¿Cómo Glorificar A Dios? ¡Porque De Él Es Toda La Gloria! Y cuando le glorificamos, somos bendecidos como pueblo.

Recordando que el hombre fue creado con el propósito de dar gloria a Dios con toda su forma de vida y hacerlo de manera gozosa,

Pero cuando el hombre pecó, lo más grande que perdió no fue su propia vida, sino la capacidad de glorificar a su Creador.

Y ese pecado que llevó al hombre alejarse de Dios, puede ser definido como “errar al blanco”, y el blanco es Dios y su gloria

De modo que el hombre erró al blanco, su flecha cayó al suelo, se desvío, y por lo tanto el pecado le incapacito para cumplir con este propósito glorioso,

Pero Cristo logra restituir todo lo que el primer hombre perdió, y con la obediencia perfecta de Cristo se glorificó al Padre,

De manera que todos aquellos que estamos en Cristo, ahora tenemos la capacidad de glorificar a Dios, volviendo a nuestro propósito vital.

Si usted desea estudiar la primera parte de esta enseñanza, por favor visite La Gloria De Dios Y Nuestro Deleite

Texto de referencia:

Romanos 11:36  Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Pablo afirma que todo aquello que existe, todo lo que poseemos y somos, todo procede de Cristo,

Y entre las muchas preposiciones que existen en este texto “porque, por, para”, la más importante es “para”,

Porque en ella se resume, el fin principal de toda la historia humana, demostrando que el hombre no puede gloriarse ante Dios por nada de lo que tiene o de lo que es.

¿Cómo Glorificar A Dios? ¡Porque De Él Es Toda La Gloria!

Ningún hombre o mujer, puede gloriarse ante Dios de algún bien que le pertenezca, por algún logro que alcance o por alguna realización que le engrandezca

Puesto que por Cristo hemos sido creados de la nada y dependemos de Él en toda nuestra existencia.

Y es Cristo quien sustenta todo lo que existe, es en el poder de su Palabra que toda la creación permanece y el hombre se desarrolla

Por tanto, Cristo es la causa de todo lo que el hombre es, y por lo cual todo nuestro ser le debe dar a Él toda la gloria

1 Corintios 10:31  Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

¡Todo comienza con Dios y termina con Dios¡  fuimos creados por Él y para Él. Dios es el principio de todas las cosas, y Él es el objeto y fin, de toda lo que existe.

¿No sería algo razonable que las criaturas por El creadas y sostenidas tendiesen hacia otro fin que el de exaltar su gloria?[1]

Por eso las Escrituras atribuyen a Dios razonablemente la soberanía, diciendo que el género humano y el mundo entero no deben buscar nada fuera de su gloria.

Y por esto mismo comprendemos que todos los pensamientos que tiendan a derribar la gloria de Dios, son absurdos, desrazonables y hasta soberbios.[2]

  1. ¿Cómo glorificar a Dios? Reconociendo que todo es de Él.

Como creyentes, debemos poder reconocer que todas las cosas proceden de Dios, y que por tanto, todas las cosas nos deben conducir a Dios

Y en las Escrituras encontramos suficientes testimonios de hombres y mujeres de Dios, que vivieron bajo esta hermosa realidad.

  • Glorificamos a Dios por su soberanía.

1 Crónicas 29:11  Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor;

porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino,(B) y tú eres excelso sobre todos.

David podía contemplar la grandeza y el poder de Dios, porque comprendía que en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra le pertenece a Dios

Y por ello, es posible exaltar a Dios por su soberanía, un hermoso atributo divina que expone a Dios como Señor sobre todo lo que existe

1 Crónicas 29:12  Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo;

en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.

Es en la soberanía de Dios, en su gracia y misericordia, que el hombre puede llegar a ser grande entre los hombres,

Y solo es en la mano de Dios donde se encuentra el poder y la fortaleza para engrandecer y sostener toda la existencia humana.

1 Crónicas 29:13  Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.

Y reconocer Quién es Dios, no puede menos que llevarnos a doblar rodillas y levantar alabanza a su glorioso Nombre.

  • Glorificamos a Dios por su gracia:

David da gloria a Dios por su gracia, porque fue esa gracia la que le hizo rey, y la que le permitió hacer todo lo que hizo.

1 Crónicas 29:14  Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes?

Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.

David comprendió que en él no existe mérito alguno para llegar a ser lo que fue ni para lograr tener todo lo que tiene

Y más aún, reconoce que tampoco hay en el hombre la capacidad de ofrendar voluntariamente al Señor, sino es por la gracia divina.

Entendiendo que el Señor es dueño de todo, y que si nosotros damos a Él, lo hacemos, de todo aquello que Dios mismo nos ha dado de manera anticipada.

¿Cómo glorificar a Dios? viviendo en su gracia

Y cuando David contempla todo lo que la maravillosa gracia de Dios hace en la vida del hombre,

David no puede menos, que caer de rodillas y alabar a Dios por esa gracia que nos sostiene, nos fortalece y nos sustenta.

  • Glorificamos a Dios por la abundancia ¡Todo procede de Dios¡

1 Crónicas 29:16  Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre,

De tu mano es, y todo es tuyo.

David reconoce que todo lo que somos y tenemos proviene de la mano de Dios, y es Él quien nos permite dar con gozo para su obra

Y ante la abundante bendición de Dios, David se ve en la obligación de ser un buen mayordomo de toda bendición recibida,

Pero esa buena mayordomía debe manifestarse no solo en darle a Dios ofrenda de nuestros bienes, sino también, ofrendar toda nuestra vida en adoración y servicio a Él.

Por tanto, cuando reconocemos que todo es de Dios, comprendemos que los seres humanos solo somos mendigos de la gracia divina, y que Cristo lo tiene todo.

Y ante esa idea, encontramos las palabras de Lutero, pocas horas antes de morir, palabras que son un hermoso testimonio de humildad: “realmente no somos más que mendigos

Por tanto,  no olvidemos que la riqueza proviene de Dios, y así mismo el corazón generoso.

  • Cuando damos gloria a Dios la alegría es nuestra.

1 Crónicas 29:17  Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada;

Por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto,

Y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente.

En toda la obra que Dios hace en cada uno de nosotros, Él solo pide que nos mantengamos dando gloria a su Nombre, que le veamos solo a Él, sin desviarnos

Pero para poder dar gloria a Dios, solo es posible hacerlo con un corazón recto, adorador y agradecido, no un corazón religioso

Es decir, no hacer de nuestra adoración una obligación, como fue el caso de Caín, el hijo mayor de Adán, por lo cual Dios no aceptó su ofrenda

Sino por el contrario, que nuestra ofrenda al Señor sea siempre con gozo, impulsados a dar voluntariamente, agradecidos por todo lo que Dios ya hizo por su pueblo,

Y es justamente ese gozo y gratitud, lo que la iglesia de hoy día ha ido perdiendo, olvidando que todo lo que tenemos proviene de la mano de Dios.

  1. Un ejemplo práctico de cómo glorificar a Dios y gozar de su bendición

Si bien somos creados y mandados a dar toda la gloria solo a Cristo, también es necesario reconocer, que Cristo tiene gloria propia

Esto significa que la gloria del Señor no depende de la criatura, sin embargo, como Él es el Dios Creador, demanda que toda la creación le glorifique

  • El caso de Bartimeo el ciego:

Marcos 10:46-47  Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud,

Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.

Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

Encontramos en este relato bíblico, la expresión de un hombre ciego que al oír la voz del Señor, reconoce que Él es el Cristo.

Bartimeo sabe, entiende, reconoce que “Jesús” significa “que Él salvará a su pueblo de pecado”, sabe que Jesús es el Salvador

Y Bartimeo comienza a dar voces, porque sabe que el que ha llegado, “Jesús, Hijo de David” es justamente el único que puede salvarle, limpiarle y restaurarle.

Porque el “Hijo de David” es el Mesías prometido, el enviado del Padre, es la simiente prometida allá en el Edén.

Entonces, Bartimeo clama pidiendo misericordia; él sabe que Jesús no está obligado a sanarle, pero también sabe, que puede clamar a Él por misericordia.

Porque este hombre ciego, sabe que Jesús tiene el poder de salvarle, aún cuando habían muchos otros hombres que veían y oían, como los fariseos,

Pero que no podían identificar la deidad del Hijo de Dios, no pudieron ver en Jesús a ese Mesías prometido y descrito en toda la Escritura.

Entonces, glorificamos a Cristo cuando sabemos que Él es Dios, y clamamos por misericordia con humildad.

  • El beneficio de glorificar a Dios:

Marcos 10:51-52  Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.

Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

Cuando reconocemos que Cristo es el Mesías, nuestro Salvador, y le glorificamos, siempre habrá obstáculo que vencer,

Por lo que debemos ser perseverantes y no permitir que se nos impida glorificar su Nombre, entendiendo siempre, quién es Jesús para nosotros

Y entonces, seremos bendecidos, recibiremos el favor de Dios, seremos beneficiarios de la Sangre de Cristo, y veremos el milagro.

  • No dejamos de glorificar a Dios:

Cuando Bartimeo oyó que el Señor pasaba, este hombre ciego se encontraba junto al camino,

Pero cuando Jesús vio y tuvo misericordia de Bartimeo, entonces, este hombre paso a seguir a Jesús, a estar con Jesús en el mismo camino.

Lucas 18:43  Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.

Vemos un ejemplo maravilloso de un corazón humilde y agradecido, que glorifica a Dios antes de ser beneficiario de la gracia divina,

Y glorifica a Dios cuando ya ha gozado del favor del Señor, es decir, no se aleja del camino cuando ha obtenido lo deseado,

Sino por el contrario, cuando Bartimeo recobró la vista, no solo siguió al Seños, sino que continuaba glorificando a Dios.

¿Cómo glorificar a Dios?

Y cuando un hombre glorifica a Dios, da un testimonio tal, que lleva a todo un pueblo a glorificar a Dios

De esa manera, cuando glorificamos al Señor, comenzamos a tener una vida plena, confiada, beneficiándonos de la gracia divina.

Conclusión:

¿Cómo glorificar a Dios? solamente podemos glorificar a nuestro Señor cuando reconocemos que toda nuestra vida procede de Él,

Cuando entendemos Quién es Dios para nosotros, y vemos sus maravillosos atributos: su soberanía, su gracia y su poder

Pero también, glorificamos a Dios cuando de manera gozosa disfrutamos de su presencia y vivimos de manera obediente a su Palabra

Y todo ello nos lleva al servicio, amar la obra del Señor, a ofrendar, tanto nuestros bienes materiales, como nuestra vida, para la gloria de Dios.

Finalmente, glorificamos a Dios cuando le seguimos sin olvidar el favor recibido y dando testimonio de una nueva vida.

 

[1] Comentario a la Epístola a los Romanos, Juan Calvino, Pág. 209.

[2] Comentario a la Epístola a los Romanos, Juan Calvino, Pág. 209.