El Matrimonio y la Santidad.  Enseñanza prematrimonial, lección 2.

Un gran escritor Cristiano, Francis de Sales, escribió en el siglo 17, que el matrimonio puede ser el ministerio más difícil que jamás se pudiera desempeñar.

¿Por qué? Porque “el estado del matrimonio requiere más disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales

como el bien, la verdad, la justicia y constancia que cualquier otro…Es un  ejercicio perpetuo de mortificación.” [1]

y esto nos hace parecer que el matrimonio es una institución idealista, utópica, inalcanzable para los hombres y mujeres comunes.

Con muy poca o nula disposición al sacrificio, a entregar la vida por amor a un conyugue o a unos hijos

Puede encontrar la lección No. 1 en el siguiente enlace La Importancia Del Matrimonio¡!

El matrimonio y la santidad

Si creemos en la institución del matrimonio y anhelamos llegar a desarrollar plenamente un proyecto de vida en pareja

Y recibir los beneficios espirituales de tan hermosa institución, creada y diseñada en el corazón de Dios, debemos desarrollar algunas características

  1. El matrimonio y la santidad: características

Para llegar a ser hombres y mujeres, felices y realizados dentro de la institución santa del matrimonio,

Debemos desarrollar las siguientes características:

  • Honestidad:

La honestidad es un valor moral fundamental para entablar relaciones interpersonales basadas en la confianza, la sinceridad y el respeto mutuo.

Una persona que actúa con honestidad lo hace siempre apoyada en valores como la verdad y la justicia,

y no antepone a estos valores, sus propias necesidades o intereses. En este sentido, es una persona apegada a la Palabra de Dios como norma de fe y conducta.

Esta cualidad nos hace aptos para un matrimonio duradero, hasta que la muerte nos separe.

  • Sinceridad:

Tenemos que admitir nuestras actitudes feas, y enfrentar nuestro egoísmo.

Esto significa no permitirnos caer en la negación ni en la justificación de nuestras debilidades de carácter.

Porque en la medida que nos responsabilizamos de nuestras propias fallas, entonces podremos presentarlas delante del Señor

Y luchar vehemente por ser cada vez más parecidos a Cristo

También tenemos que despojarnos de la idea de que podemos superar las dificultades en el matrimonio si simplemente oramos más o aprendemos unos principios sencillos.

Tales “pasos sencillos” funcionan solo superficialmente, porque hay un asunto más profundo que tiene que ser examinado.

La sinceridad no es de apariencias, es una virtud que nace de lo más profundo del corazón del hombre.

  • Amor maduro:

El matrimonio no puede sostenerse sobre una base emocional frágil, sino que demanda que el amor maduro predomine sobre el amor romántico.

El amor romántico no tiene nada de elasticidad. Jamás puede ser estirado; simplemente se rompe.

El amor maduro, tiene la cualidad que puede estirarse y ajustarse a las necesidades de lucha del matrimonio

Y esa elasticidad es requerida porque en nuestra condición humana todos llevamos emociones contradictorias.

Emociones que al no ser controladas y bien dirigidas, pueden resultar en conflictos y heridas, que deben ser superadas

El matrimonio y la santidad

Recordemos que en el matrimonio dos personas pecaminosas se comprometen a vivir juntos, con todos sus defectos, por el resto de la vida.

  1. Matrimonio, santidad y amor romántico

Si creemos que podemos sostener nuestro matrimonio en base a un amor romántico, como el de las películas,

Debemos saber, que ese fundamento se acompaña de un gran peligro: tristemente  “en algún momento se termina”

Y entonces, nos preguntamos ¿Qué pasa si ese amor romántico se termina?

  • Sustituirlo:

Muchas parejas romperán su relación presente e intentarán recrear el romance apasionado con una nueva pareja.

Esta es una acción pecaminosa, que en la medida que se practica va generando más vacío y frustración en el corazón

Porque no se logra encontrar y sostener un sentimiento que tanto se anhela: ser feliz y amado apasionadamente, por siempre

  • Confrontación constante:

Otros matrimonios, una vez el amor romántico termina, se irán cada vez más bajo, en un proceso desgastante de conflicto continuo,

En un especie de guerrilla matrimonial, una lucha pasiva-agresiva en la cual cada uno echa la culpa al otro por su insatisfacción o la falta de emoción.

Finalmente son matrimonios en crisis constante, con grandes insatisfacciones en la relación y con un pronóstico de sobrevivencia, grave.

  • Unión aparente:

Algunas parejas deciden meramente cohabitar juntos, uno en la cama y otro en el sillón por el resto de su vida, teniendo como único compañero la tv e internet.

Pero socialmente, se mantienen como un matrimonio estable, e internamente divorciados

  1. El matrimonio y la santidad, una obra transformadora

La obra transformadora del matrimonio es el compromiso que los conyugues deben hacer veinticuatro horas al día y siete días la semana.

Día a día, momento a momento, con los ojos puestos en Cristo para poder ser moldeados y transformados a su imagen.

  • La inmadurez en el matrimonio

Por más adultos que estemos, cuando llegamos al matrimonio, siempre habrá mucha inmadurez.

Pues estamos acostumbrados a ser independientes, a vivir de manera egocéntrica, y el carácter de servicio y sacrificio, no está formado

Esa realidad nos lleva a pedirle mucho a Dios, a clamar y depender de Él, para que nos transforme, desde adentro hacia afuera

Los cambios que duran toda la vida, no son los externos, los que todos ven, sino los internos, los del corazón

  • La transformación en el matrimonio

Necesitamos concentrarnos en cambiar nosotros mismos, en lugar de pretender cambiar a nuestro conyugue.

Por más que amemos a la otra persona, No poseemos la capacidad de cambiarla, porque está es una obra exclusiva de Dios

Pero sí podemos decirle al Señor, que nos ayude a cambiar nuestro corazón, que nos haga diferentes, que podamos morir a nosotros mismos, por amor a nuestra familia.

De hecho, podríamos decir que mientras más difícil sea mi conyugue, más oportunidad tendría yo para crecer.

Mi conyugue, un instrumento para crecer

Así como el ejercicio físico tiene que ser algo arduo para ver los frutos, así también el “ejercicio relacional” tiene que ser algo vigoroso para probar el corazón verdaderamente.

  1. El matrimonio y la santidad ¡Una nueva vida¡

En el proceso del matrimonio, donde nos vamos acoplando poco a poco, nos vamos conociendo, perdonando y cediendo

Es el punto donde abona lo que Dios dice en la carta a los efesios sobre la nueva vida en Cristo.

Efesios 4:24  y vestíos del nuevo hombre,(E) creado según Dios(F) en la justicia y santidad de la verdad.

(LBLA)  y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.

Y aquí, la pregunta es ¿Cómo nos vestimos de ese nuevo hombre?

  • Justicia y Santidad de la Verdad:

Si somos una nueva criatura, con un nuevo corazón, cubiertos en la justicia perfecta de Cristo, sin culpa ni condena

Entonces, no podemos vivir como vivíamos antes, cuando no conocíamos a Cristo. Somos nuevos hombres y nuevas mujeres

Y si llegamos al matrimonio con esa nueva naturaleza, pero no la vivimos en nuestra constante relación con nuestro conyugue,

Entonces estaríamos viviendo en un engaño. Es decir, estamos obligados a vivir la Palabra de Dios dentro del matrimonio.

Todo lo que sabemos de la Palabra, todo lo que conocemos de Dios, debe convertirse en una forma de vida dentro del matrimonio

Si queremos matrimonios para toda la vida, entonces hagamos vida la Palabra de Dios, ¡vivamos en obediencia¡

  • Desechando la mentira

Efesios 4:25  Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;(G) porque somos miembros los unos de los otros.

Ya hablamos de la importancia de desarrollar la honestidad como una virtud en nosotros dentro del matrimonio,

De manera que vamos a desechar toda mentira, para hablar solo verdad. Y aún cuando nos parezca que son mentiritas inofensivas, pequeñas o blancas,

Sepamos que mentira ¡es mentira¡ y no tiene color ni tamaño. Y aún cuando decir la verdad implique consecuencias duras, ¡digamos siempre la verdad¡

La confianza en el matrimonio es una columna que sostiene toda la relación, y esta surge de No mentir, de decirnos siempre la verdad.

  • Enojándonos pero sin pecar:

Efesios 4:26-27  Airaos, pero no pequéis;(H) no se ponga el sol sobre vuestro enojo,

ni deis lugar al diablo.

¿Qué significa que el sol se ponga sobre nuestro enojo? Que si nuestro conyugue ha cometido una falta que nos hace enojar, está bien, enojémonos

Pero que ese enojo, incluso, esa ira que pueda surgir de esa situación, No dure todo el día, procuremos que ese sentimiento negativo sea pasajero,

Y si así lo hacemos, entonces no daremos lugar a más pecado. Ese enojo no nos llevara a pecar más

El matrimonio y la santidad

Porque si le damos más tiempo a ese enojo, pronto tendremos “muchas aves haciendo nido en nuestra cabeza”, llenándonos de tantos pensamientos dañinos,

Que nos quitaran la paz interna y destruirán la paz en nuestra relación conyugal, así que ¿a quién le damos lugar cuando nos airamos y pecamos?

¡Le damos lugar al diablo¡

  1. El Matrimonio y la santidad: aplicando la Palabra

Enumere cuantas cosas debemos de quitarnos, para poder vivir un matrimonio en santidad.

Efesios 4:31  Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

 

a.______________________

 

b.______________________

 

c._______________________

 

d._______________________

 

e._______________________

 

f.________________________

 

Efesios 4:32  Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.(I)

(BAD)  Más bien, sed bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonandoos mutuamente, así como Dios os perdonó en Cristo.

Y si luchamos con todas esas malas actitudes y fallas de carácter,  entonces, cómo debemos ser:

 

  1. ___________________________________.
  2. ___________________________________.
  3. ___________________________________.

¿Quién es nuestro ejemplo y modelo perfecto de vida? ___________________________________________.

Conclusión:

El matrimonio y la santidad van de la mano, si queremos construir hogares felices, relaciones permanentes, que duren toda la vida,

Así que, el matrimonio es el mejor lugar para poner en práctica la Palabra de Dios, para vivir como verdaderos creyentes,

Para poder dar testimonio de amor, paciencia, benignidad, templanza y todas esas hermosas características del fruto del Espíritu.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] Matrimonio Sagrado, Gary Thomas, pág. 2.