¿El Sufrimiento Te Parece Injusto? ¿Qué es exactamente el problema del sufrimiento? Para muchos, es la pregunta: ¿Por qué sucede el sufrimiento? ¿Cuál es su origen y su causa?

O, para decirlo en una forma más personal: ¿Por qué razón me ha sucedido a mí este sufrimiento en particular? ¿Por qué Dios lo permite?

Quizá estas maneras de expresar la pregunta reflejan principalmente nuestra obsesión, en el mundo moderno, por descubrir el origen de todas las cosas, como si esa fuera la única manera de arribar a una comprensión valedera.[1]

Existe un segundo problema relacionado con el sufrimiento: ¿Sufren los inocentes o es el sufrimiento siempre merecido? ¿Es provocado por mis acciones y decisiones, o simplemente llega?

En la Palabra de Dios encontramos respuestas que contestan de manera convincente cada una de estas preguntas. Refuta claramente la idea de que el sufrimiento sea siempre un castigo por algo malo que uno haya hecho,

A medida incursionamos en la Verdad bíblica vamos comprendiendo que el sufrimiento tiene una sola causa y un solo propósito. Veamos el ejemplo de Job.

Cuando la Palabra insiste en que Job, que está en un proceso de sufrimiento, es un hombre justo. No solamente es el relator (Job 1:1), ni tampoco sólo el propio Job (p. ej. Job 6:30; 9:15) sino también Dios mismo (Job 42:7, 8) es quien afirma que Job es un hombre inocente.

Job 23:3-4  ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!  Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él,  Y llenaría mi boca de argumentos.

“¿Qué hice para merecer este sufrimiento?”

Job 1:1    Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.

No se describe aquí a un hombre pecador y perverso, cuyas acciones le llevarían, tarde o temprano a pagar consecuencias. Es más, no se habla de un hombre común y corriente, un hombre sin Dios, alejado de su misericordia.

La Palabra nos describe a un hombre maduro en la fe, que camina con rectitud, que se aparta del mal y que es temeroso de Dios. Con estas características deducimos que es un hombre que busca, en todo su actuar, agradar a Dios.

¿Cómo es entonces que le devino tan grande sufrimiento? Pues a nuestros ojos parece un  describe en los primeros dos capítulos del Libro.

Podemos concluir entonces que el sufrimiento que cada uno de nosotros vivamos no depende de nuestra condición de “inocencia” establecida bajo nuestro propio pensamiento, según nuestros propios criterios. Según nuestros ojos lo ven.

¡El sufrimiento tiene otra causa¡ otro origen, que la justicia del hombre no sabe ver, sobre todo si se quiere implantar una justicia de un hombre sin Dios.

¿Cómo reaccionar ante el sufrimiento?

La primera respuesta de Job, nos da una gran lección: reacciona a los desastres que le suceden con una tranquila aceptación de la voluntad de Dios; bendice a Dios tanto por lo que le ha dado como por lo que le ha quitado

Job 1:21-22  y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 

En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

En ningún momento Job busco imponer su propio concepto de justicia. Reconoció inmediatamente, quién era él y quien era Dios. Pudo ver la Soberanía, la Justicia y la Santidad de Dios, en todo cuanto le acontecía y ¡bendice a Dios¡

Satanás refutaba la integridad de Job, diciendo que este le era fiel a Dios porque lo tenía abundado de bendiciones. Pero Dios sostenía la integridad de Job, al afirmar que un justo puede servirle aun cuando se le quiten  sus bendiciones.

Job 1:9-10  Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?

¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

Creer que Dios es justo con nosotros porque nos abunda en salud, en bienes materiales, en realización personal  y en todo aquello que conforta nuestra alma, es creer que Dios existe para nosotros, para hacernos felices en esta tierra.

Es creer que Dios nos creo para ponerse a nuestro servicio, y que todo el sufrimiento de Jesucristo en la Cruz, fue solamente para que usted y yo estemos muy bien en esta tierra. Que todo el sufrimiento del Hijo de Dios se limita a nuestra felicidad.

Esa respuesta de Job a la aceptación de la Voluntad divina, y ese concepto de Dios, de reconocer integridad en sus hijos adoptivos, debe llamar nuestra atención.

Debemos estar claros que Satanás nos acecha y buscará hacernos pecar para apartarnos de la presencia de Dios, pero también estar claros de que Dios nos ha elegido según su propio propósito y Él nos preservará.

Y como dice el apóstol Pablo, no serán las bendiciones materiales, ni el sufrimiento de la vida, ni potestad alguna, la que nos separará del amor de Dios.

Y así como el sufrimiento de Jesucristo tuvo un propósito, no fue en vano; de igual forma nuestro sufrimiento, tiene un propósito y no ha de ser vano.

Bendice a Dios tanto por lo bueno como por el sufrimiento

Job 2:9-10  Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.

Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado.

¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

En el sufrimiento aprenderemos a ver a Dios, y aun cuando nuestros propios seres amados nos quieran conducir a pensar diferente, a creernos más justos que el mismo Dios que nos creo, nos mantendremos firmes en nuestro conocimiento de Dios.

Nos aferraremos a sus atributos inmutables de santidad, amor, perfección y justicia. Reconoceremos que su Voluntad es buena y agradable y que todo cuanto vivamos, obrara a bien en nuestra vida.

Apoyándonos en  el articulo “Soberanía y sufrimiento” escrito por el Dr. Roger Smalling, apreciaremos  las distintas respuestas que se pueden manifestar en nosotros, a causa del sufrimiento

Respuesta Uno:

Acusar a Dios de injusto por meternos en sufrimiento.[2]

Todas las  pruebas espirituales consisten en estar aparentemente abandonados por Dios. En tener la sensación de que Dios no está con nosotros y que no nos ama. Si este sentimiento estuviera ausente, dejaría de ser una prueba válida.

Un arma potente para pasar exitosamente a través de las pruebas, es saber que estas son inevitables, y que queramos o no las viviremos en cualquier momento. Que serán de todo tipo y que nos afectaran de diferentes maneras.

No consideremos esta afirmación como una confesión negativa, que nos conduce al pesimismo y a la resignación inerte. Por el contrario, que nos ayude a comprender que la realidad de este mundo caído es así. Pedro nos lo advirtió:

1 Pedro 4:12  Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,

Culpar a Dios por el sufrimiento que nos trae la vida, nos proporciona solamente  un sentimiento de alivio temporal y superficial, pues no nos lleva a resolver nada. Solo nos hace sentir que la responsabilidad no es nuestra sino de Dios.

Esta es una reacción que nos encajona en un sentimiento de impotencia y frustración, nos hace sentir tan pequeños y frágiles, que no podemos con la vida, y que quizá no valga la pena vivirla.

Nos sentimos enojados con Dios, porque si Él es bueno, como dice serlo, no debería permitir que nos acontezcan cosas tan dolorosas. Y ese enojo que nos embarga nos limita tanto, que nos incapacita para ver la salida.

Respuesta Dos:

Algunas veces Dios permite al diablo provocarnos sufrimiento

Reconocemos que Dios es soberano y que el diablo solo es una criatura más de la creación, y que él actúa solo bajo el consentimiento de la Voluntad perfecta de Dios.

Entendemos, que algunas veces Dios le permite a Satanás atacar al creyente para que este aprenda a defenderse, que aprenda a luchar y que por tanto, no puede quedarse pasivo, solo viendo el desastre venir.[3]

Jueces 3:1-2  Naciones que fueron dejadas para probar a Israel  

Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán;

Solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido:

Y está bien la lucha, siempre que recordemos mantener nuestra dependencia de Dios, aprendamos a buscar su Voluntad y a permanecer en fe.

Repuesta Tres:

Reconocer la soberanía de Dios en mi sufrimiento

Aceptamos que Dios hace como Él quiere, cuándo Él quiere y con quién Él quiere, que Él es el Altísimo Dios, Todopoderoso y que lo nuestro solo es someternos, pero resistimos la aflicción.[4]

2 Corintios 12:7-9  Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne,

Un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;

Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.

Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

La forma como Pablo trató este problema: con Oración Perseverante, tres veces oro al Señor pidiendo que lo librara del sufrimiento del aguijón. Pablo clamo, soporto el sufrimiento, y espero la respuesta de Dios

Esta acción nos demuestra que el resultado final siempre dependerá de la Soberanía del Señor. Será Él quien determinará si ese sufrimiento es bueno y necesario para nosotros o no. Quizá el no sufrir nos haga más daño que el mismo sufrimiento.

Será en situaciones como estas, que la respuesta nuestra será «no hacer nada» pues el Señor nos responderá “bástate mi gracia”. No hacer nada es exactamente lo que el Señor le dijo a Pablo que hiciera.

Respuesta Cuatro:

Busco una respuesta al sufrimiento y no la encuentro

Es aquí donde encontramos interrogantes muy difíciles de responder, y que cuando hemos estado a los pies del Señor, han acontecido, nos genera un conflicto tan profundo que pensamos en alejarnos de Él.

Veamos una lista de interrogantes que normalmente nos dejan sin respuesta:

  • ¿Por qué Dios permitió que mi hijo muriera?

Romanos 8:28-29  Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Debemos aceptar, lo más pronto que podamos, que Dios no cambiara, Él permanecerá inamovible, por más que protestemos, por más que nos enojemos y blasfememos, la prueba no terminará, a menos que Dios lo determine así.

De manera que ese dolor y sufrimiento que estemos viviendo ha de traernos beneficios, que en nuestra turbación difícilmente veremos. Esa prueba desarrollará en nosotros cualidades morales y espirituales que no poseemos aún.

En medio de ese sufrimiento probablemente desarrollemos una sensibilidad al dolor ajeno; aprenderemos a ser menos egocéntricos y pensaremos más en los demás. Se nos pinchará el orgullo y la soberbia. ¡Seremos mejores seres humanos¡

  • ¿Si Dios es bueno porqué permite todo esto?[5]

Algunas personas suponen que la prioridad más alta de Dios es el bienestar del hombre. Por lo tanto ellos definen bienestar en términos de beneficios personales y temporales: Salud, Riqueza, Paz y Seguridad.

Estamos totalmente engañados si imaginamos que hay alguna verdad en estas presunciones:

Romanos 8:28-29  Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Dios define el término bueno como todo aquello que produce santidad en nosotros. Todos los demás principios de la Escritura están subordinados a esto.[6]

Si lo que vivimos, doloroso, triste o incomprensible, ayuda a mi santidad, entonces es bueno para Dios, y lo ha de ser para nosotros. Solamente en santidad, veremos a Dios y solamente con santidad venceremos los efectos del pecado

Un mundo caído, solo produce muerte y destrucción. No podemos esperar bondad y gozo durante este peregrinaje. La paz y el gozo solo provienen de nuestra comunión con Dios, de rendirnos delante de Él aceptando que transforme nuestra vida.

Conclusión:

Job 42:1-6 «Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes,  Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.

¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?(A) Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;

 Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás.(B)

De oídas te había oído;  Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco,  Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Una vez, hemos avanzado en el reconocimiento de la grandeza de Dios, de su poderío y deidad, y de nuestra pequeñez, limitación e ignorancia, entonces, veremos la restauración de nuestra vida.

Aprenderemos a gozarnos en el dolor, a disfrutar la prueba, porque al igual que Job, podremos decir “ahora mis ojos te ven”  Nuestro entendimiento será aclarado y nuestro razonamiento será de paz.

Job 42:10 Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.(C)

Job 42:16-17  Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días.

Todo sufrimiento proviene de un mundo caído y siempre tendrá por propósito demostrar la Gloria de Dios.

 

 

 

 

 

[1] Comentario Bíblico Mundo Hispano

[2]Articulo “Soberania y sufrimiento”, Dr. Roger Smalling.

[3]Idem

[4]Idem

[5]Idem

[6]Idem