Perdonados Y Mandados  A Perdonar. Ambas tareas son difíciles de comprender, pero son el mandato del Señor que trae libertad a nuestra vida

Cuando vemos el perdón como un acto meramente humano parece que es imposible de llevar a cabo, en nuestras relaciones con nuestro prójimo, familia, hermanos en Cristo, amigos o vecinos

Todos en algún momento y debido a nuestra naturaleza caída, nos ofendemos unos a otros, poco o mucho, ofensas pequeñas y ofensas grandes,

Entonces el perdón es esencial para la convivencia armoniosa entre nosotros y por ello un mandato divino que da gloria a Dios

Y además, nos permite tener una buena comunión con Dios y entre hermanos, esto nos devuelve el gozo.

Pero algunos se preguntaran ¿porque me manda a perdonar a alguien que me ha hecho tanto daño? ¡Si usted viera como me han tratado!, ¡todo lo que han dicho de mí¡

Hasta pensaría que es imposible o injusto lo que se nos pide, pero cuando somos persuadidos por el amor de Dios manifestado a través del perdón divino, la cosa cambia,

Cuando te das cuenta de cuan infinita e impagable deuda has sido perdonado, indudablemente tu corazón será movido al perdón.

Recordemos:

El primer mandamiento de amar a Dios por encima de todo está relacionado al segundo mandamiento de amar a nuestro prójimo como nosotros mismos.

Uno tendría que ser un dualista para separar la relación vertical con Dios,  de la relación horizontal con nuestro prójimo.

¡Mandados a perdonar¡

Mateo 6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores

Mateo 6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;

Perdonar significa lanzar lejos, no acordarse más, echar fuera de nosotros. En  ese sentido el perdón implica, dejar vacío nuestro corazón de todo mal sentimiento.

El perdón podemos dividirlo en dos categorías:

  • Perdón judicial:

Que es el perdón por medio del cual hemos sido justificados y ya no hay condenación a los que están en Cristo Jesús

  • Y el perdón paternal:

Este perdón es el que necesitamos cada día a cada momento. Es la necesidad de ser lavados  nuestros pies de todo pecado en nuestro peregrinaje terrenal.

Romanos 8:1  Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Base bíblica del perdón divino

En Cristo y por su gracia, hemos sido perdonados y Él es  nuestro modelo de perdón

Romanos 3:24-25  siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

Ya no hay culpa ni acusación en todos los que, por medio de la fe en Cristo, hemos sido declarados justos por Su sangre derramada.

Pero esa justicia de Cristo, aplicada a nuestra vida, no nos santifica plenamente. Nos redarguye de pecado y nos inicia en un proceso santificador.

De manera entonces, que debemos reconocer que en nuestra naturaleza divina, odiamos el pecado, pero en nuestra naturaleza adámica, seguimos luchando con el pecado

1 Juan 1:8-9  Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Y aunque nuestros pecados hoy y en el futuro no cambian nuestra posición delante de Dios, si afectan la intimidad y gozo en nuestra relación con Él.

¿Por qué estamos mandados a perdonar?

Veamos las razones por las cuales debemos perdonar.

  1. Dios mira el corazón

Nuestro Dios, sabio y omnisciente, No condena solo el homicidio, la acción consumada,  sino el odio que brota del corazón.

El sexto mandamiento dice “no mataras” pero el Señor nos da una interpretación completa de ese mandato e incluye el perdón,

Un perdón que si no es ejercitado, traerá consecuencias graves en nuestra relación con las demás personas hasta el punto de llevarnos a cometer homicidio.

Mateo 5:21-22  Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás;(M) y cualquiera que matare será culpable de juicio.

Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio;

Y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio;

Y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

Enojo:

Hace referencia a la Ira injustificada, un brote de odio que es la causa de homicidio.

Fatuo:

Se refiere a la expresión griega “Raca”, que es una palabra de sumo menosprecio, significando vacío, más referido al intelecto que a lo moral. Es decir, una persona sin inteligencia

En el sermón del monte, el Señor Jesús nos deja claro que el perdón comienza con la observancia del decálogo.

  • ¿Cómo obedecer ese mandato a perdonar?

Esta pregunta puede hacerse de manera más precisa  ¿Cómo deshacerme de la incapacidad de perdonar ?  y ¿Cómo anular el deseo de venganza?

Sencillo!! Recordando el segundo gran mandamiento que resume toda la Ley: “Amaras a tu prójimo como a  ti mismo”,

Perdonaras a otro como a ti se te ha perdonado. No debemos olvidar cuán grande ha sido la deuda que el Señor nos perdonó

Cuando usted peca desea ser perdonado ¿Por qué? porque el perdón restaura nuestra relación con Dios, con nuestro prójimo, y devuelve el gozo perdido.

De manera entonces que somos egoístas cuando no perdonamos¡!

  1. Toda ofensa es contra Dios

La persona que le ha ofendido a usted debe saber que también ha ofendido a Dios.

Salmo 51:4  Contra ti, contra ti solo he pecado,  Y he hecho lo malo delante de tus ojos; …

La ofensa más grande es contra Dios porque solo Él es santo e infinitamente santo. Si bien es cierto hay una ofensa hacia nosotros pero en esencia todo pecado es contra Dios,

Pero, si Dios perdona ¿Por qué yo no  voy a perdonar? David había ofendido a Dios en primer lugar,

Era autor intelectual del homicidio de Urías, autor material del adulterio con Betsabe, había ofendido al pueblo de Dios, había deshonrado a su familia.

David necesitaba ser perdonado, es allí donde debe cambiar nuestra cosmovisión, todos necesitamos el perdón paternal de Dios.

  1. Nos permite disfrutar el perdón de Dios

No disfrutara el perdón paternal de Dios sino perdona a otros las ofensas. Recordemos la oración del  Padre nuestro.

Mateo  6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;

  1. Nos permite disfrutar del amor fraterno

Usted No disfrutará del amor de los hermanos en Cristo, sino aprende a perdonar.

Mateo 18:27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.

La deuda que el Señor le perdonó a este siervo, era equivalente a 164,000 años de trabajo ¡Una deuda impagable¡ ¿Cuándo podría este hombre pagar esa deuda?

Mateo 18:28-30 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.

Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.

Más él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.

Muy pronto se nos olvida el beneficio recibido. Creemos que sí somos merecedores del perdón de otros, pero que esos otros, no son merecedores de nuestro perdón.

Pero no conceder el perdón nos acarrea trágicas consecuencias:

  • Acarrea tristeza

Mateo 18:31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.

Nuestra falta de perdón provoca tristeza al cuerpo de Cristo. La congregación sufre al ver hermanos enemistados.

  • Acarrea disciplina del Señor

Mateo 18:32-35 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.

¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?

Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.

Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

El Señor nos llevará a situaciones de dolor y vergüenza hasta el punto en que nuestro corazón sea sensibilizado,

No perdonar acarrea amargura de alma, sentimientos de odio y venganza, nos aleja del Señor, endurece nuestro corazón, y además, provoca la disciplina del Señor

  1. Respeto a la autoridad de Dios

Si no perdonamos y  buscamos la venganza, entonces se habrá usurpado la autoridad de Dios.

Romanos 12:14  Bendecid a los que os persiguen;(C) bendecid, y no maldigáis.

No somos mandados a vengarnos, sino a “bendecir a los que nos persiguen y nos maldicen” Y aunque parece un mandato duro de obedecer, está es la orden del Señor

Y nos podremos preguntar ¿Quién entonces nos hará justicia? Y las Escrituras nos responden

Romanos 12:19  No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.(E)

Vengarnos nosotros mismos quiere decir, tomar la justicia por cuenta propia, lo que no nos corresponde, pues nuestra justicia no es perfecta.

Cuando queremos hacer nuestra propia justicia nos tornamos injustos, pues la ira de nuestro corazón, la amargura y resentimiento nos ciegan.

De manera, que esta es una acción que le corresponde solo a Dios, pues Su Ira santa siempre producirá los frutos de justicia

  1. Mandados a perdonar para adorar

La ausencia del perdón nos hace no aptos para la adoración.

Mateo 5:23-24  Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Reconciliar:

Es pasar de un estado de enemistad a una condición de amistad, y uno de los dos debe tomar la iniciativa, probablemente haya una concesión mutua, tu cedes algo y yo también.

Antes de la venida del Señor Jesús, el templo era físico, de manera que la reconciliación tenía que hacerse al momento de presentarnos ante el altar.

Pero ahora, cada uno de nosotros somos templo y morada del Espíritu Santo, de manera que la reconciliación debe darse primeramente en nuestro corazón.

Entonces, en el caso nuestro, debemos de hacerlo cuando estamos en comunión con nuestro Dios por medio de la oración.

Marcos 11:25-26 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.(F)

  1. Mandados a perdonar a nuestros enemigos

El perdón debe ser ejercitado por amor hacia nuestro prójimo, y no podemos dejar fuera a nuestros enemigos. Ellos también son nuestro prójimo!¡

  • ¿Qué hacemos con el daño causado por nuestros enemigos?

Hay heridas y ofensas que duelen mucho y que probablemente sea muy difícil de olvidar. Debemos saber que cuando nos ofenden estamos frente a una prueba y/o tentación.

Mateo 5:44-45 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

De manera entonces que Si no perdonamos es una tentación que produce pecado e injusticia.

Para no pecar, debemos entonces de obedecer el mandato, y a cambio de odio y venganza debemos dar:

  • Amor: Agapao.

Amar con el amor de Cristo ya derramado en nuestro corazón. Amar con el corazón de carne que nos ha sido dado.

  • Bendecir:

Es decir, invocar bendiciones sobre una persona.

  • Hacer bien:

Esto es, hacer un lugar mejor.

  • Orar:

Poner en las manos de Dios a nuestros enemigos, y la justicia que anhelamos.

Conclusión.

Sigamos el ejemplo de Cristo, porque aquellos que clavaron sus manos, le escupieron el rostro, se burlaron de Él y aplastaron una corona de espinas sobre su cabeza,

Jesús dijo: «Padre, perdónalos«(Lucas 23:34). Él es nuestro modelo de conducta.

Colosenses 3:13  soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros (E) si alguno tuviere queja contra otro.

De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.(F)

Debemos soportarnos, es decir apoyarnos y comprendernos según nuestros niveles de madures espiritual,

Esto implica perdonarnos y ayudarnos, recordando siempre que hemos sido perdonados por Cristo, para que con su ayuda así también lo hagamos.

 

Frases y palabras significativas:

Perdonar: afiemi (φίημι, G863) , primariamente, enviar afuera, despedir (apo, desde; jiemi, enviar), lanzar lejos.

Bendecir: eulogeo (εὐλογέω) ,lit: hablar bien de (eu , bien; logos , palabra; de allí el término castellano «elogiar»), invocar bendiciones sobre una persona.