Bienaventurados Los Pacificadores, ¡Porque ellos serán llamados hijos de Dios¡ Una virtud cristiana que se acompaña de un hermoso privilegio

Y con esta bienaventuranza se nos recuerda que solamente el hombre nuevo, creado en la voluntad soberana de Dios, puede tener una vida de gozo y paz,

Nadie que no haya sido favorecido por la gracia divina puede ser bienaventurado, por más que le llamen “dichoso”.

De allí la importancia de conocer teología bíblica, para interpretar correctamente las bienaventuranzas,

Entendiendo que  “la teología es enseñada por Dios, enseña de Dios, y me guía a Dios” porque nos permite la correcta interpretación bíblica

Si usted desea profundiza sobre la vida nueva de aquellos que tienen un limpio corazón, puede visitar !!Bienaventurados Los De Limpio Corazón¡¡

Bienaventurados los pacificadores.

Nos podemos hacer varias preguntas ¿Cuándo se interrumpió la paz? ¿Cuál paz es la que buscamos? ¿Haciendo la paz con quién, seremos bienaventurados?

No podemos olvidar que fue en el huerto de Edén donde la paz se interrumpió, justo cuando el hombre quiso ser independiente de la Ley de Dios

Así que, la razón por la que no hay paz en este mundo, es debido a dos cosas: la oposición de Satanás y la desobediencia de los hombres;

De manera que es la caída de los ángeles y la caída del hombre, la que ha causado que el mundo carezca de paz. Pero ¿Cuál paz?

¡Se ha interrumpido la paz con Dios¡ Y no es que Dios no quiere paz, es que el hombre y Satanás están en guerra con Dios.

  • ¿Cómo recuperamos la paz?

La paz regresa a los corazones de los hombres por medio de la cruz. Es Cristo, el Príncipe de Paz que regresa a traer un reino de paz, que finalmente se convierte en una paz eterna.

Una maravillosa Verdad que solo podemos contemplar los que hemos creído en Cristo y tenemos la esperanza firme de su segunda venida.

Pero podemos apreciar que una de las frases pronunciadas con más hondo sentimiento por las personas, en este mundo es “queremos vivir en paz”

¿Por qué? Porque es un hermoso y valioso tesoro que se ha perdido y que no se logra encontrar, pese a los innumerables esfuerzos humanos

Así que nos podemos preguntar ¿Hemos conocido una generación de paz en nuestro país?

Y fácilmente respondamos los que tenemos más de 40 años, y los que tienen menos de 40, y  el abuelo que ya alcanzó los 80 años

Todos a una sola voz diremos ¡No hemos conocido una generación de paz¡ y creo que nunca conoceremos la paz según el mundo la proclama,

Lo único que hemos conocido son breves treguas que nos han permitido saborear ligeramente, la hermosura de la paz.

Versículo de referencia.

Mateo 5:9  Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

(BAD)  Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

No olvidemos el contexto, donde el Señor pronuncia esta bienaventuranza. Fue hasta después de hablar sobre los limpios de corazón

Lo que significa, que mientras el hombre no haya nacido de nuevo y disfrute de un corazón nuevo, sensible, en el que habite el Espíritu Santo,

Será imposible que se convierta en un pacificador, que se considere un hijo de Dios y que pueda tener un maravilloso gozo en su vida.

  1. ¿Por qué son bienaventurados los pacificadores?

La respuesta es, que los pacificadores son bienaventurados porque son distintos a todo el mundo.

Los pacificadores son bienaventurados porque son los que se destacan como diferentes del resto del mundo,

Y son diferentes porque ¡Son hijos de Dios¡ En otras palabras, volvemos a encontrarnos en medio de la teología y doctrina del Nuevo Testamento.[1]

Donde Cristo es el único camino al Padre, es nuestra única fuente de Vida y donde no hay Verdad fuera de Él

Es por medio de Jesucristo que somos reconciliados con el Padre, y en la justicia perfecta del Hijo, somos hechos, hijos de Dios.

Y esta es una realidad para todos los que hemos creído, que trae un profundo gozo y libertad a nuestra vida.

  1. Bienaventurados los pacificadores porque no carecen de paz

El problema de la ausencia de paz, según la Escritura, se encuentra en el corazón del hombre.

Y hasta que el corazón del hombre no cambie, nunca se resolverá su problema, solamente aliviara su conciencia superficialmente.

Mateo 15:19-20  Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.

Ese tipo de corazón, que le pertenece al hombre sin Dios, nunca puede producir paz, porque la paz es un resultado de la santidad,

La paz es un resultado de justicia y de pureza, que no es posible producir con esta gama de pecado interno.

Bienaventurados los pacificadores

El pecado nos impide tener paz con Dios, con nosotros mismos y con nuestro prójimo, de manera entonces, que el problema del hombre, se encuentra en su corazón.

  • ¿Cómo es la vida sin Dios?

Aunque seamos cristianos, podemos recordar nuestra vida pasada, para hacer conciencia de lo que es la vida sin Dios

Tito 3:3  Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos,

 viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

No debemos olvidar de dónde el Señor nos trae: de una vida descarriada, gobernada por las pasiones y los placeres pecaminosos

Dirigidos por un corazón necio y desobediente, lleno de amargura, odio, venganza, codicia, despreciándonos y destruyéndonos unos a otros

Pero el Señor nos cambió ese negro corazón, nos dio un nuevo corazón con el que ahora podemos odiar el pecado y luchar contra él

Y podemos tener una nueva vida, una vida transformada y llena del Espíritu Santo, que nos permite caminar de manera agradable a Dios

  1. ¿Cómo llegamos a ser pacificadores bienaventurados?

Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Solamente por medio de la sangre preciosa del Hijo Unigénito de Dios, que con su muerte injusta, imparte justicia a los injustos pecadores

Porque cuando Cristo muerte en esa cruz, la ira del Padre cae sobre Él, y la justicia de un Dios santo, es satisfecha, castigando en el Hijo, nuestro pecado

Así pues, cuando por gracia, nuestro corazón es renovado, y podemos creer en Jesucristo como nuestro Señor, Salvador y Creador,

Entonces, por medio de Cristo, somos reconciliados con el Padre, y ahora podemos tener paz para con Dios,

Ya no somos más, enemigos de Dios, ya no estamos bajo su ira, y ya no somos culpables ni  condenados

Ahora somos ¡hijos de Dios! Coherederos con Cristo y galardonadores de vida eterna

Colosenses 1:20  y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos,

 haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.(D)

Esto me da una firme seguridad de mi relación con Dios, que Él en su gracia me transformo de enemigo a amigo, de hijo del diablo a hijo de Dios.

  1. Bienaventurados los pacificadores porque viven en obediencia

La paz tan anhelada en el corazón del hombre, viene como consecuencia de vivir en obediencia a la Palabra de Dios

  • Una vida de desobediencia:

Es una vida que está bajo la potestad del dios de este mundo, satanás, y que tiene en el centro del corazón a un “Yo” insaciable

Gálatas 5:19-21  Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,

idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,  envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;

acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Una vida de desobediencia a la Palabra de Dios, es una vida que acarrea condenación, tanto en este mundo, como en la eternidad

Porque el hombre sin Dios es incapaz de ver su propio pecado, y lo práctica con plena conciencia, sin remordimiento alguno

Y como dice la Palabra “los que practican tales cosas, No heredarán el reino de Dios”

  • Una vida de obediencia:

Es la vida de un hombre y una mujer que aman a Dios, que han nacido de nuevo, en justicia y santidad, por la soberana Voluntad de Dios,

Gálatas 5:22-25  Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

La vida de obediencia solo es posible llevarla por medio de la llenura del Espíritu Santo, que nos hace fructificar en virtudes de santidad

La obediencia conduce a la paz

De manera que damos gloria a Dios en la medida que crucificamos nuestras pasiones y deseos, para andar en obediencia a los mandamientos divinos.

  1. Bienaventurados los pacificadores porque viven en comunión

El Dios de Paz, Jesucristo, vino para santificarnos, para restaurarnos a la comunión con el Padre.

1 Tesalonicenses 5:23  Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,

sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

¿Por qué vino el Hijo de Dios a este mundo? Porque Dios, aunque es santo y justo y absoluto en todos sus atributos, es un Dios de paz.

Y es por esa razón que Dios decidió, en su plan eterno de redención para su iglesia, enviar a su Hijo a este mundo perdido, para salvarnos.

¡No había otra forma de hacer la paz entre Dios y el hombre¡ era necesaria la vida de un Hombre perfecto, sin pecado, completamente justo

Para satisfacer la Justicia divina, para pagar el precio del pecado, y reconciliar al hombre caído, enemigo de Dios, con el Dios Eterno, Justo y Santo.

Y ese único Hombre justo, santo, sin pecado, capaz de satisfacer la justicia de Dios, solamente podía ser Jesucristo, el Hijo Eterno del Dios Eterno.

  • ¿De dónde procede la guerra?

Toda guerra proviene del hombre que vive sin temor de Dios, que es gobernado por el pecado, por  satanás y por un mundo caído.

Que no conoce la Ley de Dios y que vive en completa rebelión a sus mandatos, de suerte tal que la necedad y la insensatez gobiernan

Y es así que entró la discordia en este mundo, y no solo una guerra entre los hombres, sino, lo más triste, una guerra del hombre contra Dios.

  • ¿De dónde procede la Paz?

¡Cristo es nuestra paz¡ y de manera asombrosa, este Dios de paz no se ha aferrado a su dignidad, a su calidad de “Dios”

Sino que ha venido a este mundo, se ha hecho hombre como nosotros y ha hecho algo para devolvernos esa paz perdida e imposible de recuperar por nosotros mismos.

¡Dios ha producido paz!

Efesios 2:13-15  Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,

aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas,(B)

para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,

Y esa maravillosa paz que en Cristo encontramos, nos hace cercanos al Padre, nos reconcilia en amistad con Dios

Nos hace nuevos hombres y mujeres, capaces de amarle y obedecerle, de rendirle adoración por medio de nuestro servicio y proclamando su Palabra

Efesios 2:19  Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

  1. Bienaventurados los pacificadores porque siguen a Cristo

Si de verdad queremos ser pacificadores, y vivir ese profundo gozo de ser hijos de Dios, entonces debemos trabajar por la paz

Y para poder trabajar por la paz, hay que acabar con el “Yo” que gobierna el alma, para dejar que sea el Señor quien nos gobierne

Filipenses 2:3-4  Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;

no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

No podemos expandir el reino de los cielos aquí en la tierra, si seguimos pensando solo en nosotros mismos y nuestras necesidades,

Sino que es preciso que nos revistamos de humildad y mansedumbre, tal como nos lo modelo el Señor durante su ministerio terrenal,

Y comencemos a pensar en los otros como superiores a nosotros mismos, teniendo cuidado de sus necesidades, tanto materiales como espirituales,

De manera que con nuestro testimonio, podamos proclamar a un Dios que transforma vidas y que hace nuevas ¡todas las cosas!

  1. Bienaventurados los pacificadores porque trabajan por la paz

Y lo último que hay que hacer  para gozar de la bienaventuranza de ser pacificadores, es que, en el terreno práctico debemos tratar de difundir la paz

Donde quiera que nos hallemos, con quien sea que estemos y por la razón que encontremos, busquemos la paz de los hombres para con Dios

Y eso lo conseguimos siendo desprendidos, amables, asequibles, no insistiendo en la dignidad personal. Siendo Sal y Luz de este mundo.

  • Trabajemos en ser pacificadores.

Ser testimonio de amor ante los incrédulos, no significa que con nuestro actuar no produciremos contienda, y conflicto en los corazones

Muy por el contrario, para el mundo somos lo más conflictivo que existe, y si así no lo fuera, entonces, probablemente, aún no somos hijos de Dios¡!

¿Por qué? Porque todo hijo de Dios es luz que ilumina el pecado, y esto siempre, crea conflicto!¡

Mateo 10:34  No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.

Ser pacificadores nos traerá contienda, porque proclamamos el Evangelio de la paz, pero el mundo ama la mentira.

 

Bienaventurados los pacificadores

Y antes de poder llevar a un incrédulo a esa condición real de paz, lo vamos a enojar, a molestar, a hacer sentir mal, ¡porque será confrontado con su pecado¡

Pero después, cuando el Señor en su gracia, abra el entendimiento de estos hombres y mujeres, darán gloria a Dios ¡Pero lo primero es inevitable¡

Cada vez que queramos llevar la paz de Dios a un mundo de pecado, tendremos que enfrentarlos con su propio pecado, pero de manera amorosa.

  • La paz de Cristo

Lucas 12:51-53  ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión.

Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres.

 Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.

El mismo Señor nos demuestra, que llevar su precioso Evangelio siempre será motivo de discordia entre las familias,

Porque el día que un miembro de la familia cree, eso rompe la unidad del pecado que existe, y es objeto de molestia para los que aún no creen

Y así, habrá división en las familias, y se levantará el padre contra el hijo, y viceversa, pero esto no es así para siempre,

Porque la Palabra predicada y el testimonio del nuevo creyente, será la luz que alumbrara la destrucción y muerte que produce el pecado

Hasta que el Señor en su gracia, convierta el corazón de todos aquellos que amamos y les permita creer!!

Conclusión:

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios, porque ellos llevaran la paz del Evangelio a un mundo que vive en oscuridad

Y lo más hermoso es, que para estos pacificadores No hay un premio nobel de la paz, sino, que para ellos hay un premio mucho más valioso

Porque “hermosos son los pies de los que anuncian la paz” ¡Esta es nuestra gran tarea, nuestra gran misión, para la que hemos sido llamados.

 

 

 

[1] Estudios Sobre el Sermón del Monte por D. Martyn Lloyd-Jones.