¡He Peleado La Buena Batalla¡ son las palabras del apóstol Pablo, pronunciadas ya casi llegando al final de su peregrinaje, resumiendo su vida en este versículo:

2 Timoteo 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera,

he guardado la fe.

El creyente debe saber que, mientras camine en este mundo caído ¡Debe pelear la buena batalla¡

Y eso significa que el cristiano no debe rendirse ante los ataques del maligno, no debe ceder ante las tentaciones y los engaños del mundo.

Además, el verdadero creyente debe llegar a la meta de la carrera, no la puede abandonar en el camino, y debe mantenerse en la fe bíblica y no apostatar.

Todo esto es un gran reto para la vida cristiana, pero la maravillosa noticia es que ¡Nada de todo eso lo hacemos solos ni en nuestras fuerzas¡

Si usted desea profundizar un poco más sobre la lucha de la vida cristiana, por favor visite ¿Qué Es La Vida Cristiana?

¡He peleado la buena batalla¡

En esta expresión del apóstol Pablo, debemos darnos cuenta que se está hablando de ¡Batalla¡

Esto implica en este pasaje, una intensa lucha contra adversarios espirituales y humanos, y por tanto es una batalla cruenta que demanda todo nuestro esfuerzo.

Pero en esta enseñanza nos enfocaremos solamente en el primer punto de todo el versículo, es decir “He peleado la batalla”

Texto referencia.

2 Timoteo 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera,

he guardado la fe.

La expresión “He peleado la buena batalla” nos da a entender, un hecho pasado pero concluido,

Es decir, que el apóstol durante toda su vida, pelo la buena batalla y la culminó, no la dejo a medias ni se quedo sin fuerzas para terminarla.

Más por el contrario, culmino toda su carrera, libro toda su batalla, y nos recalca que No fue una mala batalla, sino por el contrario, fue una buena batalla.

  1. He peleado la buena batalla ¿Por qué es una buena batalla?

La batalla que libró el apóstol Pablo, que es la misma que libramos todos y cada uno de los creyentes, es una buena batalla

Porque la victoria final ya se ha logrado, y no por nosotros, sino por nuestro Cristo en la cruz del Calvario

¿Cómo? Mediante la muerte del Hijo de Dios, que al asumir la naturaleza humana, haciéndose hombre y caminando entre nosotros, pudo morir

Y con la muerte del Hijo Unigénito de Dios, santo, perfecto y sin pecado, pudo anular mediante su muerte, el poder de Satanás sobre nosotros

Entonces, Dios “habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de Cristo” (Colosenses 2:15).[1]

1 Juan 3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio.

Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

El Hijo de Dios se hizo hombre y vino a este mundo, descubriéndose a sí mismo, manifestando su origen divino y haciéndose visible a todos los hombres,

Con un solo propósito librarnos de la esclavitud del pecado, deshaciendo y destruyendo las obras de maldad de Satanás,

Y esta libertad no es para todos, sino solamente, para aquellos que hemos creído que Jesucristo es el Señor y Salvador

  • Una batalla ganada

Colosenses 2:15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

La muerte de Jesús en la cruz es la victoria más grande para la humanidad redimida, porque en esa cruz, el Señor desarmó a todas las potestades y los humilló públicamente.

De modo que Cristo derrotó a Satanás y le quito todo poder y autoridad exponiendo su impotencia ante todo el mundo, para manifestar la grandeza de la victoria

Entonces la buena batalla que libramos los creyentes ¡Está ganada¡ y es para la gloria de Dios, para que dimensionemos la grandeza de su amor

Porque esa victoria que glorifica al Padre, trae la salvación de sus elegidos, y los conduce a crecer en el carácter de Cristo.

Pero no podemos dejar de ver que, si hay Batalla, hay guerra, y esto significa que tenemos enemigos

Y por tanto tenemos que aprender a pelear contra esos enemigos que nos acechan a todo momento, y que no son de carne y sangre, sino espirituales

Por lo tanto nuestras armas y estrategias de lucha tampoco son carnales sino espirituales, de modo vencemos el mal haciendo el bien,

  1. He peleado la Buena batalla ¿Contra quién?

Todos debemos estar conscientes que peleamos la buena batalla contra nuestro propio pecado.

1 Pedro 2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

Es indiscutible que, mientras caminemos en este mundo, donde solo somos peregrinos, debemos mantenernos luchando para no complacer los deseos mundanos

¿Por qué? Porque los deseos de la carne siempre están en contra de nuestra nueva vida en Cristojesús.

Y porque los deseos del mundo siempre pretenden robar la santidad y obediencia a Dios, permeando nuestra mente y corazón

Romanos 7:24-25 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

El gran apóstol Pablo nos describe claramente la enorme lucha que cada hombre mantiene con su propia naturaleza caída,

Tanto así, que pareciera imposible librarnos del dominio del pecado, pero en el poder del Espíritu Santo podemos someternos a la Ley de Dios

  • ¿Cómo luchar contra el pecado?

Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Someternos al dominio del pecado, justificando que por nuestra propia naturaleza somos débiles, es someternos a la muerte misma.

Y no solo una muerte física, que es lenta y dolorosa, sino también, entregarnos al dominio del pecado nos conduce a una muerte eterna

Por tanto, es necesario que libremos la batalla contra el pecado personal, y ¿Cómo lo hacemos?

Es necesario que identifiquemos nuestro pecado recurrente, ese pecado que pareciera que aún nos deleita y nos domina

Para luego, poder confesarlo declarándole toda la guerra a ese pecado, viéndolo aborrecible y vergonzoso, delante de Dios y ante nuestros propios ojos

Y para eso, es necesario tomarnos del Espíritu Santo, porque solo así podremos hacer morir las obras de la carne que tanta destrucción nos traen.

  • Desarrollemos convicción del pecado.

Necesitamos preguntarnos ¿Sentimos la convicción de que tenemos la necesidad de huir de nuestro propio pecado?

Es decir ¿Identificamos claramente que hay pecado en nosotros, como  Odio, avaricia, lujuria, orgullo que ocurren día a día en nuestra vida?

No podemos negar que haya habido un solo día en nuestra vida, o un solo momento del día en que no hayamos pecado, de pensamiento, de obra o de omisión.

Es por eso que debemos ser cristianos que se arrepienten cada día y que buscamos recibir la gracia de nuestro Señor día a día.

¿Pero Cómo podemos tratar con la vieja naturaleza de Adán que siempre nos induce al pecado?

Sencillo ¡Huyendo de nuestros pecados! Y para ello necesitamos elaborar toda una estrategia que nos ayude a huir de las tentaciones que nos hacen caer

Y sepamos que no somos cobardes al huir, sino más bien sabios y obedientes, porque cuando usted huye del pecado usted huye hacia el Buen Pastor y a su servicio.[2]

  1. He peleado la buena batalla !Predicando el Evangelio¡

Peleamos la buena batalla predicando el mensaje de Jesucristo, insistiendo en la Palabra, sea oportuno o no, de manera que enseñemos con paciencia la Verdad de Dios.

2 Timoteo 4:1-2  Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,

Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Pablo le da a Timoteo la responsabilidad solemne de usar con diligencia la Palabra de Dios en su ministerio.

Y Pablo asigna esta responsabilidad haciendo una preciosa suplica “delante de Dios y del Señor Jesucristo”.

Por eso los llama como testigos y pone a Timoteo bajo juramento ante Dios de llevar a cabo este encargo importante que le está entregando

Esto significa que Timoteo debe hacer su trabajo consciente de que el Señor Jesús aparecerá nuevamente en el día del juicio como nuestro glorioso Rey.

Y es en ese glorioso día que Timoteo querrá oír las palabras: “Bien hecho, siervo bueno y fiel”.[3]

La necesidad del testimonio cristiano

Entonces, al igual que Timoteo, todos los cristianos somos llamados hacer esa hermosa tarea, de llevar la Verdad libertadora de Cristo a todos aquellos que no le conocen.

Porque cuando lo hacemos así, estaremos librando la batalla contra nuestros enemigos, de una manera gloriosa ¡Como el cuerpo de Cristo¡

Que se duele con el pecado y se goza con el pecador arrepentido, con vidas nuevas y transformadas por la gracia y misericordia divina.

  • Pelar la batalla contra los enemigos del Evangelio.

2 Timoteo 4:3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina,

Sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,

Pablo advierte a Timoteo de los tiempos peligrosos que habrían de venir, tan peligrosos como los que vivimos hoy en día.

¿Cuál es el peligro? Encontrarnos atraídos por lo fascinoso, la falsa enseñanza, la palabra centrada en el hombre y su voluntad caprichosa

2 Timoteo 4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

De manera que los enemigos del Evangelio no soportaran la sana doctrina, quieren enseñar de acuerdo a sus propios deseos y quieren escuchar lo que ellos quieren

Y tristemente, los enemigos del Evangelio de Cristo  cambiarán la Verdad de Dios por fábulas y cuentos de hombres vanagloriosos

  • Los enemigos del evangelio no soportaran la sana doctrina.

Preguntémonos entonces ¿Formamos parte de iglesias cristianas enfermas y cansadas de la predicación y enseñanza doctrinal?

Y cuando nos congregamos ¿A qué dedicamos nuestro tiempo de adoración? Será que somos parte de iglesias que predican la Palabra por diez minutos y cantamos apasionadamente por una hora

Porque si es así, debemos saber que esa iglesia no quiere que se le enseñe todo lo que Cristo ha mandado.

Sino que formamos parte de una congregación que quiere sentirse emocionalmente cerca de Dios pero desconociendo la Voluntad de Dios para sus vidas.

Eso significa que somos cristianos emocionales pero desobedientes, conscientes o inconscientemente, pues desconocemos el mandato expreso de Dios en Su Palabra

  • Los enemigos del Evangelio enseñan de acuerdo a sus propios deseos.

¿Predica nuestra iglesia doctrina sana o solo se dedica a entretenernos el alma? ¿Tiene sana doctrina o solo nos presenta un excelente programa de música?

¿Estamos interesados en ser formados en una teología centrada en el hombre o en una teología que glorifique a Dios?

Para responder estas preguntas es necesario que encontremos en nuestro corazón cuál es el verdadero propósito al congregarnos y buscar de Dios,

Porque si lo que buscamos es que Dios esté a nuestro servicio, realmente estamos es una búsqueda equivocada,

Pero si al ir a la iglesia estamos buscando conocer la Voluntad de Dios para obedecerla y con una vida santificada poder glorificarle,

Entonces estamos siendo amigos del Evangelio y nos encontraremos librando la buena batalla.

  • Los enemigos del Evangelio quieren escuchar lo que ellos quieren.

Debemos estar claros que el Evangelio de Jesucristo No tiene nada bueno que decir sobre el hombre natural.

¿Por qué? Porque el hombre en su estado caído es enemigo de Dios, no puede hacer nada que sea agradable delante de Él

Romanos 3: 10-12 no hay justo ni siquiera uno…no hay nadie que haga lo bueno ni siquiera uno

Esta Verdad no es una cosa hermosa que decir sobre la gente.[4] Y por lo tanto, el Evangelio no es atractivo para el hombre y la mujer sin Dios,

Sin embargo, la tarea del creyente genuino, es predicar con amor esta gran Verdad para llevar al incrédulo a ver su propia naturaleza destructiva,

Porque solamente así, cada hombre y mujer podrá reconocer su impotencia y su gran necesidad de un Cristo que les salve de su propia miseria humana.

  1. He peleado la Buena batalla amando la venida de Cristo

Mantener presente que el Señor vendrá por su iglesia es un hecho glorioso que nos motiva a pelear la buena batalla.

2 Timoteo 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día;

Y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Amar la venida del Señor nos mantiene peleando la buena batalla, porque centra nuestro corazón en el amor hacia Aquel que viene por su iglesia.

Sobre todo, porque sabemos que el que ama al Señor, también guarda sus mandamientos, luchando en obediencia,

Y nos anima a perseverar porque todos los creyentes que están en Cristo recibirán esa corona de justicia, de la que habla la Escritura

Por tanto, vivamos sostenidos en la esperanza venidera y No desperdiciemos nuestro tiempo en las cosas vanas de este mundo.

Juan 14:21  El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre,

Y yo le amaré, y me manifestaré a él.

No podemos decir que somos cristianos, que amamos al Señor si no amamos y obedecemos sus mandamientos,

Porque son esos mandatos los que nos ayudan a vivir en santidad, luchando contra el pecado y las tentaciones de la carne

De modo, que podamos mantenernos en este mundo con los ojos puestos en Cristo, en quien tendremos la victoria.

  • Peleamos la Buena batalla viendo a Cristo.

Necesitamos huir de las influencias materialistas de los falsos líderes espirituales que nos hacen vivir centrados en lo material y perecedero

1 Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero,

El cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Cuando centramos nuestro corazón en lo material, no hay duda que somos traspasados “por muchos males”

Porque luchar por lo que un día dejara de ser es frustrante, nos somete a la esclavitud de un alma insaciable y codiciosa

1 Timoteo 6:11-12 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.

Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado,

Habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

La Escritura nos insta a vivir en la fe, con la mira en lo eterno, porque para ese final fuimos elegidos desde antes de la fundación del mundo

Pero para poder sostenernos en una vida de piedad y amor, a Dios y al prójimo, es necesario aprender a huir del engaño del mundo y de satanás

1 Timoteo 6:5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia;

Apártate de los tales.

Y recordemos que el huir no es sinónimo de cobardía, sino de sabiduría y prudencia, pues nos evita caer en tentación.

  • Peleamos la buena batalla acompañando y sumando,

No podemos decir que estamos peleando la buena batalla si abandonamos la obra de Dios, volviéndonos apostatas, seguidores de dioses ajenos.

2 Timoteo 4:9-10 Procura venir pronto a verme,

Porque Demas(A) me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito(B) a Dalmacia.

Apóstol Pablo describe una realidad que la iglesia cristiana de nuestro tiempo vive de manera muy dolorosa,

Donde el amor al mundo hace que muchos siervos abandonen la obra del Señor, priorizando la riqueza, la fama y el poder

Aunque sabemos que un creyente genuino puede abandonar pero solo temporalmente, porque Dios se encarga de traerle de nuevo,

Y aquellos que duermen, que se acomodan y que olvidan su llamado al Servicio, serán tratados por el Señor, aunque eso implique un poco de sufrimiento

2 Timoteo 4:13 Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas(F) en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.

La Escritura nos enseña que la buena batalla se pelea con la Palabra de Dios, estudiándola y meditándola constantemente,

De modo que, cuando la asechanza llegue, tengamos la espada para luchar, el escudo para resistir los ataques y el yelmo que proteja nuestros pensamientos.

  • He peleado la buena batalla contra  los apostatas y anatemas.

Hay hombres que causaran mucho daño a la obra de Dios, rechazaran la doctrina del Señor, y se irán tras el engaño del mundo

2 Timoteo 4:14 Alejandro(G) el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.

Cuando los lideres y siervos del Señor, son maltratados por su tarea de predicar la sana doctrina entregándose a la obra

Debemos saber que ¡El Señor se hará cargo¡ Él nos defenderá y tomará el control de modo que la obra no se detenga.

2 Timoteo 4:15 Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.

Y finalmente, el consejo es ¡Tengamos cuidado con los apostatas y anatemas¡ pidamos al Señor discernimiento y no dejemos de predicar la Verdad bíblica.

Porque el Señor cuida de nosotros, defiende la causa del Evangelio y su gracia siempre nos sostendrá en esa maravillosa batalla.

  • He peleado la buena batalla con la presencia del Señor.

Mantengamos siempre en la memoria, que Dios nunca abandona y que la defensa del Señor es siempre, la mejor defensa

2 Timoteo 4:16-17 En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta.

Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen.

Así fui librado de la boca del león.

Es muy posible que al momento de enfrentar las consecuencias de predicar el Verdadero Evangelio de Jesucristo, muchos den marcha atrás

Y no encontremos solos en la lucha, y ante esa realidad, que nuestro corazón no se llene de amargura,

Sino más bien, pidamos al Señor que esas acciones de nuestros consiervos, no les sean tomadas en cuenta, que el Señor les perdone y nosotros también.

He peleado la buena batalla

Pero aún, cuando todos se vayan y nos encontremos solos en el campo de batalla, tengamos la firme certeza que ¡El Señor está a nuestro lado¡

Y que es el Espíritu Santo quien nos fortalece para continuar predicando la Palabra de Dios y alcanzar a los perdidos.

2 Timoteo 4:18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Así como Pablo glorifica al Dios Soberano en medio de la dificultad, así mismo nosotros, de modo que no tengamos temor por lo que el hombre haga

Y finalmente, así como Pablo fue llevado al cielo por el Señor, así también toda su iglesia será llevada al cielo.

Por tanto ¡No desmayemos¡ y al igual que Pablo, que el Señor nos permita concluir nuestro días diciendo ¡He peleado la buena batalla¡

Conclusión:

He peleado la buena batalla, es la expresión maravillosa de un cristiano fiel, que se mantuvo en fe y que nunca dejo de hacer la obra del Señor,

Y No olvidemos que la nuestra es una buena batalla porque Cristo ya la gano en la cruz del calvario,

Además, contamos con el poder del Espíritu Santo en nosotros, que siempre nos ayuda a salir victoriosos en las numerosas batallas de la fe que el cristiano debe librar

Entonces ¡No desmayemos¡ ¡No nos desanimemos¡ y no nos atemoricemos porque la presencia del Señor siempre está con nosotros.

¡Libremos la buena batalla con gozo¡

Palabras y frases significativas:

Apareció: El verdadero significado es descubrir, manifestar, revelar, hacerse visible.

Deshacer: lúo verbo primario; aflojar, soltar (literalmente o figurativamente):- libre, abrir, soltar de las cadenas, derribar, desatar, deshacer, destruir, quebrantar, quitar, soltar.

 

[1]ibi

[2] 1 Timoteo, Mints, Dr. Cornelio Hegeman, pág. 77.

[3]Schuetze, A. W. (1999). 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito. (R. C. Ehlke, A. J. Panning, & G. P. Baumler, Eds.) (p. 150). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.

[4] 2 Timoteo, Mints, Dr. Cornelio Hegeman, págs. 35 y 36.