Consecuencias De Consentir El Pecado

Las consecuencias de consentir el pecado son tantas y tan inimaginables, de tan profunda trascendencia y alcance, que si lográramos verlo, dejaríamos de consentir más el pecado y nos dispondríamos a  matarlo

  • Consecuencias de consentir el pecado: El pecado se mantendrá activo

Cada día el creyente está en conflicto con el pecado.

2 Samuel 11:2  Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.

El pecado siempre está activo, siempre está planeando, siempre está seduciendo y tentando. Diariamente, el pecado nos está derrotando o nosotros le derrotamos a él. Esto continuará así hasta el día de nuestra muerte.

La naturaleza pecaminosa está firme en su determinación de pelear contra el Espíritu Santo y contra la naturaleza nueva que Dios ha dado al creyente.

Gálatas 5:17  Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.(C)

Romanos 6:12-13  No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad …..

Si no mortificamos el pecado nuestros ojos pueden ser usados como instrumentos para pecar. Los ojos son la ventana por medio de la cual llevamos información al cerebro, alimentan la mente y nuestra  naturaleza caída provocando deseos, pasiones, emociones, sentimientos, ideas pecaminosas.

Proverbios 27:20  El Seol y el Abadón nunca se sacian;  Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

(BAD)  El sepulcro, la muerte y los ojos del hombre jamás se dan por satisfechos.

El alma del hombre es insaciable, y los ojos se convierten en esa fuente de provisión, ese medio por el cual el pecado llega a tener dominio sobre nosotros.

Génesis 3:6  La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió.

En hombres como en mujeres, el pecado entra por los ojos, la tentación se deja ver por medio de los ojos, y de allí pasa a nuestra mente, baja a nuestro corazón y terminamos plasmando el pecado en nuestras acciones.

Josué 7:21  Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno,  y doscientos siclos de plata,  y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos,  lo cual codicié y tomé;  y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda,  y el dinero debajo de ello.

No importa lo que hayamos oído de Dios, lo que conozcamos sus mandamientos, si en nuestro corazón no hay temor de Él, nuestros ojos nos harán caer, nos llevaran al sepulcro, tal como le sucedió a Acan.

Y lo más doloroso, es que el pecado nuestro termina alcanzando a todos nuestros seres amados, y las consecuencias las pagan ellos también. El pecado tiene alcances inimaginables, pero se presenta tan atractivo ante nuestros ojos, que pareciera que al hacerlo “No pasará nada”

El pecado se presenta brillando como el oro, inofensivo como una sonrisa sugestiva, ligero como una simple mirada, apacible como en una sencilla propuesta. Pareciera que solo lo vamos a intentar, solo lo vamos a probar, y que luego, todo será olvidado y no habrá pasado nada.

¡Pero no es así¡ La paga del pecado es muerte, y esta es una ley tan real como lo es la ley de la gravedad. Si lanzamos algo hacia arriba, por más que oremos para que Dios impida que no baje de nuevo, tengamos la certeza que bajará y caerá con fuerza.

Si hemos pecado, si hemos transgredido la ley de Dios, tengamos la certeza que moriremos, y tristemente no será una muerte instantánea, sino muy lenta y muy dolorosa, y con alcances, que por más que abramos nuestros ojos, no lograremos dimensionar.

Es por eso que Job hace un pacto con sus ojos para no ver con lujuria a ninguna mujer.

Job 31:1  Hice pacto con mis ojos;  ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?

(BAD)  »Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer.

¡¡¡¡¡¡No te expongas los ojos son potencialmente mortales!!!!!!!, cuidado con el Facebook, cuidado con la internet, cuidado con lo que ves.

¿Cree usted que el cristiano está libre de conflicto entre lo santo y lo mundano?

¿Cómo cree que es el conflicto entre el pecado y la santidad en el creyente, es algo sencillo o es una lucha feroz, cree que podemos salir vencedores?

¿Si alguien le comentara su lucha contra algún pecado, le animaría a hacer morir ese pecado o lo condenaría como un sucio pecador? 

  • Consecuencias de consentir el pecado: genera responsabilidad

El pecado es responsabilidad personal, no puede culparse de el a nadie, ni tampoco es un accidente.

Santiago 1:14  sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.

Ante nuestro pecado es común echarle la culpa a alguien más, pero como dice Santiago cada uno peca de su propia concupiscencia,

David peco y no fue culpa de Betsabé, aún cuando alguien podría decir que ella lo tentó al estarse bañando tal vez en algún lugar visible,  pero aún, cuando eso fuera así,  nadie obligo a David a exponer sus ojos ante ella.

  • Consecuencias de consentir el pecado: conduce a mayor pecado

El pecado sino se refrena siempre conduce a lo peor. Va de peor a peor, aumentando en profundidad y extensión, abarcando a otros y dando paso a pecados adicionales.

El pecado siempre aspira a lo peor. Cada vez que el pecado se levanta para tentarnos o seducirnos, nos conduciría al peor pecado posible de esa clase, si no fuera refrenado. Por ejemplo, si pudiera, cada pensamiento sucio o mirada de lasciva terminaría en el adulterio.

David no ha refrenado el pecado en su corazón, el pensamiento pecaminoso no fue aniquilado sino alimentado, este lleva a un paso más en la espiral degradante del pecado.

2 Samuel 11:3  Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo.

Los mensajeros le dan una respuesta que contenía una verdad bíblica que David conocía y que no debía ignorarla, “No cometerás adulterio” “No codiciaras la mujer de tu prójimo”, para mortificar el pecado hay que inclinarse por la verdad bíblica.

Si el pecado tiene éxito en su primer avance, entonces exigirá cada vez más hasta que por fin, «el mero hecho de mirar a una mujer hermosa bañándose» termine en el adulterio, en maquinaciones malvadas y en el homicidio.

  • Consecuencias de consentir el pecado: endurece el corazón y entenebrece el entendimiento

Ese es  el engaño del pecado¡!

2 Samuel 11:4  Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.

El engaño del pecado a menudo viene por pensamientos como los siguientes:

  1. No hay problema

«No te va a pasar nada.»

2. Es normal

«Todos lo hacen y porque vos no.»

3. Tenes derecho

«Solo es una canita al aire».

4. Solo es un accidente

«Un tiro a cualquiera se le escapa.»

5. Necesitas demostrar

«¿Y qué no sos hombre?»

6.  No sucede nada

«Si después de una acostadita nada te van a quitar, completa vas a llegar.»

7. Sos listo

Nadie se va a dar cuenta “que no quede huella, una bañadita y ya”

Hebreos 3:13  antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

(BAD)  Más bien, mientras dure ese «hoy», animaos unos a otros cada día, para que ninguno de vosotros os endurezcáis por el engaño del pecado.

El corazón está siendo endurecido sin percatarse de ello con el fin de que el pecado aumente sus demandas sin que la conciencia sea muy turbada. De este modo, el pecado progresará gradualmente incrementando sus demandas pecaminosas.

La única cosa que puede impedir que el pecado siga progresando es la continua mortificación de él. Aún los creyentes más santos en el mundo caerán en los peores pecados si abandonan este deber.

  • Consecuencias de consentir el pecado: sufrimiento y muerte

El descuido, el ocio, el contemplar el pecado llevo a David a ser mortificado por el pecado.

2 Samuel 11:5  Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.

Y es entonces cuando descubrimos que las consecuencias de consentir el pecado son  siempre serán fatales.

  1. Mucho dolor

Una vida que se consume en el dolor a causa de la iniquidad.

Salmo 31:10  Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.

2. Tristeza y aflicción

Se pierde el gozo y la alegría que caracteriza al cristiano

Salmo 51:8  Hazme oír gozo y alegría,  Y se recrearán los huesos que has abatido.

3. Estremece hasta los huesos

La locura del pecado causa un estremecimiento profundo en el ser del cristiano.

Salmo 38:3-4  Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.   Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;  Como carga pesada se han agravado sobre mí. Hieden y supuran mis llagas, A causa de mi locura.

 

  • ¿Qué hacer para no vivir consintiendo el pecado?

Recuerda lo que has recibido de Dios para usarlo en contra del pecado y hacerlo morir

  1. Tenemos al Espíritu Santo de nuestro lado.

Romanos 8:13  porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

BAD Gálatas 5:22-23  En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,  humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.

Es Él quien nos conduce a la Verdad de Dios, nos equipa para luchar contra todo señorío que el pecado quiera tener sobre nosotros.

2. El nuevo nacimiento nos da poder para vencer el pecado.

Romanos 6:14  Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Sabemos que hemos sido dotados de un corazón nuevo que es sensible a la Palabra de Dios, que puede disponerse para obedecerla y que se deleita en la presencia del Señor.

El pecado trae a nuestro corazón vergüenza y dolor, y el Espíritu Santo nos redarguye, nos mueve al arrepentimiento y a buscar la luz de la Verdad.

Conclusión:

Las consecuencias de consentir el pecado no se hacen esperar, vienen pronto y no vienen solas, nos afecta a cada uno, según lo practiquemos, pero también alcanza a todos a nuestro alrededor. Consentir el pecado trae dolor, sufrimiento y muerte.

La vida del creyente se ha de caracterizar por estar constantemente mortificando el pecado, haciéndole morir, antes de que él nos haga morir a nosotros. Y no debemos olvidar todo el equipamiento que se nos ha dado para hacerle frente de manera efectiva.

  

 

Fuentes consultadas.

La mortificación del pecado, John Owen.

Diccionario VINE NT.

Biblia RVA60.

Biblia al Dia BAD.