¿Y Dónde Esta La Riqueza? Es la pregunta que nos hacemos muchas veces los cristianos, sobre todo cuando pasamos esos largos períodos de escasez, y vemos a los lados, donde pareciera que si hay mucha abundancia.

Y si bien es cierto, la riqueza material es de mucho provecho, también es cierto, que es de mucha tentación; pues la autosuficiencia nos lleva a apartarnos y centrar nuestro corazón en nosotros mismos y nuestras demandas egocéntricas.

De manera, que debemos aprender a buscar, a ver y apreciar esas riquezas espirituales, que solo los hijos de Dios podemos tener y disfrutar. Esas riquezas que van mucho más allá de lo que nuestros ojos pueden ver.

Así que en esta sección estudiaremos las abundantes riquezas espirituales que el Señor ofrece a su iglesia, en la Epístola a los Efesios, capitulo 1

¿El haber sido escogidos por Dios, forma parte de la Riqueza Espiritual?

  • ¿Para qué nos escogió Dios según Efesios 1:4?

Esta  Epístola a los Efesios nos da la oportunidad de conocer la abundante gracia de Dios, con la que ha amado al hombre desde su creación. Una gracia que va más allá de  lo que la mente humana puede comprender.

Dios creó al hombre para gloria de Él y le hizo señorear sobre toda la creación. Tal como nos lo expresa Génesis 2:15 “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”.

Pero el pecado hizo que este primer hombre menospreciara la misma grandeza con la que fue creado, y buscara su propia gloria personal, llevándolo a una condición de muerte y separación del mismo Dios que lo creó.

Pero en medio de esta condición caída, nuestro buen Dios creó un plan redentor  desde antes de la fundación del mundo, en la que muchos hombres y mujeres podremos ser rescatados y vernos beneficiados de su gracia:

El creador ha provisto riquezas inescrutables que provean al hombre caído el remedio para su mal y el camino para una vida abundante. Es decir, una vida realizada[1] Una vida en la que se restaura nuestra comunión con Dios y con nuestro prójimo.

Para comprender lo que se nos quiere decir con la palabra “nos escogióes importante acudir a los manuscritos originales, pues es una expresión que causa conflicto de manera especial, con los que aún creen que el hombre tiene alguna capacidad para salvarse a sí mismo.

De manera que al hablar de que Él nos escogió, debemos entender “el acto de selección mediante el cual Dios toma a un individuo o grupo de personas de entre un conjunto más grande con un fin o destino conforme a sus propios designios

Es importante que resaltemos, que aún el mismo Jesucristo es llamado como “el elegido de Dios”, Su pueblo, es conocido como “el pueblo elegido de Dios”, de manera que a lo largo de toda la Biblia, encontramos es término de la elección divina.

Para mayor comprensión, vamos a citar textualmente los conceptos manejados por el Nuevo Diccionario Bíblico Certeza:

(Romanos 8:28-11:36; Efesios 1:3-14; 1Ts. 1:2-10; 2 Ts. 2:13-14; 2 Ti. 1:9-10) Pablo presenta la elección como la acción divina de escoger a pecadores individuales como acto de gracia, soberano y eterno, a fin de que sean salvos y glorificados en y a través de Cristo”[2]

De donde podemos responder que Dios nos eligió para:

  • Ser salvos de la ira divina, la cual merecemos por nuestro pecado.
  • Para ser redimidos por la sangre de Cristo y por la fe en Él.
  • Y “… para que fuésemos santos y sin mancha delante de élEfesios 1:4. Solamente la santidad nos permite ver a Dios.

Él nos eligió en su soberanía, bajo el designio de su propio consejo y todo lo ha hecho para su gloria. Ante todo, que haya gratitud en sus elegidos, por tan hermosa obra de gracia, que nos rescata de todo pecado y nos permite gozar de la santidad de Dios.

Esta elección, forma parte de nuestra riqueza espiritual cuando nos damos cuenta que desde antes de la fundación del mundo ya estábamos en el corazón de Dios. Que desde antes de nacer, Él ya nos preservaba para su reino.

Esta elección no involucra injusticia alguna “porque el Creador no le debe misericordia a nadie, y tiene el derecho de obrar como se le plazca con sus criaturas rebeldes”[3]

Es decir, el hombre es responsable de su propio pecado y debe pagar por él, y si recibe gracia, esto no es de nosotros, sino de Dios, a quien le place escogernos como “vasos de misericordia”

¿De qué herencia está hablando Pablo en Efesios 1:11?

¿Significa riqueza para nosotros los creyentes?

Cuando el apóstol Pablo nos dice que “en Él mismo tuvimos herencianos está diciendo que en Jesucristo fuimos escogidos como herederos de las promesas divinas,

lo hombres que, solo por la gracia electiva, entran a formar parte del pueblo de Dios, por la obra de redención de Jesucristo, y son convertidos en hijos amados de Dios, no le queda otra esperanza que convertirse en herederos de su Padre”[4]

Esta es una herencia gloriosa si pensamos que por nuestra realidad de pecado y muerte, estábamos destituidos de la  presencia de Dios, y con ello de todo beneficio divino, de toda gracia y misericordia de nuestro Creador.

¿Y qué herencia espiritual recibiremos?

Un día heredaremos de nuestro Padre sus preciosos tesoros espirituales y abundaremos en la dicha y gracia de vivir eternamente en su gloriosa presencia la cual irradia paz y felicidad completa.”[5]

Sus promesas son de vida eterna, de perdón de pecados, ser reconciliados con Dios y ser librados de la condenación eterna, y de la ira de Él. Ser llenos del fruto de su Santo Espíritu, con esos bienes tan preciados, que el dinero no sabe comprar.

Efesios 1:5  en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

Puesta nuestra fe en Cristo Jesús, somos adoptados como hijos de Dios, con todos los derechos y responsabilidades que tiene un hijo. Y pasamos a ser co-herederos con el Hijo Unigénito del Padre

La salvación (Heb. 1:4), la gloria (Ro. 8:17), la redención (8:23), la gracia (1 Pe. 3:7), la bendición (3:9), en suma la vida eterna (Tit. 3:7), constituyen el contenido de la herencia… El asunto es reinar con Dios (Ro. 5:17; Ap. 5:10)”[6]

Esta es una herencia que nadie nos podrá quitar, ni se podrá corromper ni corroer. Es una herencia garantizada por Dios, que por medio de la fe y la perseverancia de los santos será alcanzada, sin lugar a dudas.

¿En qué consiste el sello del Espíritu Santo de la Promesa, según Efesios 1:13? ¿Ese sello representa riqueza espiritual?

Cuando Dios da su promesa, está ha de ser una promesa segura, no habrá poder humano ni espiritual que impida lo que Dios nos ha prometido,

“El creyente tiene la seguridad completa de que recibirá las bendiciones espirituales en Cristo porque ya tiene un anticipo o adelanto de estas bendiciones representadas en la presencia permanente del Espíritu Santo”[7]

Es Dios mismo morando en nosotros, guiándonos a toda Verdad, dándonos la capacidad de discernir, el poder para luchar contra el pecado y las asechanzas del enemigo, llevándonos constantemente a la Palabra que es Cristo Jesús.

El Espíritu Santo morando en nosotros, es el sello que garantiza que somos hijos de Dios, que hemos nacido de nuevo, transformados con un corazón de carne, sensible para creer en Jesucristo.

Es el sello que garantiza que estamos en el corazón de Dios, que estamos guardados en el hueco de su mano, de donde no seremos arrebatados jamás. Es el que nos garantiza que un día seremos glorificados juntamente con Cristo.

Es importante que reconozcamos las funciones que el Espíritu Santo realiza en nosotros:

  • El Espíritu Santo es quien nos convence de pecado, de juicio y de justicia (Juan 16:8)
  • Él es quien aplica la Palabra en nuestros corazones, el que permite que la hagamos vida y seamos transformados
  • Es quien nos ayuda en el proceso de la santificación ( 5:16; 2Ts. 2:13; 1 Co. 6:11)
  • Nos ayuda a orar, para que podamos dirigirnos correctamente al Padre (Ro. 8:26)
  • El Espíritu Santo nos habilita con dones para poder servir a la iglesia ( 4:11-12; Ro. 1:11)
  • Es Él quien nos hace abundar en frutos del Espíritu
  • Nos permite tener discernimiento para no ser engañados por falsas doctrina (1 Jn. 2:20,27; 4:1-6)
  • Es Él quien nos confirma que somos hijos de Dios, dándole testimonio a nuestro espíritu

Podemos concluir diciendo que “El Espíritu Santo es quien nos adelanta (arras) (Ef. 1:14; 2 Cor. 1:22: 5:5) las glorias completas que tendremos en la presencia de nuestro Salvador.

Él es quien nos hace disfrutar de todas las bendiciones que Dios ha planeado desde antes de la fundación del mundo a través de la obra de Cristo Jesús”[8]

Debemos tener presente que el propósito de toda esta obra gloriosa de Dios Padre, eligiéndonos, de Jesucristo, redimiéndonos y del Espíritu Santo convenciéndonos de pecado y llevándonos a toda Verdad, es:

Efesios 1:6  para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

No somos nosotros el centro del pensamiento y del obrar de Dios. El centro de todas las cosas será siempre Él mismo. Y nos ha salvado para Él, para que eternamente le glorifiquemos a Él

Que esta hermosa Verdad, que humilla y resalta la incapacidad del hombre, nos lleve a doblar nuestras rodillas y adorarle con gratitud, al comprender su gracia y misericordia en nuestra vida.

 

 

 

 

[1] Efesios: Las riquezas de Su gracia. Julio César Benítez Benítez, Pág. 23

[2] Nuevo diccionario Bíblico Certeza. Certeza Unida. Pág. 406-408

[3] Ídem

[4] Efesios: Las riquezas de Su gracia. Julio César Benítez Benítez, Pág. 35

[5] Ídem Pág. 36

[6] Ídem Pág. 37

[7] Ídem Pág. 38

[8] Ídem Pág. 40