El Corazón Humilde Confía En Dios Como Un Niño, es decir, con el alma aquietada, confiada y segura de un niño que depende completamente de su Padre.

En lugar de vivir inquietos, ansiosos, y luchando por cosas que están mucho más allá de  nuestra propia capacidad, que escapan de nuestro control

Si no, viviendo como un niño maduro, que ha aprendido a confiar en sus padres, seguro que el sustento no le faltará, y que espera tranquilamente a que sus necesidades sean satisfechas.

Y es así como debemos aprender a vivir los hijos de Dios, seguros y confiados en el cuidado y provisión divina.

Pero no como bebés espirituales que exigen satisfacción según sus horas de comida. Sino como hijos respetuosos, que esperan confiadamente en el Señor.[1]

Si desea escuchar esta enseñanza, por favor visite https://youtu.be/SVL6Z95Rlss?t=10

Pero si desea profundizar un poco más sobre el cuidado de Dios para sus hijos, por favor visite Ciertamente El Bien Y La Misericordia De Dios Me Seguirán

El corazón humilde confía en Dios como un niño.

Nosotros como creyentes, que conocemos el carácter amoroso y providente de Dios, debemos aprender a depender de su cuidado y esperar de manera confiada en su voluntad

Con la seguridad plena que Dios va a proveer para todas nuestras necesidades, tanto físicas, como emocionales y espirituales.

  1. Confiando en Dios con un corazón humilde.

Salmo 131:1  Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron;

 Ni anduve en grandezas,  Ni en cosas demasiado sublimes para mí.

David ilustra la humildad hablando de lo una seire de acciones que no debe tener una persona humilde,

De manera que no es humilde, una persona que se envanece, que se enaltece a sí misma, que mira con ojos altaneros y hace alarde de grandezas

Una persona humilde no es soberbia y reconoce sus límites, las coas que él no puede hacer.

  • ¿Qué es la humildad?

En las palabras de David, la humildad consiste en no creernos más que los demás, ni mirar a nuestro prójimo con desprecio.

También, la persona humilde ni pretende hacer alardes de grandeza, impresionando a otros con grandes maravillas fruto de su capacidad

Sino que reconoce sus límites, y sabe que toda inteligencia, habilidad, posiciones y pertenencias, provienen de la gracia divina.

  • Un corazón humilde es aquel que no se envanece.

Salmo 131:1  Jehová, no se ha envanecido mi corazón

Sabemos que David fue rey de Israel, un hombre conforme al corazón de Dios, aunque no fue hombre perfecto,

Sino que cometió muchos errores, muchos pecados que trajeron desgracia no solo a su vida, sino a su familia e incluso a su reino.

Aún así David, mantenía un corazón humilde delante de Dios, que pese a sus triunfos que le llevaron a ser grande delante de los hombres, como su victoria sobre Goliat,

Con todo, el corazón de David no se enalteció, sino por el contrario, en todo cuanto él hacía, siempre buscó dar la gloria a Dios, reconocer la obra de Dios en su camino.

Y David siempre reconoció que él solo era un siervo de Dios, que llevaba a cabo la tarea que el mismo Dios le había encomendado.

De manera, que David sabia mantener humilde el corazón, pese a sus grandes victorias militares y a su posición privilegiada como rey, y no se creyó más que nadie.

  • El corazón humilde No se crea más que nadie,

No podemos olvidar que todos somos salvos por gracia., que somos siervos de Jesucristo por misericordia, que nos redimió con su preciosa sangre

Salmo 130:7  Espere Israel a Jehová, Porque en Jehová hay misericordia, Y abundante redención con él;

Esto significa, que el lugar que cada uno de nosotros tiene, en ningún momento lo alcanzó por méritos personales, sino, solo por la obra de gracia de Cristo en nosotros

Es en Cristo que nuestros pecados han sido perdonados, y gracias a esto, hemos sido reconciliados con el Padre, hechos hijos de Dios,

De manera que no formamos parte del pueblo de Dios, por lo que cada uno de nosotros es, por lo que tenemos o por lo que hayamos logrado.

Sino solamente, por la misericordia de Dios que nos alcanzó, y esta es una Verdad que debe mantenernos humilde el corazón,

Sin llevarnos a pensar que somos más que otros, mejores que los demás, o con más méritos y derechos que los pecadores.

  • La humildad es la actitud del cristiano

Para los creyentes, la humildad nos enseña a que no podemos creernos más que nuestro prójimo, sino que debemos pensar con cordura, respecto a nosotros mismos.

Romanos 12:3  Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros,

que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

El apóstol Pablo ilustra la humildad desde la perspectiva, que Dios nos ha dado dones a todos y cada uno de sus hijos, a quienes nos ha llamado para su obra

De manera que Dios ubica a cada uno de sus siervos, según la vocación a la que ha sido llamado, donde todos somos complementarios y necesarios dentro del cuerpo de Cristo

Es así, como cada uno de los creyentes, dentro de su propia función en el cuerpo, se ayuda mutuamente, siendo todos iguales y nadie es más que otro

Por lo que, ningún creyente puede menospreciar a su hermano, viéndole de menos, sino por el contrario, como complemento el uno del otro, y así  crecemos en la obra del Señor

  • El corazón humilde no busca la grandeza,

El creyente, que mantiene un corazón humilde deja que Dios sea el que le exalte.

Salmo 147:6  Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra.

Este es un llamado a No promovernos a nosotros mismos, sino, dejar que sea Dios el que nos promueva,

Y para que Dios nos de esa palmadita en los hombros y seamos promovidos dentro de su obra, solamente necesitamos cuidarnos de ser obedientes a la voluntad de Dios.

Confiando en Dios como un niño

También encontramos en este Salmo, una lección para no promovernos a nosotros mismos: no propiciar nuestra propia exaltación porque Dios humilla al soberbio.

  • El favor de Dios está sobre los humildes.

Proverbios 3:34  Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia

Los escarnecedores son los que se consideran  autosuficientes, que no necesitan a Dios, y muestran una  desmedida soberbia frente a Dios y su Palabra,

Es decir, que el escarnecedor es aquel hombre o mujer que verbalmente se declara a sí mismo autónomo, sin ley, independiente de Dios

Y el escarnecedor vive siempre centrado en sí mismo, nunca tiene descanso, el agobio es parte de su vida.

Vive en un afán constante porque piensa que todo depende de él, piensa que de si mismo depende su bienestar, su salud, su seguridad y piensa aun que de él depende su salvación.

Por tanto, todo escarnecedor piensa que él está en el trono y cree que Dios le debe algo. Siempre anda buscando el reconocimiento de los demás a sus obras.

Mientras que el humilde, es un hombre o una mujer, temeroso de Dios, que encuentra en Él la sabiduría para vivir, para conducir sus pasos

Y es esa dependencia de Dios, ese reconocer que nosotros mismos no podemos, lo que va formando el corazón humilde

De manera que los creyentes vivimos y descansamos en la gracia, la misericordia y la soberanía de Dios para nuestra vida.

  • El mayor ejemplo de corazón humilde es nuestro Señor Jesucristo

Jesucristo es nuestro supremo modelo de humildad, que debe ser imitado por todo creyente

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:

El, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo,

y se hizo semejante a los hombres. Más aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,

haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-8.[2]

El “sentir” al que el apóstol Pablo se refiere, es a la actitud que nosotros como creyentes debemos tener,

Una actitud igual a la que hubo en Jesucristo, que siendo el mesías, el enviado del Padre, el Hijo de Dios, el ungido, el único que podía llevar a cabo la obra de redención,

Que no estimo ser Dios mismo, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a nosotros, pero sin pecado

Y realizando su misión con una obediencia perfecta, que le llevo hasta la muerte, ¡Todo ello como un maravilloso testimonio de humildad¡

  • El corazón humilde es un corazón acallado.

Es un corazón que está tranquilo, que no protesta, sino que descansa de manera confiada y obediente en la perfecta voluntad divina.

Salmo 131:2  En verdad que me he comportado y he acallado mi alma  Como un niño destetado de su madre;

 Como un niño destetado está mi alma.

Pese a las grandes luchas, persecuciones, y variadas dificultades en la vida familiar y política del rey David,

Él dice que está calmado, que ha aquietado su ansiedad y ha “Acallado su alma” manteniendo su alma en paz y en silencio,

Lo que solo es posible cuando ponemos nuestra seguridad, nuestra dependencia y nuestro descanso, en la soberanía de Dios.

Y así como David, está tranquilo como un niño confiado y seguro en los brazos de su madre, donde encuentra paz,

Así nosotros los creyentes, ante nuestras múltiples dificultades debemos recordar que tememos a Dios como Padre nuestro

Y que Dios es bueno, que tiene en control toda nuestra realidad, de manera que podemos estar seguros y confiados en los brazos de Dios

Aprendiendo a esperar en la voluntad divina, con el alma quieta, sin ansiedad, con dominio propio, porque todo está, en las manos de un Dios Todopoderoso.

  1. El corazón humilde lucha contra la soberbia

La principal característica de un niño es su humildad y dependencia de sus padres.

Mateo 18:1-4  En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?(A)

Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,  y dijo:

De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.(B)

Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

Los discípulos estaban pensando en quién sería el mayor en el reino de los cielos, dando espacio a la soberbia en el corazón,

Pero el Señor les dice, que si no se vuelven de esa soberbia y se hacen humildes como un niño ¡No podrán entrar al reino de los cielos¡

Lo que nos enseña, que solo con la humildad de un niño, Cristo nos exaltará; una humildad que lleva a formar un corazón confiado y dependiente del Señor.

  1. Invitemos a los demás a poner su esperanza en el Señor.

Salmo 131:3  Espera, oh Israel, en Jehová,  Desde ahora y para siempre.

La Palabra de dios nos invita a poner nuestra confianza en el Señor, desde el momento que nacemos de nuevo, hasta la eternidad

Porque Dios sabe que es lo mejor para sus hijos, en Él tenemos seguridad, protección, provisión, y todo lo necesario para esta vida temporal.

Salmo.27:4. (DHH L* 2002*)  ¡Ten confianza en el Señor!

¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor!

Vale la pena confiar en Cristo Jesús, tengamos valor para hacer la Voluntad de Dios y obedecer su Palabra,

Confiando en el Señor con un corazón humilde

Seamos valientes para permanecer y no movernos de su Verdad, y no nos desanimemos ante la adversidad, confiemos como un niño

Salmo 146:5  Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,

 Cuya esperanza está en Jehová su Dios,

Porque esa confianza en Dios nos hará inmensamente felices, y estaremos seguros, porque Dios no defrauda.

Conclusión.

Nuestra vida con Dios debe ser como la un niño maduro que vive en dependencia de su padre, sintiéndose seguro en sus brazos.

Así nosotros, debemos vivir la vida de una manera sencilla siempre esperando en la perfecta y soberana voluntad de Dios, que siempre es buena y agradable para nosotros.

Palabras y frases significativas:

Envanecerse: gabáj raíz primaria; remontarse, i.e. ser alto; figurativamente ser altanero: ensoberbecer, envanecer, exaltar, levantar, remontar, soberbia, sublime.

 

[1] Brug, J. F. (1989). Salmos, Volumen 2. (R. C. Ehlke, J. C. Jeske, & G. J. Albrecht, Eds.) (p. 238). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.

 

[2] Diccionario “La Palabra.org”