Bienaventurados Los Que Lloran Pero sabemos que para el mundo el llanto de una persona No es sinónimo de extremo gozo

Sino que el llanto es considerado como una situación de mucha tristeza, de que algo muy doloroso que le está sucediendo,

Pero la bienaventuranza pronunciada por nuestro Señor es distinta, aquí dice que los que lloran son muy dichosos,

(Si ud. desea conocer más sobre la primer Bienaventuranza: los pobres en espíritu puede visitar https://iglesiapactograciamaranatha.org/bienaventurados-los-pobres-en-espiritu/

Texto de referencia.

Mateo 5:4 Bienaventurados los que lloran,(A) porque ellos recibirán consolación.

Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación

Cuando hablamos que el llanto es motivo de felicidad, inmediatamente vienen a nuestra mente la pregunta de cómo puede ser esto posible,

Para comenzar a entender esta Verdad de Dios, nos haremos las siguientes preguntas:

¿Por qué son bienaventurados los que lloran?

¿Y si son bienaventurados, por qué  lloran?

Hay muchos tipos de llanto, por ejemplo, el llanto que proviene por el desprecio de una mujer, por la muerte de un ser querido,

Lloramos por no haber logrado una meta lícita o ilícita, por el impacto de una mala noticia, o simplemente por tristeza, depresión, desesperanza etc.,

Pero el llanto del que habla el Señor en la bienaventuranza, es el llanto que surge por el pecado de haber ofendido a un Dios santo

A un  Dios tan maravilloso, que aun siendo enemigos nos alcanzó con su gracia, dio su vida y tomo nuestro ligar en la Cruz.

Desarrollaremos el tema según la estructura del versículo.

  1. Bienaventurados los que lloran.

No olvidemos, que no se trata de cualquier clase de llanto, sino aquel que proviene de la tristeza de haber ofendido a Dios.

Lucas 7:37-38  Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora,

al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;

 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos;

 y besaba sus pies, y los ungía con el perfume

Lucas 7:48  Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.

  • Una mujer bienaventurada:

Encontramos a una mujer que solo se describe con el nombre y la condición de pecadora, no se nos da a conocer su nombre

Quizá se trate de una mujer que durante su vida solo fue un objeto del hombre, usada y desechada, sujeta a pasiones perversas

Y que ahora llora al ver su condición, su pobreza humana, delante del Dios santo, que reconoce su pecado y su bajeza

Pero que en ese reconocimiento ella encuentra la tremenda dicha de ser consolada por la gracia divina,

¡No es desechada por Dios¡ sino favorecida con la más grande de todas las misericordias “tus pecados te son perdonados”

  • Bienaventurados los que lloran por el pecado

2 Corintios 7:10  Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse;

pero la tristeza del mundo produce muerte.

(BAD)  La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse,

mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.

El llanto para el cual Cristo promete la consolación divina es una tristeza por nuestros pecados,

Bienaventurados los que lloran

Es el llanto que nace de estar conscientes que hemos ofendido a un Dios Santo en toda su plenitud pero a la vez misericordioso

Un Dios que nos ha amado hasta el punto de dar su vida por todos aquellos que éramos por naturaleza miserables pecadores.

¡Es entonces un llanto por el pecado, por nuestras iniquidades¡

El pecado de haber ofendido a nuestros padres, a nuestro conyugue, a nuestros hijos a nuestro prójimo.

Debemos llorar por el pecado de creernos mejor que los demás y despreciarlos. El dolor de no haber hecho la voluntad de Dios

Y en resumen, nos damos cuenta que todo pecado, en esencia, es pecado contra nuestro Dios Santo.

  • Bienaventurados los que lloran amargamente

En la Escritura encontramos testimonios de hombres que experimentaron el llanto que produce la conciencia de haber ofendido a Dios.

Mateo 26:75  Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces.

Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Dice la Escritura, que Pedro lloro amargamente, antes había pronunciado con toda pasión que acompañaría a Jesús hasta la muerte

¡Y escasas horas después se encuentra negándolo escandalosamente¡

¿Cuántas veces no habremos nosotros también prometido muchas cosas a Dios, y llegado el momento fallamos en nuestra promesa?

Y cuántas veces hemos sido escandalosos, quizá hasta el punto de asociarnos temporalmente con todo aquello que está en enemistad contra Dios,

Pero por gracia divina, llega el momento del arrepentimiento, de la reflexión y nos preguntamos cómo fui capaz de cometer tal ofensa,

Y el llanto de dolor por el pecado cometido aflora en nuestra humanidad.

Es bueno preguntarse ¿Cuándo fue la última vez que llore por el pecado cometido contra Dios?

  1. Bienaventurados los que lloran y reconocen el pecado

Hoy en día hay un gran problema, algunos creyentes piensan que no tienen pecado. En algunos círculos evangélicos predomina la falsa idea de una súper espiritualidad,

Pero por la Escritura sabemos que todos los nacidos de nuevo estamos en un proceso llamado “santificación”,

Karl Menninger, en su notable libro titulado ¿Whatever Became of Sin? (¿Qué sucedió con el pecado?),

Nos llama la atención al hecho de que el pecado está siendo pasado por alto en muchas áreas.

 

El engaño del pecado nos destruye

Hoy, algunos psicólogos nos dicen que el pecado existe solo en la imaginación, que ese no es un problema real del ser humano

Y otros se atreven a enseñar que nuestro comportamiento moral y social mejorará cuando la idea del pecado pueda ser borrada de nuestro vocabulario

¿Cómo podemos aceptar esto? Imposible¡ porque nuestra fuente de autoridad es la Palabra de Dios,

Y en ella se describe el pecado, como el más profundo problema del ser humano.

Veamos la descripción que hace de sí mismo el apóstol Pablo.

  • Bienaventurados los que lloran viéndose a sí mismos

1 Timoteo 1:15  Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

Pablo se describe como el primero de todos los pecadores, y sabemos perfectamente quién fue Pablo

El gran apóstol de los gentiles, el elegido de Dios para permitirle conocer hasta el tercer cielo y oír cosas inefables

El incansable Pablo, dispuesto a morir por la predicación del Evangelio, y dar a conocer al Cristo que lo rescato

Ese hombre que escribió casi la mitad del Nuevo Testamento, se llama a sí mismo, el primero de los pecadores.

Un gran instrumento de Dios que reconoce su pequeñez y la gracia que lo sostiene.

  • Bienaventurados los que lloran viendo su pequeñez

1 Corintios 15:9  Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles,

que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.(F)

Cuando Pablo considera el llamado maravilloso de Dios, se considera como el más pequeño de todos los apóstoles.

  • Bienaventurados los que pueden ver la miseria humana

Romanos 7:24  ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Y en cuanto su naturaleza adámica “miserable de mi”

¡La gracia es maravillosa¡ ¿Por qué? porque así como hace ver al hombre su pecado y sentir dolor, también brinda un consuelo completo,

  1. Bienaventurados los que lloran y confiesan su pecado

El testimonio de David, es un excelente ejemplo para comprender que el pecado no confesado es un pecado que no es perdonado.

Salmo 32:3-5  Mientras callé, se envejecieron mis huesos  En mi gemir todo el día.

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;  Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.  Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;

 Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.(B)Selah

Mientras callamos nuestro pecado este nos consume en lo más profundo de nuestro ser y nos quita toda tranquilidad,

De día y de noche, ese pecado se convierte en un tormento y lo más grave es, que nos distancia en nuestra comunión con Dios,

Pero el camino para ser libre de esta inmensa culpa es confesarlo, no encubrir el pecado, no negarlo ni justificarlo

Y es necesario que confesemos el pecado tal como fue, si  tuvimos el valor de cometerlo tengamos también el valor para confesarlo de esa manera.

El perdón, la gran necesidad del hombre

Tengamos la seguridad que, el consuelo llega por medio del perdón divino.  David dice: “perdonaste la maldad de mi pecado”.

  • ¿Cuándo somos realmente felices?

Lucas 15:19-21 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos,

lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.

La Felicidad del prodigo no comienza el día en que recibe su herencia, sino cuando se dio cuenta que era indigno,

Cuando reconoce que era un pecador contra el cielo y contra su padre, este hombre experimenta una profunda libertad,

Indudablemente hay llanto de dolor cuando el hombre llega al punto de la pocilga de los cerdos y convive y come con ellos de su misma comida,

Pero el consuelo para este hombre, que nos representa a todos, llega cuando su padre lo ve con ojos de amor, de misericordia, de gracia,

¡Maravilloso consuelo hemos recibido todos los que Dios halló en una pocilga¡

  1. Bienaventurados los que lloran porque “Ellos recibirán consolación”.

Con estas palabras Cristo se refiere principalmente a la eliminación de la culpa que carga la conciencia.

Esa libertad se logra cuando el Espíritu aplica el Evangelio de la gracia de Dios a una persona a quien ha convencido

¿De qué convence el Espíritu? de que tenemos una desesperada necesidad de un Salvador. Tenemos una profunda necesidad de ser libertados del pecado que esclaviza

Y como resultado de esa convicción, viene el sentimiento de un perdón gratuito y pleno, por medio de los méritos de la sangre expiatoria de Cristo.

  • ¿Qué significa “consolar”?

Significa llamar a alguien a nuestro lado para que nos exhorte, y en este caso, significa llamar a Dios a nuestro lado.

Y Él viene, y nos consuela, nos perdona y no solo eso, también nos restaura, nos da una vida nueva.

  • ¿Qué es la consolación de Dios?

La consolación divina es “la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento”

Filipenses 4:7  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Dios guarda nuestros corazones y nuestros pensamientos y los protege como una fortaleza, que es imposible de derribar.

De manera que nuestra mente puede tener paz y nuestra alma atribulada, encuentra calma, quietud, y nos llenamos de esperanza.

Todo esto significa entonces, que cuando las tempestades arremetan a nuestra vida, podremos estar tranquilos porque estamos guardados en Cristo.

Bienaventurados los que lloran

Y tendremos la profunda paz de saber que antes éramos un enemigo de Dios, pero que Él obro en nuestra vida el convencimiento de pecado,

Nos concedió el arrepentimiento, y con ello el perdón. ¡Ahora somos libres para gozarnos en la maravillosa presencia de nuestro Creador

  • ¿Para qué sirve la consolación de Dios?

Dios nos consuela concediéndonos el perdón, quitándonos la culpa, transformando nuestra vida, y dándonos vida nueva, vida abundante y vida eterna.

Pero también, somos consolados  para poder consolar a otros.

2 Corintios 1:3-4  Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,

el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación,

 por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

Conclusión.

Si nunca has llorado por tu pecado, pide la misericordia del Señor porque te espera el llorar y crujir de dientes de aquellos que nunca reconocieron su condición de pecadores,

Y si tú ya eres un creyente, el día que dejes de llorar por tu pecado, ese día has dejado de ser bienaventurado,

Porque cuando dejamos de arrepentirnos de nuestro pecado, seguramente volveremos a llorar porque la caída sea grande.

Palabras y frases significativas.

Llorar:pendséode G3997; afligirse (el sentimiento o el acto):- triste, lamentación, lamentar, llorar, luto.

Consolar: parakaleo(παρακαλέω, G3870) significa llamar al lado de uno (para , al lado; kaleo, llamar); de ahí, o bien exhortar, o consolar, animar

Contexto del pasaje dentro del libro: Sermón del Monte.

Fuentes consultadas:

Las Bienaventuranzas, Arthur W. Pink.