¿Con Qué Limpiará El Joven Su Camino? Sobre todo, en nuestros tiempos que la tentación y la oferta de pecado se encuentra a la distancia de un “Clic”

Pero es bueno considerar que para las Escrituras la juventud no abarca solamente a personas de corta edad

Sino que la juventud también alcanza a personas tiernas en la fe, que aún no han madurado ni han crecido en el conocimiento de la Palabra

Es por ello, que la pregunta del salmista tiene relevancia ¿Con qué limpiará el joven su camino?

Y la misma Escritura nos da la respuesta ¡Con obedecer la Palabra¡ lo que lleva implícita, una búsqueda constante de la comunión con el Señor

Pero esa búsqueda, solamente tiene sentido cuando hay un deleite en el Señor, cuando meditamos sus mandamientos para tomarlos en cuenta en nuestras decisiones diarias

Y nos disponemos a ¡Nunca olvidar Sus mandamientos¡ sino que preparamos nuestra alma para vivir en una obediencia gozosa a la Voluntad divina.

Si usted desea profundizar un poco más en el deleite de obedecer la Palabra, por favor visite La Felicidad De Vivir En La Palabra De Dios

¿Con Qué Limpiará El Joven Su Camino?

Sabemos que caminos en un mundo impuro, corrompido por el pecado, dominando por Satanás y donde luchamos a diario con la concupiscencia de nuestra propia naturaleza

Y sentimos la urgente necesidad de vivir en santidad, de hacer las cosas que agradan a Dios y que nos alejen del dolor  y sufrimiento que causa el pecado

Entonces nos preguntamos ¿Cómo mantenernos puros si estamos en medio de un mundo caído?

Es por ello, que reflexionar sobre la instrucción de la Escritura sobre cómo llevar una vida bendecida en santidad, es importante

Salmo 119:9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?

 Con guardar tu palabra.

“Guardar tu Palabra” es una expresión que nos refiere a la obediencia, a cumplir y tener presente el camino del Señor,

Es decir, somos instruidos a observar la conducta que es concorde con la Voluntad de Dios, tomando todas las precauciones necesarias en nuestro caminar.

Y entendiendo que la pureza no se logra solamente por saber la Palabra de Dios sino por saber y obedecer esa Palabra.

  1. ¿Con qué limpiará el joven su camino?

Nos pareciera que caminar en un sendero libre de asechanza y tentación es imposible, pero el Señor nos da su testimonio para que le imitemos

Mateo 4:3-4 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan.

El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Al igual que el Señor, nosotros también somos tentados a diario, en cada momento, ya sea en pensamiento o en acción,

Pero tal como Jesús nos enseña, la única forma que tenemos para enfrentar esa tentación y salir victoriosos es con el ¡Escrito está¡

De manera que la fortaleza proviene de la convicción de la Palabra de Dios, que nos afirma y nos posiciona siempre en la Verdad

Y con la Verdad en nuestras manos, no habrá engaño que nos saque del camino, que nos lleve a torcer nuestros pasos

Mateo 4:10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

Esta debe ser nuestra convicción ¡Solo al Señor nuestro Dios adoraremos y solo a Él serviremos¡

Pero para lograr eso, para vivir siempre glorificando a Dios y viviendo en su Voluntad expresa para nosotros,

Es necesario que la Palabra de Dios este siempre en nuestra boca, que la conozcamos, y sobre todo, que la pongamos en práctica en toda circunstancia

  • ¿Con qué limpiara el joven su camino? Con obedecer la Palabra

Mateo 7:26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato

De nada nos sirve conocer la Palabra de Dios, incluso, que seamos capaces de repetirla de memoria, si no la ponemos en práctica, ¡Si no la obedecemos¡

Porque, como dice el Señor, conocer la Palabra y no obedecerla es ¡Insensatez¡ es tener la sabiduría con nosotros pero actuar con necedad

Y esto sucede así, porque por naturaleza, el ser humano se considera más sabio que Dios, y creemos que nuestra voluntad es más justa que la del Señor

Pero cada vez que actuamos de esa manera ¡Nos va mal¡ porque  nuestra voluntad es egocéntrica y motivada por el pecado

Mientras que la Voluntad de Dios es santa y perfecta, Él conoce todos nuestros caminos, Él nos creo y conoce nuestro corazón

Por tanto, es en Dios y su Palabra donde encontramos la sabiduría toda suficiente, para caminar rectamente en nuestra vida

Y no solo eso, sino que también, es en la obediencia de la Palabra de Dios donde encontramos la única manera de vivir en felicidad y gozo constante.

  • ¿Con qué limpiara el joven su camino? Dejándose lavar los pies

Juan 13:8-10 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás.

Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio;

Y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

¿Cómo mantenernos puros si estamos en medio de un mundo caído? ¿Por qué Dios nos pide tanto, si sabe que no podemos lograrlo?

Jesús no estaba hablando literalmente de lavarles los pies porque estaban sucios, sino de limpiarles el corazón que estaba sucio por el pecado.

Sólo le pertenecemos a Jesús cuando él nos limpia de los pecados. Él nos debe servir primero para que podamos tener una relación con él[1]

Entonces, para mantenernos puros en medio de un mundo caído solamente es posible si dejamos que el Señor limpie a diario el pecado de nuestro corazón

Y entonces entendemos por qué el Señor nos demanda tanta santidad, aún cuando nosotros sentimos que no lo podemos lograr

¿Por qué nos demanda tanta santidad el Señor? Porque el poder de vivir santamente no es nuestro, no está en nosotros, en nuestra capacidad o inteligencia

Sino ¡En el poder de Dios¡ es por ello que no debemos olvidar que Cristo vino a servirnos, a limpiar nuestro pecado con su sangre preciosa

Y nos ha limpiado del pecado ¡De una vez para siempre¡ pero eso no significa que el cristiano haya dejado de pecar

  • El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies,

Aunque ya tenemos la naturaleza divina el tener el Espíritu Santo morando en nosotros, aún así luchamos con el mundo, Satanás y nuestra propia naturaleza adámica

De modo, que es necesario ser lavados a diario por medio de la Palabra, estudiándola, meditándola, escuchándola en la congregación de los santos

Porque solamente así podremos caminar en santidad en medio de este mundo caído y tendremos la capacidad de lograrlo, tal como lo demanda el Señor

Es por ello que el Señor nos dice que “El que está lavado”, el que ha nacido de nuevo y ya ha sido  justificado con la justicia perfecta de Cristo,

Solamente necesita “Lavarse los pies” que hace referencia al proceso de ¡Santificación¡ que dura toda nuestra vida,

Entonces, los creyentes ya somos libres del dominio del pecado, gracias a la obra redentora de Cristo,

Pero necesitamos la limpieza diaria de nuestro caminar en un mundo caído, que nos contamina y nos tienta

Y esa limpieza se hace efectiva a través de la Palabra del Señor, por lo que es tan urgente que No dejemos de congregarnos

Para poder crecer en nuestra santificación, siendo cada vez más parecidos al carácter santo de nuestro Cristo,

  • El testimonio de Pablo

Filipenses 3:12-14 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto;

Sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:

Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,

Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

El gran apóstol Pablo nos deja ver claramente la lucha diaria por nuestra santificación, que siempre es creciente

Y así no dice ¡No es que lo haya alcanzado ya o que ya sea perfecto¡ de ninguna manera

Al contrario, sigue luchando, sigue extendiéndose hacia la meta para la cual fue elegido y liberado del dominio del pecado

¿Cuál meta? La meta cristiana: llegar a la semejanza de Cristo, a formar el carácter de Cristo en cada uno de los que hemos creído

De manera, que cada día vivamos de una manera más santificada, dando testimonio de la obra redentora de Cristo en nosotros.

  1. ¿Con qué limpiara el joven su camino? Con buscar a Dios y su Palabra.

Salmo 119:10 Con todo mi corazón te he buscado;

 No me dejes desviarme de tus mandamientos.

“Buscado” es un término que expresa la acción de «consultar a Dios» en todas las decisiones que a diario tomamos

Y esa búsqueda, el creyente la hace a través de la oración privada, de ese encuentro personal que tenemos con el Señor para encontrar la dirección divina.

Sin embargo, esa búsqueda tiene un propósito maravilloso ¡Pedir al Señor que No permita que nos desviemos de sus mandamientos¡

Entonces, para encontrar la dirección correcta y tomar la decisión que nos mantenga siempre en el camino correcto es necesario que busquemos a Dios en Su palabra,

Porque es en la palabra de Dios que nos comunicamos con Él, es en la palabra de Dios que lo escuchamos y es en la Palabra de Dios que vemos Su corazón.

Por tanto, aprendamos a acudir a la palabra de Dios no solo para obtener una guía de qué hacer, sino también porque allí encontramos a Dios mismo.

3. ¿Con qué limpiara el joven su camino? Memorizando la Palabra de Dios.

Salmo 119:11 En mi corazón he guardado tus dichos,

 Para no pecar contra ti.

La palabra de Dios debe ser leída, estudiada, meditada, y memorizada, para que esté guardada en nuestro corazón cuando nos sea necesario usarla

Porque no podemos olvidar que vivimos expuestos a los ataques del enemigo, que es astuto en  tergiversar la Verdad de Dios, trayendo confusión y mentira

Es por ello que necesitamos guardar la Palabra de Dios, conociéndola y memorizándola, para tenerla en nuestra boca siempre y poder defendernos en tiempos de tentación

De manera que si Satanás nos busca, nos encontrará preparados y equipados para resistirlo, y no solo se retirará sino como dice Santiago «de nosotros huirá».[2]

Santiago 4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Por tanto, memorizar la Palabra de Dios se convierte en una necesidad del creyente, porque está Palabra es nuestra arma

Y nos solo nos protege de la tentación, sino que además, garantiza que Satanás huya de nosotros.

  • ¿Con qué limpiara el joven su camino? Aprendiendo Sus estatutos.

Salmo 119:12 Bendito tú, oh Jehová;

Enséñame tus estatutos.

Primero el salmista exalta a Dios, llamándole “bendito”, reconociendo que Él es el único Dios, que no hay otro del cual podamos aprender la Verdad absoluta.

Pero en la exclamación no solo incluye adoración, sino también una petición: Que sea Dios mismo enseñándole sus estatutos

Y tanto la alabanza como la petición indican una actitud de humildad y sujeción a Dios, de dependencia de la sabiduría divina

Porque el que ama a Dios y su Palabra siempre quiere aprender más de él y cómo agradarle. ¡Qué bendición es que Dios mismo nos enseña![3]

Y la enseñanza divina siempre proviene del estudio y meditación de las Escrituras, de manera que Sus estatutos queden “grabados” o “inscritos” en la mente y el corazón;

Entonces, el salmista subraya la permanencia y la autoridad de las Escrituras, como nuestra única fuente de sabiduría que garantiza un camino recto y limpio.

4. ¿Con qué limpiara el joven su camino? Proclamando la Palabra de Dios,

Recordemos que la Palabra de Dios es eficaz, siempre cumple el propósito para el cual Dios la manda.

Salmo 119:13 Con mis labios he contado

 Todos los juicios de tu boca.

Así como el salmista, cada creyente debe vivir siempre, repitiendo las enseñanzas que de Dios ha aprendido

Esto significa, vivir proclamando la Verdad divina, el Evangelio que salva, dando a conocer que solo en Cristo hay salvación.

¿Por qué? Porque la necesidad más grande en este mundo no es la comida, ni el vestido, ni la salud, ni ningún tipo de éxito temporal

Sino que la necesidad más grande que tiene la humanidad se llama ¡Perdón de pecados¡ necesidad de un Salvador

¿Ser salvados de qué? Que los hombres y las mujeres puedan ser salvados de la ira de Dios, de la condenación eterna, del dominio de satanás

Entonces ¡Vale la pena creer en la Palabra de Dios¡ y proclamarla a todo aquel que vive en la desesperanza y la acusación.

5. ¿Con qué limpiara el joven su camino? Gozándose en la obediencia.

Salmo 119:14 Me he gozado en el camino de tus testimonios

 Más que de toda riqueza.

Es hermoso cómo este hombre dice “Me alegraré cumpliendo tus mandamientos, más que en todas las riquezas.»

¿Por qué? Porque los testimonios de la Escritura nos llevan a conocer a Dios mismo, Su voluntad y sus promesas.

Pero ese gozo solo nace en el corazón de un hombre que hace lo que Dios dice, de manera que puede cosechar los beneficios de su obediencia y se regocija en ella.

¿Alguna vez hemos hecho algo que Dios dijo que hiciéramos, incluso cuando era difícil, y vivimos para regocijarnos más tarde?

No hay duda que es maravilloso comprobar la fidelidad de Dios, vivir en Su Verdad confirmada por nuestra propia experiencia de vida

Y con esa convicción en nuestros corazones ¡Vamos y proclamamos el maravilloso testimonio del Señor¡

  • ¿Con qué limpiara el joven su camino? Meditando en la Palabra de Dios.

Salmo 119:15 En tus mandamientos meditaré;

Consideraré tus caminos.

La Escritura dice que debemos “Meditar”, y eso significa que no la leemos solo para terminarlo,

Sino que leemos la Palabra de Dios para aprender algo, para fijarnos en la forma de actuar del Señor y aprender de su testimonio

Entonces, no debemos “tragarnos” toda la Palabra de Dios, sino que aprendamos a “masticarla” un rato, meditarla un rato, para considerar cómo Dios actúa

De modo que “Y mirar tus caminos” se refiere a detenernos para considerar cómo camina Dios, o lo que Dios haría en esta o aquella situación

Por tanto, aprendamos del salmista, que siempre se acerca a la palabra de Dios para averiguar lo que Dios haría si estuviera en sus zapatos.

Y así es como un creyente debe acercarse a la Biblia, meditándola para averiguar cómo Dios manejaría nuestra situación.

  • ¿Con qué limpiara el joven su camino? Deleitándose en la Palabra y nunca olvidarla.

Salmo 119:16 Me regocijaré en tus estatutos;

No me olvidaré de tus palabras.

Un creyente no puede ver la palabra de Dios como una carga, como algo gravoso que se debe cumplir para no ser castigado

Y si lo hace así, es seguro que ha escuchado demasiado tiempo al enemigo, que con engaños le hace pensar que los mandamientos de Dios ¡Niegan la diversión¡

Pero no es así, la Palabra de Dios es un deleite para los verdaderos creyentes, porque sabemos en ella encontramos la vida y la fuente de toda felicidad duradera

¿Con qué limpiará el joven su camino?

Entonces podemos decir “No me olvidaré de tu palabra”, la recordaremos en cada momento y la consideraremos en todas nuestras decisiones

Sin embargo, No olvidar la Palabra, por un lado, nos habla de la memoria, y un deseo de esconder la palabra de Dios en nuestro corazón

Pero también recordar en todo momento la Palabra nos habla de influencia, de dejarnos llevar por esa Palabra

De modo que, cuando nos enfrentamos a una situación y la Palabra de Dios nos llama la atención ¡No lo ignoraremos¡

Sino que actuaremos en obediencia, porque jamás hemos de olvidar lo que Dios tiene que decirnos en cada situación de vida.

Conclusión.

¿Con qué limpiara el joven su camino? Con escuchar y obedecer la Palabra de Dios, meditando en ella, memorizándola y guardándola en el corazón

Y así es como los creyentes debemos acercarnos a la palabra de Dios: la meditamos, la examinamos, nos lleva a la adoración, a la exaltación

Pero también la atesoramos en nuestra mente y corazón, para poder recordarla y tener la dirección divida en cada situación que vivamos

¿Por qué? Porque es la palabra de Dios la que nos protegerá del pecado que nos asecha, de la tentación que se nos presenta a cada paso

Entonces ¿Cómo puede un hombre joven mantenerse en el camino de la pureza? Cumpliéndolo conforme a la Palabra de Dios.

 

 

[1] Baumler, G. P. (1999). Juan. (J. Braun, A. J. Panning, & C. A. Jahn, Eds.) (pp. 200–201). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.

[2]John Owen, La tentación, 44.

[3]Comentario Mundo hispano, Salmo 119.