Esta es una excelente pregunta, averiguar si ¡Mis Emociones¡ ¿Me Ayudan o Me Destruyen?

Las emociones forman parte integral de nuestra vida, ser cristianas o no, no determina que ellas existan, pero si determina el beneficio que podemos obtener de ellas.

De manera que ¡cuidado! averigüemos ¿Nos están ayudando o nos están destruyendo? ¿Nos dominan o las dominamos? ¿Son nuestras aliadas o nuestras enemigas?

Santiago 4: 1-3 “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 

Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”

Las emociones en la mujer cristiana ¿Le ayudan o le destruyen?

No podemos negar la enorme importancia de las emociones en nuestra vida: sentirnos amadas, enojarnos con alguien, estallar de felicidad, llorar de tristeza, sentir profundo miedo a lo desconocido, etc.

Debemos saber que las emociones en sí mismas no son malas, sin embargo, ellas producen en nosotras efectos que si pueden llegar a ser dañinos, ya sea para nosotras mismas o para aquellos que están a nuestro alrededor.

  • ¿Qué podemos aprender sobre las emociones en la mujer?

Todos experimentamos sentimientos intensos que se relacionan tanto con las experiencias extremadamente agradables (como recibir un gran regalo), como con aquellas muy desagradables (enterarse de la muerte de un ser amado).

Además, experimentamos este tipo de reacciones de un modo menos intenso en situaciones más cotidianas (el agrado de una abrazo espontaneo de un hijo, llorar ante una película triste, avergonzarse por una mala acción, etc).

Son tan normales las emociones intensas o ligeras, ellas nos dan vida, le dan color a nuestra existencia, nos mueven de lo cotidiano a lo especial. De manera entonces que forman parte esencial de nuestra existencia.

¿Qué son las emociones?

Podemos definir las emociones como una gama de sentimientos, de diverso tipo e intensidad, que tienen un efecto físico en nuestro cuerpo, en nuestros pensamientos y  en nuestra conducta.

¿Cuál es la utilidad de las Emociones?

Las emociones son útiles porque nos permiten enfrentarnos satisfactoriamente a situaciones en que nuestro bienestar está en peligro. Por ejemplo:

  • Maximizan nuestra energía

Nos ayudan a maximizar el uso de la energía en cortos periodos de tiempo, como por ejemplo, ayudándonos a dar un gran salto si un perro nos quiere morder

  • Maximiza nuestra resistencia

Nos ayudan a mantener la ejecución de una actividad durante un periodo de tiempo más largo de lo común, como correr a gran velocidad por cuadras y cuadras para escapar de este perro

  • Minimizan el dolor

La emociones nos resultan tan útiles que nos pueden disminuir la sensibilidad al dolor y al cansancio en situaciones de peligro, como por ejemplo, no sentir tan fuerte la mordedura del perro.

Pero no siempre las emociones juegan un buen papel para nosotras.

¿Qué problemas nos pueden generar las emociones?

Hay ocasiones en que esas mismas emociones nos pueden llevar a situaciones de peligro y traernos destrucción.Por ejemplo cuando la intensidad de la emoción es tan alta que nos paraliza, como es el caso del miedo que nos hace ineficaces y nos lleva a actuar con torpeza.

Las emociones fuertes nos ayudan a enfrentarnos a situaciones inesperadas, de emergencia, pero también pueden ser tan intensas que nos inhabiliten.  Por ejemplo, dejar nuestra mente en blanco ante una mala noticia.

Cuando nuestras emociones sobrepasan los límites de tensión  y ansiedad produce en nosotros cambios físicos abrumadores:

Problemas físicos que causan las emociones:

  • incrementa nuestra presión arterial,
  • Aumenta la frecuencia cardíaca,
  • La respiración se agita,
  • Se dilata la pupila y
  • Disminuye la secreción de la saliva, la boca se nos seca.

De manera entonces que las emociones están relacionadas con nuestra salud. En algunas ocasiones la destrucción que producen las emociones fuera de su límite, pueden desencadenar y/o agravar una enfermedad en nuestro cuerpo.

Así surgen las enfermedades psicosomáticas: ulceras estomacales, alergias, caída del cabellos, dolores de espalda, etc.

  • ¿Las emociones en la mujer son iguales que en los hombres?

Es importante que sepamos que tanto los hombres como las mujeres experimentamos las mismas emociones, la diferencia está en la forma que las expresamos.

Culturalmente se considera que muchas emociones son impropias para un hombre, como por ejemplo sentir melancolía, tristeza, ternura, el llanto, el miedo; dejando una gama muy limitada para la expresión emocional masculina: ira, enojo y alegría, las cuales son socialmente aceptadas.

Cuando los hombres están enojados, tienden a interpretar la causa de su enojo como algo externo a ellos.

Por tanto ellos, usualmente vuelcan la expresión de su ira o enojo hacia fuera de ellos: sobre otras personas, objetos o situaciones en las que se han sentido agredidos, traicionados o criticados.

Ante esta realidad, que importante es para nosotras recordar el consejo bíblico: “Mujeres sométanse y respeten a sus maridos” para no provocar esa agresión natural en ellos y tener la sabiduría de buscar el momento más oportuno para expresarnos.

En cambio las mujeres nos violentamos en un promedios 4 veces menor que los hombres ante las mismas situaciones, y esto nos lleva a tender más bien a deprimirnos como respuesta emocional, sintiéndonos dolidas, tristes o decepcionadas,

!Es decir, la mujer expresa la emoción sobre sí misma¡. 

  • Qué Dice la Biblia de Nuestras Emociones?

Las emociones pueden motivar nuestro comportamiento y también reflejan nuestra motivación interna, es decir lo que anhelamos en el corazón. A diferencia del no creyente, nosotros los cristianos, vemos nuestra conducta afectada por nuestra relación con Dios.

El hombre tiene una necesidad de Dios, tiene una necesidad espiritual. Nuestro ser interior necesita estar conectado con Dios.

Es de nuestro ser interior, de nuestro corazón de donde provienen nuestros sentimientos y emociones, y según Santiago 4:1-3, vemos que las conductas que producen conflicto son síntomas de un problema profundo en el corazón: los problemas y pleitos entre nosotros provienen de nuestras pasiones!

Sustento Bíblico de las Emociones:

La Palabra nos enseña que nuestras actitudes, deseos, y motivos detrás de nuestras conductas vienen de nuestro corazón:

“Del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19)

Y también nos muestra que hay una relación entre un buen fruto y un buen árbol, y un mal fruto con un mal árbol.  Es decir, que un buen comportamiento sale de un buen corazón y el mal comportamiento sale de un corazón malo (Lucas 6: 45).

Esto significa que para efectuar cambios duraderos en nuestra forma de vivir, el cambio debe ocurrir primero en el corazón.

El termino corazón es descrito por la Biblia como más que sentimientos. Generalmente se refiere a toda la vida interior del hombre, incluyendo sus pensamientos y actitudes, “las intenciones del corazón”.

Por lo tanto, cuando la Biblia habla de cambio de corazón, está hablando de un cambio de sentimientos, deseos, creencias, expectativas, pensamientos y actitudes.

Esto solo lo podemos definir como “Una transformación sobrenatural”

  • Cristo y Nuestras Emociones:

Esa transformación sobrenatural solo puede  ocurrir en nuestro corazón cuando Cristo toma el señorío de nuestra vida, y entonces Dios promete afectar nuestras motivaciones haciendo lo siguiente:

Ezequiel 36:25-27 “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 

Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 

Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.”

El texto bíblico nos indica que las motivaciones del hombre varían de acuerdo a la condición del corazón en relación a Dios. No todos los seres humanos estamos en la misma condición Hay motivaciones distintas de acuerdo al conocimiento que tengamos de Dios.

Si nos encontramos en una condición caída, en una vida sin Dios, no podemos tener un corazón que pueda entender y tampoco una vida cuyas emociones sean gobernadas

Pero si ya estamos reconciliados con Dios  por medio de Cristo, si tenemos un corazón  nuevo para creer, entonces ya no estamos muertos en nuestros delitos y pecados, ya podemos someter nuestras emociones al Señorío de Cristo.

  • Perfección de las emociones en la mujer cristiana:

Debemos recordar que, en su estado original, en los inicios de la creación, Adán y Eva hacían todo desde un corazón puro y en perfecta armonía con Dios, estaban motivados por Dios y deseaban agradar a Dios.

De manera que todas las emociones, sentimientos, pensamientos y deseos de Adán y Eva no eran destructivos, no causaban guerras, pleitos ni descensiones. No existía ni el machismo ni el feminismo, ellos podían tener una relación armónica entre ellos, hacia Dios y hacia la naturaleza. ¡Sus emociones no les destruían¡

Ellos podían glorificar a Dios y gozar de Su presencia, y es este el propósito fundamental de todo hombre y mujer en esta creación y en la venidera. Para esto fuimos creados, y es esto lo que le da sentido a nuestra vida.

Nuestras emociones y sentimientos en sí mismas no son malas, lo que es malo, es lo que las motiva, es decir, el propósito con el cual echamos andar y dirigimos nuestros sentimientos para impulsar nuestro comportamiento.

De manera entonces, que si hay tristeza o alegría, lágrimas o carcajadas, dolor o gozo, o cualquier tipo de emoción en nuestra vida, esto sea originado por un comportamiento que agrada u ofende al Dios maravilloso que nos eligió desde antes de la fundación del mundo.

Perdamos el sueño, enojemonos mucho, sintamonos muy tristes cuando hayamos hecho algo que ofendió al Dios santo, cuando nuestro esposo, hijos y demás familia, hacen algo que ofende al Dios amoroso y lleno de misericordia que guarda cada uno de nuestros días.

Y sintamonos gozosas, llenas de vida, inundadas de felicidad, si nuestros días se presentan como olor fragante delante de Dios. Si estamos llevando vidas transformadas por la Palabra, que dan testimonio de un Dios que cambia vidas.

Conclusión:

En Conclusión podemos decir:

Las emociones nos destruyen:
  • Nuestras emociones nos destruyen cuando las dejamos sobrepasar los límites que tolera nuestro cuerpo.
  • Nuestras emociones nos destruyen cuando las dejamos dominar nuestro corazón y controlan nuestro pensamiento.
  • Nuestras emociones nos destruyen cuando nos impulsan a actuar fuera del mandamiento de Dios: odio, venganza, ira, resentimiento, amargura, etc.
Las emociones nos ayudan:
  • Nuestras emociones nos ayudan cuando nos permiten reaccionar positivamente ante aquello que amenaza nuestra vida física.
  • Nuestras emociones nos ayudan cuando No toman control de nuestro pensamiento, de nuestro corazón y de nuestra conducta.
  • Nuestras emociones nos ayudan cuando nos permiten reflejar el carácter de Cristo en nosotros.
  • Nuestras emociones nos ayudan cuando son el fruto de la obra del Espíritu Santo en nosotras: amamos, perdonamos, reflejamos paz, gozo, templanza, mansedumbre.

Las emociones deben llevarnos a ser mujeres ataviadas con “el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:4)

Que en todo lo que hagamos, podamos Glorificar a nuestro Creador!!