Venid Y Edifiquemos Y No Estemos Más En Vergüenza. Este es el llamado para hacer la tarea, de manera que no haya causa para estar en vergüenza

Y sabemos que Dios ve nuestra condición, nos hace ver el mal en que estamos, y Él habla hasta la saciedad a nuestra vida y lo hace de muchas formas,

Pero algunas veces somos duros para oír atentamente y poco a poco vamos pasando al alejamiento de Su Verdad proclamada, de manera que llegamos a tener una vida triste,

Dios en su misericordia, y siempre fiel a Su pacto dispone los medios para restaurarnos, jamás nos dejará en oprobio.

pero espera que como iglesia, como familia y también cada uno de manera personal, respondamos voluntariamente y responsablemente a su llamado

Dios espera que, juntamente con Él, restauremos lo que está en ruinas, que asumamos nuestra responsabilidad y nos movamos a la acción.

Texto de referencia.

Nehemías 2:17-18  Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego;

venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.

Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho.

Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.

¡Venid y edifiquemos y No estemos más en vergüenza¡

Así encontramos el llamado de Dios “venid” ¿Pero para qué nos llama? Nos llama para que edifiquemos, ¿Y qué hay que edificar? que edifiquemos la adoración que hemos abandonado por la desobediencia

De manera que hay algo que da origen a ese llamado y a ese mandato, y es que Dios ve, que estamos en oprobio, que vivimos en vergüenza porque nos hemos ido tras dioses ajenos

  1. Edifiquemos y no estemos más en vergüenza!

Pero, para edificar es necesario estar consciente del mal en que nos encontramos, que tomemos conciencia de nuestra condición deplorable.

Nehemías 2:17  Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego;……

Es necesario que reconozcamos la mala situación en la que estamos, lo difícil que estamos viviendo, el problema que tenemos, la triste situación en la que nos encontramos

Y para poder reconocerlo, debemos pedirle a Dios el discernimiento y la valentía para ver que el mal que vivimos es producto de nuestro alejamiento de Él, que hemos abandonado la adoración verdadera.

  • Veis: raah,

Es decir, tener la capacidad de observar detenidamente, de manera que podamos percibir con claridad lo que vemos.

Hace referencia a la capacidad de ver para examinar y adquirir el conocimiento necesario y comprender lo que estamos viendo.

Todo con el propósito de poder descubrir las causas que nos han llevado a una vida deplorable, y podamos escoger seguir la senda de Verdad en obediencia.

  • Mal: Ra

Esta expresión se refiere a lo que es «malo» o «maligno» en una amplia variedad de aplicaciones para la vida del creyente

La mayoría de los casos, este término significan algo que es moralmente malo o dañino, para los seres humanos.

Y no podemos dudar que la calamidad y el infortunio provienen de la maldad de personas sin Dios, una maldad que se expande al mantenernos independientes de Dios y su Voluntad

  • Jerusalén: Ciudad de Paz,

Y es un llamado a que veamos la “ciudad de paz”, la ciudad que representa la adoración al Dios verdadero, que hasta este día ha sido más una ciudad de batalla que de paz,

Esta ciudad de Dios, en el transcurso de la historia ha sido destruida y reconstruida, conquistada y reconquistada, y cada vez que es restaurada, pretende volver a Dios.

La destrucción trae oprobio al corazón

Y toda esa historia, demuestra que Jerusalén ha sido y es aún, una ciudad importante ¿Por qué?

Porque Jerusalén juega un papel de suma importancia en la historia deredención¡

En el Antiguo Testamento, Jerusalén funcionaba como el centro de las actividades religiosas, sociales y políticas entre los Israelitas, el pueblo de Dios.

Es a los Israelitas que le fue dada la promesa del mesías, que sería por medio de ellos que vendría el Salvador prometido, Jesucristo.

Es en Jerusalén que ocurrió lo que llamamos la ‘Pasión de Cristo”, y todas las actividades de la muerte y subsiguiente resurrección de Jesucristo.

Y fue justo en Jerusalén donde se llevo a cabo la ascensión de Jesucristo. Es en Jerusalén donde el Espíritu Santo descendió en el día de Pentecostés,

Es en esta ciudad de paz, donde inició  la iglesia cristiana del Nuevo Testamento. ¿Cómo no ha de ser importante Jerusalén?

Jerusalén es sinónimo de Verdadera adoración, es la ciudad de Dios, y cuando pensamos en eso, debemos recordar la importancia de nuestra genuina comunión con Dios

  • Desierta: kjaráb;

Esa ciudad elegida por Dios, ahora se encontraba desolada, destruida, por las invasiones que habían llevado al pueblo judío a la esclavitud

Pero que ahora, empezaban a volver de la cautividad, y regresaban a su tierra santa, a la tierra prometida, y era necesario reconstruir de nuevo¡!

pero no solo reconstruir la ciudad, sus muros y el templo, sino, reconstruir la adoración que se había perdido producto de la desobediencia del pueblo, que les llevo a la esclavitud.

El templo ahora somos nosotros, está en nuestro corazón, de manera que tengamos cuidado, que ese templo no este desierto, desolado y destruido.

!Edifiquemos nuevamente, la adoración al Dios Verdadero¡ al Dios que nos ha llamado, que nos saco del mundo para que le conozcamos, le amemos y le glorifiquemos con todo nuestro ser.

  1. Edifiquemos y no estemos más en vergüenza ¿Por qué?

Para comprender la necesidad que tenemos de edificar y no vivir más en la vergüenza de una vida decadente, es preciso responder a esta pregunta

¿Cuándo comenzó la desgracia para el hombre? En qué momento la vida del ser humano se vuelve un oprobio? Cuándo perdimos la adoración verdadera?

  • Comenzó en la caída

Cuando Adán y Eva deciden conscientemente desobedecer a Dios y dar paso a la vanidad de los ojos y los placeres de la carne

Es entonces que entra en el mundo la vergüenza, el temor, la desconfianza, la lucha de poderes entre los sexos !entra la devastación al corazón del hombre¡

Y desde entonces, al hombre y a la mujer, se les hace cada vez más difícil edificar, y creyendo que construyen, con sus propias manos ¡están destruyendo¡

De allí la urgente necesidad de edificar y salir de esa vida de conflicto continuo, de destrucción y muerte, que solamente puede ser restaurada, si volvemos a la comunión con nuestro Creador.

  • Continua con la autonomía del hombre:

El ser humano decidió seguir su propio camino cuando se declaró “autónomo” de Dios, creyendo que podía decidir lo mejor para sí mismo

E hizo a un lado la ley de Dios y decidió seguir el mal consejo, o la mentira de Satanás, el engaño del mundo

Desde entonces, el hombre es incapaz de acercarse a Dios, de oír su voz y mucho menos obedecerla, El hombre se vuelve incapaz de adorar a Dios¡

Porque solo puede escuchar la voz que nace de la concupiscencia de su propio corazón!

  • Y culmina con nuestra necedad:

Y como producto de las malas decisiones que el hombre toma, pues alejado de Dios es imposible que tenga discernimiento y sabiduría

Edifiquemos por la destrucción del pecado

El ser humano acarrea para su vida solo destrucción y muerte, y buscando ser feliz, se hace cada vez más desdichado,

Queriendo amar, destruye, queriendo edificar se conduce a los escombros, queriendo hacer lo bueno, siempre hace lo malo

Y se llena de temor, de vergüenza y  muerte  como consecuencia de haber quebrantado el pecto de obra, establecido por Dios. ¡producto de haberse alejado de Dios¡

Si no estamos adorando a Dios, es seguro que estamos adorando algo o alguién más¡ Y sino estamos con Dios, estamos con satanás y el mundo, y esto solo conduce a la muerte! y muerte eterna

  1. Edifiquemos y no estemos más en vergüenza ¿Cómo?

Para saber cómo edificar nuevamente nuestra adoración a Dios, necesitamos saber las causas que nos han llevado a una vida de oprobio y destrucción constante

¿Cuándo es, que se vuelve difícil y triste la vida del cristiano? ¿Cuándo es que nos alejamos tanto de la Verdad?

Cuando empezamos hacer conforme nuestra propia opinión, cuando nos creemos sabios y autosuficientes, cuando pensamos que No necesitamos de Dios

De manera entonces, que para poder edificar de nuevo, necesitamos:

  • Oír y obedecer.

Mateo 7:26-27 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Muchas veces hemos degustado de la gracia, hemos visto las maravillas de Dios, hemos comprobado Su bondad,

Pero nos quedamos solo con el conocimiento, porque a la hora de tomar decisiones de vida, nuevamente volvemos a nosotros

A la necedad de nuestro corazón, y nos olvidamos del consejo divino! No somos hacedores de la Palabra

Para edificar sobre las ruinas de nuestra vida, necesitamos empezar a oír la Palabra de Dios y obedecerla!¡ y esa obediencia se convierte en adoración agradable a Dios.

  • Volver a nuestro propósito:

Desde que prestamos oídos a las mentiras de Satanás, hemos olvidado el propósito por el cual fuimos creados, y para qué nos llama Dios

Fuimos creados y hemos sido llamados para adorar a Dios, para gozar de su presencia, en un anhelo constante de santidad

y cuando cumplimos con el propósito de la adoración, entonces somos obedientes a la Palabra, y la obediencia siempre trae bendición

1 Samuel 15:22  Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?

Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

Obedecer es Oír: (shama), Y cuando escuchamos atentamente el consejo de Dios  y lo hacemos, entonces:

«Recibimos orientación»,

La Palabra de Dios siempre nos dice Cómo caminar rectamente, sin torcer nuestras veredas, y así mantenernos cerca y en comunión con Dios.

«Aprendemos» de Dios,

Lo reconocemos como nuestro Señor y aprendemos de su justicia y santidad. Aprendemos a confiar en Él porque conocemos sus atributos y descansamos en Quien es Él.

Y atendemos a una autoridad superior,

Que con amor  y sabiduría dirige nuestra vida. Reconocemos que es Dios soberano, que está sobre Su creación, que Él es el Altísimo y Sabio Dios.

Y que nosotros solo somos su creación! pero que la gracia, la misericordia y el amor divino, jamás nos abandona¡

Estamos en vergüenza al alejarnos de Dios

¿Conocemos el problema que tenemos en nuestra relación con Dios? Nos damos cuenta del por qué nuestra vida tiende siempre al fracaso?

¿Nos damos cuenta, que hemos abandonado la adoración? ¿Que vivimos en desobediencia a la Palabra?

  1. Obedezcamos y edifiquemos y no estemos más en vergüenza

Para edificar la adoración a Dios, es necesario atender el llamado a hacerlo. Sí el Señor nos llama a edificar, entonces ¡hagámoslo¡

Nehemías 2:17… venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.

El llamado es a sacarte de la situación en que estas, no puedes seguir viviendo igual, no puedes acostumbrarte a vivir de esa manera.¡!Ánimos!!!

Venid y edifiquemos” Es un llamado a la acción “Vamos animaos”, “uníos a mi” “Para que ya no se burlen de nosotros”,

Entendiendo que esa edificación no la haremos nosotros solos, porque el Señor dijo “separados de mi nada podéis hacer”.

El Señor mismo, por medio de su Santo Espíritu, restaura el templo, que somos nosotros, y nos permite volver a Él y mantenernos unidos a la Vid Verdadera.

  • El testimonio de Dios obrando debe animarte.

Nehemías 2:18  Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho.

Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.

Cuando comprobamos la bondad de Dios, que nunca nos ha dejado luchando solos, que ha sido Él quien ha abierto puertas, y ha impacto nuestro ser,

Entonces debemos animarnos, levantarnos y obedecer el llamado. Sepamos, que no será en nuestras fuerzas, sino en el poder infinito de Dios.

  • La oposición pretende siempre desanimarte.

Nehemías 2:19  Pero cuando lo oyeron Sanbalath oronita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros,

y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?

Ante las situaciones de ataque que nos hace el enemigo, que siempre pretende apartarnos de Dios y debilitar nuestra fe,  ¿Cómo reaccionamos ante el escarnio?

¿Huimos, o nos mantenemos firmes? ¿Te fortaleces en Dios o te debilitas en la crítica? ¡Sepamos responder a estas interrogantes¡¡

Todo escarnio debe llevarnos a Dios, acercarnos a Él confiados, porque Él es nuestra fuerza, nuestra justicia, y en Su poder, volvemos a levantarnos!

  1. Edifiquemos y no estemos más en vergüenza porque Dios está con nosotros.

El éxito de nuestra tarea ministerial y de vida, depende de Dios, es Él quien nos prosperara, de manera que, confiemos en el.

Nehemías 2:20  Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos,

porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.

(BAD)  Yo les contesté:—El Dios del cielo nos concederá salir adelante. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción.

Vosotros no tenéis arte ni parte en este asunto, ni raigambre en Jerusalén.

Jamás debemos olvidar que la obra de restauración es de Dios, nosotros solo debemos disponer el corazón y ser instrumentos en sus manos,

Y cada vez, que nuestro propósito sea reconstruir nuestra comunión con Dios, volver a la adoración verdadera y glorificar Su Santo Nombre, sepamos, que seremos prosperados.

Edifiquemos y no estemos más en vergüenza

De manera que tengamos ánimos, todos necesitamos edificar nuevamente nuestras vidas, sobre el fundamento de la Palabra divina.

Y no estamos solos, Dios está con nosotros! Esta es una tarea santa que debemos comenzar en nuestras familias, y sabemos que contamos con el apoyo de nuestros hermanos.

Conclusión;

¡Venid, edifiquemos y no estemos más en vergüenza¡ este es un llamado precioso que el Señor nos hace, para que nuestras vidas comiencen a cambiar.

y nuestras vidas cambiaran solamente cuando volvamos al propósito para el cual fuimos creados: adorar a Dios y gozar de su presencia para siempre.

Solamente así, cada uno de nosotros disfrutemos de una vida nueva, una vida transformada, una vida que glorifica al Dios que nos llamó.