Batalla Por La Gran Comisión, porque anunciar el Evangelio de Jesucristo nunca ha sido fácil ni una tarea interiorizada en el corazón del creyente

¿Qué es la gran comisión? Es llevar a cabo la misión de Dios encomendada a la iglesia, es proclamar el Nombre de Dios a los perdidos,

Es afirmar que solo en Cristo hay salvación, es hacerle ver al pecador que él no puede salvarse a sí mismo, y que es un necesitado de la gracia divina

Pero esta gran misión va más allá de este maravilloso anuncio porque también demanda hacer discípulos y nuevos discípulos de Cristo

¿Hasta cuándo debemos cumplir con esta gran comisión? Hasta que Cristo venga, porque hasta entonces se habrá alcanzado a todos los elegidos del Padre

Sin embargo, la gran comisión debe hacerse en medio de este mundo caído, por lo tanto representa una batalla que la iglesia debe de librar,

¿Por qué es una batalla? Porque extender el reino de Dios aquí en la tierra significa una batalla contra el reino de las tinieblas que afecta todas las áreas de la vida

Entonces, esta batalla por cumplir con la gran comisión primeramente empieza con nosotros mismos, ya que probablemente mi “Yo” sea el mayor obstáculo para obedecer este mandato,

Segundo, obedecer la gran comisión implica una batalla contra el mundo de oscuridad, ya que ellos aman más las tinieblas que la luz,

Y tercero, obedecer esta misión de Dios, significa batallar contra Satanás, porque él sabe que la oscuridad retrocede en cada lugar donde su Palabra es anunciada y recibida por fe.

Si usted desea profundizar un poco más sobre la importancia de la proclamación del Evangelio, por favor visite Por Tanto Id Y Haced Discípulos !A Todas Las Naciones¡

Batalla Por La Gran Comisión

Mateo 28:18  Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

La victoria de Cristo nos capacita para llevar a cabo, en obediencia, la misión de Dios, y esto significa que No es en nuestras fuerzas

Sino que, en la autoridad de Cristo, ganada en la cruz del Calvario, ahora tenemos el poder para cumplir con la tarea encomendada a toda la iglesia

Mateo 28:19  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,(B) bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

No se nos pregunta si estamos dispuestos a ir, a obedecer o cumplir con la tarea, sino que ¡Se nos ordena hacerlo¡

Porque es el mismo Señor Jesucristo quien nos encomienda ¡Ir¡ y hacer discípulos, comenzando en nuestra propia familia

Pero teniendo claro, que la tarea no solo consiste en ir y predicar el Evangelio, sino que el mandato es ¡Hacer discípulos¡

Y esto significa, que cada cristiano debe esforzarse, en amor, en tiempo, en dedicación y paciencia, con cada nuevo creyente que llegue a la familia del Señor

De modo, que no solo se trata de llevar al incrédulo a proclamar una oración de fe que demuestre públicamente que ya es creyente

Sino que se trata, de enseñar a cada nuevo miembro de la iglesia a “guardar todas las cosas” que el Señor nos ha mandado

Mateo 28:20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Y solamente si hacemos lo que el Señor nos manda, cumpliendo en obediencia gozosa nuestra misión, entonces Él estará con nosotros todos los día ¡Hasta el fin del mundo¡

  1. Batalla por la gran comisión

Hechos 1:8  pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,

Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Existen dos cosas que son necesarias para poder llevar a cabo la gran comisión, tal como nos lo ha ordenado el Señor:

Primero: El cumplimiento de la misión demanda la predicación del verdadero Evangelio de Jesucristo

Aunque podemos cambiar la forma de presentar las buenas nuevas de salvación ¡Jamás debemos cambiar la esencia del mensaje¡

¿Cuál es el mensaje que debemos transmitir? Que todos los hombres estamos condenados en nuestros delitos y pecados, que necesitamos reconocer nuestro pecado y arrepentirnos

Y que ante esa triste realidad, todos los hombres necesitamos un Salvador que es Jesucristo, el único que puede reconciliarnos con Dios Padre.

Por tanto, la predicación del verdadero Evangelio es la primera condición que permite o abre las puertas para contar con el segundo elemento.

Segundo elemento necesario para cumplir con la gran comisión: Necesitamos el poder del Espíritu Santo para ser testigos de Jesucristo,

Porque solo en el Espíritu se encuentra un poder transformador, un poder capaz de cambiar el corazón más duro que una persona pueda tener

Pero también, solo en el Espíritu Santo existe un poder tal, que nos da la valentía suficiente para proclamar la Verdad del Evangelio, tanto, a tiempo como fuera de tiempo.

  • La batalla por la gran comisión y el poder de Dios

Romanos 1:16-17  Porque no me avergüenzo del evangelio,

Porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:

Mas el justo por la fe vivirá.

Existe una gran batalla cada vez que proclamamos el Evangelio porque en la Verdad de Dios existe  ¡Salvación¡

¿Salvación de qué? Salvación de esta generación perversa, de la esclavitud del pecado, de la perdición eterna, de la ira de Dios,

Y por tanto ¡No nos podemos avergonzar del Evangelio¡ porque solamente la Palabra de Dios tiene ese poder sobrenatural de crear vida nueva

  • La batalla por la gran comisión y el amor por el incrédulo

La realidad devastadora y cruel del pecado debe llevarnos a tener un gran dolor por nuestra familia inconversa y evangelizarlos.

De manera que todo creyente debe sentir un profundo amor por los perdidos, ser sensible a su condición actual y a su destino eterno.

Romanos 9:1-3  Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,

Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.

Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;

En Pablo encontramos ese testimonio de amor impresionante, tan profundo que él mismo desearía ser ¡maldito y separado de Cristo¡

Pablo estaría dispuesto a ser condenado, crucificado, y, aun, estar en el horror y angustia más profundos

¿Por qué? Porque si eso ayudara a un pueblo incrédulo, a estar cerca de Dios, no importaría ese nivel de sacrificio

Entonces, Pablo testifica del amor y pasión por las almas, dispuesto al sufrimiento personal, si con eso fuera posible rescatar a una nación de la destrucción venidera

Por tanto, ser insensible al estado eterno de nuestro prójimo es contrario al amor requerido por la Ley y por la misericordia del Evangelio.

  1. La batalla por la gran comisión testificada en el ministerio de Pablo.

Hechos 26:1-3 Defensa de Pablo ante Agripa

Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo.

Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó así su defensa:

Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti

De todas las cosas de que soy acusado por los judíos.

Mayormente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos;

Por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.

Solo el Espíritu Santo nos da el poder de ser testigos fieles de la obra de Cristo, de su Persona y de nuestra responsabilidad para proclamarle

Es así, como Pablo nos da un ejemplo maravilloso de cómo hacer la gran comisión, en todo momento, bajo cualquier circunstancia.

  • La batalla por la gran comisión demanda exponer ¿Quién era yo sin Cristo?

Hechos 26:4-5  Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos;

Los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo.(A) 

La vida de Pablo era pública, la conocían todos los judíos, y él se declara a sí mismo como “Fariseo”

Y eso significaba que Pablo había vivido en oscuridad espiritual, porque conocía la ley antes de su conversión,

Pero tristemente, Pablo no se había dado cuenta de que el propósito de esa Ley a la que tanto se aferraba, era justamente ¡Llevarlo a Cristo¡

Porque la Ley no salva, sino que nos lleva a ver nuestro pecado y nuestra incapacidad de cumplir con las demandas de un Dios santo

Por tanto id y haced discípulos

De modo que Pablo, solo había sido un fariseo santurrón que necesitaba descubrir que sus buenas obras y carácter respetable jamás podían salvarlo ni llevarlo al cielo

Hechos 26:9-11  Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret;

Lo cual también hice en Jerusalén.

Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes;

Y cuando los mataron, yo di mi voto.

Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar;

Y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.

Al proclamar el Evangelio, es necesario que el incrédulo pueda ver que todos éramos, por naturaleza caída, enemigos de Dios, haciendo todo lo contrario a su voluntad,

Y por tanto, todos somos necesitados del poder de Cristo para ser salvos de nuestra propia maldad.

  • La batalla por la gran comisión nos lleva a decir ¿Cómo llego Cristo a mi vida?

Hechos 26:13-15  cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol,

La cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.

Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba,

Y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo:

Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

Es esa luz que nos rodea y que viene del cielo, la que abre nuestros ojos espirituales, de modo que podamos contemplar al Cristo vivo y verdadero

Pero ver la luz no es suficiente, sino que también se hace necesario oír la Palabra de Dios para entender la buena noticia de la grandeza de ese Cristo

Porque así como los compañeros de Pablo habían visto la luz, pero no al Señor; y oyeron un ruido, pero no pudieron entender las palabras.

Así muchos, a los cuales les predicamos el Evangelio, pueden ver la luz de Cristo a través de nuestro testimonio cristiano

Pero tristemente ¡No lo entienden¡ sino que es necesario que Dios mismo, por medio de la Palabra, revele la grandeza de Cristo.

De allí la urgente necesidad de ¡Discipular a aquellos a quienes le proclamamos las buenas nuevas de salvación¡

  • La batalla por la gran comisión y el llamado

Hechos 26:16-17  Pero levántate, y ponte sobre tus pies;

Porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,

Librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío,

No hay duda que el Padre nos elige para salvación, y el Señor con su sangre nos redime, nos limpia, nos hace aceptos y parte de su pueblo

Pero la pregunta es ¿Para qué nos salva Dios?  Somos salvos y hechos parte de la iglesia amada del Señor ¡Para servirle¡

De allí que el Señor le dice a Pablo “Te he librado para ponerte por ministro y testigo” pero la pregunta es

¿Qué significa ser ministro de Dios? El término “Ministro” en griego significa: remero, subordinado, ayudante o servidor.

Entonces, ser “ministro del Señor” se refiere al sirviente más bajo en una galera, un  “remero” del más bajo nivel en las balsas de los tiempos antiguos

Pero Pablo había estado acostumbrado a ser un líder prestigioso y después de su conversión se convirtió en un obrero subordinado donde Jesucristo se tornó en su amo.

Por tanto, todo aquel que viene a Cristo, no viene para ser grande y aplaudido, sino para ser el más pequeño servidor dentro del reino del Señor

Y  somos salvos para ser testigos de Cristo y ¿Qué significa ser testigos? Significa ser mártir, estar dispuestos a morir por la Verdad de Dios

Sin embargo, no debemos olvidar que eso, que a primera vista se ve difícil, incluso imposible, se hace realidad en el creyente, gracias al poder de Cristo en nosotros.

  • La batalla por la gran comisión y lo que Cristo hace por nosotros,

Hechos 26:18  para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz,

Y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí,

Perdón de pecados y herencia entre los santificados…

La Escritura nos describe tanto la condición espiritual de los perdidos como la provisión de la gracia de Cristo para los que creen,

De manera que al anunciar el Evangelio, la misma Palabra abrirá los ojos del pecador perdido y le dará luz para ver lo que nunca ha podido ver

Y con nuevos ojos, ya con la capacidad de ver, comienza la obra maravillosa del Señor cambiando la vida, llevando orden dentro del caos que tenemos

Porque nos hace libres de la potestad de Satanás, pero incluso después de que somos librados ¿qué sucede con nuestro historial de pecado y culpa?

De manera maravillosa ¡El Señor perdona todos nuestros pecados y borra nuestro historial! Y entonces ¡Nos incorpora a su familia como sus hijos y nos da su herencia!

Y ¿Qué debe hacer el pecador? Debe confiar en Jesucristo, porque solo en su justicia perfecta y en sus méritos, somos aceptados delante del Padre

Por tanto, hasta que comprendemos quién es Cristo, cuál es su obra, y la obra que Él ha hecho en nosotros,

Hasta ese momento estamos listos para pelear la batalla por la gran comisión, con valentía, con amor y con urgencia

  • La batalla por la gran comisión y el descubrir ¿Quién soy yo ahora en Cristo?

Pablo no fue desobediente a la misión que Dios le asigno, sino que una vez creyó, empezó a proclamar el Evangelio de libertad

Hecho 26:19-20  Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,

Sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco,(C) y Jerusalén,(D) y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles,

Que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

Pablo, como un creyente comprometido y agradecido por la maravillosa obra de salvación que Cristo obró en él,

No pudo callar, sino que empezó a proclamar las buenas nuevas de salvación allí mismo en Damasco aunque casi le costara la vida

De igual manera, Pablo testificó a los judíos de Jerusalén, a temerosos de Dios y a gentiles, y a todo aquel que le diera oportunidad de hablar

Y a pesar de repetidos desalientos y peligros que Pablo viviera, siempre permaneció obediente al llamamiento y a la visión que Jesucristo le dio. ¡Nada  haría cambiar eso!

Hechos 20:24  Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera(A) con gozo,

Y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Es necesario el arrepentimiento, de manera que nos demos cuenta de que la clase de vida que estamos viviendo es equivocada,

Pero el arrepentimiento supone dos cosas: dolor de corazón por lo que hemos sido, y el anhelo  de cambiar, lo que solo es posible por la gracia de Dios.

Por tanto, para poder librar la batalla por la gran comisión necesitamos volvernos hacia Dios en obediencia y gratitud

Y la prueba de un verdadero arrepentimiento y una conversión genuina, es una nueva manera de vivir.

  1. La batalla por la gran comisión !Una batalla por la Verdad¡

Hechos 26:21  Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme.

Siempre encontraremos oposición a la Verdad, y saldrán los religiosos que pretenden hacer “ganga” del Evangelio

Y lo pervierten a manera de imponer su propia voluntad, sus propios intereses, pero lo nuestro es perseverar sin temor a lo que el hombre hará

Porque así como Dios respaldó a Pablo, de manera que perseverará en la gran comisión, de esa misma manera respalda también a la iglesia que obedece al mandato

Hechos 26:22  Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy,

Dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:

El testimonio de Pablo nos confirma que la perseverancia de los santos, no es cuestión de fuerza humana, ni de inteligencia o astucia

Sino que el caminar obediente del creyente se encuentra en el poder de Dios, que nos sostiene y defiende,

Es un poder que nos permite continuar avanzando, especialmente cuando las cosas se ponen difíciles.

Por tanto, podemos ver que la perseverancia del cristiano es la prueba de su conversión y es la firme evidencia de la fidelidad de Dios.

Y así como somos salvos por la gracia de Dios, así también esa misma gracia de Dios nos capacita para servir y predicar el Evangelio

Sobre todo, proclamando la Verdad de Dios, No diciendo nada fuera de lo que establece la Escritura, sino, conservando la pureza del mensaje ¡No adulterarlo¡

  • La batalla por la gran comisión y la batalla de los que nos escuchan

Hechos 26:24  Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo:

Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco.

Festo era un oficial romano, un gentil, un incrédulo que no cuestiono a Pablo cuando estaba persiguiendo a la iglesia

¡Pero que si lo cuestiona cuando presenta defensa de su fe¡ lo cual nos indica que las palabras de Pablo habían dado en el blanco, y Festo estaba tratando de escapar

La batalla por la gran comisión

Por tanto, preparémonos para toda ofensiva de aquellos que escuchan la Verdad del Evangelio, sabiendo que la Palabra de Verdad ¡Siempre confronta el pecado¡

Hechos 26:25  Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo,

Sino que hablo palabras de verdad y de cordura.

Al proclamar el Evangelio debemos tener la plena convicción que la Verdad está de nuestro lado, y que lo predicado es sensatez y libertad

  • La batalla por la gran comisión y los religiosos

Hechos 26:26-28  Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza.

Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón.

¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.

Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.

Festo, el oficial romano evadió la confrontación del Evangelio acusando a Pablo de loco.

Pero el rey Agripa, judío descendiente de la dinastía de Herodes, eludió la pregunta del apóstol, y todo el dilema que presentaba, adoptando una actitud de superioridad

Hechos 26:29-30  Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen,

Fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!

Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos;

Pese al dolor y la condición en que Pablo se encontraba, preso en cadenas, no desaprovecho la oportunidad de mostrar la luz de Cristo

Pero los interlocutores optaron por cerrar sus oídos, endurecer el corazón y negar la Verdad, volviéndose a su mundo de pecado

Sin embargo, lo importante es, que todo cristiano, lleno del Espíritu, sea valiente y no desperdicie ninguna oportunidad de llevar las buenas nuevas de salvación

Conclusión

Romanos 10:14-15  ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?

¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito:

¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!(E) 

Es responsabilidad de la iglesia, pastores, lideres, obreros y todo aquel que ha creído, cumplir con el gran mandato de ¡Ir y hacer discípulos a todas las naciones¡

Aún sabiendo que no todos creerán al Evangelio, pues nuestra tarea encomendada es anunciar

Y la tarea del Espíritu Santo es convencer de pecado y atraer a los pies de Cristo a todo aquel que ha de ser salvo

Porque ¡Cuán hermosos son los pies de aquellos que anuncian la paz¡