La Sola Gracia De Dios Nos Salva y es en esta palabra “gracia” que podemos ver el corazón de Dios revelado como en ninguna otra manera;

Porque es en esa gracia que vemos el amor de Dios, su misericordia y bondad obrando cuando Él nos salva;

Y porque es completamente por la gracia divina que somos salvos, y por ningún otro medio ¡Nuestra salvación no es por obras ni por méritos¡

  • ¿Qué es la gracia?

La gracia es el favor de Dios hacia todos aquellos que claramente merecen la ira y el castigo de Dios

Y esta gracia no puede ser comprada ni ganada por el ser humano, porque si fuera así, no sería gracia.

Así que, cuando decimos que algo es por gracia, queremos decir que el que la recibe no la poseía, ni la merecía sino que se la dio como algo de pura bondad,

Y es más, esa maravillosa gracia que se nos otorga, ni siquiera la pedimos, ni la deseábamos al principio de nuestra vida de fe.

Además, la gracia no es solo darle a personas, algo que no se merecían, sino que también consiste en darle  a esas personas cosas que definitivamente los desmeritaban,

Es decir que, a pecadores que merecían el infierno, a aquellos indignos, a pecadores rebeldes y hostiles a Dios, con corazones malos y deseos malos,

Es a esos que Dios está determinado a transformar sus vidas de acuerdo a la imagen de su Hijo, para que le glorifiquen y gocen de Él para siempre,

Esto nos enseña que  cada aspecto de nuestra salvación viene a nosotros por gracia, en el amor y la misericordia de Dios.

Si usted desea profundizar un poco más sobre la gracia divina, por favor visite ¿Cómo Esforzarnos En La Gracia Divina?

La Sola Gracia de Dios nos salva¡¡

Es la gracia divina la que nos salva y nos fortalece en el caminar cristiano.

Esto significa que la gracia no solamente limpia nuestro pecado, quita nuestra culpa y nos reconcilia con el Padre, en la obra de Cristo,

Sino que además, esa misma gracia es la que nos garantiza la perseverancia en la vida cristiana, de manera que nuestra salvación no se pierde y nos permite llegar a la meta.

Versículo de referencia.

Juan 8:7-11  Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo:

El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.

E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.

Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros;

y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.

Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?

Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Aquí encontramos un relato bíblico que nos permite identificar la gracia divina en toda su expresión

Pues tenemos a una mujer pecadora, que es acusada tanto por el hombre como por la ley de Dios, que no solo está escrita en tablas, sino también en nuestro corazón,

Pero también tenemos la obra de Cristo, no solo salvando de la muerte física a esta mujer, sino también, librándola de la muerte eterna.

  1. ¿Cómo armonizar la misericordia y la justicia divina? ¡La sola gracia¡

En este relato bíblico encontramos a los escribas y fariseos buscando ocasión para tentar a Jesús,

Porque en base a la Ley de Moisés, esta mujer sorprendida en adulterio, debía morir, pero también, este caso saca a la luz un asunto mucho más importante,

Es decir, cómo es posible armonizar la justicia divina reflejada en la Ley, con la misericordia de Dios

Porque sabemos que Dios es santo y no tolera el pecado y tampoco al pecador, y que la Ley es santa, justa y bueno

Pero también sabemos que la ley no admite perdón, sino que juzga y condena toda transgresión cometida

Y desata la ira de Dios contra el transgresor, que es el caso de esta mujer, aunque es fácil ver la “justicia humana” que no condena al hombre adultero, sino solo a la mujer.

Entonces, la pregunta es ¿Cómo perdona Dios los pecados sin violar su ley santa?[1] Y la respuesta es: por medio del Señor Jesucristo.

Entendiendo que todos nacimos en pecado, y en la medida que avanzamos en el mundo, nos hacemos más pecadores,

Y que la Ley de Dios evidencia ese pecado, lo juzga y lo condena, pero también esa misma Ley nos lleva a  Cristo, y en Él hay perdón y restauración.

  • La acusación del pecado:

Es lamentable ver que la acusación del pecado propio y el sentido de culpa que el Señor despertó en los hombres que acusan, no les hizo arrepentirse y tener fe en Cristo.

Juan 8:7-9…El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.

E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.

Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros;…

Estos hombres se encontraron a sí mismos “acusados por su conciencia” porque cada uno de ellos, al igual que nosotros, tenemos inscrita la ley de Dios en el corazón,

De manera que todos podemos entender los mandamientos de Dios que nos prohíben el pecado y que en esencia, ese pecado viene siendo el mismo para todos,

Por tanto, la conciencia acusa a estos hombres porque todos han pecado, incluso podríamos preguntarnos

La sola gracia es suficiente para salvación

¿Cuántos de estos hombres deseaban a esta mujer en su corazón? ¿Cuántos de ellos luchaban con la lujuria en su pensamiento?

Así que el Señor les ilumina su pecado y comienzan a salir primero los más viejos que tenían más experiencia de pecado, y luego los más jóvenes,

Y es así como el Señor hace un llamado al arrepentimiento, pero ellos deciden irse, rechazando la gracia que es en Cristo Jesús.

  • La sola gracia ¡Ni yo te condeno¡

Juan 8: 10-11 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?

Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

¡Esto es gracia¡ Encontrarnos desnudos ante la Ley que nos juzga y condena, pero también estamos frente a Cristo que es la gracia que limpia y restaura

Y podemos estar seguros que lo más grande y hermoso que está mujer escucho, fueron esas maravillosas palabras de Cristo “Ni yo te condeno

Entonces, el corazón de esta mujer brillo, se iluminó y tuvo vida porque ante ella está el “Solo Cristo” y la “Sola Gracia”

Porque en Cristo ya no hay condenación pese a que nuestra lista de pecados sea interminable

Y Cristo no solo nos limpia de ese pecado que nos destruye, nos humilla y nos conduce a muerte física y eterna,

Sino que también nos restaura, nos viste de nuevo y nos hace nuevas criaturas, nos da un corazón nuevo para creer y obedecer sus mandamientos.

  • Vete y no peques más

¿Será que Cristo deja de lado nuestro pecado? ¡De ninguna manera¡ El perdón que encontramos en Cristo no implica impunidad del pecado

Sino que Dios ya castigo nuestro pecado en Cristo. Fue la muerte del Hijo Amado del Padre el precio por nuestro pecado, por nuestra libertad y por nuestra nueva vida

Así que Jesús no condenó a esta mujer, pese a toda la evidencia de su pecado condenatorio, sino que la perdonó en Su propia sangre,

Y es así que en Cristo encontramos la justicia que libera y salva de condenación, nos reconcilia con Dios Padre y nos lleva a una vida nueva

Pero si bien el Señor no condenó a esta mujer, si le ordenó abandonar su vida pecaminosa, y viviera de una manera diferente a partir de este momento de absolución de pecado,

Esto significa que nuestro encuentro con Jesús siempre exige una transformación de vida y un alejamiento del pecado dándonos la oportunidad de empezar una vida nueva.

2 Corintios 5:17  De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

En Cristo llegamos a ser nuevas criaturas, con un corazón nuevo, con una mente renovada y con la capacidad de oír la voz de Dios.

Pero la pregunta es ¿Y cómo es posible que esta mujer se fuera y no pecara más? ¿Dónde se obtiene la capacidad para no pecar más?

  • El poder de la Sola Gracia.

La gracia es poderosa e irresistible porque si la gracia no fuera irresistible, nadie jamás sería salvo.

Pero esa maravillosa gracia que es en Cristo, no solamente nos salva, sino también nos ayuda y nos auxilia, y esa gracia reina e impera donde antes reinaba el pecado.

Es así como Cristo deposita el poder de Su Gracia en esta mujer adultera y la capacita para llevar una vida de obediencia delante de Dios.

Y de esta manera, esta mujer llega a ser una nueva criatura, una nueva mujer, auxiliada por el Espíritu Santo que hoy habita en el corazón.

De manera, que ahora ya tenemos la capacidad de obedecer el mandato de “vete y no peques más”

Entonces, la gracia nos capacita para vivir en santidad, nos da el poder para obedecer, y de nosotros es la responsabilidad de buscar una vida santa y piadosa.

  • La sola gracia nos enseña a renunciar al pecado.

Tito 2:11-12  Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,

Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo, sobria, justa y piadosamente,

Es la gracia divina la que nos ayuda a vivir todos los días, una vida de santidad, enseñándonos como a un niño,

Es decir, que nos toma de la mano y nos lleva despacio, poco a poco, para que aprendamos una nueva forma de vivir,

¿Qué nos enseña la gracia? Nos enseña a vivir una vida de piedad, renunciando a los deseos mundanos y pecaminosos

Y la gracia nos enseña la santidad en base a la Palabra que nos instruye en la Voluntad Santa de Dios,

Pero también esa gracia nos capacita por medio del Espíritu Santo que nos da el poder, el dominio propio, el discernimiento y la sabiduría para alejarnos del pecado

Filipenses 2:13  porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Esto nos da la seguridad y la confianza suficiente para saber que no estamos solos en el caminar cristiano,

Sino que contamos con todos los medios de gracia para llegar a ser ese testimonio de vida nueva, que el Señor demanda de nosotros.

  1. La sola gracia nos llama de manera eficaz.

Gálatas 1:13-15  Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;(A)

y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.(B)

Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,

Sabemos quién era Pablo antes de ser llamado por Dios: era perseguidor de la iglesia, asesino de cristianos y sirviendo a la ley de los hombres

Pero un día le agrado a Dios escogerlo y llamarlo para un hermoso ministerio: predicar a Cristo

Y Pablo fue elegido por Dios desde el vientre de su madre, y aún más allá, desde antes de la fundación del mundo

De manera que no es por voluntad humana que llegamos a Cristo, sino por la Voluntad Soberana de Dios,

Así que preguntémonos ¿Qué hizo la gracia en la vida de Pablo? ¿Cómo es la gracia divina?

  • Es una gracia soberana.

Gálatas 1:15  Pero cuando agradó a Dios,….

Es en la soberanía de Dios que somos alcanzados. Es Dios Padre quien nos eligió desde antes de la fundación del mundo para fuésemos de Él

De manera que no podemos decir que es una gracia que nosotros buscamos o queremos, pues antes que Cristo nos alcanzara,

Elección soberana e incondicional

Nosotros estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, destituidos de la gloria de Dios e incapacitados para llegar a Él,

Y es por eso que Pablo describe en el versículo 13 “porque ya habéis oído de mi conducta en otro tiempo”, una conducta que lo hacía merecedor de condenación eterna

Lo que significa que Dios nos llama no porque seamos buenos, sino porque “a Él le agradó”

Y es “cuando agradó a Dios” que nosotros llegamos a sus caminos, y que somos capaces de ver nuestro pecado, arrepentirnos y ver a Cristo para recibir su perdón.

Es así como Pablo da testimonio de esa gracia soberana e irresistible que con lazos de amor nos hace conocer a Cristo y vivir por y para Él.

  • Es una gracia que te aparta:

Es cuando Dios nos elige como suyos, que nos separa del resto de la humanidad para que seamos de Él,

Para que demos testimonio de su amor por medio de una vida de obediencia, que permite a los incrédulos reconocer la grandeza del Dios Creador y Soberano

Esto significa que la gracia nos atrae a Cristo pero no con el propósito de que seamos salvos,

Sino con el propósito que seamos pueblo exclusivo de Dios, santos para Él y que glorifiquemos su Nombre

  • Es en su gracia que nos llama,

Esta es una gracia irresistible que los cristianos conocemos como “El llamamiento eficaz”

Gál 1:15  …., y me llamó por su gracia,

¿A quién llamo? No fue a un hombre bueno, que caminara de manera agradable delante de Dios y que le honrara con su conducta

Gálatas 1:13  Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba

Sino que Dios llamó a un hombre que “con furia perseguía a la iglesia de Dios, tratando de destruirla”

Y con esto el apóstol Pablo da testimonio de la gracia irresistible, que lo hizo pasar de perseguidor de la iglesia a ser “Apóstol de los gentiles”, instrumento útil para Dios.

  1. La sola gracia nos regenera.

Tito 3:3  Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos,

viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

Pablo describe siete pecados que nos caracterizaban en el tiempo que vivíamos sin Cristo, alejados de la Verdad y viviendo en un mundo alejado de la realidad divina

Viviendo en una confusión tal, que considerábamos que ser licencioso significaba ser libres, sin darnos cuenta que estábamos presos de todo género de pasiones perversas.

De manera, que aunque nosotros pensábamos que éramos libres, en realidad éramos esclavos del pecado, del mundo y del engaño de Satanás.

  • Por la sola gracia nacemos de nuevo

Tito 3:4  Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

La bondad de Dios se manifestó enviando a su Hijo Amado a este mundo perdido y corrompido,

Y con Cristo se manifiesta la luz, de manera que ahora podemos ver el inmenso e indescriptible amor de Dios por su pueblo

Tito 3:5  nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración

y por la renovación en el Espíritu Santo,

A Dios le plació salvarnos, no porque nosotros hubiéramos hecho nada bueno, sino porque tuvo compasión de nosotros.

Y esa salvación fue obrada por medio del lavamiento de nuestros pecados, haciéndonos nacer de nuevo y por medio del Espíritu Santo, que nos ha dado nueva vida,

Tito 3:7  para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

Por tanto, es gracias a la justicia perfecta de Cristo, que nosotros llegamos a ser justos delante del Padre y herederos de vida eterna,

De manera que Cristo es la gracia salvadora, fortalecedora y santificadora que nos permite gozar de una vida nueva, transformada, abundante y eterna.

¡Maravillosa gracia¡ ¿La hemos dimensionado? ¿Mostramos gratitud al Señor por tan grande obra de amor?

  • La gracia opera un cambio radical en la vida del creyente.

Tito 3:1-2  Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.

Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.

No podemos decir que conocemos a Cristo si nuestra vida no da testimonio de haber nacido de nuevo.

Porque es ese nuevo nacimiento el que nos hace sensibles a la Palabra, nos renueva el entendimiento y nos da la capacidad de obedecer,

Y todo eso se manifiesta en una conducta diferente a la del mundo, una conducta de respeto, sometimiento, honra, obediencia y mansedumbre,

Porque son todas esas virtudes las que manifestó Cristo y cuyo carácter nosotros debemos reflejar,

Además, la mansedumbre es requerida en el creyente, porque nos hace recordar que al igual que el incrédulo, también nosotros venimos de una vida sin Cristo.

  1. La gracia nos preserva en santidad.

1 Pedro 1:13-16  Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios,

y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;

como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;

sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;

porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.(A)

Debemos disponernos a actuar sabiamente, desarrollando dominio propio, pensando y actuando de acuerdo a la voluntad de Dios

Y poniendo nuestra esperanza en la gracia que se nos dará cuando venga Jesucristo, de manera que soportemos todas las pruebas con los ojos puestos en lo alto

Porque cualquiera puede soportar la lucha, el esfuerzo y el trabajo si está seguro de que conduce a alguna parte.

La sola gracia nos salva

Por tanto, para el cristiano, lo mejor siempre está por venir porque nuestra esperanza no es terrenal

Así que podemos vivir con agradecimiento por todas las misericordias del pasado, con resolución de aceptar los desafíos del presente

Y con una esperanza segura de que, en Cristo, lo mejor es lo que está todavía por venir.[2] ¡Nuestra vida no termina en esta tierra¡

Sino que al creyente le espera la ciudad celestial, el reino eterno, la gloriosa presencia de Dios para toda la eternidad.

Conclusión.

1 Corintios 15:10  Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo,

antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.

Necesitamos gracia cada día, en cada aspecto de nuestra vida, la gracia que nos perdona, la gracia que nos retorna cuando tropezamos y caemos,

Esa preciosa gracia que sana corazones rotos, que fortalece en los momentos de tribulación, y también de los engaños de Satanás en la guerra espiritual,

Sin olvidar jamás que solo por la gracia de Dios podemos tener una relación salvífica con Él, y solo por la gracia de Dios podemos permanecer en esa relación con Él,

Y es la gracia la que nos llama al servicio y la gracia nos llama al sufrimiento, y esa gracia soberana quebranta nuestro orgullo, nos avergüenza, nos humilla,

¡Y queremos tener mérito pero nos inclinamos en polvo ante nuestro Dios¡ porque toda la gloria solo es de Él.

Palabras y frases significativas:

Enseñándonos: paideúo; entrenar a un niño, i.e. educar, o (por implicación) disciplinar (por castigo):- aprender, castigar, castigo, corregir, disciplinar, enseñar.

Renunciando: Rechazar, negar.

Manifestar: epifaíno; brillar sobre, i.e. llegar a ser (literalmente) visible o (fig) conocido, sabido:- aparecer, dar luz, manifestar

.

[1] Comentario al evangelio de  San Juan, John MacArthur, pág. 346.

[2] Comentario al Nuevo Testamento “1 Pedro”, Willian Barclay.