, más por el contrario, empeora nuestra condición.

  • La respuesta de Dios ante la oración perseverante:

Y podemos ver, que ante tanta insistencia de esta mujer, por fin, Jesús responde:

Mateo 15:26 Respondiendo él, dijo:

No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.

¡Pero no es esta la respuesta que esperábamos¡¡ No, no¡¡ esto es demasiado duro para nosotros.

Es más, es demasiado difícil de concebir, porque no es ese el concepto que nosotros tenemos de Dios¡

No esperábamos esa respuesta de un Señor Jesús, lleno de amor y misericordia para el necesitado!

Entonces ¿Nos indignamos? ¿Damos la vuelta y nos vamos? ¿Nos ofendemos y decidimos ya no buscar más de Dios? ¿Blasfemamos?????

  • Nuestra respuesta:

¿Qué hizo entonces la mujer cananea? ¿Reaccionó con amargura? ¿Dijo acaso: pero No soy peor que los demás?

O dijo acaso: «No es culpa mía si soy pagana» ¿O acaso se ofendió por ser llamada «perrillo»?

¡No¡ nada de esto paso por la mente de esta mujer tan necesitada del favor divino¡ Más por el contrario, ella manifestó su acuerdo con lo que Cristo había dicho.

La mujer cananea estaba de acuerdo con Jesús. Estaba de acuerdo en que ella, no tenía derechos. Reconoció su indignidad y su pecaminosidad.

¡Cuánto necesitamos aprender de esta mujer¡ cuánta humildad en un corazón necesitado, y cuán hermoso concepto tiene ella, de quien es Dios¡

  • Necesidad de reconocer:

Esta mujer gentil, pagana, alejada de la gracia de Dios, reconoció su indignidad y pecaminosidad.

Mateo 15:27Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.

(BLS)  La mujer le respondió: —¡Señor, eso es cierto! Pero aun los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños.

Si estamos viviendo situaciones de gran angustia y aflicción, situaciones de mucha necesidad del favor divino,

Lo mejor que podemos hacer, es reconocer nuestra condición de pecado, de la cual Dios no tiene la culpa.

Reconocer nuestra condición de necesitados del favor de Dios, nuestra condición de indignidad, ante la justicia y santidad de Dios.

  1. La oración perseverante y la soberanía Divina

Pero debemos saber que entre la oración incesante que mantengamos y la respuesta que anhelamos, se encuentra la soberanía de Dios.

La lección que nos enseña un Cielo silencioso es que Dios no está bajo obligación alguna con el pecador.

La oración perseverante y la Soberanía divina

La gracia enseña al pecador a recurrir a la gracia. Es decir, el inmenso amor del Padre, nos enseña a recurrir a Cristo, para obtener el pronto auxilio

  • «¿Qué hizo Cristo?».

El Salvador se dejó atrapar en sus mismas palabras. Con su mano izquierda echó a la mujer a un lado, pero con su diestra la asió hacia Él

Con una mano le quitó su valor como persona digna del favor divino, pero con la otra mano la atrajo a sí mismo.

El Señor sigue obrando de esta manera. Nos hace ver la imposibilidad de nuestra parte para dar lugar a la posibilidad de parte del Señor.

Y así, Cristo le dijo a la mujer: «Oh mujer, grande es tu fe» Y esto podía decírselo, porque ella tenía un gran concepto de Dios y un concepto tan pequeño de sí misma.

Esta mujer, extraordinaria en su respuesta, esperaba mucho de poco. Esperaba un inmenso favor, de quien ella no merecía recibir nada.

Y aún más, en su gran apuro, en su inmensa necesidad, se aferró a Jesús, y no estuvo dispuesta a abandonar su cometido.

Mateo 15:28  Entonces respondiendo Jesús, dijo:

Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

  1. Experimentando el silencio de Dios

Jamas ha habido alguien en esta tierra que experimentara en carne propia, el dolor de un Dios callado,

Tal como lo experimentó Cristo en la Cruz. Él clamó, bajo un Cielo callado donde Dios le había desamparado.

La perseverancia en el clamor de Cristo, no le trajo alivio alguno a su sentimiento de abandono

No fue rechazado por una mano de Dios para ser atraído con la otra, como había sido la experiencia de la mujer cananea.

No! No fue así, sino que fue echado fuera con las dos manos de Dios, porque tenía que pagar todos los pecados y sufrir todas las enfermedades de los suyos.

Salmo 22:1-3  Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?(A)¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

Dios mío, clamo de día, y no respondes;  Y de noche, y no hay para mí reposo. Pero tú eres santo,  Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

De manera entonces, que no pensemos que nos presentamos delante de un Cristo, que no sabe nada de nuestro dolor y sufrimiento,

Más por el contrario, aprendamos de su humildad y obediencia, para cumplir siempre con la Voluntad perfecta de un Dios soberano.

Conclusión:

La oración perseverante no consiste solamente en clamar a viva voz, de día y de noche, esperando que nuestra voluntad se imponga sobre la soberanía divina

No¡ la oración perseverante va mucho más allá de eso¡ cuando oramos fervientemente por nuestra necesidad,

Jamás olvidemos quienes somos nosotros, y quién es Dios, cual es nuestra posición delante de un Dios Santo, Justo y Soberano,

Y que nuestra necesidad no obliga a Dios hacia nosotros, sino que nos obliga a nosotros en humildad y rendición delante de Él

Fuente consultada:

Libro «Orar sin cesar», Frans Bakker.