¡!Respóndeme pronto¡! Es nuestro clamor en tiempos de crisis. Y ese clamor lo elevamos al cielo, a lo más alto, al sublime Dios porque sentimos que desmayamos y que nuestro socorro no se encuentra justo en esta tierra. 

Introducción.

Los tiempos de crisis llegan a nuestras vidas, los enemigos y adversarios se levantan hacia nosotros estorbando nuestra relación con Dios, quitándonos la paz interna y creando conflicto en todas nuestras relaciones principales.

Hay ocasiones en que los problemas aparecen como de la nada, sin causa y cuando menos los esperamos, y nos hacen sentir vulnerables, frágiles, impotentes y sin salida.

El siguiente salmo es de David en el cual en medio de su dolorosa experiencia acude a buscar refugio en Dios. De él aprenderemos a conocer la respuesta de Dios y los anhelos de nuestra alma en esos tiempos de crisis.

1. En tiempos de crisis, Dios puede responderte con Palabras y con acciones.

Salmo 143:1   Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.

DHH Señor, escucha mi oración; pon atención a mi súplica. ¡Respóndeme, pues tú eres justo y fiel!

El apóstol Pablo, dice la escritura, tenía un aguijón en la carne, algo muy doloroso pero necesario según Dios, y había orado tres veces al Señor para que se lo quitara y Dios le responde con una Palabra que queda gravada en nuestra mente:

Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en tu debilidad” Ante tal respuesta, se termina la queja de Pablo y ese aguijón tan doloroso en su carnes, se convierte en gozo para él,” me gloria más bien en mis debilidades” 2 Corintios 12:8-10

Habrá otras ocasiones de crisis y sufrimiento en nuestra vida, donde la respuesta viene a través de las acciones de Dios como es el caso, cuando Israel será liberado de sus opresores egipcios.

En este tiempo de opresión para el pueblo de Dios, se llega a un punto de encrucijada y milagrosamente Dios abre un camino amplio en medio del mar para salvar a su pueblo y matar a sus adversarios Éxodo 14:6

Entonces, podemos ver que  la crisis siempre nos lleva a buscar ayuda. Casi siempre la empezamos a buscar en nuestra propia inteligencia, en nuestros recursos y capacidades, o en otras personas, hasta que nos damos cuenta, que esa ayuda No está allí.

La ayuda verdaderamente efectiva para nuestras diferentes crisis siempre la tenemos en Dios, el cual  oye y escucha nuestras oraciones y ruegos y en su misericordia responde con el pronto auxilio tal como lo expresa el salmista

“Salmo 46:1  Dios es nuestro amparo y fortaleza,  Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”

2. En tiempos de crisis debemos apelar a la gracia divina.

Salmo 143:2  Y no entres en juicio con tu siervo;  Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.(A)

La única manera de presentarse delante de Dios es por medio de Cristo, Él es el único mediador entre Dios y su pueblo, es el único que puede justificarnos delante del Padre, y con ello, estar libres de toda culpa y acusación.

Por sus méritos es que podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia para recibir gracia y misericordia para el oportuno socorro. Por los méritos de Cristo es que podemos ser vistos como hijos y encontrarnos con un Padre, y no con un juez!!

De manera entonces, que cuando vivimos esos tiempos de crisis es en vano querer justificarnos delante de Dios, negando nuestra culpa, o culpando a otros por todo lo que vivimos. Como dice el salmista “ningún ser humano podrá justificarse delante de Dios

Lo más sabio, siempre será clamar para que nuestro Dios “no entre en juicio contra nosotros” y si somos hijos, tenemos la certeza plena que no será así. Pero también tenemos la certeza, de que su advertencia hacia nuestra desobediencia se efectuará.

Es entonces cuando nuestro clamor ha de ser “ten misericordia de mí oh Señor”, para no recibir el justo castigo que merecemos, sino por el contrario, encontrar en Él su gracia preciosa que nos sostiene en esos tiempos de angustia.

3. En tiempos de crisis, reconozcamos la causa de nuestra gran necesidad.

Salmo 143:3-4  Porque ha perseguido el enemigo mi alma; Ha postrado en tierra mi vida; Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.  Y mi espíritu se angustió dentro de mí;  Está desolado mi corazón.

(BAD)  Ya no me queda aliento; dentro de mí siento paralizado el corazón.

Comprendamos que la palabra “Perseguir” significa: Correr detrás de uno con la intención de hacernos grave daño. Así lo vemos en el caso de Saúl y David. Saúl perseguía  a David con la intensión de quitarle la vida.

Podemos ver el resultado de la persecución que sufría el salmista:

  • Esa crisis ha Postrado en tierra tu vida:

Nuestro enemigo quiere hacernos “morder el polvo”, estrellarnos contra el suelo, aplastarnos, en base a la mentira, la calumnia, la intimidación.

  • Te ha hecho Habitar en tinieblas como los muertos:

Hay un grave peligro de muerte. Sientes que vas a morir, que ya se decretó sentencia de muerte para tu vida. Huyes, buscas escapar, encontrar un refugio seguro, pero esas “tinieblas de muertossiguen presentes, te persiguen.

  • Perdiste la fuerza para enfrentar, para pelear por tu causa

Esa crisis mantiene nuestra alma angustiada: (BAD)  “Ya no me queda aliento; dentro de mí siento paralizado el corazón.” No hay forma de encontrar paz, de respirar profundamente y sentir que podemos hacer una pausa en ese tiempo difícil

Sentimos el Corazón desolado, es decir, lleno de pavor, ruina, desbastado, destruido. Sin aliento ni esperanza. Esta es la sensación de una crisis profunda en la que no hay poder humano que nos pueda rescatar.

En este punto, hemos reconocido la causa de nuestra gran necesidad, del por qué de mi clamor, y nos damos cuenta de cuan necesitados estamos de la ayuda divina, del poder sin límites de nuestro Dios, ¡el único que nos podrá salvar¡

4. Recuerda la obra maravillosa de Dios en el pasado eso fortalecerá tu fe.

La meditación en la obra de Dios en el pasado es importante para que nuestra mente no olvide y nuestro corazón se fortalezca en fe, sabiendo que si Dios ha actuado de manera tan maravillosa y sobrenatural antes, hoy también podrá hacerlo.

Salmo 143:5  Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras;  Reflexionaba en las obras de tus manos.

Seguramente Dios ha obrado en tu vida de muchas maneras, en muchas circunstancias, y tenemos el testimonio claro de su mano extendida hacia nosotros, de su favor derramado sobre nuestras vidas.

Entonces, nos es necesario hacer memoria de sus misericordias, de sus bondades, de su providencia; es importante para fortalecer nuestra fe, recuerda primeramente de donde Dios te saco, y de las cosas  de las que te ha librado.

Salmo 40:2  Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;  Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Tenemos un problema y es muy grande: somos dados a olvidar muy pronto la obra de Dios en nosotros, y lo más triste es que algunas veces no hemos entendido que fue Dios quien llevo a cabo aquella acción que nos sorprendió y se la atribuimos a otras causas.

Jamás olvidemos el favor de Dios, su actuar en oportuno socorro. No olvidemos esa sensación de gratitud y admiración cuando nuestros ojos vieron claramente su mano en derredor nuestro. No olvidemos que hemos visto a Dios tan cerca nuestro!!

5. En tiempos de crisis, no tengamos miedo de extender nuestra mano a Dios.

En medio de tu desierto, de la gran tempestad o de la intensidad del fuego en ese horno de la prueba, no tengas miedo de extender tus manos hacia el Dios de gracia y misericordia

Salmo 143:6  Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah

6. En los tiempos de crisis No te canses de suplicar a Dios,

La súplica es urgente. Y entendamos claramente “súplica”, no exigencia, ni demanda, ni pretender “doblarle el brazo a Dios”. Él no es un Dios a nuestro servicio!¡ somos las criaturas y Él, el creador. Entonces, le suplicamos su favor.

Salmo 143:7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu;  No escondas de mí tu rostro,  No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.

A más grave la situación, tanto más ferviente la oración; mayor crisis es sinónimo de una oración más profunda y sincera, pero algunas veces cuando la situación se agrava hacemos lo contrario desistimos en orar,

Dejamos de perseverar en la búsqueda de la comunión con Dios y como consecuencia el dolor se agrava ya que orar significa que Él es Dios en toda su plenitud y nosotros criatura, ovejas indefensas necesitadas de la protección, la guianza, el sustento de nuestro gran Pastor y Señor Jesucristo.

7. Ante la crisis pidamos la dirección de Dios.

Estamos en crisis cuando ante un suceso o circunstancia perdemos el equilibrio, no podemos sostenernos en pie, producen depresión, sensación de fracaso, de derrota, vienen frases como “lo he intentado todo y nada resulta”,

Esto lleva a muchas personas a buscar falsas soluciones “válvulas de escape”, como el alcoholismo, las drogas, la violencia, la apatía, o dormir y dormir y querer dormir más. Esto es un escape que más agrava  el problema.

Pero sucede también algo positivo, despierta en nosotros una necesidad de ayuda urgente”, Un grito de auxilio diciendo “ayúdenme”, y una urgente necesidad en la que quisiéramos gritar aun más fuertehay alguien que pueda ayudarme

Entonces es cuando escuchamos una respuesta afirmativa ante esta suplica ¡¡¡Dios puede ayudarte, su Palabra puede darte sabia dirección!!! y eso es lo que está pidiendo el salmista “Dirección

  • Hazme saber el camino por donde andar

Salmo 143:8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,  Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande,  Porque a ti he elevado mi alma.

Para algunos cada día es una angustia nueva; y hay personas que a medida que se acerca la noche la angustia se intensifica, y necesitan oír misericordia en vez de malas noticias.

Hazme saber el camino”, porque solos no lo podemos encontrar. Probablemente ya hemos agotado todos nuestros recursos, y nos vemos parados allí en el mismo lugar, en la misma situación,  con la angustia de no ver la salida

La maravillosa noticia es que Dios siempre tiene una salida, y milagrosamente, esa salida es amplia y espaciosa en la cual podremos caminar confiados y seguros, descansando en la certeza plena de que Él tiene el control y que nos llevara por un camino seguro.

Por su misericordia no hay situación en la que Dios no provea un camino de salvación, como lo expresa Pablo “al único y sabio Dios se la gloria por los siglos de los siglos

  • Se refugia en Dios.

Salmo 143:9  Líbrame de mis enemigos, oh Jehová;  En ti me refugio.

Y comprendemos la palabra “Refugio” como: Encubrir, guardar, un lugar seguro. Esto nos recuerda un salmo muy citado por el pueblo evangélico:

Salmo 91:1-2 El que habita al abrigo del Altísimo  Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;  Mi Dios, en quien confiaré.

  • Pide a Dios que le enseñe a hacer su voluntad.

Salmo 143:10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;  Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.

Enséñame a hacer tu voluntad y no la mía, porque tu voluntad es buena, es santa, es perfecta y la mía es imperfecta, y podría estropearlo todo, podría entorpecer tu maravilloso plan, podría llevarme nuevamente a una crisis

  • Pide la guianza del Espíritu Santo

Para poder vivir en la voluntad de Dios se necesita la guianza del Espiritu Santo.

Salmo 143:10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;  Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.

Pero la buena voluntad de Dios no podemos ni entenderla ni llevarla a la práctica por nosotros mismos, necesitamos la guianza del Espíritu Santo.

Él nos guiara a la Verdad, en el momento de crisis trae palabra a nuestra vida, y pone palabras de sabiduría en nuestra boca y nos da el querer y el hacer para llevar a cabo la voluntad divina.

8. En tiempos de crisis, conozcamos dónde se fundamenta nuestra petición

El fundamento de toda nuestra petición ha de ser el Nombre de Dios, su justicia y su misericordia.

Salmo 143:11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de angustia.

(BAD)  Por tu nombre, Señor, dame vida; por tu justicia, sácame de este aprieto.

(LBLA)  Por amor a tu nombre, SEÑOR, vivifícame; por tu justicia, saca mi alma de la angustia.

Nosotros clamamos, y la respuesta de Dios siempre será por amor a Su nombre. Él es “Emmanuel Dios con nosotros, Él es Señor de nuestra vida, por su nombre, su honor, su honra, su persona, nos dará vida.

Él es trascendente está por encima de todo y de todos, pero también es inmanente, es un Dios personal, mora en nuestros corazones. Estos son atributos de Dios perfectamente descritos en el libro de Isaías.

Isaías 57:15  Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.

Y en el versículo 12 encontramos una  oración imprecatoria, es decir, una oración para que Dios obre su justicia, sobre todos aquellos que se oponen a la realización de su obra.

Salmo 143:12  Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos,  Y destruirás a todos los adversarios de mi alma,  Porque yo soy tu siervo.

(BAD)  Por tu gran amor, destruye a mis enemigos; acaba con todos mis adversarios.¡Yo soy tu siervo!

  • La primer pregunta que nos podemos hacer es ¿Por qué orar así? Y la respuesta la encontramos sobre la base de la justicia y sabiduría de Dios,
  • Segundo, preguntémonos ¿Quién es mi enemigo? Y la respuesta es Alguien que te odia, alguien que te aborrece; alguien que busca tu destrucción
  • Y la tercer pregunta será  ¿Quién es mi adversario?, la respuesta es aquel que estorba tu relación con Dios, que te aflige, te angustia, intenta atarte, atribularte, encerrarte en un espacio estrecho, hostigarte y molestar.

Bíblicamente, la misericordia de Dios hacia la vida de sus siervos, sus hijos, los que en Él han creído, le aman y le sirven, se ha manifestado de diferentes maneras:

  • Unos han sido destruidos como el caso de Saúl, quien tuvo una muerte triste y humillante
  • A otros, el Señor les avergüenza, al no permitir que sus acciones detengan el testimonio de sus hijos y que el Nombre de Dios sea blasfemado.
  • Y a otros, gloriosamente los convierte como es el caso de Pablo, que de perseguidor de la iglesia, asesino de cristianos, lo convierte en apóstol de los gentiles, instrumento útil en las manos de Dios..
  1. La respuesta de Dios a nuestras crisis, nos debe llevar al compromiso.

Salmo 143:12  Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos,  Y destruirás a todos los adversarios de mi alma,  Porque yo soy tu siervo.

Jamás la respuesta de Dios, obrando el gran milagro de salvación en nuestra vida, sacándonos de las crisis profundas, nos llevara a abandonar al dador de los milagros.

Si la gracia y la misericordia de Dios nos han alcanzado, hemos saboreado su bondad y nos hemos gozado viendo su mano extendida hacia nosotros, lo menos que podemos hacer, es caer de rodillas reconociendo su grandeza y poder

Y al contemplar su grandeza, también contemplar nuestra pequeñez, reconociendo que Él es el Señor y nosotros sus siervos, que con alegría, gratitud y en un acto de adoración dedicaremos nuestra vida al servicio de su obra, con pasión y compromiso.

Conclusión:

Los tiempos de crisis siempre nos llevaran a reconocer que nosotros somos incapaces de enderezar las sendas torcidas, de encontrar la salida y de tener las fuerzas y la sabiduría para avanzar y salir del hoyo de la desesperación.

En las crisis debemos aprender a orar a Dios teniendo la seguridad que nos va a responder, acudiremos a la gracia divina para encontrar ayuda para el oportuno socorro y nos refugiaremos en Él y no el pecado y la debilidad producida por el temor, la duda y la vulnerabilidad humana

Y las respuestas de Dios a toda crisis vivida nos debe llevar a la gratitud y la adoración, al compromiso, al servicio y al conocimiento del obrar de Dios en la vida de sus hijos.