Bienaventurados Los Misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia, es la Verdad bíblica que encontramos en el Sermón del monte

Un sermón que el Señor Jesús pronunció frente a las multitudes, con el propósito de dar a conocer muchas virtudes que pertenecen al reino de Dios

De manera que las bienaventuranzas dichas por el Señor en ese sermón, acentúan ocho señales principales del carácter y la conducta del cristiano,

Señales que deben ser manifiestas de manera especialmente en nuestra relación con Dios y con los hombres,

Y que además, nos muestran la bendición divina que descansa sobre aquellos que exhiben estas señales,

Texto de referencia:

Mateo 5:7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Hay una razón fundamental por la cual es inmensamente feliz el hombre que puede llegar a ser misericordioso,

¡Y es que él alcanzará misericordia¡ y de aquí pueden surgir muchas preguntas, como ¡Qué es misericordia? ¿Cómo puedo ser misericordioso? Y otras,

Pero antes, veremos la importancia del primer sermón predicado por el Señor en ese monte

  • Importancia del Sermón:

Muchos al predicar las Verdades bíblicas, podemos estar convencidos de la Palabra enseñada, de la necesidad del hombre de conocerla

Pero es necesario que nos preguntemos qué tan práctico es lo que estamos enseñando, si es realmente aplicable a la vida de una persona cotidiana.

O será que lo que predicamos expone unas normas y prácticas inalcanzables para una persona que quiere vivir santamente

De suerte tal, que quizá solo nos quedemos admirando lo maravilloso que sería la vida cristiana, si tan solo pudiéramos llegar a ser lo que utópicamente se nos pide.

Pero esto no sucede en el sermón que el Señor Jesús nos enseña, por el contrario, todo cuanto Él nos pide, no está lejos de la realidad alcanzable

Y de manera especial, Él no lo modela, nos da testimonio de la bendición que conlleva, vivir de la manera que Dios nos pide,

Además, no podemos olvidar que todo hombre y mujer cristianos, cuentan con un nuevo poder para hacer: la obra del Espíritu Santo en nosotros.

  • Sentido del sermón del monte:

Esta enseñanza del Señor Jesús tiene una lógica, una dirección, no es pronunciado de manera ligera y sin propósito

Así podemos observar, que las primeras cuatro bienaventuranzas describen los primeros ejercicios del corazón de una persona que ha sido renovada por el Espíritu Santo.

Y una vez el Señor ha producido esa transformación interna en el hombre que tiene sed y hambre de justicia, y le llena,

Este hombre ya puede mostrar los primeros cambios que evidencian la obra transformadora y renovadora de la llenura del Espíritu Santo

De manera tal, que plenamente consciente de haber obtenido la misericordia del Señor, el pecador salvado ahora puede ejercitar la misericordia.

No es que Dios nos exija ser misericordiosos para que tengamos derecho a su misericordia, ¡porque eso echaría por tierra todo el esquema de la gracia divina!

Sino que, habiendo sido el receptor de su maravillosa misericordia, ahora no puedo dejar de actuar con misericordia hacia los demás.[1]

Si usted desea profundizar más sobre la primer bienaventuranza, puede visitar Bienaventurados Los Pobres En Espíritu.

O por qué la justicia es objeto de felicidad para el creyente, visite Salmo 1 ¿Por Qué Son Bienaventurados Los Justos?

¡Bienaventurados los misericordiosos!

Conociendo todo el contexto sobre el cual se pronuncia esta bienaventuranza, ahora ya podemos responder las preguntas que nos hicimos.

  • ¿Qué significa misericordia?

La palabra «Misericordia» significa tener compasión por la gente que sufre necesidad, y No es lástima, porque este es un sentimiento pasivo y ajeno

Sino por el contrario, la compasión nos mueve a la acción, hacer algo ante aquel dolor o necesidad humana que  nuestros ojos perciben.

De manera que la misericordia siempre tiene que ver con lo que percibimos de dolor, miseria y aflicción en las personas, como resultado del pecado,

Pero no debemos confundir “misericordia” con “gracia”.

La misericordia nos permite ver la ayuda del Señor, que nos cura, nos sana, nos levanta, pero la gracia, nos perdona, nos limpia y restaura.

Con la misericordia el Señor nos quita el castigo que merecemos, nos libra del infierno; pero con la gracia nos da el regalo que No merecemos, nos da entrada al cielo¡!

La gracia nos limpia y restaura a la posición anterior.[2] Y nos permite volver a nuestra comunión con Dios, ser hijos y galardonadores de las bienes de Dios

  • ¿Qué significa No ser misericordioso?

El hombre y la mujer que no pueden practicar misericordia son personas duras de corazón, ajenas al dolor del prójimo, indiferentes y frías,

Los inmisericordes siempre irán en contra de la voluntad de Dios, gobernados por el pecado y por un corazón egocéntrico

Bienaventurados los misericordiosos

Así que, todo aquel que no práctica la misericordia, no es hijo de Dios, no conoce a Dios, porque Dios es amor y compasión

¡Ser misericordioso es tener compasión de otros, porque ellos también son pecadores¡ es recordar siempre, de dónde el Señor nos tomó.

  1. Bienaventurados los misericordiosos porque impactan al mundo

Ser misericordiosos es ir contracultura, es ir contra corriente, es estar contra lo que el mundo enseña

Por supuesto que el mundo en cuanto a su propia naturaleza caída, no es misericordioso, porque no puede,

El mundo prefiere aislarse y ponerse a salvo, de manera egoísta, de los dolores y calamidades que sufra la humanidad.

Y tristemente, encuentra la venganza deliciosa y necesaria para sobrevivir, de manera que el perdón, es una expresión de debilidad y carencia.

Pero todo eso, lo podemos entender en el mundo, pero ¡jamás en la iglesia¡. No podemos aceptar un cristianismo indiferente e insensible

No debería haber cristianos que piensen “Te voy a ignorar tanto que dudaras de tu propia existencia”

O que actúen de maneras vengativas “Puse el celular en modo “avión” para que veas lo que se siente”

Y peor aún, que se apoyen en la filosofía mundana “El que ríe de último ríe mejor y yo no tengo prisa

¡Jamás¡ la iglesia puede y debe practicar la misericordia, enseñando a sus miembros a quitar toda mundanalidad de su vida cristiana

Y es en esto, donde falta mucho trabajo por hacer, pues tristemente, nuestra practica cristiana No ha impactado al mundo,

Sino por el contrario, la iglesia se ha conformado al mundo, olvidando que el Señor tuvo misericordia y nos libro de nuestro pecado,

De manera, que con esa gratitud, podamos nosotros también, tener misericordia de aquellos, que aún el pecado les gobierna.

  1. Bienaventurados los misericordiosos porque conocen la gracia divina.

El poder ser misericordiosos no es fruto de nuestro buen corazón, sino que es fruto de la Gracia y misericordia recibida en Cristo.

“Gálatas 2:20  Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;

 y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”

El nuevo hombre nace como fruto de la gracia y misericordia que es en Cristo, no es un fruto humano

Y en esa gracia y misericordia llegamos a ser un nuevo hombre creado en la santidad y justicia de Dios,

Y al estar en Cristo, ya no en nosotros mismos, la misericordia pasa a ser  algo que fluye de esa nueva naturaleza, no es algo externo de lo cual me revisto,

Sino que la misericordia es algo interno, propio del corazón, y que externamente se hace evidente, se manifiesta

De manera, que esas acciones misericordiosas las logramos al no ser más nosotros, sino dejando que Cristo viva en mí, tal como dice Pablo

Será muriendo a nosotros mismos, y dejando que Cristo crezca en mí, que podremos alcanzar el gozo de ser misericordiosos

  1. Bienaventurados los misericordiosos porque pueden creer.

La misericordia cristiana es una obra fruto de la fe. Porque hemos creído en Cristo es que podemos ser misericordiosos

Y no practicamos misericordia para “ganarnos el cielo”, para alcanzar el favor divino

Santiago 2:14-17  Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,

y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 

Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

No tiene provecho alguno, decir que somos creyentes sino se evidencia con nuestros hechos, ¡Nuestras obras son evidencia de que somos nacidos de nuevo¡

Así que, si decimos que somos creyentes, pero no hacemos buenas obras, significa que en realidad aún estamos muertos, no tenemos vida en Cristo

La fe sin obras es muerta

Esto significa que la fe de todo creyente debe manifestarse en todo momento, lo que somos y lo que hacemos van de la mano, ¡No se pueden separar¡

Y primero somos cristianos, nacidos de nuevo por la fe en Cristo, y de allí, nacen nuestras acciones, nuestras obras de misericordia.

  1. Bienaventurados los misericordiosos, porque dan misericordia

La misericordia no se esconde, sino que se manifiesta a nuestro prójimo.

Somos seres relacionales, vivimos en sociedad, en la familia, entre esposos, de padres a hijos y viceversa, en el trabajo, en el colegio, en la universidad, en la iglesia, en la calle.

¡En todas partes evidenciamos lo que somos¡

Efesios 4:32  Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,

 como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.(I)

Nunca nos faltará la ocasión para manifestar a otros nuestra fe, por medio de nuestras obras de amor al prójimo

Y es un deber cristiano, a eso hemos sido llamados, a ser luz y sal en un mundo perdido, destruido y confundido

Pero esa luz y esa sal se harán evidentes, solamente, cuando actuemos con misericordia ante el sufrimiento de otros,

  • La misericordia es una acción natural

Toda obra de misericordia emana de forma natural en el verdadero creyente, porque es fruto de su nueva naturaleza

Mateo 25:35-40 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;

estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.

Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?

¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?

¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

Y  respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Es hermosa la forma en que el Señor nos enseña su maravillosa Verdad. Es haciendo obras de misericordia a nuestro prójimo, como agradamos a Dios

Y todo lo que hagamos por aquellos que aún no han creído, lo estamos haciendo por obediencia al Señor, expandiendo el reino de los cielos, aquí en la tierra.

Pero estas acciones, pasan a ser un actuar natural en el corazón del creyente, que se duele ante el sufrimiento y destrucción que causa el pecado

Y aquel que es incapaz de dolerse ante el sufrimiento ajeno, indiferente a su prójimo, no gozará de la misericordia divina

Mateo 25:41-43 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;

fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.

  • Cuando hagas misericordia no toques trompeta.

Mateo 6:2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles,

 para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Si toda obra de bondad que hacemos, busca la admiración y recompensa humana, es seguro que aún no hemos nacido de nuevo,

Porque no hemos sido puestos en este mundo caído, para vivir agradando al hombre, sino para obedecer y glorificar a Dios, con todo lo que hagamos

Mateo 6:3-4 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,

para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Un nuevo corazón siempre se agradará glorificando a Dios, y no a sí mismo. Así que, nuestras obras de bondad son para que otros vean a Dios, y no a nosotros.

  1. Bienaventurados los misericordiosos porque viven la misericordia

¿Cómo reacciono ante el dolor ajeno? ¿Con Misericordia o inmisericorde?

Ezequiel 34:4  No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada,

no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.

Este es un fuerte llamado a practicar misericordia, tanto el creyente pequeño, como aquel que está en puestos de prominencia

El Señor nos manda a practicar la compasión tanto con los miembros de la iglesia, como con aquellos que aún no han llegado al redil

Nuestro trabajo como creyentes es tener compasión por aquellos cuya fe se ha debilitado, los que han sufrido asechanzas y tentaciones,

Aquellos miembros de la iglesia que se encuentran descuidados, solos, a los que nadie se ha acercado aún,

Pero también por esos miembros desobedientes, que se niegan a colaborar, a congregarse, a participar, y más aún, si todavía están atraídos por el mundo o pertenecen al mundo.

Bienaventurados los misericordiosos

¡No podemos ni debemos tener señorío sobre ellos¡ no podemos tratar a nuestros hermanos con crueldad y violencia,

Sino por el contrario, con amor, con compasión, con paciencia, llevando la luz del Evangelio a sus conflictos y necesidades.

Para ello, es necesario que el creyente no se muestre esquivo, prefiriendo hablar de cualquier otra cosa, que abordar con amor, los problemas de nuestro prójimo.

  • El menosprecio al pobre es pecado.

Proverbios 14:21  Peca el que menosprecia a su prójimo;

Más el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.

Debemos aprender a ver en cada persona, creyente o no, la imagen y semejanza de Dios, aunque este deteriorada por el pecado,

De manera, que no hay condición social, raza, sexo o cualquier otra diferencia, que justifique menospreciar a otro ser humano

Practiquemos la misericordia siempre, porque es esta acción la que trae gozo al corazón del creyente, y da gloria a nuestro Señor

  • Nunca abandonemos la misericordia y la verdad.

Proverbios 3:3  Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;

Átalas a tu cuello,  Escríbelas en la tabla de tu corazón;

Dos grandes principios bíblicos que deben gobernar la vida cristiana: la misericordia y la verdad.

Y ambos deben ser vistos, pero intrínsecos a nuestra naturaleza cristiana.

Deben estar atadas a nuestro cuello, como un adorno externo que todos deben ver por medio de nuestras obras fruto de la fe,

Pero también deben estar escritas en nuestro corazón, como valores cristianos que gobiernan nuestro ser.

Esto nos habla de Integridad: lo que soy, se ve en lo que hago; y lo que hago es fruto de lo que soy

¿Qué soy? Una nueva criatura, un hijo de Dios, un justificado por la justicia perfecta de Cristo, y alguien que goza de la misericordia y gracia divina.

  • ¿Debo ser misericordioso con mis enemigos?

Mateo 5:44-45 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,

haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Las acciones de misericordia de un hijo de Dios, no llevan condición, no es practicar misericordia con este o aquel,

O ser misericordioso cuando pueda o quiera, o solo con creyentes, o solo con incrédulos, o solo con los que me aman y me caen bien.

Claramente el Señor nos ordena “amad a vuestros enemigos y bendecid a los os maldicen” una orden que sabemos que No es fácil de cumplir,

Pero tampoco imposible¡ porque como hijos del Dios Todopoderoso, tenemos un nuevo poder en nuestro interior que nos lleva a obedecer Toda la Palabra

Y ese poder es provisto por el Espíritu Santo morando en nosotros, que nos da la capacidad de poner por obra, todo lo que el Señor nos manda,

Más aún, nos da la libertad del perdón y del amor a todos aquellos que aún viven esclavos de sus pasiones, de su pecado

Así que, también a nuestros enemigos les haremos obras de misericordia cuando el Señor nos dé la oportunidad de glorificar su Nombre, delante de ellos.

Conclusión:

Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzaran misericordia, apoyo, consuelo, sanidad y libertad para dar a aquellos que aún viven en esclavitud del pecado

De esa manera, los misericordiosos son felices, gozosos, porque de su nueva naturaleza emana el amor y compasión por el prójimo

 

 

[1]Pink, A. W. (2014). Las bienaventuranzas. (J. Terranova & G. Powell, Eds., C. Canales, Trad.). Bellingham, WA: Editorial Tesoro Bíblico.

[2] El Sermón del Monte, John Stott, pág. 49.