Salmo 16 Adoración En El Culto Cristiano.

La adoración al Señor dentro del culto cristiano se ha ido distorsionando de manera tal que el pueblo elegido de Dios sabe dar gracias, sabe pedir por sus necesidades y sabe cantar alabanzas, que no siempre son bíblicas.

Pero lo que el pueblo de Dios no sabe hacer es adorar, pues no ha aprendido a conocer a Dios en todos sus atributos, en la forma que Él se manifiesta, a través de las Escrituras, para gloria de sí mismo.

No nos hemos percatado que a Dios se le adora por el simple hecho de que Él es Dios, independientemente de lo que haga o deje de hacer por nosotros que somos su creación. Aún no hemos comprendido en qué consiste la adoración.

  1. ¿En qué consiste la adoración en el culto cristiano?

Veamos algunas de las mejores definiciones que autores serios nos ofrecen sobre ese término:

  • Es una respuesta

Es nuestra respuesta, tanto personal como comunitaria, a Dios por lo que Él es, y por lo que Él ha hecho, respuesta que se expresa en las cosas que decimos y por la forma en que vivimos. (L. Giglio)

  • Es una entrega

Es la entrega del alma individualmente y como comunidad a Dios, en respuesta a su gracia.(W.T. Conner)

  • Es una acción

Es lo que hace el pueblo de Dios cuando celebra la obra de salvación de Jesucristo (Robert Webber).

  • Es un propósito

No es la función de la iglesia; sino ultimadamente es su propósito final. (Orlando Costas)

  • Es una aventura espiritual

No es un cinturón de seguridad, sino una aventura del espíritu, el vuelo hacia lo inalcanzable. (Alfred Whitehead)

  • Es un impacto

No lo puedo definir, pero si sales del culto y es más fuerte tu fe, más clara tu esperanza, más profundo tu amor, más puro tu corazón, más amplia tu visión y más decidida tu voluntad a hacer la voluntad de Dios, ¡has estado en adoración! (Eco. Segler)

  • Es una emoción limpia

Es la sumisión de todo nuestro ser a Dios, es avivar la conciencia por su santidad, alimentar nuestra mente con su verdad, purificar nuestra imaginación con su hermosura, abrir nuestro corazón a su amor, entregar nuestra voluntad a sus propósitos… todo esto es adoración, la emoción más limpia y desinteresada que yo conozco. (William Temple)

  • Es una conexión con el Espíritu de Dios

Es nuestra respuesta a la iniciativa de amor del corazón del Padre que se expresa «en espíritu y en verdad» cuando el Espíritu de Dios toca nuestro espíritu humano. Las formas y los ritos no la producen, tampoco las técnicas ni los métodos. Sólo se da cuando su Espíritu toca el espíritu nuestro. (Richard J. Foster)

  • Es centrarse en Dios

Es poner la atención de la mente y el afecto del corazón totalmente en Dios. (Chris Watson)

En resumen, la adoración a Dios va más allá de nosotros mismos, de nuestras necesidades físicas y materiales, más allá de nuestra visión corta y centrada en esta vida perecedera. La adoración a Dios, está en reconocer quién es Él, cuán grande es su amor, cuán invaluables son sus riquezas.

  1. Un concepto bíblico de adoración en el culto cristiano

El Salmo 16:7-8 expresa la esencia de lo que es una adoración a Dios.

«Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia. A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.»

De este pasaje desprendemos cuatro requisitos para que el culto sea más que solamente una actividad dominical rutinaria, y pase a ser un verdadero acto de adoración. Para ello se deben dar los cuatro ingredientes siguientes, tomados todos de este salmo:

  • Alabanza:

«Bendeciré a Jehová…«. La alabanza conecta mis palabras y sentimientos con el corazón mismo de Dios;

La palabra “Bendecir” viene del término “Barak” y hace referencia a la acción de bendecir a Dios como un acto de adoración, por medio de la alabanza a su Nombre, exaltar a Dios por sus atributos divinos. Veamos un acto de adoración de Salomón a Dios.

1 Reyes 8:22-24  Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo,  dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra,

Que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.

Vemos detenidamente la acción de Adoración y alabanza a Dios que ha hecho Salomón

  • Levanta sus manos al cielo,

Este es un acto externo que emana de un corazón agradecido con Dios.

  • Dijo “No hay Dios como tú”,

Con esta expresión él exalta a Dios como el único ser divino en los cielos y en la tierra.

  • Exalta a Dios en su naturaleza

Exalta a Dios como el Dios que guarda el pacto y la misericordia hacia sus siervos.

  • Exalta a Dios por su fidelidad

Una fidelidad que se expresa en el  cumplimiento de sus promesas.

Para poder adorar de esta forma, solamente es posible si conocemos a Dios, le reverenciamos como a Dios, y reconocemos qué es lo más grande que ha hecho por nosotros. Ese favor divino, su misericordia y fidelidad va más allá del pan sobre nuestra mesa.

  • Consejo:

«…que me aconseja«. La adoración abre la puerta del corazón para que éste reciba el consejo que Dios quiere dar. Es en el culto que se nos presenta la oportunidad óptima para oír todo el consejo de Dios y para guardarlo y ponerlo por obra en nuestra vida.

2 Timoteo 3:16-17  Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Ese consejo no puede venir de la palabra de un hombre, ni de su testimonio, de sus emociones al hablar. Ese consejo solo lo podemos obtener de la predicación expositiva de la sana doctrina, una predicación apegada a la correcta interpretación bíblica.

  • Prioridad:

«A Jehová he puesto siempre delante de mí«. O sea, que para adorar a Dios de todo corazón, debo hacer de Él mi primerísima prioridad, no sólo en el culto, sino en mi vida toda, en mis actitudes, acciones, pensamientos y palabras;

  • Presencia:

«…porque está a mi diestra«. Cuando adoro, estoy consciente de una manera muy especial de su presencia en mi vida, lo que me permite confiar en él cuando en derredor mío todo está en caos.

Para profundizar un poco más sobre La Adoración en el culto.[1] visite  http://ww.iglesiareformada.com/Munoz_Liturgia_Curso.pdf)

Conclusión:

La adoración en el culto cristiano debe ser una adoración que nazca del conocimiento de Dios en nuestras vidas, de un corazón temeroso de Él, que se rinde ante su grandeza  y majestad, y de una plena conciencia de la presencia divina en nuestra vida.

La verdadera adoración siempre incluirá cuatro elementos fundamentales: la alabanza de los atributos de Dios, el consejo oportuno de su Palabra, hacer de Dios mi prioridad y reconocer su presencia en todos mis caminos. Solamente así, estaremos en una perfecta adoración.

 

 

Nota: Palabras en cursiva énfasis añadido por el autor.

 

[1] Rev. Javier Muñoz, Liturgia, Curso de Mints, Pag.178.