La Gloria De Dios Y Nuestro Deleite, porque debemos saber, que el mayor gozo que debe tener todo creyente es, deleitarse en la presencia de Dios

Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios con un propósito primordial: “Dar gloria a Dios” por medio del reflejo de la imagen de Dios en él,

Y sabemos que desde el principio de la creación, Adán se gozaba en la relación con Dios, una relación en la cual el pecado no existía,

También se gozaba en la relación consigo mismo porque no había culpa ni vergüenza y se gozaba en la relación con su prójimo, porque no había desconfianza ni luchas,

Además, esa primera pareja, se deleitaba en la creación de Dios donde todo fructificaba y donde el hombre era el sello de esa creación,

  • ¿Cómo se perdió el deleite?

A Adán se le dio la capacidad de obediencia perfecta y a la vez la capacidad de pecar; Adán podía llevar a cabo, de manera efectiva, el mandamiento dado

Pero trágicamente para Adán y para la humanidad, que él como cabeza federal representaba, decidió violar el mandamiento de Dios optando por el pecado,

Y con esa acción de desobediencia, Adán perdió,  y por consiguiente todos perdimos, el propósito fundamental para el cual fuimos creados “Dar la gloria a Dios”,

De allí en adelante lo que el hombre dejo ver  fue la naturaleza caída, entro el pecado en el mundo, y con él la muerte, la anormalidad gobernó el corazón de los hombres

Y todas sus acciones fueron y son malas, y así perdimos nuestro propósito y esa capacidad de deleitarnos en la presencia de Dios,

Es por eso que vino el segundo Adán, para permitirnos en base a su gracia y al Espíritu Santo, poder nacer de nuevo,

Y con esa obra de gracia, es restaurada la imagen de Dios en nosotros y nos es dada la capacidad de crecer en ella, reflejando la gloria de Dios.

Si usted desea profundizar un poco más sobre el verdadero gozo en la vida del creyente, puede visitar Viviendo En El Gozo Dado Por Gracia

La gloria de Dios y el deleite del hombre

Tener a Cristojesús como nuestro Señor y Salvador, es un gran privilegio, pero muchos no lo dimensionamos y llegamos al punto de no apreciarlo,

De manera que no encontramos un verdadero gozo en la vida cristiana, no hemos aprendido a deleitarnos en la presencia del Señor, en su Palabra y en el servicio a la obra.

Y nos hemos incapacitado para dar gloria a Dios, así que se hace necesario volver al origen de nuestra creación y preguntarnos nuevamente  ¿Cuál es el fin principal del hombre?

Y encontramos la respuesta en nuestras confesiones de fe: El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre.

Versículo de referencia.

1 Corintios 10:31  Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

Todo el quehacer cristiano se encuentra enmarcado dentro de la gloria de Dios; nuestras actitudes, pensamientos y acciones, por pequeñas que sean, deben glorificar a Dios.

Esto nos lleva a preguntarnos ¿Estamos glorificando a Dios con nuestro estilo de vida?

  1. La Gloria de Dios y nuestra conducta.

Glorificamos a Dios con nuestra conducta, y esto habla de un testimonio de vida, una conducta manifiesta, que es vista por todos.

Es decir, palabras y hechos, actitudes y conducta que den honor y alabanza a Dios, porque una vida que no glorifica a Dios viene a ser una vida sin propósito y sin gozo,

Entonces la pregunta es ¿Cómo es posible dar gloria a Dios con mis actos? Lo hacemos cuando nuestra vida está en perfecta armonía con Dios y su Palabra.

  • Cuando nuestra conducta está en armonía con Dios y su Palabra.

1 Corintios 10:31  Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

No podremos glorificar a Dios, a menos que nuestras vidas estén en armonía con Él y sus preceptos.

Esto significa que ningún rasgo de nuestra conducta debe impedir que la gloria de Dios se refleje a través de nosotros.

En otras palabras, en todo lo que hacemos y decimos, no importa cuán insignificante sea, el mundo debe ser capaz de ver que somos el pueblo de Dios.

Porque nuestro principal objetivo en nuestra vida debe ser exaltar la gloria de Dios (cf. 1 P.4:11).[1]

Y “Hacer», está en el sentido de expresar con actos, los pensamientos y sentimientos, que deben evidenciar un cambio de vida, una vida nueva y transformada por la Palabra.

Y la “Gloria de Dios” es una expresión de alabanza, de honor, que inspira respeto, magnificencia, excelencia y servicio al Señor.

Colosenses 3:17  Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,

dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Nuestras acciones deben reflejar la gratitud de nuestro corazón por la obra que Cristo ha hecho ya en nuestra vida.

Esto significa una vida de obediencia a la Palabra y acción de gracia constante y hacerlo “En el nombre del Señor ” significa “en una relación vital con Él”,

Esto es, en armonía con su voluntad revelada, en sujeción a su autoridad y en dependencia de su poder.[2]

  • Cuando con nuestra conducta no somos tropiezo

Debemos vivir de una manera que no seamos tropiezo para los de afuera, aquellos que no conocen a Cristo, ni para los de adentro, para nuestros hermanos más pequeños.

1 Corintios 10:32  No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios;

Recordemos que “somos cartas leídas”, lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué está leyendo la gente en nosotros? ¿Cómo nos comportamos?

2 Corintios 3:2  Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;

Y esa lectura que la gente está haciendo de nosotros, depende de cómo respondemos ante las dificultades

¿Cómo podemos glorificar a Dios?

Entonces, ante las dificultades evaluemos cómo respondemos: con dependencia del Señor o con autosuficiencia, ¡recordemos que nosotros no somos más fuertes que el Señor¡

O respondemos con gozo o con murmuración, nos sometemos a Dios o tentamos al Señor, y  ¿Cómo reaccionas ante las tentaciones? ¿Huimos de la fornicación, de la idolatría?

¿Cómo reaccionamos ante las bendiciones de Dios? lo hacemos con gratitud o muy pronto olvidamos los favores recibidos.

¿Cómo nos relacionamos con los incrédulos? Los rechazamos o aprovechamos la oportunidad de evangelizarlos, de mostrarles la gloria de Cristo en una vida transformada

O huimos de los pecadores porque pensamos que nos pueden pasar los malos espíritus, O peor aún, permitimos que ellos nos influencien.

¿Cómo relacionamos con los legalistas? Con esos que no creen que la ley de Dios es suficiente, sino que agregan leyes de hombres para la salvación y santidad

Recordemos que hay muchas cosas lícitas pero que pueden ser de tropiezo para los legalistas, entonces debe privar la ley del amor en toda nuestra conducta cristiana.

  1. La gloria de Dios y el testimonio bíblico

A lo largo de la Escritura encontramos muchos testimonios que nos enseñan cómo los hombres de Dios glorifican al Señor.

Pero de manera especial, vamos a examinar el testimonio del apóstol Pablo, que nos dice no solo lo que debemos hacer, sino que su misma vida testifica de la gloria de Dios.

  • Pablo no busca su propio bien sino el de los demás.

1 Corintios 10:33  como también yo en todas las cosas agrado a todos,

no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.

Pablo nos dice ¡Haced como yo¡, él se pone como ejemplo de vivir una vida no bajo los intereses personales, sino para el bien de los demás, con el propósito que sean salvos,

1 Corintios 10:24  Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.

La Escritura nos enseña cómo la vida adquiere propósito cuando ya no vivimos para nosotros mismos sino primeramente para aquel que nos dio la vida ¡Cristo¡

Luego, la vida va encontrando sentido cuando aprendemos a vivir para los demás, hablando de Cristo a todos, que es la mayor expresión de amor a nuestro prójimo.

Y esto es así porque nunca el hombre fue creado para vivir vidas egoístas sino que el deleite de la vida está en servir a Dios y a los demás,

Así vemos que nadie se sacia de la vida egocéntrica, el que acumula nunca encuentra deleite en lo que tiene

Sino que cae en la ansiedad de querer cada día más y más y más hasta que un día se le rompe el saco y pierde todo lo que a lo largo de su vida acumuló.

Romanos 15:3  Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo;

antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

Es en Cristo que encontramos el mayor testimonio que glorifica a Dios con una vida de obediencia, y que se entrega por amor a un pueblo ¡Su iglesia¡

  • Pablo procura el mejor bien para los muchos: Que sean salvos.

1 Corintios 10:33…no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.

Pablo enfatiza la gran oportunidad evangelística, que esta Verdad nos presenta: damos gloria a Dios cuando llevamos a cabo la gran comisión

Juan 4:35  ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega?

He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

A veces nos parece muy frustrante la tarea evangelizadora, pues los corazones están endurecidos, los oídos se niegan a escuchar la Palabra predicada

Pero el Señor dice “que los campos ya están listos para la siega” por tanto debemos orar a Dios para que levante obreros y animarnos para llevar a cabo la gran comisión,

Y esta comisión no es una tarea frustrante e infructuosa, porque el mundo necesita buenas noticias desesperadamente,

Porque estamos viviendo en un mundo de destrucción y muerte, trabajando y rodeados de personas que están insatisfechas, tristes, deprimidas y sin esperanza.

Lucas 15:7  Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

Necesitamos comunicar la gracia salvadora de Cristo y vivir el gran gozo de saber que un pecador más se ha arrepentido.

  • Anunciemos la Ley y el Evangelio, juntos.

1 Tesalonicenses 2:4  sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos;

No como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.

Debemos decir a los incrédulos que el pecado es real en sus vidas, que sus corazones están endurecidos por el pecado y que su pensamiento se encuentra entenebrecido,

Y no debemos callar la Verdad de su muerte espiritual, que están destituidos de la gloria de Dios, que no pueden vivir vidas agradables a Dios ni cercanas a Él.

La gloria de Dios y nuestro deleite

Pero que todo eso tiene solución en Cristo, porque Él ha venido a nuestro mundo para darnos vida nueva y abundante, vida eterna,

Y predicar la Palabra porque es por medio de ella que viene la fe y los corazones son renovados y las vidas transformadas para la gloria de Dios y bendición nuestra.

Conclusión:

Buscar la Gloria De Dios por medio de nuestra forma de vida es lo que permite al creyente ser bendecido y prosperado

Y cuando todo el propósito de nuestra vida se centra en glorificar a Dios, entonces encontramos deleite, gozo en la presencia de Dios

Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios con un propósito primordial: “Dar gloria a Dios” por medio del reflejo de la imagen de Dios en él,

 

[1] Comentario-al-Nuevo-Testamento-1Corintios-William-Hendriksen, pág. 315.

[2] Comentario-al-Nuevo-Testamento-Colosenses-y-filemon-William-Hendriksen, pág.  134.