Lo Que Un Verdadero Milagro Hace


Lo que un verdadero milagro hace, es lograr aquello que ningún hombre, en su propia capacidad y esfuerzo, pude lograr. Ese milagro me deja ver mi condición humana, débil e impotente, y me deja ver mi gran necesidad de ser rescatado. !Me deja ver quién es Jesús¡

Poder saber y comprender quién es Jesús, y en qué consiste Su obra, es el propósito único de la Biblia, pues ella habla de Él,  y este mismo debería ser nuestro propósito como cristianos y siervos de un gran Señor.

Esta es la última parte de una serie de tres reflexiones que hemos hecho del capítulo ocho de Marcos, y ahora vamos a tratar de comprender de qué se trata un verdadero milagro.

Marcos 8: 27-30 “Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?

Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.  Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.

Esta “era una pregunta necesaria para que sus discípulos pudieran aclarar sus ideas y pensamiento sobre Jesucristo, y así mismo, para profundizar sus convicciones, y confirmar y fortalecer su fe” [1]

Recibir el verdadero milagro de vida eterna depende del conocimiento verdadero del Hijo de Dios. Este conocimiento solo es posible si logramos conocer el propósito del ministerio del Señor Jesús y su obra de redención para Su pueblo.

La respuesta de los discípulos “demostraba que reconocían algo singular en él, Juan el Bautista representaba pureza de carácter; Elías, poder con Dios: y los profetas, proclamación de la verdad”[2]

Pero con todo, que cada uno de ellos poseía algo singular – ser llenos del Espíritu Santo- no dejaban de ser hombres falibles, creados y con luchas.

Fue Pedro quien “expreso una convicción que se había ido formando poco a poco en la conciencia de ellos: “Tu eres el Cristo” o sea el Mesías, Hijo del Hombre e Hijo de Dios”[3]

Es nuestra comunión con El Señor, nuestro andar en Su Palabra, la que nos lleva a reconocer Quién es Él, afirmándose con convicción en nuestro interior esa Verdad, sin la cual No hay un verdadero milagro.

Sin esa convicción que se transforma en fe, por obra del Espíritu Santo, no hay salvación ¡No hay vida eterna¡ No hay justificación¡! Cuán importante es, no solo saber, sino conocer quién es Él.

  • Lo que un verdadero milagro hace: nos lleva al conocimiento de Dios

Es el conocimiento del Dios verdadero lo que nos permite y nos lleva a saber Quién es Jesús

Marcos 8: 31-33 “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.

Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle.  Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.”

Es fácil comprender a Pedro, que hace un momento exaltaba la grandeza del Hijo del Hombre, para luego dar marcha atrás, cuando de sufrimiento se trata!

El camino a la cruz siempre fue imperativo del Señor, pero para sus discípulos, como para muchos cristianos hoy día, el sufrimiento es contrario a la imagen que se tiene de un Rey y de su reino.

Y para los hijos del Rey, tampoco es considerado el sufrimiento, y es esta realidad la que hace de nosotros cristianos no verdaderos, pues no hemos comprendido el poder purificador del sufrimiento en nosotros.

Y el poder salvador del sufrimiento de Cristo, por amor a Sus elegidos, y como el camino único para vencer el poder del pecado y de Satanás que imperan en un mundo caído y donde Dios Padre demanda el cumplimiento de Su Justicia Santa.

Vale aclarar que “en las palabras bien intencionadas de Pedro, Jesús reconoció la voz de Satanás.

El tentador otra vez procuraba desviarlo de la cruz, evitar los sufrimientos y escoger un camino más fácil. Así también él nos tienta a nosotros a tomar el camino más cómodo en vez de la cruz.”[4]

Una cruz que no queremos cargar porque “para el hombre, tal como es por naturaleza, la cruz le es indudablemente ofensiva. No está dispuesto a aceptar el hecho de que “sin derramamiento de sangre no hay remisión” (Hebreos 9; 22)”[5]

Y sin derramamiento de sangre ¡no hay milagro! El grande y maravilloso milagro de Vida Eterna que solo Cristo nos puede dar, que solo en Su santidad se puede alcanzar y que solo en Su amor al Padre y a nosotros, se pudo cumplir.

  • Lo que un verdadero milagro hace es mostrarnos el sacrificio eficaz de Cristo

El impacto de su sacrificio, toda la trascendencia que tuvo la muerte de Cristo en una cruz, para el creyente y el no creyente, Demuestra Quién es Jesús

Marcos 8:34-38  “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en    pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.  Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 

Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?   ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles

Ir en pos de Jesús significa unirse a Él como su discípulo, seguirle tan de cerca, que hablemos y actuemos como Él,  obedeciendo sus mandamientos.

Será esta unión la que nos permitirá ver el verdadero milagro: la salvación recibida en Él. Por qué todo el que quiera salvar su vida la perderá:

“Si queremos salvar nuestra vida, es decir vivir para nosotros mismos, nuestros gustos, nuestras apetencias y nuestras decisiones, con el “yo” como centro de todo, sin duda alguna la perderemos.

En cambio, si la “perdemos” en el servicio de Dios y de otros, la habremos ganado. El hombre que da su vida en lealtad a Jesucristo, la guarda y la gana en un sentido más profundo”[6]

Podemos apreciar el valor incalculable que el alma tiene para el Señor Jesús; ganar todo el mundo o perder el alma! La respuesta es determinante para sus elegidos!

¿Que significa perder el alma?

Significa estar eternamente condenados, alejados de la presencia de Dios y sujetos a Su Ira Santa. Significa no ser reconocidos como sus hijos ni gozar de Su herencia incorruptible.

Significa pasar por este mundo dominado por pasiones pecaminosas que nos destruyen, que nos impiden alcanzar una vida plena, y que nos llenan de vacío el corazón, de amargura e impotencia, con un alma que jamás lograremos saciar.

Y finalmente vemos como la actitud futura del Señor hacia nosotros esta en respuesta de nuestra actitud actual hacia Él: “el que se avergüence del Señor, el Hijo del Hombre se avergonzara también de él”.

¿Qué significa avergonzarse de Jesús?

«Avergonzarse de Jesús significa sentirse tan orgullos de uno mismo que uno no quiere tener nada que ver con Él”[7] Sino servimos y glorificamos ahora al Señor, sintiéndonos tan auto suficientes, en su segunda venida, el Señor nos rechazara y  condenara.

¿Por qué nos condenará el Señor?

¿Por qué nos condenará? Porque el pecado que reina en nosotros y nos lleva a destruir todo cuanto hacemos y amamos, es un pecado que ofende la Santidad de un Dios Justo y es un pecado que impide que seamos gobernados por el Dios que nos Creo para Su Gloria.

Es todo el sufrimiento vicario de Jesucristo aquí en la tierra, lo que nos proporciona el milagro invaluable, impagable e inmerecido de la salvación para “una generación adultera y pecadora” desviada completamente de la meta de servir y glorificar a Dios, nuestro creador! Y nuestro Salvador!

Es ese sacrificio vicario de Jesucristo, el que nos permite comprender y dimensionar Quien es Él, y porque debemos amarle, adorarle, seguirle y servirle.

Nos permite entender Quien es Él: «El Camino, La Verdad y La Vida»justamente todo lo que se perdió con el pecado de Adán y que en Cristo es encontrado de nuevo.

  • Lo que un verdadero milagro hace lo podemos experimentar a diario en nuestra vida

A diario tenemos la oportunidad de hablar de quién es Cristo, que ha hecho por nosotros, cómo nos transformó la vida. Podemos hablar del maravilloso milagro del nuevo nacimiento, cómo ahora tenemos un nuevo corazón, un entendimiento renovado y una nueva visión de mundo.

Haciéndolo así, nuestros ojos, y los ojos de aquellos que nos oyen, siempre estarán puestos en Cristo, en su inmenso amor, en la verdad del perdón, en su gracia salvadora y en su misericordia infinita hacia todos los que estábamos destituidos de la gloria de Dios.

Y aprendamos a ver con mucho cuidado. Jamás debemos confundir la persona de Jesucristo con la de un hombre falible, Él es más que un maestro, un rabí, un profeta o un sacerdote, ¡Él es nuestro Salvador divino!

Que no haya figura, imagen o concepto estrecho que reste valor, dignidad o poder a Su vida y Su obra. Que jamás menospreciemos su infinito amor por el pueblo que ha redimido. Que haya siempre gratitud y adoración en nuestro corazón.

De igual forma, como verdaderos cristianos debemos estar dispuestos a expresar con valentía, con convicción, quién es Cristo para nosotros, defendiendo esa Verdad y nuestra fe, aun cuando eso vaya en contra de la opinión popular, de la corriente del mundo moderno:

“Al no ser del mundo, los creyentes son luces en medio del mundo. Son espiritualmente diferentes al mundo, para ser una bendición en el mundo”[8]

Seamos valientes cuando nos toque responder a la gran pregunta ¿y Uds. Quién dicen que soy? Valientes para dar testimonio con nuestra vida!

Y al reconocer quién es Él, podremos reconocer también el valor de la cruz, la grandeza de su sufrimiento, el verdadero sentido de su humillación y el milagro mismo de vida eterna.

Llevar su cruz debe ser un acto voluntario como respuesta de gratitud, negándonos a nosotros mismo para hacer su voluntad, y vivir glorificándole a Él,

Porque todo el que quiera salvar su vida  ¡la perderá! Pero el que se rinda delante de Él, obedezca Su Palabra y reconozca Su señorío, ¡ese será salvo!

Una salvación imposible de obtener por nuestros propios medios ¡un milagro imposibles de obtener por otra vía! Un regalo inmerecido! Un milagro que transforma y que nos hace cada vez más parecidos a Él.

Conclusión

Podemos concluir esta reflexión haciendo hincapié en lo que la Palabra nos dice en Marcos 16:17 Y estas señales seguirán a los que creen.

Los milagros y las señales siguen a los que creen en Su Nombre, y jamás, estos suceden para convencernos de pecado, para procurar un nuevo nacimiento, o para reconocer nuestra necesidad de un salvador.

Y para los que ya somos salvos, jamás creer  que estas señales van delante de nosotros abriéndonos las puertas ante los que han de creer. Estas señales nos siguen!!

El libro de Marcos nos muestra a un Jesucristo todo poderoso que sana enfermos, que hecha fuera demonios, que aquieta los mares, que calla a los vientos, que hace andar al cojo, que hace ver al ciego,

Pero todo esto no era suficiente para que una “generación incrédula” creyera en Él, la misma generación que hoy cree seguirle en busca de milagros, pero sin querer vivir una vida transformada que glorifique Su Nombre.

Glorifiquemos el nombre del Señor, manteniendo una actitud de servicio, un corazón agradecido,  un “yo” rendido y dependiente de Él, asemejándonos al Señor en una vida de sufrimiento y de obediencia a su Palabra!

Que jamás nos avergoncemos del Evangelio! Que no nos haga buscarle por la bendición que recibiremos por ser sus hijos, sino que le busquemos, simplemente, porque Él es Dios, Él es nuestro Creador y nuestro Salvador!

Jamás olvidar que nosotros somos las criaturas, somos los necesitados, que somos barro en sus manos, y que Él, como buen alfarero, hará conforme sea su voluntad: Perfeccionar Su hermosa imagen en nosotros.

Que nuestra confianza este puesta en el “corazón compasivo” de Jesucristo, en la soberanía del Padre que nos entrego a Él, y en la tarea del Espíritu Santo que nos conduce en esa senda de justicia y santidad.

Jamás pensemos que este es un esfuerzo propio, que depende de nuestras fuerzas o de nuestras obras, pero nunca olvidemos que este si debe ser un esfuerzo voluntario! Y que nuestro verdadero milagro es tener Su presencia morando en nosotros! Un milagro eterno de vida! El don de Dios!

 

 

Bibliografía
  • William Hendriksen “Comentario al Evangelio de Marcos” Michigan 1979. Libros Desafío, 1998
  • Comentario Bíblico Mundo Hispano, Tomo 15, Editorial Mundo Hispano, Alabama Estados Unidos de América, 1999.
  • Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia, Tomo II: El Nuevo Testamento, Casa Bautista de Publicaciones, Alabama, Estados Unidos de América, 1999
  • Carlos A. Morris, “Comentario Bíblico del Continente Nuevo” Evangelio según San Marcos, Editorial Unilit, Miami, Fl. EE.UU
  • E-Sword-the Sword of the LORD with an electronic edge
  • Diccionario Strong en español
  • Diccionario Nuevo Testamento W. E. Vine
  • Biblia Nueva Versión Internacional 1999
  • Biblia Reina Valera 1960

[1] Carlos A. Morris, “Comentario Bíblico del Continente Nuevo” Evangelio según San Marcos, Editorial Unilit, Miami, Fl. EE.UU.

[2] Ídem

[3] Ídem

[4]  Carlos A. Morris, “Comentario Bíblico del Continente Nuevo” Evangelio según San Marcos, Editorial Unilit, Miami, Fl. EE.UU

[5] William Hendriksen “Comentario al Evangelio de Marcos” Michigan 1979. Libros Desafío, 1998

[6] Carlos A. Morris, “Comentario Bíblico del Continente Nuevo” Evangelio según San Marcos, Editorial Unilit, Miami, Fl. EE.UU

[7] William Hendriksen “Comentario al Evangelio de Marcos” Michigan 1979. Libros Desafío, 1998

[8] Ídem