De La Fe A La Incredulidad Y De La Incredulidad A La Fe. Este es un proceso que vivimos muchos creyentes,

No es extraño encontrarnos luchando con la fe, con la paciencia, con la convicción de que Dios tiene el control de nuestra realidad

El autor cristiano, Mathew Henry, dice en su comentario: “No hay en la tierra una situación libre de pruebas, ni personaje libre de defectos,

Hubo hambruna en Canaán, la más gloriosa de todas las tierras, como hubo incredulidad, en Abram el padre de los fieles”

Y esto nos puede parecer increíble a todos los que creemos que Abraham, por ser el padre de la fe, jamás dudó.

Texto referencia:

Génesis 12:12-13  y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida.

 Ahora, pues, dí que eres mi hermana,(D) para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.

La fe y la incredulidad.


Podemos pensar que si somos personas de fe, la incredulidad no nos alcanzará, pero esto no es así,

Por mas fe que parezca que tengamos, siempre habrá trechos en nuestra vida, que serán tocados por la incredulidad.

  1. Las pruebas nos pueden mover de la fe a la incredulidad

Génesis 12:10  Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá;

porque era grande el hambre en la tierra.

Podríamos pensar que, cómo es posible que Dios me acabe de dar una promesa y me viene una hambruna,

Acaba de decir que nos va a bendecir, pero nos envía una prueba. Parece que eso no cuadra con la vida cristiana que yo espero,

Pero la verdad es, que Dios nunca nos ha ofrecido una vida libre de pruebas, lo que si nos ha prometido es que nunca nos va a faltar su gracia en medio de cada dificultad.

Así que, podemos pensar que este es el procedimiento que uso Dios para ir perfeccionando la fe de Abram.

Juan 16:33  Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.

En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Y de igual forma, Dios perfecciona nuestra fe, permitiendo que caminemos en un mundo que carga nuestra alma de aflicciones.

  1. El Temor hace que nos movamos entre la fe y la incredulidad

Génesis 12:11-12  Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a  Sarai su mujer:

He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto;

 y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida.

Vivimos en la era del temor! Hay temor por  nuestra  seguridad en nuestras casas, en el trabajo, en los aeropuertos,

Sentimos temor de que invadan nuestras redes sociales, e instalamos alarmas, construimos las mejores defensas,

Tenemos temor al sufrimiento, no queremos sufrir, temor a la pobreza no queremos ser pobres,

Caminando entre la fe y la incredulidad

Y todos los temores cuando se apoderan de nosotros nos hacen buscar soluciones en nuestras fuerzas y astucia,

Haciendo que las decisiones que tomamos se vuelven trágicas o poco sabias,  Decisiones que muchas veces hacen más graves las situaciones que vivimos

Pero Dios nos ve, y nos permite que luchemos con nuestros recursos, porque Él sabe que pronto estaremos regresando a depender de la ayuda divina.

  • La confusión del temor:

Por el temor invasivo,  Pedro negó a Cristo; por el temor los discípulos huyeron en el momento de la prueba, y por temor, Abraham negó a Sara

Es el temor, el que hizo que a Abraham se le ocurriera una idea perturbadora: ¿Qué pasaría si los egipcios prestaran atención a la belleza de Saraí  y quisieran poseerla?

Si eso aconteciera,  Abraham podría ser asesinado, para que Saraí pudiese ser tomada como esposa de ellos.

Este pensamiento perturbo profundamente a Abraham, de manera que pensó “me mataran a mí”,

De manera trágica, el temor puede llevarnos a pensar solamente en nosotros y dejar de lado a  Dios y a nuestro prójimo.

¿Qué clase de esposo era Abraham? ¿Qué tipo de creyente era Abraham? ¿Dónde estaba su fe y su convicción?

  • Cuando la fe y la incredulidad se unen

Y con dolor en nuestro corazón nos podemos preguntar ¿Abraham por qué descendió tu fe?

Pero si ponemos los ojos en nosotros ¿Será que en algún momento de nuestra vida nos ha sucedido igual que Abraham?

Podemos confirmar, que en muchos casos, después de un tremendo acto de fe viene una prueba y caemos en el peor momento de nuestra confianza en Dios

Y entonces decimos “estoy viviendo el peor momento de mi vida”, aún cuando acabamos de saborear la victoria de la fe!

Aquel hombre al que se le había hecho la promesa, al que Dios se le había aparecido dos veces, y al que le había prometido una descendencia como las arenas del mar,

Y aún más, le había prometido una tierra para poseer, y protección divina en todo el peregrinaje

Resulta que  ahora se comporta como un incrédulo!¡ ¿Es este el padre de la fe? Sí, él es, y se parece mucho a nosotros!

Comprendamos que la incredulidad es, soltarnos de la mano de Dios para resolver las situaciones por nuestros propios medios.

Cuando el temor nos domina nos olvidamos de consultar a Dios y comienza un proceso de alejamiento.

  1. Medias verdades que nos mueven entre la fe y la incredulidad

Predicar medias verdades es no predicar el evangelio completo:[1] y afecta la vida del creyente

Génesis 12:13  Ahora, pues, dí que eres mi hermana,(D) para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.

Abraham pide a su esposa que mienta diciendo que es su hermana, pero esta es una mentira a medias, o una media verdad,

Porque en efecto, Saraí era media hermana de Abraham, pero también era su mujer, el problema es con qué propósito decide decir esa media verdad.

Predicar medias verdades afecta nuestro caminar porque oculta o aleja al cristiano de la verdad completa.

Las medias verdades dañan la fe

Y el problema con este tipo de predicación es que la gente toma decisiones sin saber lo que realmente les espera, como sucede en las sectas.

Luego viene la gran sorpresa cuando nos enteramos que el Evangelio consiste en seguir a Jesús pero que debemos “dejar a padre y a madre” y “llevar una cruz”.

Esta Verdad nos parece muy pesada! Difícil de aceptar y de cumplir¡¡

Pero es probable que estos predicadores no tengan la intención de “no decir toda la verdad” del evangelio.

Predicar un Evangelio completo significa hablar de la esperanza que nos da la salvación, pero igualmente significa hablar del costo de la salvación.

Y el costo del Evangelio es nada menos que dar una vida por una vida: Cristo murió por mí, ahora yo vivo para Él! Somos sus siervos!

Veamos algunas medias verdades muy escuchadas y en  las que debemos poner cuidado:

  • Recibe a Cristo en tu corazón y serás salvo.

Esta es una media verdad porque la verdad completa es: Arrepiéntete de tus pecados, confiesa tus faltas, busca el perdón y acepta a Cristo en tu vida.

Y, este arrepentimiento, recién es el primer paso, ahora nos falta hablar del costo de seguir en la vida cristiana

  • Dios tiene un plan maravilloso para tu vida.

Especialmente los jóvenes pueden mal interpretar esta media verdad.

Con “plan maravilloso” cada uno puede imaginarse lo que quiere… y será después que vendrá la gran decepción.

Porque cuando hablamos de “plan maravilloso”, normalmente dejamos nuestros ojos puestos en lo terrenal, en nuestra más urgente necesidad material!

Y no olvidemos que el sufrimiento es una herramienta que Dios utiliza para madurar al cristiano.

  • Dios quiere que tengas éxito económico.

También con esta expresión pueden darse las falsas expectativas, y no solo eso, sino que hacemos que el nuevo creyente deje su corazón aquí en la tierra.

La versión correcta de esta expresión sería, “Dios quiere que trabajes duro y ganes un sustento para tu familia”.

Los principios de la riqueza son principios bíblicos: “Si no trabajas, te quedas pobre; si trabajas duro, te vuelves rico.”

Proverbios 10:4  La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.

  • Dios cumplirá los anhelos de tu corazón

Pero la realidad es que Dios cumplirá su voluntad en mi y en su infinito amor no permitirá que todos mis anhelos se hagan realidad,

Porque los anhelos del corazón del hombre son engañosos, egocéntricos, materialistas, perversos!

Así que Dios no dejará que eso permanezca en el corazón de sus hijos, sino que los purificará y les llevará a hacer la Voluntad divina.

El sufrimiento nos mueve entre la fe y la incredulidad

Las medias verdades siempre llevan a muchas confusiones¡!

  1. La prosperidad que no proviene de Dios nos mueve entre la fe y la incredulidad

La riqueza que no proviene de Dios siempre se acompaña de pobreza espiritual.

Génesis 12:16  E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos.

La prosperidad no siempre es una medida efectiva de comprobar la bendición de Dios,

Vemos  como la astucia de Abraham, acompañada de un acto impropio, le trae una prosperidad que no proviene de Dios,

Esa prosperidad ha puesto en juego la vida de una persona: Sara, la esposa de Abraham,

Pero más que la vida de Sara, Abraham ha puesto en juego la promesa de Dios, el plan de redención está en peligro por causa del temor de Abraham.

Por la mentira de Abraham, su esposa queda en riesgo de quedar en manos de otro hombre, afectando la simiente prometida.

¿Qué dirían Lot y los demás siervos de la acción de Abraham? ¿Qué dirán de nosotros cuando actuamos de maneras tan impropias?

  • Con la fe y la incredulidad afectamos a otros

Nuestras faltas, producto de la incredulidad, de nuestra falta de fe, siempre afectaran a otros:

Génesis 12:17-19  Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.

Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer?

¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete.

Cuando dudamos de la guía y protección divina, pasamos a actuar bajo nuestra propia cuenta,

Y  haciendo así, no podemos evitar echar mano de la astucia, que tarde o temprano pasaran la cuenta a nuestro mal proceder,

La comunión con Dios rectifica nuestra fe

Así aconteció a Abraham, que por actuar incrédulamente, puso en peligro no solo la vida de Saraí, y con ello la simiente prometida,

Sino también, puso en riesgo la vida de Faraón y toda su casa, pues lo condujo a actuar contra la voluntad divina

Cuán perjudicial es la incredulidad!! Y que delicado es valernos de nuestra astucia!!

5. !Y de la incredulidad a la fe¡

Pero Abraham volvió de Egipto. Así como había descendido, ahora subía al lugar donde se había encontrado con Dios, a Bet-el, que es «casa de Dios»

Génesis 13:1-4  Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot.

Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro.

Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai,

 al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.

Y su comunión con Dios fue restaurada. Volvió «al lugar del altar que había hecho antes» donde rectifica su incredulidad, y vuelve al punto de reunión con Dios.

Así, la bondad de Dios nos hace caminar de la incredulidad a la fe!, restaurándonos, sosteniendonos y haciéndonos perseverar en nuestro caminar cristiano

Mantengamos vivo ese altar de comunión con Dios¡! No olvidemos que ahora, el altar somos nosotros, somos templo y morada del Espíritu Santo,

!Volvamos a la adoración a Dios¡

Conclusión:

¡De la fe a la incredulidad! Un triste paso que damos cuando  pensamos que Dios nos promete, pero que debemos caminar y luchar solos,

De manera que el mensaje es ¡vuelve al punto de reunión con Dios, rectifica tu incredulidad¡

Y haciendo así, nos moveremos de la incredulidad a la fe.

 

 

[1]http://www.revistalafuente.com/2011/10/medias-verdades-que-predicamos-los.html