¿Y Si Cristo No Resucito? ¿Qué Significa Negar La doctrina de la resurrección? ¿Qué implicaciones tiene para la vida del creyente la certeza de la resurrección de Cristo, en qué se  afectaría la fe y el trabajo por la obra de Cristo si Cristo no resucitó?

Esta reflexión tiene como propósito dar respuesta a estas inquietudes y poder confirmar bíblicamente que Cristo Si Resucito, y que como esto es absolutamente cierto, entonces también nosotros resucitaremos juntamente con Él, demostrando que Cristo venció a la muerte y al pecado.

Consecuencias de negar la doctrina de la resurrección.

1 Corintios 15:13-19  Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.

Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.  Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

1 Corintios 15:32  Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.(I)

Si negamos la resurrección de Cristo entonces:

  • Es vana nuestra predicación,

Ya que no habría ninguna buena noticia que anunciar, el evangelio carecería de fundamento, ya que carecería de merito para ofrecer perdón ni vida eterna.

  • Es vana nuestra fe,

Implica que nuestra creencia en un Cristo resucitado que da y transforma vidas seria vana. Creer en Cristo no impactaría nuestra vida, nuestra forma de vivir.

  • Seremos hallados como falsos testigos de Dios

En el sentido que nuestro testimonio seria falso. Predicaríamos a un Dios que no puede cumplir lo que promete. Nosotros no podríamos ser la evidencia misma de ese Dios.

  • Los que murieron en Cristo perecieron,

Es decir ya no resucitaran, nunca más los volveríamos a ver, su iglesia estaría destinada a muerte y no a vida. No habría esperanza en Él, no podríamos ver más allá de este mundo corrompido.

  • Vano seria nuestro trabajo

Y vano todo sacrificio por la obra de Cristo y seriamos los más dignos de conmiseración. Seriamos los más dignos de lastima, ya que no sostendríamos una verdad sino una mentira, defenderíamos algo falso. Y estaríamos dando nuestra vida por algo falso.

  • No habría santidad

Y si eso fuera cierto, que la resurrección no existe, entonces la vida de santidad carece de sentido, y sería mejor comer y beber antes de morir. La santidad no produciría fruto alguno.

En resumen negar la resurrección de Cristo sería negar todo el Evangelio, negar la Palabra profética del Antiguo Testamento, negar la santidad de Cristo y su propósito redentor, negar todo el ministerio terrenal del Señor. ¡Sería negar todo aquello en lo que hemos creído!

No podemos negar la doctrina de la resurrección!

La resurrección de nuestro Señor Jesucristo es una realidad!¡ no se puede negar.

La muerte entro al mundo producto del pecado de  Adán, pues la sentencia de Dios fue clara al decir “el día que comas de este árbol ciertamente morirás” Génesis 2:17. De manera que la paga del pecado es muerte. Mientras el pecado exista, la muerte para el hombre existirá.

Pera hay uno que es sin pecado, completamente santo y es Cristo. Es su perfección y santidad la que le da su victoria sobre el pecado y con ello, sobre la muerte, y es esa perfección la que le permite satisfacer plenamente las demandas de justicia de divina, convirtiéndose en el sustituto perfecto.

1 Corintios 15:20-22  Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

(BAD)  Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir.

Pablo exclama victoriosamente en la frase «Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos…» La resurrección de nuestro Señor es un hecho real, debemos reconocer que Jesucristo es Dios, y Dios eterno, hecho perfecto hombre,

Pues solo en la condición de ser humano  podía morir en una cruz y satisfacer las demandas de Dios Padre sobre el pecador. Y solo un Dios eterno puede prometer eternidad y solo un Dios Santo, puede prometer salvación

Así pues, si aquel primer hombre creado en perfecta comunión con Dios, peco haciéndose responsable de la entrada de la muerte al mundo, así, por un hombre plenamente santo, entra la resurrección de los muertos, “Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir

Y así, la resurrección de Cristo y de todos los que en Él creemos, es una realidad, y es la promesa gloriosa que nos da esperanza, que sustenta nuestra fe, nuestra predicación de un Cristo resucitado y que nos impulsa a trabajar y morir por la obra de Cristo, por la expansión de su reino, por la proclamación de su Palabra.

 ¿Podemos caer en la tentación de negar la doctrina de la resurrección mientras Cristo viene?

Debemos saber que la resurrección será completa en la segunda venida de Cristo. Por ahora no la podemos ver físicamente en nosotros, aunque está comprobada físicamente en Cristo, pues hemos encontrado suficientes evidencias bíblicas de este hecho (1 Corintios 15:5-9)

Para nosotros los creyentes, mientras Cristo no venga, la resurrección la evidenciamos espiritualmente. Es en el momento mismo que Dios nos elige y que nos entrega a Cristo, que obra en nosotros un nuevo nacimiento, dándonos un nuevo corazón que hace posible que podamos creer en Él.

Antes de llegar a Cristo, estamos muertos en nuestros delitos y pecados, completamente alejados de Dios, enemigos de Él, imposibilitados para ver nuestro pecado y su destrucción. Nos es preciso nacer de nuevo. Estando en la condición de muertos, Dios obra una resurrección espiritual.

Y ahora, somos una nueva creación, un nuevo hombre, una nueva mujer, con un corazón sensible a la voz de Dios, con un entendimiento renovado para entender los pensamientos de Dios, para ver la destrucción del pecado y para tener la convicción del arrepentimiento, volviéndonos a Dios.

Y será hasta la segunda venida de Cristo, que experimentaremos la resurrección completa, donde tendremos un cuerpo glorificado y el orden de las cosas será como lo explica 1 Corintios 15:23-28 y 1  Tesalonicenses  4:16-17. 

1 Corintios 15:23-28  Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.(G) Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies.(H) Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.

Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

Y esta es nuestra esperanza gloriosa, que resucitaremos juntamente con Él, y que Él reinara poniendo a todos sus enemigos debajo de sus pies. La resurrección es la gran victoria de Cristo, y jamás la podremos negar.

1 Tesalonicenses 4:16-17  Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.(A)

De estos versículos podemos  ver el  orden de la resurrección:

  • Primero Cristo, el primogénito de la resurrección para vida eterna.
  • Segundo, los que hayan muerto en Cristo.
  • Tercero, los que estén vivos seremos arrebatados para recibir todos juntos al Señor en el aire.

Y es la resurrección en Cristo, lo que nos garantiza la promesa de permanecer por siempre, en la eternidad, en la presencia del Señor, en un gozo eterno, en una eternidad sin dolor, sin lágrimas ni sufrimiento ¡Una eternidad con Dios¡

Es así como la resurrección de Cristo nos anima a estar firmes y constantes en la obra del Señor, sin escatimar esfuerzos, recursos ni tiempo, entregándolo todo a Él. Nos anima a creer en la obra del Señor siempre y tener la certeza de que nuestro trabajo jamás será en vano.

Conclusión.

La doctrina de la resurrección de Cristo es una de las doctrinas fundamentales de nuestra fe, y se sustenta sobre el hecho real de la resurrección de Jesucristo que evidencia la victoria sobre el pecado, sobre el mundo y sobre Satanás y sus huestes de maldad.

Negar esta doctrina, es negar nuestra fe, es negar nuestra vida cristiana, es negar en esencia a Dios como victorioso, como dador de vida y como promesa de vida eterna.

Esta doctrina debe en definitiva, llevarnos a una vida abnegada por <Dios y su obra a tal punto que podamos decir como Pedro en el libro de los Hechos 4:20 «por que no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído»

¡¡¡¡Cristo Resucito¡¡¡¡¡¡