La Esperanza Cristiana, Presente Y Futura, tanto como la podemos tener ahora, como aquella esperanza, por lo que un día, llegará a ser

Y podemos comenzar preguntándonos ¿Qué es la esperanza? El diccionario Larousse la define como: “confianza en lograr una cosa o en que ocurra algo deseado”.

Pero esta palabra “Esperanza” según el Nuevo Testamento siempre se refiere a “una expectación favorable y segura”.

Y esta misma palabra “esperanza”, en hebreo significa “esperar con confianza”.

Así que, podemos decir que la esperanza para el cristiano incluye “la anticipación feliz de lo bueno”.

Y se une con la fe y con la confianza, y tiene que ver con el futuro y lo que no se ve (Hebreos 11:1; Salmo 71:5; Romanos 8:24–25).

La esperanza cristiana, presente y futura

La esperanza cristiana tiene su fundamento, no en lo que no poseo, sino en todo lo maravilloso que por gracia de Dios hemos recibido

Y esa gracia de Dios, nos hace esperar cada día mayores bendiciones, contrario al mundo en el que su esperanza surge de la carencia,

Si se es pobre se espera algún día tener dinero, si hoy los tiempos son inciertos el mundo espera días diferentes.

Pero en la Biblia, la Esperanza cristiana aparece por lo regular relacionada con la fe y el amor, los cuales son una posesión.

Y así como vivimos los últimos tiempos, sabemos que hay cosas que todavía están por cumplirse en la vida colectiva y personal de la iglesia,

Esa expectativa de lo que pasará, hace que por momentos sintamos dolor por lo que nos falta,

Por ejemplo, nos preocupamos por la salud física y espiritual, la economía, la condición social y política de nuestros países, etc.

Y esto hace que “La esperanza sea, tanto un fruto  de la posesión como de la carencia». Nos fortalecemos en la esperanza, cuando vemos nuestras carencias,

Pero también, nos llenamos de esperanza, cuando ponemos nuestros ojos en el futuro venidero, y confiamos en lo que vendrá.

Vamos a desarrollar este tema en tres partes:

Primero, nos enfocaremos en la época pasada, cuando vivíamos sin Dios y sin esperanza,

Segundo, analizaremos el tiempo presente, cuando ya tenemos a Cristo

Y tercero, veremos la esperanza enfocada en lo que Dios sigue haciendo y cómo la consumación final del los tiempos, nos fortalece en gran manera.

  1. La esperanza cristiana en los tiempos sin Dios

Analicemos la época pasada, cuando vivíamos sin Dios y sin esperanza.

Efesios 2:12-13  En aquel tiempo estabais sin Cristo,  alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa,

sin esperanza  y sin Dios en el mundo.  Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,

habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Vivíamos “sin esperanza y sin Dios”, era un vivir por vivir, un existencialismo sin sentido ni provecho, que nos hizo llevar vidas vacías, sin propósito

  • La tragedia de una vida “sin esperanza”.

El vivir sin esperanza, es el resultado o la consecuencia de una vida que no tiene a Dios en su corazón.

De manera que en la época pasada, nuestra esperanza era vana, fundamentada en las personas, en el creer que los tiempos iban a cambiar,

Y aunque, en algunas áreas, muchos pudieran haber cambiado y las cosas hayan parecido mejores, y podrían decir que su esperanza se cumplió

Lo cierto es, que en el área espiritual la situación sigue siendo la misma “sino tiene a Cristo, no tiene nada que verdaderamente valga la pena”

No tener esperanza, es No tener a Dios

Nuestro mundo necesita muchas cosas, y ciertamente, la esperanza es una de las necesidades que está entre las primeras en la lista.

Muchos hombres y mujeres, son como los gentiles, a los cuales se refiere Pablo en esta Epístola, y a quienes escribe, que están “sin esperanza y sin Dios en el mundo

El cristiano, antes de venir Cristo, era como los gentiles que estaban en el mundo de Dios, pero no tenían un verdadero conocimiento de Él.

Éramos personas que teníamos algo de evidencia del favor y amor divino, pero ¡ninguna esperanza de pasar la eternidad con Dios!

Y esto es cierto para todos los pecadores que aún no conocen a Dios, ellos “están “sin Cristo, sin Dios, sin esperanza”.

Y esta es la mayor tragedia que puede haber en la vida humana!¡

  1. La esperanza cristiana y la vida de fe.

Cuando venimos a Cristo, que por obra del Espíritu Santo ya tenemos un corazón nuevo para creer en Él, por la gracia de Dios ya tenemos esperanza.

¡Cristo mismo es nuestra esperanza¡

Efesios 2:13  Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos

por la sangre de Cristo.

Gracias a la obra redentora de Cristo, ahora ya somos cercanos al Padre, ya podemos ser escuchados y socorridos en la gracia divina,

Y saber esta Verdad, es nuestra mayor esperanza terrenal, porque sabemos que no estamos solos, que en las vicisitudes, Cristo es nuestra fortaleza

Colosenses 1:27  a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles;

que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

y cuando reconocemos que hemos llegado a Cristo, porque Dios “quiso darnos a conocer las riquezas de su gloria” no podemos menos, que caer de rodillas!!

Hemos sido elegidos por Dios, para ser depositarios de un gran tesoro “Cristo, nuestra esperanza de gloria”

  1. La esperanza cristiana para una vida venidera

El poeta y dramaturgo francés, Víctor Hugo, escribió en una de sus obras: “La palabra que Dios escribe en la frente de cada hombre es esperanza”.

Cuanto más grande y absoluta Verdad es esta, si la ha dicho el mismo Dios, en las Escrituras:

1 Pedro 1:3  Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia

nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,

y la Palabra que Dios escribe en cada uno de sus elegidos, es esperanza viva, pues nos hizo una nueva creación y nos resucitará para vida eterna.

Cristo es la fuente de toda esperanza

Si Cristo es el Hijo Eterno del Dios Eterno, y venció a la muerte con su resurrección, entonces nuestra esperanza es certera

1 Corintios 15:32  Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha?

Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.(I)

Si Cristo No hubiese resucitado, ¡vana es nuestra esperanza¡ y como dice Pablo “comamos y bebamos” porque esta vida lo es todo

¡Nada más triste que eso! Nuestro Cristo Eterno resucitó, y nos garantiza vida eterna con Él

Consideremos algunas de las bendiciones de las que gozamos, fruto de la esperanza cristiana:

  • El gozo y la paz que trae la esperanza cristiana

Romanos 15:13 “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”

El gozo y la paz son bendiciones que Dios nos da, y que surgen cada vez que ejerzamos esperanza en Él.

Dios quiere que “abundéis en esperanza” y es por medio del Espíritu Santo que nos capacita para hacerlo.

  • La esperanza cristiana motiva una vida de fe

La esperanza produce “perseverancia y paciencia”, y esto solo es posible cuando la esperanza se une a la fe.

Romanos 8:25  Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia  lo aguardamos.

Esperamos lo que está en el futuro, quizás un futuro distante, y puede ser que tome mucho tiempo llegar a obtener el objeto de nuestra esperanza.

Pero la esperanza sincera, combinada con una fe genuina, hará que el creyente persevere hasta el fin y  guarde la fe.

Si nos mantenemos esperando, entonces hay esperanza; y si esperamos aquello que no vemos, entonces tenemos fe,

Y si esa espera la hacemos con paciencia, quiere decir que somos perseverantes,  constantes, sobre todo, si esperamos con alegría

Pero si en algún momento, perdemos el “aguante” y ya no tenemos paciencia para seguir esperando, entonces habremos perdido la fe y la esperanza.

Y sepamos, que el consuelo de la fe consiste más bien, en mantener una esperanza constantes, más que en tener una espera deleitosa.

¡Aprendamos a esperar con paciencia¡

  • La esperanza motiva a la pureza de la vida.

Así, el apóstol Juan escribe:

1 Juan 3:2-3  Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser;

pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

La esperanza es un incentivo grande para vivir en santidad, luchando día a día, para que nuestro carácter sea cada vez, más parecido al de Cristo.

Sin olvidar que la santidad es un proceso que dura toda la vida, pero que es progresivo, cada día hemos de  pecar menos

  • La esperanza cristiana nos ayuda a no desmayar.

El apóstol Pablo constantemente alentaba a los primeros cristianos  a no “desmayar” en su servicio a Cristo

Gálatas 6:9  No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

Tenemos la certeza de que todo lo que hagamos en esta tierra, todo lo que hagamos por nuestro prójimo y todo lo que hagamos por la expansión del Reino

La perseverancia una bendición de la gracia

Un día lo cegaremos! Pero para poder usufructuar, ¡No debemos desmayar¡ seamos perseverantes en toda obra!  

(Jer 1976*)  No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos.

Y “Hacer bien” significa, hacer lo que es bueno, lo que está de acuerdo a la voluntad revelada de Dios.

Así que, esa “buena esperanza” nos dice que “no nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos

  • La esperanza cristiana nos sostiene en la promesa

Una creencia firme en las promesas de Dios da la esperanza, que nos sostiene a través de todas las pruebas de la vida.

2 Corintios 4:17-18  Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;

no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Sabemos que en este mundo caído, viviremos tribulación, sufrimiento y angustia, pero tengamos que plena convicción, que todo eso es “leve y momentánea”

Y si es “Leve” quiere decir que esa tribulación produce en nosotros un peso que es ligero y fácil de llevar ¡Aunque al vivirlo No lo podamos ver así¡

También nos dice, que esa tribulación que vivimos es “Momentánea” lo que no significa que sea de breve duración,

Sino más bien, que esa tribulación está siempre presente en nuestra vida terrenal, que es parte de la vida en un mundo caído

Pero toda esa tribulación, “leve y momentánea” se encuentra en contraste con el eterno peso de la gloria futura.

Es decir, nuestra actitud ante la tribulación ha de ser optimista, “Todo esto lo paso por una buena causa”,

Y todo mi sufrimiento, debe ser comparado con el sufrimiento y la causa de Cristo, y evaluar todo esto a la luz de la gloriosa eternidad.

Romanos 8:18  Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

  • La esperanza cristiana nos sostiene en el dolor

La manera como enfrentamos el dolor en nuestra vida, da testimonio de Cristo y da gloria a Dios.

Job 1:21  y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

Aprendamos a deleitarnos en las pruebas, sabiendo que todas ellas, llegan a nuestra vida, con un propósito santo.

Y que todo lo que acontece en la vida del cristiano, es propiciado por Dios, para provecho nuestro.

La esperanza cristiana es presente y futura

De manera que, aprendamos mucho de Job, teniendo la plena convicción que “Jehová dio y Jehová quitó” pero que en todo “sea el nombre de Jehová bendito

Con la esperanza certera, que nuestra vida está bajo el control de Dios, todo lo que vivamos será para Gloria de Él

  1. Miremos la vida con los lentes de Dios.

2 Corintios 4:18  no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven;

pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Podemos dejar nuestros ojos puestos en esta tierra, temporal y perecedera, que todo lo contamina,

Y si mis ojos quedan allí, entonces tendremos una visión borrosa y opacada en lo que veo de cerca, y una visión deformada en lo que veo de lejos,

No estaremos viendo bien ni el presente ni el futuro, y entonces perderemos toda esperanza!

Pero también podemos poner nuestros ojos en las cosas que no se ven, las eternas, que solo se ven con los ojos de la fe,

Y si así lo hacemos, nuestra esperanza crecerá, se fortalecerá, porque sabremos, que lo mejor está por venir!

Un poeta anónimo escribió:

      En la Roca a veces tiemblo,

         Desmayado mi corazón, débil mi rodilla;

¡Más la firme Roca de los siglos

         Nunca debajo de mí tiembla”!

Nosotros podremos sentir temor y debilidad, pero sabemos, que nuestra roca, que es Cristo, esa es firme, nos sostiene y nos hará llegar a la meta gloriosa.

Que nuestros ojos jamás se aparten de nuestro glorioso Señor¡ que jamás olvidemos cual es nuestro glorioso destino eterno!

Conclusión:

La esperanza cristiana es una fuente de fortaleza, tanto para la vida presente como para la venidera.

Solo con la esperanza de Cristo en nuestro corazón, podemos hacerle frente a todas las tribulaciones que acompañan nuestro peregrinaje,

Y solo con la esperanza de una vida eterna en la presencia de Dios, podremos hacerle frente a todo temor e inseguridad de futuro venidero!

La esperanza cristiana nos sostiene en el presente, y nos conduce firmes hacia el futuro con Dios!¡

Palabras y frases significativas:

Esperanza: elpis, ἔλπω élpo  (esperar con anhelo, por lo general con placer); expectación (abstractamente o concretamente) o confianza:- esperanza, esperar.

Produce: katergázomai, trabajar completamente, i.e. lograr, conseguir.

Fuente consultada:

Lecciones de doctrina bíblica. (B. Marsh& M. Marsh, Eds., S. Calderón, Trad.) (Vol. 3, pp. 20–21).