¿A quienes Debemos Incluir En Nuestras Oraciones? ¿A nuestros seres amados? ¿A los afligidos y desesperados? ¿A los perseguidos y abandonados? ¿A los huérfanos y a las viudas? ¿A los que están bien para que les vaya mejor? ¿Oramos por el perfeccionamiento de los santos?

 

Introducción:

¿Cuál es tu petición?, ¿Usualmente, Por qué oramos? Al responder estas preguntas nos comenzamos a dar cuenta que solo se ora por los problemas que enfrentamos a diario, solo oramos para pedir ayuda y socorro para nuestras situaciones cotidianas y temporales

Pero, difícilmente nos encontramos orando para pedir la madurez espiritual que nos haga crecer en nuestro conocimiento de Dios y de su Voluntad,

Tampoco hemos aprendido a orar por los demás, por aquellos que no son nuestra familia de sangre, y mucho menos por aquellos a quienes les van bien las cosas.

Es decir, orar para que Dios cubra a los que van bien. Si  oramos por los desesperados, afligidos y perseguidos, pero Pablo nos enseña a orar por los que van bien para que caminen mejor. Nos enseña a orar por el perfeccionamiento de los santos

Debemos comprender que Orar es poner todo en relación con Dios. Ver a la gente a la luz de Dios, todo en comunión con Dios, actitud consciente de Dios, es llevar a las personas al cielo y ponerlas delante de Dios 

Colosenses 1:9-11  Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;

Nos hemos de dar cuenta que hay dos medios de gracia por los cuales los cristianos alcanzan la madures espiritual:

  • Palabra
  • Y oración

Ambos medios nos conducen a la madurez espiritual.

 2 Timoteo 3:16-17  Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,

A  fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Colosenses 4:12  Os saluda Epafras,(H) el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.

Vemos en Epafras una oración incesante, sin parar. Cada vez que ora, ora por los colosenses. Pero su oración es especial, es diferente y debe llamarnos la atención.

¿Por qué cosas pedía Pablo por los Colosenses? ¿Estaba Pablo pensando en el perfeccionamiento de los santos de colosas?

Colosenses 1:9  Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

(BAD)  Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de orar por vosotros. Pedimos que Dios os haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual,

Vemos que su oración incesante era, para que los cristianos de Colosas, fueran llenos[1] :

  • Del conocimiento de su voluntad
  • De toda sabiduría
  • E inteligencia espiritual.

Es hermoso cuando comprendemos la profundidad de las palabras de Pablo, cuando habla de “ser llenos”. Esta diciendo, que será el conocimiento de Dios, la Voluntad de Dios, la sabiduría de Dios la que tomará el control de la vida del cristiano

Y comprendemos que todo aquello que llena el corazón del hombre, es lo que toma el control de su vida. De manera que lo que te llena es lo que te controla. Es lo que determina y dirige nuestra vida.

Hechos 6:5  Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;

Un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, ha de ser un hombre controlado completamente por Dios, un hombre o mujer en quien se puede delegar la tarea de la obra de Dios.

Al hablar de ser llenos del “Conocimiento de Dios”: Nos está diciendo que ese conocimiento debe llenar nuestra vida para estar bajo el control de Dios, para hacer su Voluntad y entender que es Él la fuente de toda sabiduría y conocimiento:

Colosenses 2:3  en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

Solamente en Dios y su Palabra podremos crecer en conocimiento y llegar a ser hombres y mujeres sabios, para dirigirnos, para guiar a otros, para establecer prioridades y caminar en la senda de Verdad

Colosenses 3:9-10  No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre(B) con sus hechos,

Y revestido del nuevo,(C) el cual conforme a la imagen del que lo creó(D) se va renovando hasta el conocimiento pleno,

No podemos crecer en conocimiento de manera instantánea. El convertirnos a la vida cristiana nos hará crecer en un proceso que dura toda la vida, de manera que la transformación es lenta pero segura. Y un día llegaremos al conocimiento pleno¡¡

En el Perfeccionamiento de los Santos, necesitamos ayuda.

Efesios 4:13-14  hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,

En algún momento podremos sentir que no avanzamos, que no logramos caminar según la demanda de la Palabra, pero el apóstol Pablo nos exhorta a no desmayar, de manera que no “seamos como niños fluctuantesfáciles de engañar.

 

Que debemos hacer para  alcanzar el Perfeccionamiento de los santos.

Ese perfeccionamiento solo es posible si llegamos al Conocimiento de su Voluntad. Y no solo para conocerla, sino para hacerla, para obedecerla, para rendir nuestra voluntad a la Voluntad divina.

El mejor ejemplo de esta búsqueda lo encontramos en el Señor Jesús que siempre expreso sometimiento al Padre. Siempre le oímos decir: “No se haga mi voluntad sino la tuya”, “Padre nuestro hágase tu voluntad”,

De manera que es la voluntad divina la que debe gobernar todo. Esto solo es posible cuando logramos comprender que nuestra voluntad es egocéntrica, y necia, y siempre lo terminamos destruyendo todo.

Queremos hacer bien, pero siempre hacemos mal. Queremos amar, pero siempre lastimamos y creamos cicatrices que duran toda la vida. Queremos caminar derecho, pero siempre terminamos caminando torcido.

Y en el mucho querer de “nuestra voluntad” nos vamos perdiendo hasta no encontrar la salida. De manera entonces, que debemos dejar a un lado nuestra voluntad, para buscar y hacer la de nuestro Dios.

Alcanzar hacer la Voluntad de Dios nos lleva a una vida que es agradable a Él y que impide que nos destruyamos a nosotros mismos, que nos alejemos de nuestro Creador y que lastimemos a nuestro prójimo.

Colosenses 1:10  para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

El conocimiento de Dios y su voluntad precede, a la vida que agrada a Dios. No le podemos agradar, si antes no le conocemos a Él y comprendemos su perfecta y soberana Voluntad.

¿Cómo sus santos se Perfeccionaran, si no  hay quien les enseñe?

2 Crónicas 15:3-6  Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñara, y sin ley;

Pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos.

En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras.

 Y una gente destruía a otra, y una ciudad a otra ciudad; porque Dios los turbó con toda clase de calamidades.

Cuando no tenemos un sacerdote que nos enseñe,  y que nos enseñe bien, que nos enseñe una sana doctrina, una Palabra apegada a la Verdad de Dios, no hay duda que viviremos en tribulación y angustia.

Como bien dice la Palabra “no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras”. Es la enseñanza de su Palabra la que nos permite conocerle.

Es la enseñanza de su Palabra la que nos permite discernir su Voluntad, y es el conocimiento de su Palabra la que nos transforma el entendimiento y nos cambia el corazón de manera tal, que podemos obedecerle solo a Él.

¿Habrá Perfección en los santos de Dios, si se desecha el conocimiento?

Oseas 4:6  Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Solamente el conocimiento de Dios hace sabio al hombre. Solamente el conocimiento de Dios nos permite ver el pecado, conocer su poder destructor y que tan lejos nos lleva de la voluntad de Dios.

Efesios 4:18  teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

Jamás alcanzaremos perfección alguna, lejos del conocimiento de Dios. Jamás podremos crecer en nuestra vida cristiana si menospreciamos el conocimiento de su Palabra. Es su Palabra la que nos transforma en verdaderos hijos de Dios.

Como los santos de Dios, podemos obtener ese conocimiento para perfeccionarnos en Él:

Juan 7:16-18  Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.

El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.

El conocimiento de Dios no puede provenir de hombre alguno, tampoco ese conocimiento nos llevara a vanagloriarnos, a buscar gloria personal, y tampoco ese conocimiento se levantará sobre una falsa doctrina.

De manera que para obtener el conocimiento de Dios, tendremos que poder identificar y discernir entre lo que escuchamos, si “la doctrina es de Dioso lo que escuchamos es “de propia cuenta” del predicador.

Así que, debemos pedirle a Dios, que nos de la sabiduría y la voluntad para conocer la verdadera doctrina.

  1. Desarrollemos la voluntad de conocer la doctrina de Dios.

2 Crónicas 1:10-12  Dame ahora sabiduría y ciencia (Conocimiento), para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?

Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey,

Sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti.

No podemos olvidar el papel del Espíritu Santo llevándonos al conocimiento de la verdad de Dios. Él fue dejado, por Jesucristo y por el Padre, justo para recordarnos todas las cosas que Él nos enseño.

Juan 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

2. Desear estudiar la Palabra de Dios.

Pidámosle al Señor que ponga en nuestro corazón un deseo ferviente por estudiar a profundidad, y de manera sistemática, su Palabra, y a través de ese estudio ir conociendo su Voluntad.

Cuando ese conocimiento de la Voluntad de Dios llena todo nuestro ser, como resultado tendremos, a Cristo mismo controlando nuestra vida

Colosenses 1:9  Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

La Sabiduría tiene un concepto amplio, pues involucra todas las formas y principios que necesitamos para aplicar correctamente el conocimiento adquirido. La Sabiduría es la verdad de Dios  aplicada a mi vida,

La sabiduría consiste en implementar la verdad de Dios. En cada situación vivida, en cada decisión a tomar, en cada consejo a compartir, aplicar la Verdad aprendida.

3. Desarrollar dominio propio.

Es decir, que nuestra mente sí importa. La vida cristiana no  consiste solamente en sentimientos y emociones, que son propias de nuestra alma. Pero Dios nos manda a que le amemos con toda nuestra mente también.

Debemos ejercer dominio propio para poder vivir como es digno del Señor, haciendo todo para su gloria, para agradarle solamente a Él

Colosenses 1:10  para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

Necesitamos dominio propio para llevar una vida de testimonio, no solo de buena intención o de mucho hablar “bonito”. Podemos convencer con nuestra forma de hablar, pero para llevar a otros a permanecer, solamente con nuestra forma de actuar.

Romanos 10:2-3  Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.

Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;

(DHH C* 2002*)  En favor suyo puedo decir que tienen un gran deseo de servir a Dios; solo que ese deseo no está basado en el verdadero conocimiento.

Muchas veces nuestro deseo de conocer y servir al Señor, se basa en las circunstancias que estamos viviendo, o en las emociones que nos envuelven en el momento, y no se basan en el verdadero conocimiento[2] de Dios, en el conocimiento de su Palabra.

Necesitamos dominio propio y valentía para pedir a otros que juzguen nuestras palabras o nuestra enseñanza. Para llevarles a considerar todo lo que escuchan conforme al verdadero conocimiento de Dios

1 Corintios 10:15  Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo.

Y necesitamos mucho amor por Dios y por nuestro prójimo, para orar sin cesar por la grey del Señor. Para orar por el crecimiento espiritual del pueblo de Dios. Para orar por el hambre y sed su Palabra.

El perfeccionamiento de los santos, del pueblo apartado para Dios, se da gracias al llamado de Dios, a su promesa de llevarnos a ser más parecidos a Él, y por la tarea de nosotros como iglesia.

Esa tarea de interceder de manera incesante porque todos lleguemos a la madurez espiritual, al conocimiento correcto de Dios, y a la capacidad de aplicar todo conocimiento en nuestra vida práctica, cotidiana y ministerial, con sabiduría.

Efesios 1:16 18 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,

Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,

Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

Alcanzar ese entendimiento de “las riquezas de la gloria de su herencia en los santossolo es posible, cuando nuestro corazón llega al punto de anhelar fervientemente el conocimiento de Dios.

El punto en el que comprendemos, que nuestro Dios lo es todo, lo llena todo, lo sostiene todo, lo determina todo. Cuando entendemos que en el amor soberano de nuestro Dios está nuestra vida, nuestra realidad, nuestra esperanza.

Mateo 22:37  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.(F)

Ser llenos de todo conocimiento, significa entonces que llegamos a tener un conocimiento claro, que renueva la vida y transforma el corazón.

Conclusión:

Como pueblo escogido de Dios, apartado en santidad y para gloria de Él, no podemos menos que mantener una oración incesante por la vida del creyente, para que tengamos una vida de testimonio y proclamación.

Esa acción implica mantenernos orando por el perfeccionamiento de sus siervos y líderes en el ministerio. Una oración para que seamos llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual.

Una oración para que podamos andar como es digno del Señor, agradándole en todo. Siendo fieles a su Palabra en nuestro actuar y forma de vida. Llevando fruto en toda buena obra, fruto de la Gracia divina en nosotros.

Este tipo de oración ha de producir gozo en nuestros corazones, pues nos permitirá ver el crecimiento espiritual, haciéndonos aptos para trabajar en su obra, para buscar a los perdidos y llevar a buenas nuevas de salvación.

 

 

 

 

 

 

[1] Seáis llenos:  pleróo de G4134; hacer repleto, i.e. (literalmente) atiborrar (una red), rellenar (un hueco), o (figurativamente) proveer (o imbuir, difundir, influencia), satisfacer, ejercer (un oficio), terminar (un período o tarea), verificar (o coincidir con una predicción), etc.

[2] Conocimiento: epignosi (ἐπιγνώσις, G1922), relacionado con A, Nº 3, denota un conocimiento total, discernimiento, reconocimiento. Es forma intensificada del Nº 1, expresando un conocimiento más pleno, o un conocimiento pleno, una mayor participación por parte del conocedor en el objeto conocido, influenciándole más poderosamente. Sabiduría:

Sabiduría humana en asuntos espirituales. Inteligencia espiritual: Comprensión espiritual.