Una Oración Perseverante Por La Gracia Transformadora, es la oración que Jacob hizo cuando lucho con el ángel

Fue una oración como nunca antes había hecho Jacob! Un hombre acostumbrado a luchar en sus propias fuerzas, muy poco había dependido de la gracia divina.

Normalmente pensamos que la oración al Señor, solamente consiste en exponer nuestra causa y pedir el pronto auxilio.

Pero la verdadera oración que nos lleva a una profunda comunión con el Señor y que crea en nosotros un corazón nuevo, es la oración que clama por una gracia transformadora.

Una oración perseverante por la gracia transformadora

Mucho luchamos queriendo ser diferentes, queriendo cambiar nuestras condiciones de vida, pero sentimos que es imposible ¡No podemos cambiar¡

¿Por qué? Porque no hay hombre alguno que tenga la capacidad ni de cambiarse a sí mismo, ni de cambiar a los demás.

Ese poder transformador solo proviene de Dios, y de allí la necesidad de clamar, persistentemente, porque la gracia que transforma, nos alcance.

  1. La oración perseverante por la gracia ¡Toda una lucha¡

Encontramos a un Jacob que lucha, y persevera en oración y suplica.

Génesis 32:22-23  Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.

Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía.

Sabiendo que va a enfrentarse con su hermano Esaú, y que tiene una deuda pendiente con él, y que posiblemente haya un enfrentamiento,

Jacob decide pasar por delante a toda su familia, y quedarse él solo, con el propósito de tener un tiempo a solas con Dios

Estaba viviendo un tiempo difícil, y Jacob se encontraba cansado de tanto luchar, necesitaba encontrar nuevas fuerzas

Y en esa necesidad, Jacob decide refugiarse en Dios, buscarle, ya no decidir por sí mismo, sino según la Voluntad de Dios.

Justamente esto es lo que le sucede al cristiano que vive en independencia de Dios.

Cuando creemos en Dios, pero hacemos las cosas a nuestra manera y según nuestra voluntad, siempre nos producirá, un alma cargada y agobiada.

  1. La necesidad de una oración perseverante por la gracia.

Génesis 32:24-25  Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

Estando a solas con Dios, comenzamos a luchar con Él¡ luchamos contra la voluntad divina, queriendo imponer nuestra voluntad

Pasamos largas horas buscando esa comunión con Dios “hasta que raya el alba” velando  y orando, pero no encontramos la respuesta,

Oración perseverante por la gracia transformadora

Hasta que llega el punto, en el que Dios mismo nos debilita, para hacernos caer en la cuenta, de que estamos frente al Dios Omnipotente.

  1. La necesidad de pedir ardientemente la bendición divina.

Génesis 32:26  Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.

No estamos dispuestos a soltar nuestro clamor, hasta que creemos haber recibido la bendición que tanto anhelamos,

Pero se nos olvida que toda petición de bendición se acompaña de rendición, obediencia, santidad y gloria divina.

  1. La necesidad de la gracia al reconocer la miseria humana.

Génesis 32:27  Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

¿Cuántas veces nos presentamos delante de Dios creyéndonos merecedores de toda clase de bendición?

Y ¿Cuántas veces hemos pensado que Dios existe para satisfacer mis necesidades? ¡Nos confundimos mucho¡

Se nos olvida que Dios es nuestro Creador, que nosotros existimos por Él, y que nosotros no hemos creado a Dios.

Es necesario que Dios nos confronte para que lo podamos entender, y es entonces cuando el Ángel de Jehová pregunta a Jacob ¿Cuál es tu nombre?

Era necesario que Jacob reconociera quién era él, un mentiroso, un engañador, un usurpador

Porque solamente así, podría reconocer cuán necesitado estaba de la gracia transformadora de Dios

La bendición no solo es “Señor sálvame de mis dificultades” “dame salud, prosperidad, devuélveme a mi conyugue o a mi hijo”

¡No¡ nuestra verdadera necesidad va más allá de mis conflictos emocionales o materiales,

Nuestra verdadera necesidad es que la misericordia de Dios nos alcance y nos dé un nuevo corazón, una vida nueva, una vida transformada

Y esto solo es posible, si reconocemos nuestra propia condición de miseria, de inmerecedores, para poder degustar de la gracia.

  1. La bendición fruto de una oración perseverante por la gracia divina

Cuando pides fervientemente porque  la Gracia divina te cubra, no hay duda que el Señor te bendice. “Transformándote”

Génesis 32:28-29  Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob,(B) sino Israel;[b] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Es hasta que Jacob reconoce su verdadera naturaleza pecadora y destructiva, que Dios le bendice, de manera tal que ya no será nunca más “Jacob”

Dios nos cambia el nombre, nos cambia el corazón y nos cambia la vida, de manera que, a partir de nuestro verdadero encuentro con Él, somos nuevas criaturas.

La oración que cambia vidas

Y a partir de allí, comenzamos a degustar de la verdadera bendición divina, comenzamos a tener una vida nueva y abundante.

  • La oración que deja de fuera la gracia:

Lucas 18:9-12  A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:

Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.

El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres,

ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;

ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

Muchas veces nos encontramos orando como este fariseo. Al igual que él pensamos que No tenemos nada que pedir,

Sino que presentamos ante el Señor una larga lista de buenas obras. Y hacemos esto, porque creemos que con ello hacemos méritos delante de Dios

Y que por toda esa lista de buenas obras, creemos que es apropiado, de parte de Dios, que nos dé las gracias por todo lo que nosotros hemos hecho en Su servicio.

No podemos menos que calificar  la oración del fariseo como una oración arrogante, altiva e insensata

¿Acaso no es arrogante que el hombre se atreva a acercarse a su Creador como si en el Paraíso no hubiera sucedido nada?

El hombre es una criatura caída, ¡y esto es algo terrible! Pero es mucho más terrible cuando desconocemos nuestro estado caído

Y con tal desconocimiento, nunca lamentemos el profundo abismo que resultó de esa caída en el Edén

  • La confusión de la aparente bondad del hombre

El fariseo del relato bíblico, confundía su soberbia con la verdadera piedad, está tan centrado en sí mismo, que es incapaz de ver

Los fariseos creían servir a Dios, creían ser fieles a Él  y a su Palabra, y se creían seres superiores y santificados.

Pero el fariseo vive profundamente dentro de nosotros, y parece ser tan fiel y piadoso que difícilmente lo distinguimos.

No hay un estado más desesperado que no tener conciencia de pecado, y es mucho más crítico cuando esto acontece dentro de la iglesia del Señor

¿Cómo podemos comparecer delante del Señor con nuestra propia justicia? Sí aún nuestras buenas obras son trapos de inmundicia, dicen las Escrituras.

Las buenas obras, siempre han de ser fruto de la fe, la gratitud y la adoración a nuestro Señor

  • La oración perseverante por la gracia divina

Lucas 18:13-14 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.

Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.(A)

Una hermosa oración que muchos de nosotros debemos aprender hacer¡!

«Dios, sé propicio a mí, pecador» es la oración con la que clamaba el publicano, reconociendo su condición caída

En el original griego, este publicado está diciendo en realidad: «Oh Dios, sé misericordioso para mí el pecador».

¿Quién es el pecador? ¡El hombre¡ por sí mismo elige pecar, transgrediendo la ley de Dios

Una oración pidiendo gracia nunca ha sido rechazada. El publicano experimentó esto, porque fue a su casa justificado.

  1. ¿Qué significa una oración perseverante por gracia?

La lección aquí, en esta parábola, es que en último término, hay solo una cosa por la que deberíamos orar: por la gracia. ¿Ha venido esto a ser tu oración?

La Gracia capaz de transformar

Podríamos decir ¡Qué oración más breve! Pero para el Señor No es demasiado breve, porque una oración pidiendo gracia, va siempre acompañada de un corazón quebrantado.

  • Significa reconocer el juicio de Dios

Pedir gracia incluye el reconocimiento del justo juicio de Dios y el reconocimiento de nuestro propio estado de perdición.

Significa que reconocemos que Dios es juez de todo hombre y que nosotros por nuestro pecado, estamos sujetos a su juicio

Nuestro pecado nos hace culpables y merecedores de juicio. Y si no podemos pagar por nuestra transgresión, entonces merecemos ser condenados

Y sabemos que el precio del pecado es muerte, y el precio de la salvación es la sangre de Cristo.

  • Significa reconocer que Dios es justo

Orar pidiendo gracia sobre nuestra vida significa, que estamos de acuerdo con la justicia de Dios y confirmamos nuestra sentencia, aun si se rechazase nuestro ruego.

Dios es justo y no dejará sin castigo al pecador, a menos que se presente delante de Él un corazón quebrantado reconociendo su miseria

Y este corazón quebrantado solo puede ser fruto de la obra de gracia de Dios, que nos da un corazón nuevo para poder arrepentirnos.

  • Significa reconocer al Dios soberano y misericordioso

Orar por gracia significa también, entregarse a la soberanía de Dios y descansar a la vez en la misericordia de Dios.

Es comprender que tenemos un Dios por sobre todas las cosas, que hace cuanto quiere con quien él quiere, pero que todo lo que hace es bueno y santo

Y que en su perfecta voluntad, encontraremos la misericordia anhelada, para no recibir el castigo que merecemos y gozar de la gracia

  • Significa dar Gloria a Dios:

Una oración perseverante, que clama por gracia, glorifica a Dios y es cosa grata para el Señor cuando un hombre caído reconoce su caída delante del trono santo.

Es cosa grata para el Señor cuando un hijo o hija prodigo rehace su camino. Sí, el Señor espera a este hijo o a esta hija.

Cuando un hijo prodigo está lejos y no se atreve a levantar la vista, no puede ver que hay un Salvador y que está esperando para pagar esa deuda impagable.

Si nos consideramos ese pecador, debemos gozarnos en la gracia divina y tomar ánimos sabiendo que seremos rescatados de nuestra miseria.

  1. Bendiciones recibidas de una oración perseverante por gracia transformadora

Cuando aprendemos a orar pidiendo gracia y misericordia al Dios de los cielos y la tierra, al Todopoderoso, es imposible no ver la bendición.

  • Esta oración nos hace libres:

Y en el relato bíblico comprobamos como el alma de Jacob fue librada.

Génesis 32:30  Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[c] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

Jacob fue libre de toda culpa, de toda acusación por todo el pecado que había cometido contra su padre, su hermano, su suegro y toda su familia.

En ese momento Jacob, pudo levantar un altar a Dios y sentirse libre para cumplir con su cometido,

Su alma tuvo paz, porque descanso en la soberanía y misericordia de Dios, sabiendo que Él tiene el control sobre toda nuestra realidad

  • La oración por gracia nos marca:

Y vemos como Dios marco a Jacob con su gracia.

Génesis 32:31-32  Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.

 Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo;

porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

De esta realidad de Jacob, se desprende una lección espiritual saludable para todo creyente:

Aprendemos la urgente necesidad de persistir en la oración, de no abandonar ni cansarnos, de no desmayar.

Oración perseverante por gracia transformadora

Y de pedir ardientemente la bendición divina, sabiendo que la recibiremos si reconocemos nuestra condición y la grandeza de nuestro Dios

No olvidemos la nulidad de los esfuerzos humanos sin esa bendición divina y de vislumbrar la maravillosa acción transformadora del Dios que hace de un «Jacob» un «Israel».

Jacob es comparable al «viejo hombre» de la experiencia cristiana; Israel al «hombre nuevo» recreado a imagen de Jesucristo.[1]

Conclusión:

La oración perseverante clamando esa gracia transformadora es una oración que nace de un corazón quebrantado y humillado delante de Dios.

Es una oración que va más allá de las peticiones por necesidades materiales o físicas, que son temporales en este peregrinaje

Y es una oración que no puede menos que exaltar al Dios de nuestra salvación, simplemente porque Él es Dios y nosotros sus criaturas.

 

 

 

 

[1] Trenchard, E., & Martínez, J. M. (1998). El libro de Génesis (p. 226). Grand Rapids, MI: Centro Evangélico de Formación Bíblica.