Salmo 14 Dice El Necio En Su Corazón: No Hay Dios. Y para comprender a que se refiere esta verdad bíblica es importante comenzar definiendo ¿Qué es un necio? ¿Quién es un necio? ¿Por qué es necio?

Necio, la palabra que lo define es “Nabal” es, en primer lugar, una palabra religiosa. Indica cómo un hombre se encuentra ante Dios.

“Necio” es, pues, otra palabra para referirse al impío, a la persona cuya actitud de vida consiste en hacer en la vida diaria como si no existiese un Dios que se fija en ti.[1]

No es un ignorante sino alguien que conoce pero que no está dispuesto a poner en práctica los mandamientos divinos. Es vivir opuesto a la sabiduría divina, es rechazar a Dios, es el desprecio a la sabiduría divina.

Dice el necio en su corazón: “No hay Dios”

Veamos los siguientes versos en los salmos para que entendamos quienes son los necios, y por qué los hemos de considerar como tal.

Salmo 14:1  Dice el necio en su corazón: No hay Dios.  Se han corrompido, hacen obras abominables;  No hay quien haga el bien.

(NVI 1984)  Dice el *necio en su *corazón: «No hay Dios.» Están corrompidos,  sus obras son detestables;  ¡no hay uno solo que haga lo bueno!

Salmo 53:1   Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad;

(NVI 1984)  Dice el *necio en su *corazón: «No hay Dios.» Están corrompidos,  sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno!

Los necios no son personas ignorantes, ellos tienen conocimiento, no es que no sepan que no hay Dios sino que ellos no quieren que Dios se interponga en sus vidas, tal como lo expresa Juan 3:23

“Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas,”

Ellos ignoran y desprecian a Dios y su Palabra en su vida por lo que el resultado se ve en sus obras las cuales son detestables y no hay ni uno que pueda hacer algo bueno.

  1. Y dice el necio: Dios es indiferente hacia el pecado.

Salmo 10:11  Dice en su corazón: Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.

(DHH L* 2002*)  El malvado cree que Dios se olvida, que se tapa la cara y que nunca ve nada.

El necio cree que él puede hacer muchas maldades y que Dios será indiferente a su estilo de vida, piensa que a Dios no le interesa, cree que Dios no es santo ni justo y por lo tanto Dios nunca ve nada. Contrario a lo que David sabía acerca de la omnisciencia de Dios.

Salmo 139:7-8  ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?  Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

Aunque nos pareciera que Dios no se entera, y que si se entera no hace nada, sepamos que Dios es paciente para esperar nuestro arrepentimiento, pero nuestro pecado no!

Nuestro pecado no espera, esté siempre nos pasará la factura y tendremos que pagar el precio, que siempre será dolor, sufrimiento, destrucción y hasta la muerte.

  1. Y dice el necio: No hay consecuencias.

Piensan que nunca caerán, que sus actos no tendrán consecuencias lamentables.

Salmo 10:6  Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio.

(BAD)  Y se dice a sí mismo: «Nada me hará caer. Siempre seré feliz. Nunca tendré problemas.»

El necio piensa que sus actos de maldad nunca le harán caer, que siempre será feliz, y que nunca tendrá problemas, es una persona ciega. No puede ver el engaño del pecado y la ilusión de su necedad. Piensa que se pueden violar las leyes espirituales y que no habrá consecuencias.

  1. Y dice el necio: No hace falta sabiduría ni enseñanza.

Desprecian la sabiduría y la enseñanza, creyéndose sabios en su propia opinión

Proverbios 1:7  El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;(B) Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Igualmente los proverbios nos ayudan a entender la personalidad de los necios, ellos desprecian la sabiduría y la enseñanza, no están dispuestos a inclinar su corazón al conocimiento, no así los sabios.

¿Cómo podemos definir a un Sabio? El sabio sabe vivir bajo los principios divinos, según la voluntad revelada de Dios. Una vida que refleja la gloria de Dios, el fruto de vivir conforme al escrito esta, una vida gobernada por el temor de Dios.

Proverbios 1:7  El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;(B)  Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

  1. Y dice el necio “Yo lo sé todo”

El necio cree que lo sabe todo y que no necesita de nada ni de nadie.

Proverbios 28:26  El que confía en su propio corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría será librado.

El necio dice que no tiene necesidad de nada ni de nadie, no tiene necesidad de consultarle a nadie; él es su propio consejero. No se confronta ni permite ser confrontado.

Para el no hay necesidad de consejeros, ni de ancianos, de papa o de mama. Es una persona ensimismada, cree poseer la verdad, es un humanista predispuesto a aprender, a sujetarse y sentarse para oír y ser enseñado.

  1. Y dice el necio: No me hace falta.

Puede tener el cómo comprar la sabiduría pero no lo hace.

Proverbios 17:16  ¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría, No teniendo entendimiento?

(NVI 1999)  ¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si le faltan sesos?[c]

Comprendamos como es el pensamiento y actuar del necio:

  • Se basa en el sentir

Sé qué debo hacerlo pero no lo siento, no tengo ganas, tengo el dinero pero no estoy dispuesto a gastarlo en lo que No necesito.

  • No practica la Palabra

Él piensa que es bonita la Palabra pero no quiere invertir su vida en ella. Le parece aburrida, lejana a su realidad, no le ve utilidad práctica.

Con relación a esto debemos guardar sumo cuidado, pues habemos muchos que vivimos una vida cristiana marcada por el sentir, hemos desplazado al convicción, la certidumbre de la Palabra y esto puede hacernos caer en actuaciones necias

Basar nuestras decisiones en las emociones y sentimientos nos puede llevar a decir “si siento ganas lo voy a hacer sino hay que se aguanten” desplazando la sujeción y obediencia a la Palabra que es absoluta en su advertencia.

  1. Y dice el necio: Dios no me habla

Es insensible a la Palabra, no puede caminar en ella.

Proverbios 26:7  Las piernas del cojo penden inútiles; Así es el proverbio en la boca del necio.

Insensibilidad, tener las piernas pero no sentirlas, están allí pero no puedo hacerlas caminar. El necio escucha la Palabra pero nunca la considera un consejo para sí mismo, nunca piensa que esa Palabra le aplica a su vida. Está incapacitado para ponerla por obra.

  1. Y dice el necio: No me arrepiento

Aunque las consecuencias de sus actos lo estén haciendo pedazos no se arrepiente.

Proverbios 27:22  Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón,  No se apartará de él su necedad.

El necio es incapaz de ver el daño que sus propias acciones causan a su vida. Podrá estar molido como la harina y aún así, continuar en su necedad.

  1. El necio no aprende de la experiencia.

Vuelve a la inmundicia como el perro vuelve al vomito.

Proverbios 26:11  Como perro que vuelve a su vómito,(A Así es el necio que repite su necedad.

Es incapaz de reaccionar, de apartarse, de ver, y aunque se esté autodestruyendo, como el perro que vuelve al vomito, así vuelve él a su necedad.

¿Cómo puede el necio salir de su necedad?

Después de reflexionar en estos versículos, creo, que vemos la necesidad grande de salir de toda necedad, veamos lo que nos aconseja la Biblia para lograrlo.

  1. Obedeciendo el consejo.

Proverbios 12:15 El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.

Reconoce que le es difícil caminar rectamente, que no está en su capacidad, en su propia naturaleza buscar y encontrar la senda de rectitud. Reconoce que necesita ayuda.

  1. Escuchando las amonestaciones.

Proverbios 15:31 El oído que escucha las amonestaciones de la vida, Entre los sabios morará.

(NVI 1984)  El que atiende a la crítica edificante habitará entre los sabios.

Dios nos ha dado oídos, pero hay que disponerlos para escuchar, porque hay algunos que los tienen pero no escuchan el consejo, se vuelven sordos. La amonestación es una crítica edificante la cual debemos atender, ella nos da vida y nos permite habitar en la sabiduría.

Suele ser dolorosa y difícil de aceptar, pero luego de escucharla, de meditar en lo que se nos ha dicho, de incursionar en nuestro corazón y reconocer la urgente necesidad de cambiar, podremos comprender la realidad del consejo obtenido.

  1. Valorando la disciplina.

Proverbios 15:32-33 El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento. El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad.

Disciplina es enseñanza, es instrucción, es corrección, al valorarla y no despreciarla estamos creciendo en el temor reverente a Dios.

  1. Escuchar consejo y aceptar corrección.

Proverbios 19:20  Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.

Escucha el consejo, y está dispuesto a ser corregido, aunque sea lo que él no esperaba oír. El verdadero consejo nunca consentirá el capricho de nuestra alma, sino que seremos confrontados, y esto genera conflicto en aquellos que andan buscando que se les diga lo que quieren oír.

Hay quienes andan de pastor en  pastor, de iglesia en iglesia, queriendo que les digan lo que ellos quieren oír, Buscan ser aprobados en su necedad y obtener la justificación para continuar en su forma de vida. Pero el consejo de la Palabra, siempre nos hará morir a nuestra voluntad.

  1. Confiar en el Señor de todo corazón y no en nuestra inteligencia.

Proverbios 3:5-7  Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión;(B) Teme a Jehová, y apártate del mal;

Recordemos que  venimos de un estado caído, un estado en el que nuestra  mente estaba entenebrecida por el pecado y nuestro corazón endurecido, de manera que se nos hacía imposible aceptar la verdad de Dios, aceptar el consejo de la Palabra

Solo Dios que es infinito en sabiduría, pudo renovar nuestra mente y darnos un corazón sensible, de modo que, no nos dejemos llevar por nuestras capacidades intelectuales, ni por nuestra experiencia, dejando a Dios de lado,

Hacerlo así podría traer ruina, dolor, frustración a nuestra vida y hacernos necios. De manera entonces que para ser sabios y no necios, debemos siempre consultar su verdad divina para tomar nuestras decisiones, leyendo y meditando en su Palabra

Y en ese acudir al consejo de las Escrituras, pedir al Espíritu Santo que nos ilumine el entendimiento y nos de ese corazón dócil para poner por obra ese consejo oportuno y sabio, ese consejo que nos rescatará de nuestra propia necedad y nos hará prosperar en nuestro camino en un mundo caído.

Conclusión.

Los necios no quieren nada con Dios, le conocen pero le ignora, saben algunos mandamientos pero no están dispuestos a ponerlos por obra, porque sus obras son malas, aman las tinieblas y desprecian la luz.

Solo la gracia divina y la infinita misericordia de un Dios de amor, nos podrá rescatar de la necedad, y hacernos sabio en el temor reverente a nuestro Creador.

 

 

 

 

[1] Rev. Frans Van Deursen, Los Salmos, pag. 81.