Ganando La Victoria Antes De La Batalla por medio de un estilo de vida de oración

Porque sabemos que el cristiano que se duerme  y no ora, el diablo lo atribula, y lo lleva de poco a poco, a una vida arruinada

La razón por la cual, muchos cristianos fracasan en la batalla contra las tentaciones, es porque esperan luchar, hasta el momento de entrar en ella.

Y la razón del éxito de otros, se debe a que ya habían logrado la victoria anticipadamente, al mantenerse sobre sus rodillas, mucho antes de producirse la batalla.

Esta es una hermosa reflexión que ha hecho  R. A. Torrey, y que mencionamos como algo muy oportuno para nuestra realidad cristiana.

Ganando la victoria antes de la batalla.


Conocemos el sufrimiento que nuestro Señor Jesucristo vivió en el Getsemaní, y sabemos que los discípulos también vivieron su propio Getsemaní,

Pero nosotros también vivimos en una lucha grande y que por tramos se hace más fuerte, donde  permanecer alertas e invocar a Dios en oración es una necesidad vital

Esa gran necesidad surge de la cercanía y fuerza que nuestros enemigos: satanás, el mundo de pecado, la naturaleza humana frágil y caída, tienen sobre nosotros

Esos enemigos, propios de todo cristiano, nos impiden ser capaces de resistir sin ser auxiliados y ayudados desde lo alto, y sin que Dios luche por nosotros.

Entonces, una cosa que debemos saber todos los creyentes, es que siempre en nuestra vida vamos a experimentar tentaciones, que nos ponen en un campo de batalla

Pero, ser tentado no es pecado, sino que el pecado está en caer en la tentación, y no obedecer la instrucción de nuestro Señor Jesús,

¿Cuál instrucción? que debemos estar en guardia para no entrar en tentación

Texto de referencia:

Mateo 26:40-41  Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,

Pero la carne es débil.

«Velad, o sea, estar alertas a los peligros espirituales, y orad, es decir, reconocer la dependencia en Dios, para que no entréis en tentación».[1]

Esto significa que debemos aprender a orar constantemente, para poder resistir las pruebas que se nos acercan, aún cuando no las veamos venir

Sobre todo, sabiendo, que en nuestras luchas siempre queremos hacer lo correcto, pero No podemos hacerlo con nuestras propias fuerzas

De eso se trata nuestra enseñanza de hoy¡

  1. Victoria antes de la batalla en las tentaciones!¡

Caer en tentación No significa ser tentado, son dos cosas diferentes! porque todos somos tentados en esta vida, pero no todos caemos en ciertas tentaciones.

Así que, el apóstol Pablo compara el hecho de caer en tentación con el acto de caer en una trampa, habla de aquellos «que caen en tentación y lazo».

La idea principal de haber caído en una trampa es que uno No puede escapar fácilmente de ella,  queda atrapado en ella.

Victoria antes de la batalla contra las tentaciones

Podemos imaginar  una persona enredada con cuerdas, de las cuales le es difícil escapar.[2] O una persona que cae en un pantano ¡Qué difícil salir de allí¡

  • Primera vez que los haya durmiendo.

Marcos 14:37  Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?

Los discípulos no han comprendido la gran batalla que está librando el Señor Jesús, y tampoco dimensionan lo que les sobreviene a ellos

Es tiempo de velar y orar, es tiempo de luchar, debemos estar preparados para lo que vendrá, aún cuando no lo logramos ver,

Pero los discípulos, al igual que muchos de nosotros, nos encontramos durmiendo!

  • Segunda vez que los haya durmiendo.

Marcos 14:39-40  Otra vez  fue y oró, diciendo las mismas palabras.

Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle.

Otra vez el Señor encuentra a sus discípulos amados durmiendo, y sus ojos cargados de sueño sin saber que responder ante la recriminación

El sueño, el cansancio, la indiferencia, la comodidad o el temor de pensar en lo que vendrá, nos hace cerrar los ojos a lo que está sucediendo y  preferimos dejarlo pasar.

  • Tercera vez que los encuentra durmiendo.

Marcos 14:41  Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido;

he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.

Finalmente, cuando ya tenemos la dificultad encima, cuando ya se nos paso el tiempo de prepararnos para la lucha,

No queda más que “dormirnos y descansar” pues ya no hay nada más que hacer, la tempestad la tenemos sobre nosotros.

Es allí donde la victoria la perdemos, pues no hemos logrado anticiparnos, no logramos prepararnos para resistir el día malo.

  1. El Peligro de caer en tentación ¡sin victoria antes de la batalla¡

La desobediencia es un indicativo que espiritualmente hemos caído en el sueño y estamos dormidos.

Los discípulos no lograron orar y velar con el Señor, no pudieron obedecer y acompañarle en ese momento difícil que el Señor sabia que sobrevenía.

Esa desobediencia se expresa en “estar dormidos” incapaces de escuchar atentamente la Palabra del Señor para hacerla

Mateo 26:38  Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Mateo 26:40  Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

  • La tentación de dormirnos:

Es este momento, en el monte de los Olivos, donde se está peleando la batalla más grande de todos los tiempos,

Encontramos a satanás enfilando todas sus fuerzas, quiere desalentar a Jesús en su obra redentora

y en esa agonía profunda el Señor manda a sus discípulos que le apoyen, a que se queden allí, a que velen con Él. ¡Pero ellos no lo entienden¡ No le pueden obedecer

La tentación nos distrae y aleja

Hoy en día, esa batalla de satanás en contra el pueblo santo de Dios continua, porque él quiere hacerlo caer en tentación

Satanás pretende causar daño a la iglesia del Señor y distraernos del blanco perfecto que es Cristo.

Mis amados hermanos nuestro enemigo satanás nos tienta y quiere que abandones tu tarea, que abandones el lugar que Dios te ha puesto,

o pretende que, estando en el lugar que Dios te ha asignado dentro de su iglesia, dentro de su cuerpo, no estés despierto espiritualmente ¡¡sino dormido¡!

El llamado es entonces, a estar allí, pero despierto, a no dormirnos. A mantenernos velando y orando

  • La tentación de huir:

Y si no estamos dormidos, entonces existe el peligro de caer en la tentación a Huir, de abandonar, de dejarlo todo!

Y en efecto, vemos como todos los discípulos del Señor huyeron, todos le abandonaron, en esos momentos que debieron permanecer fieles

Pero los que estuvieron con el Señor en estas últimas horas, antes de su crucifixión y las primeras después de su resurrección, tampoco fueron sus discípulos,

Sino que permanecieron junto a Cristo, aquellos que no se consideraban fieles seguidores de Él. ¿A quienes encontramos en esos momentos cruciales del Señor?

Encontramos a un Simón de Cirené que le ayudo a cargar la cruz,; a un centurión romano quien estaba a los pies de la cruz vio lo que había acontecido,

Este centurión romano dio gloria a Dios cuando presencio la grandeza de la muerte de Cristo, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.

Y encontramos a un José de Arimatea, y a un Nicodemo pidiendo el cuerpo de Jesús para sepultarlo.

Marcos 14:50-52  Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron

Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.

La opresión del enemigo te puede llevar a huir, por eso la urgente necesidad de velar y orar.

  • La tentación de ser infieles:

Existe el peligro de caer en la tentación de serle infiel a  Cristo.

Juan 18:18  Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban;

y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose.

El discípulo que parecía ser el más fiel al Señor, ahora lo encontramos “calentándose” con el mundo, con aquellos que destruían a su Señor.

¿Con quién es tu compañía, dónde te calientas? ¿Lo haces ante el fuego del mundo de pecado, o en el calor santo de la iglesia?

La Infidelidad es un pecado que cada día se pone más de moda y aun dentro de la iglesia, encontramos “hermanos infieles”

Pero a esa infidelidad se le ha cambiado nombre, de manera que pueda ser aceptada sin tener “cara de pecado

Victoria en la batalla contra la infidelidad

Para que ese pecado sea aceptado o no resulte ofensivo, se le suaviza el nombre, así por ejemplo, al adulterio hoy se le llama “infidelidad responsable”

  • La tentación de ser negligentes:

Existe el peligro de caer en la tentación a ser negligente, descuidado, indiferente, ajeno a todo lo que acontece.

Mateo 26:40  Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora

Esta es una tentación que la identificamos cuando Tenemos la buena voluntad de hacer y obedecer, pero hasta allí llego ¡me quedo dormido¡

Entonces hay que reconocer el punto en el cual encallamos, donde quedamos embancados, y ya no es posible seguir,

Cuando lo identificamos, entonces debemos buscar la ayuda en Dios, y poder contar con ese empujoncito que nos lleve a la acción correcta y agradable a Dios.

  • La tentación de ignorar:

Es tan fuerte la tentación de Ignorar que estamos en una lucha.

Mateo 26:45-46  Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora,

 y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.

El Señor nos advierte muchas veces que el enemigo se acerca, pero ignoramos sus advertencias, y de allí que somos presa fácil de Satanás y del mundo de pecado.

Pero debemos recordar siempre, que desde el momento en que Dios nos tomo por hijos, inmediatamente nos convierte en un soldado de Cristo,

Y un soldado se ejercita en la disciplina de estar siempre alerta, esperando la envestida del enemigo,

De igual forma nosotros, que somos soldados de Cristo debemos siempre estar preparados, y la forma de hacerlo es estar siempre en oración.

De manera que el remedio para no caer en tentación es “velad y  orad” y mantenernos así, siempre despiertos espiritualmente.

  1. ¿Cómo obtenemos la victoria antes de la batalla?

Son dos las instrucciones que nos da la Palabra de Dios para poder ganar la batalla; nos dice que debemos “Velad y Orad”, Veamos en qué consiste cada una de ellas:

  • Obtengamos la victoria antes de la batalla “Velando”,

Es una instrucción que nos manda a “estar alerta” o “permaneced vigilantes”, y la razón para hacerlo es  “para que no entréis en tentación”.

Una persona puede estar completamente despierta físicamente y todavía sucumbir ante la tentación,

pero si se mantiene espiritualmente despierta, si con corazón y mente está “alerta” o “vigilante”, entonces vencerá la tentación.

Las disciplinas espirituales  de velar y orar facultan el corazón espiritual    para dirigir todos los aspectos de la naturaleza humana de la persona

Son acciones que nos dan la capacidad para que la totalidad de nuestro ser pueda ser obediente a la voluntad de Dios, sometiéndose a Él.

  • Ganemos la victoria antes de la batalla “Orando”

Si somos mandados a “velar” para poder estar alertas a los peligros espirituales, también somos mandados a “orad”

¿Para qué necesitamos mantenernos orando? Cuando oramos, reconocemos que dependemos Dios, y necesitamos orar para que no entréis en tentación.[3]

  1. La victoria antes de la batalla ¡velando¡

La clave para velar es saber para qué estamos velando. Con qué propósito nos hemos de mantener en vela. Veamos algunas razones:

  • El ataque de los enemigos:

Debemos velar porque siempre habrá enemigos ante los cuales, hay que estar alertas en tiempos especiales.

La victoria se obtiene velando

En la medida que velamos y oramos, podremos hacerle frente a la tentación que siempre pone Satanás o el mundo de pecado.

Estaremos fortalecidos para todo ataque, de manera que podremos identificar la tentación y huir de ella.

  • La amenaza de la Prosperidad:

Salmo 30:6-7  En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido,

Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.  Escondiste tu rostro, fui turbado.

En los tiempos de prosperidad solemos olvidarnos de Dios y pensar que todo lo podemos en nosotros mismos, por nuestros propios medios y nuestra inteligencia

Pero se nos olvida, que todo proviene de Dios, que es Él quien nos da las oportunidades, los dones y talentos, la sabiduría para crecer y prosperar

De manera que la prosperidad se convierte en una tentación, que amenaza en sucumbirnos alejándonos de Dios

Y no es que la prosperidad sea mala, pues es Dios quien la permite en nuestras vidas. Lo malo es, que esa prosperidad aleje nuestro corazón de Dios y lo centre en nosotros mismos

  • La tentación de la Autosuficiencia.

Mateo 26:33-35  Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.

Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

¿Cuántas veces hemos sido como Pedro? ¿Cuántas veces nos sentimos tan fuertes, que pensamos que la caída no será para nosotros?

¡Esto es autosuficiencia¡ pensar que todos pueden caer, menos nosotros; que todos han de fallar, menos nosotros,

Nos creemos fuertes en nuestra propia fuerza, creemos que nuestros principios y convicciones jamás serán conmovidos

¡Pero no es así¡ llega el momento en que el temor, la incredulidad, los intereses personales u otra razón cualquiera, nos hace olvidar sobre Quién estamos parados¡

La autosuficiencia una tentación que nos aleja de la cruz

Y es entonces cuando viene la caída. Pero fiel es Dios, que siempre está cerca de nosotros para restaurarnos!

  • La tentación del pecado:

Tenemos la plena certeza que el pecado nos asedia, de día y de noche, pero ante ello, es necesario conocer nuestro propio corazón para cuidarlo.

Proverbios 4:23  Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

(PDT)  «Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida

Lo que contamina al hombre, no es lo que viene de fuera, sino, lo que sale de dentro de su propio corazón

Del corazón salen todos los malos deseos, los pensamientos pecaminosos, y si no los controlamos, ellos nos controlan a nosotros

Es por eso, que necesitamos conocer nuestro corazón y cuidarlo. Para ello necesitamos conocer nuestros propios deseos pecaminosos específicos,[4]por ejemplo:

La codicia

El egoísmo

La envidia

El orgullo

El enojo

La crueldad,

La perversión sexual, etc.

Todos ellos descritos muy bien, en la Ley Moral de Dios, es decir, en los Diez Mandamientos, que retratan perfectamente el corazón del hombre

Debemos considerar también los pecados particulares que nos son atractivos, es decir, los pecados en que más frecuentemente caemos.

De estos pecados descritos ¿Cuáles son mis pecados recurrentes? ¿Los reconocemos o los negamos? ¿Les hacemos frente o los justificamos?

  • La tentación de la debilidad:

Necesitamos conocer nuestras debilidades espirituales, identificar de dónde surgen y por qué, por ejemplo:

Las dudas,

¿Dudamos de la Palabra de Dios? ¿Nos cuesta creer en sus promesas y en sus advertencias?

Los temores,

¿De qué sentimos temor? ¿Le tememos al futuro, a la vejez, o creemos que nos perderemos, que no llegaremos hasta el final prometido por Cristo?

La insensibilidad,

¿Se nos ha endurecido el corazón y ya no sentimos amor por nuestro prójimo, por las almas perdidas, por los que sufren injusticia?

El espíritu quejumbroso, etc.

¿Nos mantenemos en un estado constante de queja y de insatisfacción? ¿Pensamos que las cosas carecen de sentido y propósito?

¡Conozca bien la clase de persona que realmente es¡ y no trate de justificar o excusar la maldad y las debilidades que tiene.

Entre mejor que conozca la maldad y las debilidades de su corazón, mejor preparado estará para evitar las tentaciones a las cuales usted es particularmente propenso.

Ganando la Victoria antes de la Batalla

Piense de su corazón, como un lugar habitado por traidores. Estos traidores son sus deseos pecaminosos y sus debilidades.

La tentación siempre está lista para sacar provecho de ellos.

Salmo 18:23  Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,

  • La tentación de dar autoridad a satanás:

Muchos de nosotros caemos en la tentación de pensar que satanás es más fuerte que Dios, pues nos mantenemos más pendientes del diablo que la de Palabra fiel de Dios

Pero jamás olvidemos que, aunque Satanás es un enemigo fuerte, esté ya fue vencido en la cruz del Calvario,

Y no solo eso, sino que en nosotros mora la Trinidad misma, y este poder divino es mucho más poderoso que todo espíritu de maldad!

Santiago 4:7  Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

(BLS)  Por eso, obedezcan a Dios. Háganle frente al diablo, y él huirá de ustedes.

La clave, para vencer esta tentación de darle más poder al diablo que a Dios, está en conocer las Escrituras!

Sometámonos a Dios, obedeciendo su Palabra, buscando siempre hacer Su Voluntad, y entonces, el diablo huirá de nosotros¡!

Conclusión:

Tener la victoria antes de la batalla, en toda lucha, pero de manera especial en la lucha contra las tentaciones,

Es posible si hacemos uso de las disciplinas espirituales de “orad y velad” justamente, para no entrar en tentación

Comprendiendo que el problema no es, que seamos tentados, pues esto nos acontece a todos, todos los días a cada momento,

Si no que el problema es, caer en esa tentación, porque entonces nos vemos envueltos en una trampa de la que difícilmente podremos salir por nuestros propios esfuerzos

¡¡Necesitamos la ayuda divina¡! Gloria a Dios que para ello tenemos al Espíritu Santo y la maravillosa Palabra escrita.

Palabras y frases significativas:

Velad: Permanecer despiertos, mantenerse despiertos, vigilar.

Entrar: Caer,

Tentación: donde reciben el mandamiento de velar y orar para no entrar en tentaciones debidas a su propia negligencia y desobediencia; en todos estos casos Dios provee «la salida» (1Co_10:13

Getsemaní: Prensa de aceite.

Velad y orad: “Mantenerse despiertos”

 

 

 

[1]Walvoord, J. F., &Zuck, R. B. (Eds.).(1995). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 1: San Mateo, San Marcos, San Lucas (p. 236). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.

[2] La tentación, John Owen, pág. 8.

[3]Walvoord, J. F., &Zuck, R. B. (Eds.).(1995). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 1: San Mateo, San Marcos, San Lucas (p. 236). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.

[4] La tentación, John Owen, pág. 42.