Estrategia Para Vencer A Nuestros Enemigos, en una realidad que atenta contra nuestra vida de comunión con Dios

Porque reconocemos que la realidad de nuestra batalla es la lucha por una vida de santidad, por vivir una vida agradable delante de Dios

Aunque también sabemos que contamos con tres cosas a nuestro favor: “El propósito santo de Dios al escogernos como pueblo,

La maravillosa promesa de la presencia poderosa de Dios con nosotros y Su guía que es dada por medio de la Escritura,

Con todos esos recursos, se define nuestra responsabilidad que es obedecer la Palabra de Dios, con todos sus mandatos y estatutos,

De modo, que la victoria se encuentra en desarrollar una vida de obediencia a la Palabra de Dios,

Teniendo la plena convicción que ahora somos obedientes porque ya fuimos liberados del dominio del pecado, de satanás y del mundo,

Y que por tanto, ya somos salvos, ya somos justificados” y es el Señor quien entrega, quien ordena y quien dirige en forma soberana la historia de su pueblo.

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Versículo referencia:

Josué 5:13-14 Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,

El cual tenía una espada desenvainada en su mano. 

Y Josué, yendo hacia él, le dijo:  ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?

El respondió: No; más como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. 

Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?

Es Dios quien nos entrega la tierra prometida, es Él quién determina cómo y cuándo llegaremos allí

Pero es responsabilidad nuestra seguir todos los lineamientos que Dios mismo nos da para lograr la victoria prometida

Es por ello, que Josué nos da un testimonio hermoso de sumisión y obediencia ante la Palabra fiel del Señor “¿Qué dice mi Señor a su siervo?

Y esa sumisión y obediencia se acompaña de reverencia y adoración, porque reconocemos que es Dios mismo hablando a nuestra vida, dando la dirección

Es por ello que Josué inmediatamente, se postra y adora al Dios que le llamo, que le ha dado propósito, que su presencia lo acompaña y que ahora le dará la victoria.

Estrategia para vencer a nuestros enemigos

Dios siempre nos ayuda, siempre está de nuestro lado, su presencia no nos abandona y nos conduce a la conquista de su promesa

Pero la pregunta es ¿Cómo avanzar hacia esa tierra prometida? Sabemos que el pueblo de Israel avanzaba hacia la posesión de una tierra, en la que fluía leche y miel

Pero nosotros, su iglesia, avanzamos hacia una tierra nueva y un cielo nuevo, y en este peregrinaje ¿Qué necesitamos conquistar? ¡Nuestro corazón¡

Necesitamos luchar con todo lo que nuestro corazón guarda, de una vida pasada, de un mundo de pecado, de una humanidad inclinada al mal

Y es para ello, que Dios nos da una estrategia, de modo que podamos vencer y llevemos una vida de santidad, que sea de bendición para nosotros y glorifique al Señor.

  1. Estrategia para vencer a nuestros enemigos ¡Comenzando con Jericó¡

Cuando nos vemos a nosotros mismos ¿Qué es lo que vemos? ¡Áreas de nuestro corazón amuralladas¡ que parece que es imposible enfrentar

Es entonces cuando necesitamos recordar la promesa que Dios da a Josué en el capítulo 1: Su propósito santo, su presencia y su dirección por medio de la Palabra

De modo que tenemos por nuestro comandante a Cristo, es Él quien nos dará la estrategia a seguir y haremos Su Voluntad en toda tarea de conquista

Y necesitamos ser sumisos a los mandamientos divinos ¡Porque los rebeldes no conquistan¡

  • Reconociendo la presencia de Dios:

Josué 5:13 Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,

El cual tenía una espada desenvainada en su mano.  Y Josué, yendo hacia él, le dijo: 

¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?

¿Cómo debía Josué atacar Jericó? Esta conquista representaba un gran reto para Josué, pero ante esa gran preocupación, puede ver a un guerrero hacerle frente con una espada desenvainada.

¿Quién era este guerrero? El mismo Señor Jesucristo, haciendo una de sus muchas apariciones en el Antiguo Testamento

Josué 5:14 El respondió:  No; más como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. 

Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?

El Señor había prometido estar con Josué, es por ello que ahora revelaba Su presencia, y lo hace con la espada como el mayor Comandante,

No sólo de los ejércitos de Israel sino de las huestes celestiales, porque Cristo es nuestro supremo Comandante, razón por la cual, Josué se postrara delante de Él.

Entonces, el Señor es el Comandante, no lo es Josué ni ninguno de nosotros, al momento de ir a la conquista.

De modo que no se trata de ir a la batalla bajo nuestros propios razonamientos y estrategias,

Sino que iremos según la estrategia de Dios, bajo sus órdenes, según lo establezca su propio plan redentor

Por tanto, así como Josué, también nosotros podemos estar seguros de que el Señor está de nuestro lado, siempre que, nosotros también ¡Estemos de lado del Señor¡

  • El enemigo también se prepara para la batalla

Josué 6:1 Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía.

Cuando nos disponemos para la conquista de nuestro corazón, el enemigo también se prepara cerrando todas las salidas

De modo que al momento de luchar, nos encontremos con enormes murallas que nos hagan pensar que es ¡Imposible vencer¡

Pero es entonces, cuando debemos recordar que es Jesucristo nuestro comandante, que Su presencia está con nosotros y que son sus lineamientos los que seguiremos

  • La estrategia que se recomienda para vencer.

Josué 6:2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. 

Lo principal es reconocer, interiorizar, tener la convicción que ¡El Señor ya ha vencido a nuestros enemigos¡

Y que por tanto, lo nuestro solo es ¡Obedecer su Palabra¡ seguir fielmente la instrucción divina

Josué 6:3 Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez;

Y esto haréis durante seis días.

El número “Seis” es un numero de hombre, que nos recuerda la responsabilidad nuestra en toda tarea encomendada

Y esa responsabilidad conlleva obediencia fiel, porque la visión es del Señor, la victoria proviene del poder de Cristo

Josué 6:4-5 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca;

Y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.

Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz,

Y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante.

Podríamos haber esperado bolas de fuego, una guerra cuerpo a cuerpo, enormes troncos derribando entradas, etc. Etc.

¡Pero con Dios nada es lógico¡ y eso no significa que el razonamiento humano sea mejor, más efectivo o más seguro

Por tanto, en todas nuestras conquistas ante el pecado ¡Sigamos la estrategia de Dios¡ y no la nuestra. Es a la manera de Dios ¡No a la nuestra¡

  • La estrategia para vencer ¡Demanda santidad¡

Josué 6:17 Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las cosas que están en ella;

Solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.

Hay una relación directa y constante entre la Palabra que Dios manda y que es atendida, obedecida y puesta en práctica con los resultados esperados de esa obediencia.

Quizá esta obediencia estricta a las instrucciones de Dios suene hoy un poco incómoda, difícil de entender y aceptar

Pero lo cierto es que escasea la sensibilidad y la determinación para obedecer la voz de Dios,

Aún  cuando nuestro Dios, siempre habla en su Palabra de manera muy clara, dejándonos conocer sus propósitos para todos los que somos ¡Su pueblo¡

Obedecer la ley, trae recompensa

Es por ello, que la obediencia de Rahab ve los frutos anhelados, aún cuando muchos no quisiéramos ver a una “Mujer pecadora” siendo elegida por Dios

Pero lo cierto es que, si hacemos como Dios dice, nos irá bien, pero si desobedecemos, no hay duda que ¡La sentencia está emitida¡

  • Promesa y obediencia.

Podemos imaginar a Josué contemplando los muros y torres impenetrables de Jericó, y asumiendo con gozo la responsabilidad que Dios le había encomendado

Pero para que ese gozo se acompañe de victoria, también es necesario hacer memoria de las promesas divinas, para tomar fuerzas y convicción de lucha

Josué 1:5 Nadie te podrá hacer frente(A) en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo;

no te dejaré, ni te desampararé. (B)

Pero así como vemos la promesa de Dios, de su presencia y su poder a favor nuestro, también debemos hacer memoria de ¡Nuestra responsabilidad en la conquista¡

Josué 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente;

No temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Josué contaba con la promesa de la presencia de Dios, pero también asumía la responsabilidad de guardar los mandamientos de Dios.

¡No puede ser diferente para la iglesia de hoy en día¡ porque es muy fácil reclamar la promesa

Pero ¿Y qué con nuestra parte? Y ¿Qué con la responsabilidad que Dios ha depositado sobre nuestros hombros?

Todos los creyentes que deseamos conquistar una verdadera vida nueva, debemos asumir la responsabilidad de ¡Guardad los mandamientos¡ ¡Obedecer a Dios¡

  1. La estrategia para vencer consiste en ¡Obedecer la Palabra de Dios¡

El no seguir las instrucciones de Dios contenidas en su Palabra nos lleva a la derrota, aunque en el proceso aprendemos de las caídas.

Es así como podemos aprender mucho de la experiencia de Acán, un guerrero de Israel, que fue víctima de su propia codicia;

Porque Acán supuso que podía esconder un pequeño tesoro que tomó de la ciudad anatema: un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata, y una barra de oro.

Pero el juicio de Dios no tardó, y tristemente Israel sufrió una desastrosa derrota en la pequeña ciudad de Hai;

Sin embargo, la victoria volvería a los ejércitos de Israel, cuando el robo de Acán fuera descubierto y su pecado juzgado.

  • El pecado de uno, nos afecta a todos

Hay una triste realidad que debemos aprender, y que nuestro pecado afecta a muchos, no solo a nosotros de manera individual

Josué 7:1 Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema;

Porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema;

Y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.

Los hijos de Dios violaron, traicionaron, fueron infieles a los mandatos divinos, lo que acarrea graves consecuencias para todo el pueblo

Josué 7:5 Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim,

Y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.

El pecado de uno acarreo la muerte de ¡Treinta seis hombres¡ fue la causa de una enorme derrota y trajo tristeza y aflicción al corazón de muchos mas

Y esta triste realidad nos enseña que el pecado siempre trae destrucción, nos aleja de la comunión con Dios y nos hace desobedecer la Palabra

¿Qué podemos hacer? Necesitamos movernos al arrepentimiento, reconocer ese pecado que aún mora en nosotros y ¡Destruirlo¡

  • Necesitamos luchar contra nuestro pecado

Josué 7:11-12 Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema,

Y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.

Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos,

Sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema;

Ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.

El engaño de Satanás es hacernos pensar que ¡Nadie lo sabrá¡ o peor aún ¡Que no es tan grave lo que hemos hecho¡

Pero el problema es, que se nos olvida Quién es Dios ¡Omnisciente¡ Él lo sabe todo, hasta lo más profundo de nuestro corazón.

Y mientras no reconozcamos la gravedad de nuestro pecado, nuestra situación de fracaso se profundizará cada vez más

Pero lo más triste que, que todo el pueblo se hace responsable por lo que había hecho un solo hombre, y debe pagar el precio.

Por tanto, cuando uno falla en la Iglesia de Cristo, todos recibimos las consecuencias, y es así como la hipocresía, la mentira, el mal testimonio puede destruir al pueblo de Dios

Porque ni la hipocresía ni el engaño, puede mantener firme a la iglesia delante de sus enemigos

Y aunque el castigo  por el pecado nos pueda parecer severo, no olvidemos que  el bienestar de todo el pueblo de Dios se encuentra en juego.

  • Castiguemos el pecado:

Josué 7:22-23 Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda;

Y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello.

Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? 

Túrbete Jehová en este día.  Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.

El verdadero arrepentimiento implica un volvernos a Dios, cambiando la dirección de nuestros pasos para volver a la comunión

Por tanto, el arrepentimiento nos debe llevar a castigar y destruir el pecado que aún mora en el corazón.

Pero no lo podemos hacer solos, sino que necesitamos el poder de Dios, por medio del Espíritu Santo, tanto para identificarlo como para hacerle frente

  1. La estrategia para vencer incluye las armas para la batalla.

2 Corintios 10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;

Aunque estamos en este mundo ¡No pertenecemos a él¡ y de esa manera, tampoco enfrentamos nuestras batallas de la misma manera que lo hace el mundo

Sino que los hijos de Dios, contamos con las armas y las estrategias divinas, que nos llevan a la victoria

Por tanto, nuestras fortalezas no caerán a la manera del mundo, ni lo lograremos según nuestro propio razonamiento ¡Sino que será a la manera de Dios¡

2 Corintios 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

Las armas de las cuales Dios nos ha dotado para la batalla son la oración, la Palabra, la comunión con los santos y los sacramentos

Todos ellos, maravillosos medios de gracia que nos permiten ganar nuestras batallas, comenzando con la mente, con el pensamiento

2 Corintios 10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios,

Y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

Para llevar cautivo nuestro pensamiento en obediencia a Dios, necesitamos hacer a un lado nuestro razonamiento humano

Y no llevar delante de la Palabra, la fuerza de nuestra experiencia, porque la estrategia del enemigo siempre es ¡Distorsionar el carácter de Dios¡ y minimizar las consecuencias del pecado

  • ¿Cómo es que Satanás levanta fortalezas?

Los ataques de Satanás no han cambiado desde los tiempos de Adán y Eva, y hasta el día de hoy, sigue usando las mismas estrategias de engaño y confusión.

Y este enemigo tan antiguo, siempre busca distorsionar el carácter de Dios, haciéndonos pensar que “Dios No es tan bueno como dice ser”.

Además, busca siempre contradecir la Palabra de Dios, haciéndonos creer que la  estrategia de Dios está equivocada, y que la nuestra ¡Es mejor¡

También Satanás busca minimizar las consecuencias del pecado, llevándonos a creer que ¡Nada nos va a pasar¡ que ya el cielo está ganado

Pero tristemente sabemos que el pecado nos esclaviza, y nos inutiliza en la obra de Dios,

Y que el propósito del maligno es impedir que nos congreguemos y que nos alejemos de la comunión con Dios, dejando de orar,

De manera que Satanás se deleita en lo que mata y no en lo que da vida, engañando nuestra mente al hacernos pensar que “No moriremos”

¡Es urgente que aprendamos a identificar el engaño de Satanás¡ y que aprendamos a obedecer, sin condición, aún cuando no comprendamos ¡Toda la Palabra de Dios¡

Porque tanto la falsa doctrina como nuestra misma humanidad pecaminosa, pretende hacernos creer que “Seréis como Dios”.

¡Haciéndonos olvidar que Dios es Dios, y nosotros solo somos la criatura¡

Finalmente, Satanás nos lleva a pensar que es Opcional depender de Dios, que solo es válido cuando nos conviene, y que hay otras fuentes mejores de dependencia.

Y comenzamos a pensar que “somos buenos” y por tanto ¡No necesito de Cristo¡

¡Grande y triste es nuestra ruina¡ si caemos en el engaño de Satanás. Necesitamos urgentemente ¡Obedecer la Palabra de Dios¡

  1. La estrategia para vencer implica ¡Tocar trompeta¡

 Josué 6:4 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca;

Y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.

Tocar trompeta o bocinas, significa proclamar el Evangelio, hacerlo llegar a todos los hombres, a todos los pueblos y razas ¡Este es nuestro deber¡

Porque tal como lo dice el apóstol Pablo, el Evangelio es poder de Dios para salvar a todos los que creemos en Jesucristo

Romanos 1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;

Al judío primeramente, y también al griego.

Por tanto, si hemos de obedecer la Palabra mandada, entonces debemos tomar acción y salir de la comodidad de nuestra propia salvación

Y comenzar a pensar en todos aquellos que han de ser salvos por medio de nuestra predicación, de nuestra proclamación

Estrategia para vencer a nuestros enemigos

Porque ¿Cómo conocerán de Cristo si no hay quien les predique? Esto implica ¡Asumir nuestra responsabilidad humana¡ y cumplir con nuestra tarea.

  • La estrategia para vencer incluye un desfile victorioso

Dios nos lleva de triunfo en triunfo a través de Cristo, conquistando y derribando murallas por medio del testimonio de Jesucristo.

2 Corintios 2:14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús,

Y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.

Cada uno de nosotros, creyentes genuinos, somos instrumentos en manos de Dios para dar a conocer el mensaje de Cristo, de su maravillosa victoria sobre la muerte

Y en la medida hablamos de la maravillosa salvación, del glorioso señorío de Cristo y de la hermosa libertad, vamos esparciendo por todas partes, el aroma agradable de Cristo

2 Corintios 2:15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;

Predicar el Evangelio de Cristo, es llevar un mensaje de salvación para todos los que han de creer,

Pero también es llevar testimonio de sufrimiento eterno para todos aquellos cuyo corazón se endurece ante la realidad y necesidad de Jesucristo

  • La estrategia para vencer incluye el triunfo de Cristo

2 Corintios 2:16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida.

Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?

Participamos del triunfo de Cristo en la medida que anunciamos a todos los hombres el maravilloso mensaje de salvación que comunica el Evangelio

De modo que cada creyente que con valentía y pasión anuncia las buenas nuevas de salvación, se convierte en un suave aroma que Cristo ofrece a Dios

Porque llegamos a ser como un perfume que da vida a los que creen en Cristo.

Por el contrario, para los que no creen somos como un olor mortal. ¿Quién es capaz de cumplir con la tarea que Dios nos ha dejado?

¡Todos los que hemos creído¡ porque para nosotros es la maravillosa promesa de “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo¡

Pero la obra es grande, y no tenemos fuerza de nosotros mismos en absoluto; sino que toda nuestra suficiencia viene de Dios.

Conclusión

La estrategia para vencer a nuestros enemigos: el mundo, Satanás y nuestro propio pecado, se encuentra solo en Cristo

Porque la victoria viene en Cristo, Él es nuestro comandante en jefe, Él es quien nos da todas las órdenes a seguir para vencer,

Y también es Cristo quien pelea por nosotros, a nuestro lado, delante y detrás de nosotros, de manera que el enemigo es amedrentado

Pero cuando actuamos en contra de las órdenes del Señor, no hay lugar a dudas que saborearemos la derrota

Por tanto, la estrategia que Dios nos entrega para lograr vencer y derribar toda muralla que se fortalece en nuestro corazón

Consiste en una vida de obediencia a la Palabra, en una vida de santidad, en una vida que de testimonio de Jesucristo a todos los que aún no creen.