Abre Mis Ojos Y Miraré Las Maravillas De Tu Ley ¿Para qué? Para poder enfrentar las pruebas de la vida con la Palabra de Dios.

Porque no sentimos en qué momento aparecen las pruebas y dificultades que hacen tan tormentoso seguir el camino.

Es así, como el salmista, en el Salmo 119: 17-21, nos muestra cómo pedir ayuda al Señor, para hacerle frente a cada dificultad, según el caso.

Y así nos encontramos la oración de un joven que acaba de entrar en el mundo, y ruega como un siervo y un peregrino que de modo creciente se halla en el territorio enemigo como un extraño.

Pero este joven apela sólo a Dios, y su oración es especialmente directa y personal. Habla con el Señor como un hombre, habla con su amigo.[1]

Es así como podemos contemplar que la Escritura es suficiente para todas nuestras necesidades del alma, incluso cuando es todo lo que tenemos.

Si usted desea profundizar un poco más sobre la suficiencia de la Escritura, por favor visite ¿Con Qué Limpiará El Joven Su Camino?

Abre Mis Ojos Y Miraré Las Maravillas De Tu Ley

A lo largo de todo nuestro trayecto en este mundo, encontramos muchas adversidades que hacen tambalear nuestra alma

Y sentimos muchas veces, que estas pruebas son superiores a nuestras fuerzas, a nuestra capacidad de resistir,

Pero lo más difícil es poder encontrar la sabiduría necesaria que nos de la dirección, la luz para poder salir victoriosos

Y es así, como en el Salmo 119: 17-24, encontramos la forma correcta de enfrentar nuestras dificultades

Porque el salmista nos demuestra cómo las Escrituras nos dan las dirección y la seguridad necesaria para aprobar cada dificultad que se nos presenta

  1. Abre mis ojos y miraré la maravilla de tu Ley ¡La petición de un siervo a su amo¡

 Salmo 119:17 Haz bien a tu siervo; que viva,

Y guarde tu palabra.

Es hermoso encontrar al salmista clamando por el favor de Dios, reconociendo que está de paso en este mundo

Y que necesita conocer los mandamientos divinos, de manera que pide ayuda para entender las enseñanzas maravillosas de la Escritura

No obstante, esa ayuda el salmista la pide, primero para tener vida, para tener a Jesucristo en su corazón y ser bienaventurado al vivir en la Voluntad divina

Y esto significa, que todo hombre que carece del favor de Dios ¡Es un hombre muerto¡ sin vida, incapaz de subsistir en este mundo caído

En segundo lugar, el salmista pide la ayuda de Dios, para que mientras viva, él pueda guardar Sus mandamientos.

Por tanto, este hombre pide como favor principal que, mientras viva, el pueda dedicarse completamente a Dios,

Estando plenamente persuadido de que el gran objetivo de la existencia humana consiste en ejercitarse en el servicio de Dios

Es por eso que el salmista dice “No deseo otra manera de vivir que aquella que pruebe que soy un fiel y verdadero siervo de Dios.”

¡Esta es una maravillosa petición que la iglesia de nuestros días debe hacer¡ porque todos deseamos que Dios nos otorgue una vida larga

Sin embargo, escasamente hay uno en cada cien hombres, que reflexiona acerca del propósito para el que debe vivir esa vida larga

Y este propósito es únicamente ¡Dar gloria a nuestro Creador¡ porque si alguna persona guarda la Ley de Dios, esto es posible solamente por la gracia del Espíritu Santo.

  • Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley ¡Para cumplir tu propósito¡

Debemos preguntarnos ¿Para qué quiere el salmista que Dios lo trate bien? ¿Para qué debemos clamar nosotros el favor de Dios?

Necesitamos aprender a pedir el favor divino con un propósito santo, que Dios nos favorezca para vivir obedeciendo su Palabra

Porque nuestra mente renovada debe comprender que Dios nos bendice con el propósito que le obedezcamos,

De modo que Dios nos da vida, rescatándonos del poder del pecado y de Satanás, para que le sirvamos solo a Él,

Y cuando pasamos adversidades, enfermedad o persecución, también debemos entender que esas situaciones Dios las permite para que le glorifiquemos

¿Cómo podemos glorificar a Dios en medio de la adversidad? En la medida que participamos de los sufrimientos de Cristo

Y en la medida que esa adversidad nos conforma al carácter del Señor, haciéndonos humildes, dependientes de Dios, fortaleciendo nuestra fe

Pero de manera especial, cuando comprendemos que en la soberanía divina, todas las cosas son usadas para el propósito de Dios, y siempre nos ayudan a bien

  • ¿Para qué pide el mundo?

Todos los que viven sin temor de Dios, únicamente alzan su clamor ¡Para gastar en sus deleites pecaminosos¡

Santiago 4:3  Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

El mundo pide solo para su propio deleite, tiene los ojos puestos en lo temporal y perecedero, creyendo que ellos mismos son el centro de toda la existencia

Pero no es así!! Nadie se creó a sí mismo, sino que tenemos un Creador y a Él le debemos toda gloria y honra

Entonces, debemos estar conscientes de que, si bien las pruebas no son agradables para nadie y siempre se acompañan de incertidumbre

Aún así, Dios está usando esta prueba para moldearnos espiritualmente, para santificarnos y hacernos madurar en la fe

Por tanto, que nuestro clamor sea ¡Que Dios cumpla su propósito en nosotros¡ y que, cuando la prueba termine, cada uno de nosotros sean mejor que antes.

  1. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley ¡La petición de un ciego¡

Salmo 119:18 Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley.

¡Abre mis ojos¡ es la petición de David en este Salmo, pero el poder ver, dejar de ser ciego, es un acto milagroso de Dios,

Y poder ver es una acción que implica quitar el velo, descubrir lo que oculta que nosotros podamos leer su Palabra,

Entonces, podemos ver solamente cuando Dios ha obrado en nosotros el nuevo nacimiento, que nos permite ver espiritualmente

Sin embargo, una vez que hemos creído, necesitamos que Dios nos ilumine, nos de entendimiento para poder ver lo que su Palabra nos enseña

Esto significa que los seres humanos tenemos la necesidad de contar con la Luz de Cristo y la Luz de su Palabra, para poder vivir en obediencia

Y el poder para guardar la Ley es impartido a los hombres por Dios, que ilumina los ojos de nuestro entendimiento.

Por lo que podemos decir que somos ciegos en medio de la más clara luz hasta que Dios quita el velo de nuestros ojos.

No obstante, muchos creyentes usan sus ojos para ver muchas otras cosas, invalidando la capacidad de ver las maravillas de la Palabra de Dios

¿Por qué? Porque muchas veces la Ley de Dios nos resulta gravosa, es para nosotros una carga, un límite que nos resta felicidad.

Sin embargo, eso jamás es así, porque la Ley de Dios nos ha sido dada para vivir en santidad, para ser un pueblo diferente en medio del mundo

En ese sentido, la Ley del Señor nos asombra, porque nos deja ver cómo éramos  antes de llegar a Cristo, y cómo Él ha transformado nuestra vida ahora.

  • ¿Cuál es nuestra responsabilidad?

Una vez el Señor nos quita la ceguera espiritual ¿Qué miraremos? Definitivamente veremos ¡Las maravillas de tu ley¡

El Salmista no pide ninguna nueva revelación, no está pidiendo que Dios le deje ver algo extra bíblico, algo diferente a las Escrituras

En ese sentido la petición no es para conseguir algo más, sino para que pueda emplear bien lo que posee.

Además, dado que el Salmista no pide ninguna facultad nueva, en tanto que ya tiene ojos para ver;

Entonces, la verdadera petición es que Dios le  abra los ojos para poder contemplar las maravillas de esa Ley deleitosa para los verdaderos hijos de Dios

Y no solo que veamos esas maravillas, sino también que ¡Las entendamos¡ que nos quedemos en el milagro

Romanos 10:4  porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Por tanto, nuestra responsabilidad es siempre tener ojos para ver a Cristo en la Ley, en la obra de sus manos y en todo cuanto nos acontece

No olvidemos, que en el Señor está el cumplimiento perfecto de la Ley y que gracias a ello, Él ha sido el sacrificio perfecto para nuestra redención

Y nuestra responsabilidad, nuestra meta cristiana, es llegar a ser como Cristo, reflejar su carácter, vivir una vida santa y de obediencia gozosa.

  • ¿Qué cosas No permiten que veamos la Palabra de Dios?

Poder leer la Palabra de Dios para entenderla y obedecerla es imposible para aquellos hombres y mujeres que No han nacido de nuevo

Es decir, aquellas personas cuya dureza de corazón les incapacita para oír la Palabra, para buscar a Dios, para pretender vivir agrandándole

Y esto es así, porque Satanás cegó el entendimiento de los incrédulos, y el engaño les tiene entenebrecida la mente

2 Corintios 4:3-4 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto;

En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,

Para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Entonces, para poder ver la luz del Evangelio, para poder deleitarnos en la Ley de Dios, es necesario ¡Haber nacido de nuevo¡

Y este es un acto sobrenatural de nuestro Dios, que nos eligió desde antes de la fundación del mundo para poder ser parte de su pueblo

Por tanto, al tener un nuevo corazón, un corazón de carne, sensible a la voz de Dios, ya es posible entender, meditar y obedecer la Palabra de Dios

Porque nuestro entendimiento ha sido renovado, nuestros pensamientos son ordenados y la necedad del corazón nos es quitada.

  1. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley ¡La petición de un forastero¡

Salmo 119:19 Forastero soy yo en la tierra;

No encubras de mí tus mandamientos.  

En este clamor, David sólo pide que el Señor le diga específicamente qué hacer, entendiendo que él va de paso en este mundo, que solo es un forastero

Pero el salmista se ve a sí mismo como un ¡Forastero hambriento¡ que mora en tierra ajena, que vive en un país ajeno,

Bienaventurados los que guardan sus testimonios

Y por tanto, vive con leyes ajenas en una residencia temporal, porque este mundo no es nuestro destino final

A nosotros, los creyentes, nos espera una tierra nueva y un cielo nuevo, que será nuestra morada permanente.

Entonces, si aquí en este mundo corrompido por el pecado, solo estamos de paso, es necesario que clamemos para que el Señor ¡No encubra de mí Sus mandamientos¡

Y aquí, Juan Calvino comenta “El significado puede ser resumido así:

“Señor, puesto que debo pasar rápido sobre la tierra, ¿qué será de mí, si se me privas de la doctrina de la Ley?”

Por tanto, de estas palabras de David, aprendemos desde qué puntos debemos empezar nuestro viaje, si es que debemos seguir nuestro camino, felices hacia Dios.

  • Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley porque ¡El mundo nos aparta de Dios¡

1 Juan 2:15-17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.

Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El mundo aparta de Dios nuestro corazón y mientras más prevalezca el amor al mundo, más decae nuestro amor a Dios.

Y las cosas del mundo se clasifican conforme a las tres inclinaciones reinantes de la naturaleza pecaminosa:

La concupiscencia de la carne, del cuerpo:

Es decir, los malos deseos del corazón, el apetito de darse el gusto con todas las cosas que excitan e inflaman los placeres sensuales.

La concupiscencia de los ojos:

Refiriéndose a los ojos que se deleitan con las riquezas y las posesiones materiales, que nos vuelve codiciosos y avaros.

La soberbia de la vida:

Donde se encuentra el hombre vano que ansía la grandeza y la fama de una vida de vanagloria, lo cual comprende una sed de honores y aplausos.

Pero estas tres cosas, que definen claramente los placeres del mundo, se desvanecen rápidamente y mueren;

Pero el amor de Dios nunca desfallecerá, porque es perfecto y eterno, nos sostiene y nos sustenta hacernos llegar a nuestra meta final

Por tanto, como creyentes luchemos por No poner los ojos en el mundo, recordando siempre que somos forasteros.

  1. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley ¡La petición de un sediento¡

Salmo 119:20 Quebrantada está mi alma de desear Tus juicios en todo tiempo.

El deseo ferviente de conocer las ordenanzas divinas, debe llevarnos al punto de sentir oprimida nuestra alma

Es así como David tenía tal reverencia por la Palabra de Dios, y expresa tal deseo de conocerla y ser modelado por ella, que sus anhelos le causaban gran desazón,

Entonces, anhelar así el conocimiento de la Palabra, es el alma, la esencia de la oración, es un hambre y una sed, que define nuestra comunión con el Señor

Y cuando nuestra alma anhela de esa manera, hasta el punto de quebrarse, tengamos por seguro, que No tardará mucho tiempo en ser concedida la bendición.

  • El deseo viene de un alma que tiene vida,

El salmista, tiene un alma que anhela conocer la Palabra de Dios, y perseverar en ella en todo tiempo

Esto significa que tanto en tiempos de adversidad como en tiempos de bonanza, nuestra sed y hambre por la Palabra, siempre se mantiene

Entonces, en tiempos de prosperidad, debemos anhelar la Palabra para ser humillado por ella, de modo que nuestro corazón no se centre en lo terrenal y perecedero

Mientras que tiempos de adversidad, buscaremos con desesperación la Escritura, para ser consolados;

De modo que en la prosperidad, la Palabra me ayuda a evitar el orgullo, y en la adversidad, esa maravillosa Palabra nos libra del abatimiento;

Y así, en todo tiempo nuestro corazón será atraído por la Palabra, ya sea por una necesidad u otra.

  1. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley  ¡La petición de un corazón humilde¡

En este punto, vale preguntarnos ¿Cómo trata Dios a los soberbios? Y ¿Cómo defiende Dios a los que le aman?

Salmo 119:21 Reprendiste a los soberbios, los malditos,

Que se desvían de tus mandamientos.

Debemos recordar que los ojos del Señor están puestos sobre los que le temen, y en consecuencia, Dios lanza maldición a los soberbios que abandonan sus leyes.

¿Quiénes son los Soberbios? Son todos aquellos arrogantes, orgullosos, que se creen sabios en su propia ley, y se levantan en oposición contra Dios.

Y es esto lo que llevó a David, y debe llevar a todo creyente, a aborrecer el orgullo; temiendo la reprensión de Dios y la maldición de la ley.

Porque los soberbios, pecadores por naturaleza, son enemigos de Dios y también lo son de todos los que seguimos la Ley del Señor

Por tanto, debemos sentirnos seguros y felices, de saber que Dios está en pugna con todos los soberbios

  • Los que aborrecen la Ley de Dios ¡Sufren castigo¡

Proverbios 16:5  Abominación es a Jehová todo altivo de corazón;

 Ciertamente no quedará impune.

Todo altivo de corazón, se levanta en oposición a Dios, para él Dios no existe porque ellos mismos son su propio dios

Y a estos soberbios, Dios dará su castigo, serán callados para siempre y jamás formarán parte del pueblo de Dios

Números 15:30-31 Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová;

Esa persona será cortada de en medio de su pueblo.

Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová, y menospreció su mandamiento,

Enteramente será cortada esa persona; su iniquidad caerá sobre ella.

Esto significa que la misma maldad que quiere hacer el soberbio contra Dios, contra su Palabra y contra su prójimo, cae sobre él mismo

Por lo que debemos luchar, de modo que ese pecado dominante en el corazón del hombre sin Dios, no se encuentre en nosotros los creyentes

  1. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley ¡Petición de un afligido¡

Salmo 119:22 Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,

Porque tus testimonios he guardado.

Juan Calvino oraba, diciendo “Oh Dios, no permitas que los impíos se burlen de mí por esforzarme en guardar Tu ley”

Porque sabemos que nuestra fe, nuestra obediencia a la Palabra expresa de Dios, nos lleva a ser diferentes, a pensar y actuar diferente al mundo

Y es esa diferencia la que nos hace objeto de insultos, humillaciones, injuria por parte de los incrédulos.

Sin embargo, el salmista nos dice que a pesar de sufrir oprobio y menosprecio, vale la pena obedecer la Palabra y seguir hablando de Cristo

Entonces la pregunta es ¿Cómo respondemos cuando estamos sufriendo menosprecio?

  • Abre mis ojos y mirar é las maravillas de tu ley para ¡Responder en oración¡

Al igual que los hizo el Señor Jesús, nosotros debemos aprender a enfrentar la enfrenta ¡No en la carne¡ sino por medio de la oración,

Recordemos que Cristo menosprecio el oprobio, la humillación y el sufrimiento, con tal de cumplir con la Voluntad el Padre que lo envió

Por tanto, de igual manera todos los creyentes, debemos dejar de lado el oprobio del impío, para seguir con nuestra misión de obedecer y proclamar el Evangelio

Y de manera especial, tratemos la calumnia orando por nuestros ofensores, para que sea Dios el que obre su justicia, ya sea eliminando la calumnia, o arrancando el aguijón de la misma.

Porque nuestros propios intentos de justificarnos y reivindicarnos suelen ser fracasos, y probablemente, generemos más injusticia.

  1. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu ley ¡Para encontrar sabiduría¡

El punto importante a resaltar es que, cuando nos encontremos en situaciones difíciles debemos orar para No concentrarnos en el problema.

Sino que nuestros ojos y mente se enfoquen siempre en la perfecta Palabra de Dios, en el cumplimiento de la Voluntad divina

Salmo 119:23 Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;

Mas tu siervo meditaba en tus estatutos,

El salmista está claro y aunque hombres poderosos traten de hacerle daño, este siervo de Dios, meditará en tus leyes.

¿Cómo reaccionamos nosotros ante los enemigos y ofensores? Queremos que Dios mande fuego del cielo y los consuma al instante,

O peor aún, pretendemos una venganza de parte nuestra, de modo que la justicia sea obrando en el momento y a nuestra manera

Lucas 9:54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron:

Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?

Pero el salmista nos enseña a responder como un siervo, meditando en la Palabra, y sujetando nuestro pensamiento y emociones, a la Voluntad divina

Por tanto, aprendamos a poner la prueba en manos de Aquel que nos puede librar, y meditemos en Su Palabra

Para no dar lugar a pensamientos destructivos, centrándonos en el problema y lo que nosotros mismos podemos hacer,

Porque si así lo hacemos, debemos estar seguros que la batalla la gana el enemigo, porque nos saca de nuestra meditación en Dios,

Por tanto, meditar en la Palabra de Dios nos permite ver lo que Dios puede hacer por mí en medio del problema, confirmándonos en el propósito santo de la prueba

  1. Abre mis ojos y mirare las maravillas de tu ley porque ¡Tus testimonios son mis delicias y mis consejeros¡

Salmo 119:24 Pues tus testimonios son mis delicias

Y mis consejeros.

Donde esta nuestra delicia, ¿En salir del problema o en saber que el problema está en las manos de Dios?

¿Dónde están nuestros consejeros? ¿En nuestra propia opinión, en el mundo o en la Palabra de Dios?

Pues depende de quienes son nuestros consejeros, así serán las acciones que tomaremos para enfrentar nuestras dificultades

Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley

Es así, como somos llamados a deleitarnos en los mandamientos de la Ley del Señor, y en tomar la Palabra como nuestro buen consejero

¿Por qué? Porque Dios nunca le ha fallado a Su pueblo, Él es nuestro refugio seguro, la roca fuerte sobre la que afirmamos nuestros pies

Y aprendamos a depositar toda nuestra confianza en la sabiduría de la Escritura, para que sea Dios obrando en nuestro caminar.

Conclusión

Abre mis ojos y meditaré en las maravillas de tu ley, es el anhelo ferviente de un corazón humilde y dependiente de la sabiduría divina

Y esta es la única forma en la que aprenderemos a tener una vida bendecida, justa y gozosa ¡Aprendamos a ser obedientes¡

 

 

[1] Charles Spurgeon, El Tesoro de David, 555.