¿Dónde Hemos Dejado La Ley De Dios? En medio de las crisis sociales y políticas que viven nuestros pueblos ¿Qué podemos hacer?

¿Cómo podemos tener discernimiento de lo correcto o incorrecto, de lo que es beneficioso y lo que no lo es?

Para ello, es necesario que reflexionemos un poco sobre  la Ley de Dios para que cada uno podamos conocerla, meditarla

Y que esta Ley divina nos sirva como un parámetro, tanto para evaluar nuestra vida en relación a Dios y a nuestro prójimo,

Como también, para evaluar las leyes de los hombres, esas leyes que emiten nuestros gobiernos, que aunque falibles, pueden y deben seguir los principios de justicia divinos.

Si usted desea escuchar esta enseñanza, por favor visite https://youtu.be/NeXhDo8-Isg

Pero si desea profundizar sobre los criterios cristianos para elegir a nuestros gobernantes puede visitar Una Cosmovisión Cristiana De Cómo Elegir Nuestros Gobernantes

¿Dónde hemos dejado la Ley de Dios?

Oímos en estos días de crisis social y política, de pandemia y caos, mucha promulgación de leyes y decretos de instituciones de gobierno,

Una serie de promulgaciones, que terminan generando mucho conflicto y confusión entre diferentes sectores,

Y ante eso nos preguntamos ¿De qué lado nos hacemos? ¿A quién apoyamos? ¿Qué es lo que realmente nos beneficia?,

En ese sentido, se hace imperativo, ser  instruidos en la Ley Divina, de manera que podamos traer luz, dirección y criterio a nuestra mente

Y que al conocer la Ley de Dios, podamos tener un parámetro que nos permita discernir y poder tomar las decisiones correctas ante la realidad que vivimos.

Pero tal vez nos surjan las siguientes interrogantes ¿Y qué tiene que ver esto con Dios? ¿Y qué tiene que ver la iglesia en este asunto?

Recordemos que si bien, como hijos de Dios no pertenecemos a este mundo, tal como la Escritura lo dice,

Pero estamos inmersos en él, caminamos en este mundo y nos vemos afectados por todo cuanto acontece a nuestro alrededor

De manera entonces, que la iglesia y cada uno de los creyentes, no podemos estar ajenos a nuestra realidad,

Porque Dios tampoco es ajeno a todo lo que vivimos, y es más, Dios llama a su pueblo a ser sal y luz del mundo.

  • Conociendo al Dios de la Ley:

Para ampliar las respuestas a todas las interrogantes anteriores, es necesario que recordemos un atributo divino: ¡Dios es soberano¡

Tal como dice Romanos 13:1 y 4, es Dios el que pone y quita las autoridades, tanto civiles como religiosas,

Y cada una de estas autoridades, son servidores de Dios, al cual tendrán que dar cuenta de su desempeño delante del pueblo.

Romanos 13:1  Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios,

y las que hay, por Dios han sido establecidas.

Romanos 13:4  porque es servidor de Dios para tu bien. …..

Tanto la iglesia como el estado son comisionadas por Dios, para garantizar una tranquilidad interna a las naciones, ambos deben caminar de manera conjunta.

Por su parte, el estado debe garantizar a la iglesia, la estabilidad necesaria, para que pueda cumplir con su misión de evangelizar y discipular a todos los ciudadanos.

Porque cumpliendo esa misión, la iglesia ayuda a la nación en la formación de hombres y mujeres creyentes, de manera que nutre al estado produciendo ciudadanos modelo;

De esta forma la iglesia y el estado se auto corresponden. Y ambos están para contrarrestar el mal.

Ambas instituciones luchan contra el mal, en todas sus formas: espiritual, social, doctrinal, moral, político,

Y en ese sentido, el estado y la iglesia son colocados por Dios para proteger al pueblo.[1] Y no para oprimir o empobrecer al pueblo.

  • Conociendo la Ley de Dios:

Ahora bien ¿Conocemos la Ley divina? ¿Conocemos con qué propósito Dios nos dio una Ley?

Daremos respuesta a estas preguntas por medio de la exposición bíblica de la ley moral dictada por Dios en el Antiguo Testamento, conocida más por “los diez mandamientos”,

Sabemos que la Ley de Dios proporciona el fundamento para construir una sociedad justa

Y al obedecerla la sociedad refrena el pecado, protege a los ciudadanos y promueve la paz y la prosperidad.[2]

De manera que el hombre, como un ser creado a la imagen de Dios, siempre necesita de la Palabra de su Creador para poder dirigir sabiamente su vida,

Poder dirigir sabiamente la vida de su familia y la de la sociedad, porque el hombre en sí mismo, no posee sabiduría alguna.

Recordemos que Adán y Eva no fueron creados como seres autónomos, regidos bajo su propia ley

Si no que, la Palabra de Dios les fue dada para dirigir sus vidas en la Voluntad divina, dando así, propósito a la existencia humana

¿Dónde hemos dejado la Ley de Dios?

Pero, al quebrantar el mandamiento de Dios, o sea al haber pecado, la muerte entro al mundo, dándonos un ejemplo de lo grave que es, transgredir la Ley de Dios.

Génesis 2:16-17  Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

De este hecho trascendental, heredamos un mundo caído que vive sin amor a Dios y ni a su prójimo.

  • Conociendo nuestra realidad humana:

Cuando el hombre decide, convertirse él mismo en su propia ley, alejándose de la Ley de Dios, inmediatamente se ven las consecuencias:

Romanos 1:22  Profesando ser sabios, se hicieron necios,

La primera consecuencia que encontramos al ignorar la Ley de Dios, es que el hombre se hace necio

Pero Dios hizo al hombre sabio, lo hizo a perfecta semejanza de su imagen, pero la caída, el pecado, le entenebreció el entendimiento, haciéndose necio

Romanos 1:23  y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Y fruto de la necedad, este hombre ajeno a la Voluntad divina, cambia ese Dios incorruptible, por imágenes de hombre, corruptible, perecedera y vana

Romanos 1:25  ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador,

el cual es bendito por los siglos. Amén

Tan grande necedad en el corazón del hombre, le lleva a cambiar la Verdad por la mentira, dejar la luz por las tinieblas y vivir alejado de su Creador.

Romanos 1:28  Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen

Y cuando el hombre considera que no vale la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, es allí, cuando Dios nos suelta, entregándonos a nuestra propia maldad,

De manera que el hombre sin Dios, vive en una depravación mental sin límites, que le lleva a hacer, todo aquellos que le destruye

Romanos 1:29-31  estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad;

llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

  • Necesidad de la Ley de Dios:

Ante la realidad de un mundo caído, surge la gran necesidad de contar con la Ley de Dios ¿Por qué?

Porque la Ley de Dios es útil, tanto para el creyente como para un mundo que no conoce a Dios, donde el hombre piensa que es dios de su propia vida y que es dueño de su destino,

Esa Ley divina se hace tan necesaria para un mundo en decadencia que necesita saber qué dice Dios con respecto al gran mal que nos agobia

Necesitamos saber qué es lo que Dios nos dice en la Ley moral para poder comparar nuestra vida con sus perfectos mandamientos

Y con esa comparación, poder determinar dónde hacer las correcciones necesarias para gloria de Dios y bienestar nuestro y de la sociedad.

Solamente por medio de la Ley de Dios, podemos convencernos de pecado, reconocer el inmenso amor de Dios y la urgente necesidad de amar a nuestro prójimo.

  1. ¿Dónde hemos dejado la Ley de Dios?

Ya vimos cómo el hombre ha pretendido vivir sin Dios y sin Ley, y todas las consecuencias catastróficas que esto ha significado,

Así que ahora, podemos comprender cuál ha sido el propósito de Dios, al proveernos una Ley moral: ayudar al hombre a construir una vida con principios divinos

Ayudar a los hombres a edificar sociedades con temor de Dios y amor al prójimo, de manera que se pueda vivir en justicia

Así que, conozcamos el contexto Escritural de esa Ley divina, cómo es descrita y de qué manera nos ayuda:

  • La ley de Jehová es perfecta.

Salmo 19:7  La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;

 El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.

Se nos dice que la Ley de Dios, es una Ley perfecta, es decir, completa, que abarca todas las áreas de la vida y todas las circunstancias que afectan al hombre

Y es completa porque en esa Ley se encuentra la Verdad absoluta de Dios. Íntegra en todas sus partes y no posee defecto alguno

Es decir, es una Ley infalible, que al conocerla y aplicarla a la vida del hombre, da como resultado, que convierte el alma

Nos hace volver al punto de partida, donde el hombre tiene una comunión perfecta con Dios y con su prójimo,

Significa que, si vivimos bajo la Ley de Dios, la vida de los hombres y las mujeres, será transformada, redundando en un beneficio social

Pero también dice, que la el testimonio de Jehová es fiel, es decir, que toda la Escritura, con todas sus leyes y preceptos, es Verdad

Y por tanto, esa Ley divina es firme, se puede confiar en ella, podemos creer y permanecer en todo lo que está escrito, porque todo se cumplirá

Propósito de los Diez Mandamientos

Es por medio de la Palabra de Dios, que podemos comprender por qué el corazón del hombre abunda en necedad, y cómo Dios lo transforma

Sacando al hombre de la oscuridad, de la muerte, y llevándolo a la vida y la sabiduría sustentada en los principios divinos, haciendo sabio al sencillo

De manera, que gracias a esa Ley de Dios, ahora los hombres poseemos los principios morales que guían nuestra vida y nos permite guiar a otros.

  • Los mandamientos de Jehová son rectos

Salmo 19:8  Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;

 El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.

Todas las normas, mandamientos y ordenanzas de Dios poseen rectitud moral, instituyendo una Ley pura, que  No es contaminada por la imperfección humana.

Y esa pureza y perfección de la Ley da como resultado alegría en el corazón, una felicidad que surge de vivir en el temor de Dios.

¿Por qué? Porque esa Ley divina Alumbra los ojos, nos permite tener discernimiento y poder diferenciar entre lo recto y lo torcido,

Es gracias a los principios divinos que nos es posible discernir entre el bien y el mal, entre lo que a Dios le agrada y lo que Dios odia.

¡Cuánta necesidad tenemos de discernimiento¡ y de allí la urgente necesidad de la iglesia para cumplir con la comisión de predicar el Evangelio,

Porque es por medio de la predicación de la Palabra que se hacen discípulos, enseñándoles a guardar la Palabra de Dios,

Y de esa manera la iglesia da gloria a Dios y contribuye a la sociedad por medio de formar hombres y mujeres que reflejan el carácter de Dios.

  1. El propósito de la Ley de Dios.

El carácter de la Ley divina es santo, porque Dios es santo y por ello demanda que su pueblo vivamos en santidad

Levítico 19:2  Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.

La Ley moral demanda una vida de santidad de parte de los hombres, para poder reproducir el carácter de Dios en nuestra vida.

Eso significa que la santidad es práctica y debe mostrarse en todas las áreas de nuestra vida.

Levítico 19:37  Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo Jehová.

La Ley de Dios se convierte en la norma de vida, en la máxima autoridad que rige los pasos del hombre y la sociedad

Y con ello, se refrena el pecado, la malicia del corazón, y nos permite edificar sociedades más justas

  • Santidad práctica de la Ley de Dios:

Levítico 19:3  Cada uno temerá a su madre y a su padre,(B) y mis días de reposo[a] guardaréis.(C) Yo Jehová vuestro Dios.

La santidad de Dios se encuentra revelada en la Ley moral, y nos permite conocer el carácter santo de Dios y entender la necesidad de santidad en nuestra vida

Pero una santidad que se evidencia, tanto en una vida nueva, transformada del creyente, como en relaciones de respeto y estima hacia nuestro prójimo

Es así, como el cumplimiento de la Ley de Dios se manifiesta primeramente en la honra a los padres y en un respeto al día del Señor

Porque si así lo hacemos, podemos expresar el temor de Dios así como el amor a nuestro prójimo,

  • Principios de justicia social de la Ley de Dios:

Dios establece Leyes para el bienestar social, porque todos estamos mandados a aliviar la pobreza de otros.

Levítico 19:10-18  Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás.(F) Yo Jehová vuestro Dios.  

No hurtaréis,(G) y no engañaréis(H) ni mentiréis el uno al otro.

… No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero…

No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.

No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo…

No aborrecerás a tu hermano en tu corazón…

 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.

La Ley de Dios es santa, y nos enseña a vivir santamente para con Dios y con nuestro prójimo, en todas las áreas de la vida

Es así como esta Ley nos presenta una serie de principios de justicia social haciendo a un lado la avaricia y el egoísmo

Y nos manda a practicar la justicia social con aquellos que sufren, que viven en niveles de pobreza mayores a los nuestros, y que nos acordemos siempre de nuestro hermano

¿Cuántos de nosotros hemos manifestado solidaridad con nuestro hermano, en estos tiempos de crisis y pandemia?

¿Cuántos de nosotros hemos vivido centrados en nuestro propio bienestar, olvidando a nuestro prójimo?

  • Resumiendo la Ley de Dios:

¿Cuál es el resumen de los diez mandamientos?[3] Toda la Ley de Dios se resume en: el amor.

Mateo 22:37-40  Le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

Éste es el primer y gran mandamiento,

Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.

Toda la Ley resumida en estos dos grandes mandamientos, que tienen que darnos el parámetro para poder discernir nuestro obrar y el de otros

La Ley divina es un parámetro que nos permite ver hasta donde las leyes emitidas por los hombres, por nuestros gobernantes y por todos los que emiten ley,

Son leyes que benefician al pueblo, que honran a Dios y que nos mueven a volver nuestra vista, hacia nuestro prójimo.

Y teniendo en mente, esta Ley divina, podemos ahora medir si nuestras instituciones de gobierno están apegándose a los principios divinos,

Porque de lo contrario no habrá un bienestar para el pueblo ni honra al Creador

  • ¿Qué debemos de hacer como creyentes?

Juan 14:15  Si me amáis, guardad mis mandamientos.

La obediencia a los mandamientos divinos se llama “santidad” y vivir en santidad nos produce una alegría completa.

¿Dónde hemos dejado la Ley de Dios?

Porque entendemos que la Ley de Dios no solo es exigencias y prohibiciones, sino que es una Ley fundamentada en el amor, a Dios y a nuestro prójimo.

Mateo 5:43-44  Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo,(Z) y aborrecerás a tu enemigo.

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

Conclusión:

Toda ley emitida por los hombres, por los gobiernos debe ser analizada a la luz de la Ley de Dios

Para poder evaluar correctamente qué tanto esas leyes persiguen el bien común, si realmente practican principios de  justicia  divina

Y que, en cualquier posición que nos encontremos, ya sea como padres, líderes espirituales, gobernantes o legisladores,

Podamos comprender que solo somos servidores y mayordomos del Dios Soberano, y que hemos sido puestos para bienestar del pueblo y para gloria de Dios

¡Sin olvidar, que de todo cuanto hagamos, daremos cuentas a Dios!

Oremos para que la Ley de Dios sea tomada en cuenta, que no sea ignorada ni dejada de lado, sino, que permanezca en nuestro corazón y la pongamos por obra.

 

[1] 18 Calvin, Institución de la Religión Cristiana. 4:20.9

[2] La Visión Reformada de la Ley, Rev. William Einwechter, Febrero, 1999

[3] P. 42, del Catecismo Menor de Westminster.