¡¡Escucha La Instrucción!¡ Esta es una expresión que nos ha de resultar muy familiar para todos aquellos que hemos crecido en hogares cuyos padres han estado pendientes del quehacer de sus hijos, disciplinando y corrigiendo.

Han sido hogares que han tenido toda la intención de hacernos hombres y mujeres responsables, determinados a actuar y resolver, de manera que hemos estado aterrados, azorados, cargados, ensordecidos con el constante ¡escucha la instrucción¡

Con una demanda de obedecer y ser diligentes, donde no se nos repetiría nuevamente, porque debíamos estar atentos para hacer inmediatamente. Y esta constante nos desarrollo un carácter resuelto o un carácter apático, según lo hayamos vivido, según se nos haya impuesto.

Pero debemos saber, que esto es distinto y completamente efectivo cuando se hace a la luz de la verdadera sabiduría que no se encuentra en el hombre común, en los hogares simples, en los padres sin referencia de fe, ¡porque esa sabiduría no es nuestra¡ ¡No está en nosotros!

Esta es una sabiduría que proviene de lo alto, y que puede ser iluminada en las Escrituras Sagradas cuando tenemos un entendimiento nuevo, esclarecido por la acción que efectúa la fe puesta en el dador de la fe: ¡Jesucristo!

Y es entonces cuando comprenderemos la instrucción y tendremos la capacidad de obedecerla, de ponerla en práctica y encontrar así, los frutos, los grandes beneficios de la sabiduría divina.

¡Oye hijo mío, la instrucción de tu padre¡

Proverbios 1:8-9  Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,  Y no desprecies la dirección de tu madre; Porque adorno de gracia serán a tu cabeza,  Y collares a tu cuello.

Entendamos la expresión “Oye” como la acción de “Oír atentamente”, con toda la intención de comprender para obedecer. En ese sentido lleva implícitas dos acciones de parte nuestra: comprender y obedecer.

Y la escuela mas importante en la formación de los principios y valores cristianos es el hogar, es allí donde los padres forman el carácter de los hijos en el temor de Dios, tarea que el Señor ha puesto en manos da papa y mama.

Es el hogar cristiano el lugar principal en el que se establecerá el fundamento sobre el cual los hijos construirán su vida.

El llamado es “oye”, es a escuchar y no “despreciar” la instrucción y dirección de nuestros Padres. Cuan distinta seria nuestra sociedad si como padres educáramos a nuestra descendencia en la fe cristiana y como hijos escucháramos la sabiduría de Dios a través de la Palabra y el testimonio cristiano de nuestros padres.

Desarrollaremos nuestra siguiente reflexión partiendo de la definición de Instrucción dada por el diccionario VINE AT.

La palabra “Instrucción” proviene del término Musar. Con ello se deja ver que uno de los propósitos principales de la literatura sapiencial era enseñar sabiduría y mûsar (Proverbios 1:2).

Mûsar es disciplina y algo más. Como «disciplina» debemos comprender la acción de enseña a vivir correctamente en el temor del Señor, para que el sabio aprenda la lección antes de que lo tienten y pongan a prueba:

«Cuando lo vi, reflexioné sobre ello; miré, y recibí instrucción» Proverbios 24:32 (lba) .

Se trata de una disciplina para toda la vida; de ahí la importancia de prestar atención a mûsar : El Antiguo Testamento se vale de muchos verbos para subrayar la necesidad de una respuesta adecuada: «oír, obedecer, amar, recibir, obtener, captar, defender, guardar»

Beneficios de seguir la instrucción.

A continuación aprenderemos sobre los beneficios de prestar atención cuidadosa a la instrucción.

  • Obedecer la Instrucción Trae Honra

Proverbios 1:9  Porque adorno de gracia serán a tu cabeza,  Y collares a tu cuello.

La instrucción divina modela la vida de un hijo, renueva sus pensamientos, lo hace diferente; y lo que es diferente se evidencia, y esta evidencia habla de algo distinto que es el maravilloso carácter de Cristo en nuestros hijos,

Como padres cristianos y maestros de nuestros hijos, cuyo primer ministerio es nuestro hogar, debemos clamar para que Dios y nuestra dedicación contribuyan a que del testimonio de  nuestros jóvenes  de gloria a Dios.

  • Obedecer la Instrucción da vida.

Proverbios 4:13  Retén el consejo, no lo dejes;  Guárdalo, porque eso es tu vida.

(DHH C* 2002*) Aférrate a la instrucción y no la descuides; ponla en práctica, pues es vida para ti.

Nuevamente  el llamado es a retener el consejo y no dejarlo pasar; retenerlo es guardarlo, es agarrarlo fuertemente y ser valiente para que nadie te lo arrebate y para que puedas ponerlo en práctica, porque es vida para ti,

Esto nos lleva a reflexionar sobre la vida de muchos jóvenes que permiten que el consejo, la instrucción de sus padres les sea arrebatado por malos consejos que llevan a la inmoralidad, que conducen al pecado y concluyen con una burla para sus padres

Y de manera especial llegan a constituir una burla contra Dios, como bien lo ilustra el Salmo 1: la Palabra nos dice que el fin de “los sabios” es vida, en cambio el fin de los insensatos es muerte en muchos sentidos: pobreza, fracaso, enfermedad, cárcel, asesinato, etc.

  • Obedecer la Instrucción nos hace sabios.

Proverbios 8:33  Atended el consejo, y sed sabios,  Y no lo menospreciéis.

(NVI 1999)  Atiendan a mi instrucción, y sean sabios; no la descuiden.

La formula se repite, y el contraste nuevamente aparece entre “atender el consejo” y “no desecharlo”, la palabra atender viene del hebreo shamá que significa “oír inteligentemente con el propósito de obedecer”,

Ya que hay en este término un “advertir”, es decir, se nos deja ver claramente que, si haces esto de esa manera estas serán las consecuencias;  se nos anuncia la instrucción correcta la cual formara discernimiento en la vida del joven

Y con ese discernimiento, el joven podrá decidir entre agradar a Dios y a sus Padres o agradar a aquello o aquellos que quieren el mal para su vida, ¡de allí el ser sabio! El joven sin discernimiento no puede identificar el mal consejo ni al mal amigo.

  • El que sigue la Instrucción, agrada a Dios

Y este debe ser el propósito del actuar de un joven y de todo hombre: ¡Por sobre todo agradar a Dios!

Proverbios 8:35  Porque el que me halle, hallará la vida,  Y alcanzará el favor de Jehová.

Alcanzar el favor de Jehová significa  vivir en su voluntad divina y por lo tanto alcanzar la aceptación de Dios hacia nosotros, una aceptación que nos convierte en “amigos de Dios” y mucho mejor aún, en “hijos de Dios” gozando de todos los privilegios que eso implica.

Pero eso solo es posible en Cristo, de modo que en este versículo tenemos una maravillosa cristología. Lo más agradable para Dios, es ver a su Hijo morando en nosotros,

El pecador es revestido de la gracia divina, y solo en Cristo hallamos el camino, solo en el podemos vivir en su Verdad y solo en el tenemos vida, y es por eso, que podemos afirmar, con toda certeza, que alejados de Jesucristo no somos nada.

Si tu vida está desprovista de su gracia y vives una vida de completo desorden y muerte espiritual rogamos en este día que seas iluminado por su Espíritu Santo, te convenza de pecado, y que dirija tus pasos hacia el salvador de tu vida, Cristo Jesús.

Pero como el Libro de Proverbios es una comparación y contraste entre el sabio y el necio, tal como lo expresa Proverbios 1:7 

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.”

El insensato desprecia la sabiduría, desprecia la instrucción, y por lo tanto no viven en el temor de Dios; esto inevitablemente trae graves consecuencias a la vida del joven y del adulto, veámoslo desde el punto de vista Bíblico.

Consecuencias de No Obedecer la Instrucción:

Son muchas las consecuencias que se acarrean para la vida del hombre que no escucha el consejo, que lo menosprecia y lo desobedece. Veamos algunas de ellas:

 

  • No observar la «instrucción» acarrea muerte

Proverbios 5:23  El morirá por falta de corrección,  Y errará por lo inmenso de su locura.

(NVI 1999)  Morirá por su falta de disciplina; perecerá por su gran insensatez.

La instrucción corrige y encamina, esto lo ilustra muy bien la Palabra en:

2 Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,

Solo por medio de la Palabra de Dios podemos corregir lo deficiente que hay en cada uno de nosotros. Leer la Palabra de Dios es comprender que el hacedor y salvador de nuestra vida nos está instruyendo sobre cómo debemos de vivir,

Pero si no hay Palabra de Dios la persona se descarriará y su vida es dirigida al error, y el error lleva a la transgresión y recordemos que la paga del pecado es muerte. De manera que esa transgresión provocará muerte.

  • No obedecer la Instrucción, Trae pobreza y vergüenza

Proverbios 13:18  Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo;  Mas el que guarda la corrección recibirá honra.

Al menospreciar el consejo, al soltarlo y considerarlo innecesario, tomaras para tu vida la pobreza material y la vergüenza publica, la deshonra  de tu persona vendrá, y con ello, mucha amargura de alma y sufrimiento que le dará un sin sentido a tu vida.

  • No seguir la Instrucción es un menosprecio a la propia vida

A la larga, luego de mucho caminar en la necedad llegamos al mismo menosprecio de la propia vida

Proverbios 15:32  El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento.

(DHH C* 2002*)  El que desprecia la corrección no se aprecia a sí mismo; el que atiende a la reprensión adquiere entendimiento.[v]

El aprecio que cada uno nos tengamos a nosotros mismos, está en función de cuanto aprecio tenemos por la instrucción del Señor,

El entendimiento de la verdad divina es para hacernos bien, el despreciarlo es tener en poco nuestra vida. Muchos no quieren ser corregidos, quieren vivir sus vidas en independencia de Dios; bíblicamente vemos que ya hubo alguien que quiso hacerlo así,

Y verle a él, debería ser suficiente para comprender la gran tragedia que implica vivir en oposición a Dios: ¡Adán! que al  hacerlo así, nos dejo a todos sumidos en la miseria del pecado.

Conclusión:

¡Oye hijo mío la instrucción de tu padre y no menosprecies la dirección de tu madre es el más hermoso consejo que nuestros oídos pueden escuchar, y el más grande clamor que podemos elevar al Señor, para que nos ayude a apreciarlo, obedecerlo y testificarlo.

Obedecer la instrucción nos trae vida, nos hace sabios, nos lleva a honrar a Dios y a nuestros padres, pero de manera especial, el agradable a Dios; nos hace vivir en su voluntad y ser aceptados por Él en Cristo Jesús. Nos lleva a ser hijos amados del Padre!

En contraste, no obedecer la instrucción y menospreciarla, nos acarrea muerte y destrucción, deshonra pública, menosprecio a nuestra propia vida, nos hace necios y miserables, con mucho sufrimiento y amargura de alma, alejados de Dios, de su gracia y misericordia ¡Trágico!