Enseñando A Nuestros Hijos Una Cosmovisión Bíblica, pero ¿Qué es una cosmovisión?

Podemos definir el concepto de “cosmovisión” como el conjunto de creencias personales que dan respuesta a preguntas como:

¿De dónde venimos?, ¿Para qué estamos aquí?, ¿Hacia dónde vamos y cómo nos debemos comportar?

Entonces, la cosmovisión es el conjunto de creencias que determinan cómo vemos la vida y cómo aplicamos las enseñanzas adquiridas.

En ese sentido, el poder enseñar a las nuevas generaciones a ver la vida desde la óptica de Dios, se convierte en un verdadero reto para todos los padres cristianos

Porque vivimos en tiempos posmodernos, caracterizados por la creencia de que la vida no tiene sentido, que Dios no existe o que está muy lejano como para ocuparse de nosotros,

Y que tampoco existe una Verdad absoluta, donde la realidad es aparente y que lo único importante es el placer, el consumismo

Lo único que importa es mi propio gusto y placer, y vivimos para consumir –para disfrutar de la sociedad de consumo.[1]

Por tanto, necesitamos que Dios nos ayude a imponer en la mente de esta nueva generación ¡Una correcta manera de pensar y vivir¡

Si usted desea profundizar un poco más sobre los tiempos de nuestra generación actual, por favor visite Prepárate Para Preparar A La Nueva Generación

Enseñando A Nuestros Hijos Una Cosmovisión Bíblica

El Señor Jesús nos enseña que sus discípulos estamos en este mundo pero que no pertenecemos a él

Y el apóstol Pablo también nos insta a luchar para ¡No conformarnos a este mundo, es por ello que la Escritura en su totalidad nos lleva a renovar nuestro pensamiento

Porque la cultura posmoderna no reconoce una Verdad absoluta, ni valores absolutos, sino que se centra en el egoísmo, la gratificación personal y el relativismo

Y tristemente, la iglesia evangélica ha abandonado la tarea de ser contracultura, de ser respuesta y alternativa a la cultura imperante,

Para conformarnos con ser una subcultura, una opción más en el supermercado de filosofías, sectas y religiones, ¡A cual propone su mejor oferta¡

De modo que en los últimos tiempos se ha llegado a una «guerra de culturas», una guerra entre cristianos y humanistas seculares que mantienen discusiones constantes

¿Qué se discute? Temas sobre el aborto, la educación pública y la religión, la homosexualidad y otra cantidad de temas controvertidos.

Ante esto, un autor cristiano, al comentar sobre esta guerra de culturas, hace la observación perspicaz que los evangélicos perdieron esa guerra hace rato.[2]

Aún cuando la Escritura es suficientemente clara y contundente al dar respuesta a cada una de los fenómenos sociales actuales.

  1. Enseñando a nuestro hijos a ver con los ojos de Dios

La cosmovisión cristiana parte de Dios mismo y nos es enseñada desde los inicios de la creación

Génesis 1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Dios es el principio de todo lo que existe y es el principio del conocimiento y la fuente de toda sabiduría

En ese sentido, Dios es el principio de la cosmovisión bíblica y no hay cosmovisión cristiana que no parta del Dios creador de todo,

Entonces, sabiendo que esta generación ha perdido el rumbo,  ha distorsionado todos los conceptos de la vida

Y ha cambiado la Verdad bíblica, que es fundamental para la edificación de la familia y la sociedad

Se hace urgente la labor comprometida de la iglesia, que debe levantarse como sal y luz para un mundo perdido

Pero entendiendo, que esa tarea de formación empieza en casa, donde los padres deben asumir la responsabilidad de enseñanza sobre los hijos

Y es una tarea que demanda valentía porque la oposición comienza desde adentro, donde el pecado tergiversa toda Verdad

Pero en medio de toda esa lucha, nuestra realidad social y familiar se presenta como una  oportunidad sin igual para ofrecer la alternativa de la fe cristiana.

  • Enseñando a nuestros hijos la consagración

Romanos 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios,

Que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

La persona, con todo lo que es y todo lo que tiene, ha de entregarse como sacrificio vivo a Dios y rendirle culto a Dios, en vista de lo que Dios hizo por nosotros en Cristo.[3]

¿Cómo podemos consagrar todo nuestro ser, cuerpo y alma, a Dios? La Escritura nos lo explica:

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,

Para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

La instrucción que el Señor nos da para lograr ese gran cometido de santidad para Dios, y bendición nuestra,

Consiste en ¡No amoldarnos al mundo actual, no asumir como verdad los criterios del tiempo actual y considerar las Escrituras como “Anticuadas” o pasadas de moda

Sino por el contrario, permitamos ser transformados mediante la renovación de nuestra mente, cambiando nuestra manera de pensar

De modo tal, que no nos parezca “normal” la manera de pensar y de actuar del mundo, y podamos luchar contra la tentación y el engaño

¿Cómo? Por medio del discernimiento de lo que es bueno, aceptable y perfecto, no según nosotros, sino ¡Según Dios¡

¿Por qué? Porque Dios es nuestro Creador, Él sabe lo que nos hace bien y lo que nos conduce a una vida de abundancia, de edificación y paz.

  • Enseñando a nuestros hijos discernimiento

Tener discernimiento significa desarrollar la capacidad de tener criterio, pero ¿Qué es Criterio?

Es el principio o la norma según la cual se puede conocer la Verdad, de manera que sea posible tomar una determinación correcta que conlleve edificación,

Así también, ese discernimiento nos permite poder emitir una opinión o juicio sobre determinado asunto, de manera que influyamos en la edificación de familias y sociedades.

Y es aquí donde encontramos el desafío que confronta todo cristiano: ¿Cómo aprender a pensar en forma bíblica y cristiana?

¿Cómo cambiar nuestra forma de pensar, cómo dejar atrás los esquemas, los moldes del mundo que nos rodea?

Bueno, la Escritura nos demanda una nueva forma de vivir que se logra solamente por medio de una nueva forma de pensar.

Y para ello, es preciso y urgente que conozcamos y obedezcamos todo aquello que la Escritura nos indica que debemos evitar y lo que es permitido hacer.

  1. Enseñando a nuestro hijos las Escrituras.

No existe otra forma de transformar el pensamiento y renovar el corazón que no sea por medio de la Palabra de Dios

En ese sentido, nuestro estudio y meditación de la Escritura debe ser todos los días, porque nuestra renovación es día a día, poco a poco

Donde el conocimiento de la Palabra va transformando nuestra mente y carácter, permitiendo que podamos desechar el conocimiento del mundo y  vivir de manera diferente

Y es a ese proceso transformador a lo que se le llama ¡Santificación¡ que es progresiva, lenta pero ascendente y que demanda nuestra cooperación con el Señor

Porque solamente, si asumimos nuestra responsabilidad humana, sometiéndonos gozosa y obedientemente a la Palabra de Dios, podremos discernir Su Voluntad y vivir en ella.

  • Enseñando a nuestros hijos ¡Lo que debe evitarse!

Los miembros de la iglesia de Roma, al igual que los creyentes de ahora, eran “santos”, ¡Por supuesto¡ porque hemos sido apartados para Dios

Pero ser santos, no significa haber llegado aún a la perfección, sino que esta se va alcanzando a medida crecemos en el conocimiento de Dios y su Palabra

Y es así, como los seres humanos vamos comprendiendo que el interés principal del hombre nunca debe ser vivir sólo para sí mismo.

Sino que todos los seres vivientes debemos hacer todo para la gloria de Dios

Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres

Es en ese sentido que debemos enseñar a la nueva generación a dejar de vivir para sí mismos, a no ceder a la tentación de ser moldeado según el criterio de este mundo.[4]

Porque el mundo atenta contra la Verdad de Dios, redefine los conceptos de la familia, el matrimonio, la honra a los padres y el respecto a la autoridad

Lo que termina en hogares destruidos, familias desintegradas, hijos e hijas sin identidad ni sentido de pertenencia ¡Todos perdidos en una sociedad sin propósito¡

  • Enseñando a nuestros hijos ¡Lo que se ha de hacer!

Debemos “Dejarnos transformar por la renovación de nuestra mente”, permitir ser transformados constantemente

Por ello esta transformación no debe ser un asunto de impulsos: a veces sí, a veces no. Sino que debe ser continua.[5]

Y debemos entender que esa transformación no está en nuestra capacidad, en nuestra iniciativa,

Sino que la transformación es básicamente una obra del Espíritu Santo, que nos lleva en una santificación progresiva en el conocimiento, pensamiento y carácter.

Pero que sea obra del Espíritu Santo, no significa que la responsabilidad del creyente es nula, que somos pasivos en la tarea de la santificación

Por el contrario, debemos cooperar con Dios y permitir que el Espíritu haga su obra en nuestros corazones y en nuestras vidas.

Porque solo entonces podremos comprobar el glorioso resultado de la obra transformadora del Espíritu en nosotros

¿Cuál resultado? Comprobar la buena Voluntad de Dios, siempre agradable y perfecta para nuestra vida.

Porque Dios siempre quiere que hagamos aquello que dará gloria a su Nombre y que será de suma bendición y edificación para nosotros.

  • Enseñando a nuestros hijos la Verdad de Dios

Si queremos que nuestra vida y la de nuestros hijos sean transformadas de manera tal que se refleje el carácter de Cristo

Debemos recordar que necesitamos el ¡Conocimiento de la Palabra de Dios y la obediencia¡ porque No hay transformación sin la Verdad de Dios

Mateo 4:4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Ningún corazón es transformado por poder humano ni por buena voluntad, sino que se hace necesaria la intervención divina

Y es allí donde opera el poder de la Palabra de Dios, impactando el corazón, abriendo la mente, renovando el entendimiento, ayudándonos a ver con los ojos de Dios

Para que entonces, poco a poco, vayamos creciendo en la Voluntad de Dios y viviendo en ella

Filipenses 4:8  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre;

Si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

En la medida que el pensamiento humano se lleva cautivo en obediencia a la Palabra de Dios,

En esa medida vamos creciendo, vamos avanzando en la santificación, en la formación de un carácter cada vez más parecido al de Cristo.

No olvidemos entonces, que el conocimiento debe acompañarse de obediencia, pues de lo contrario ¡Jamás habrá transformación¡

  1. Enseñando a nuestros hijos, el concepto bíblico de Familia.

La cultura contemporánea está redefiniendo el concepto de familia, dando paso al matrimonio homosexual, la unión libre, y una fuerte presión para aceptar la poligamia,

En esa mediad, el verdadero concepto de familia es atacado, y la iglesia debe librar una batalla por la Verdad bíblica de la familia cristiana

Y enseñar, hasta el cansancio, lo que es el matrimonio, la honra a los padres, la sujeción a la autoridad, el temor de Dios en el corazón del hijo

Efesios 6:1-3 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;

Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Este es el mandamiento de Dios, pero su cumplimiento ¡No es automático¡ sino que debe haber un proceso de enseñanza por parte de los padres

Porque todos hemos nacido en pecado, con rebelión en el corazón y necesitamos ser enseñados en reconocimiento y sujeción a la autoridad

Empezando por reconocer la autoridad de Dios, para luego aceptar la autoridad de los padres, y finalmente el reconocimiento de toda autoridad local

De manera que los hijos entiendan que la obediencia no se debe a las exigencias de los padres, sino a la voluntad de Dios para los hijos.

  • Estructura de la autoridad

¿Por qué es tan importante que los padres cristianos impongan su autoridad en la vida de sus hijos?

Porque los padres representan la autoridad de Dios en la vida de sus hijos, y cuando los padres, imponen su autoridad y exigen a sus hijos honra y obediencia,

Lo que están haciendo estos padres es, enseñar a sus hijos a vivir bajo la autoridad de Dios, porque entonces ¡Les irá bien¡

Por tanto, nuestros hijos no deben conformarse a este mundo, sino que los padres debemos aprovechar cada oportunidad para instruir el corazón del hijo

  • Enseñando a nuestros hijos a ¡Identificar la falsedad¡

En la medida que nuestros hijos conocen la Verdad de Dios, conocen las Escrituras, en esa medida podrán reconocer cualquier distorsión de ella

Efesios 6:14-15 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad,(G) y vestidos con la coraza de justicia,(H)

Y tomad el yelmo de la salvación, (J) y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;

Si nuestros hijos no están armados de la Verdad de Dios, entonces serán vulnerables a cualquier enseñanza que reciban, ya sea en la escuela o en las universidades

Y para ello es preciso el conocimiento de la Escritura, lo cual se logra solo en los tiempos de oración, de estudio y meditación bíblica

De allí la urgente necesidad de que los padres asuman su liderazgo espiritual, su sacerdocio dentro de su primer ministerio ¡La familia¡

Y permanezcan orando ¡En todo tiempo¡  firmes en la Palabra para poder hacer frente a todas las artimañas del enemigo y del mundo.

  • Enseñando a nuestros hijos el amor de Cristo

La familia es el lugar donde tenemos la mejor oportunidad de mostrar el amor de Cristo a los demás.

¿Por qué? Porque la vida familiar proporciona las mejores ocasiones para el conflicto relacional, ya sea entre los padres, entre los hermanos o entre padres e hijos

Dando lugar a las mayores manifestaciones del amor propio, el egoísmo, el capricho, la ira, la prepotencia, el autoritarismo, etc. Etc. Etc.

Entonces, en la vida familiar encontramos la maravillosa oportunidad de aprender la excelencia del amor sacrificial por los demás.

Por tanto, los conflictos familiares no son interrupciones indeseadas en el curso de la vida.

Sino más bien, esas rupturas de la armonía ideal, son una parte vital para aprender a vivir en amor, dedicados a agradar y servir a los demás

Y así, ir moldeando el carácter de Cristo, tanto en nosotros los padres, como en nuestros amados hijos e hijas.

  • Enseñando a nuestros hijos a manifestar la gracia divina

La familia cristiana es el lugar perfecto para reconocer nuestra necesidad de la gracia divina y manifestarla a los demás,  para poder vivir en armonía

Efesios 4:32  Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,

Perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo

Los conflictos que surgen a medida que nos esforzamos por vivir en armonía familiar, demuestran nuestra profunda necesidad de la gracia del Evangelio.

Porque el hogar, donde vive la familia cristiana ordinaria ¡No es un lugar de perfección¡ sino un lugar de constantes luchas contra el pecado

Y una lucha constante contra el pecado nuestro como con el pecado de nuestros seres amados, porque pecamos y también pecan contra nosotros.

De modo que así como nuestros hijos pecan así también los padres pecamos contra ellos, y de manera triste, nos vemos tentados a resolver conflictos a través de la sabiduría humana,

Enseñando a nuestros hijos una cosmovisión bíblica

Pero perdemos el beneficio de nuestros conflictos, la oportunidad que Dios nos da, si intentamos resolver nuestras diferencias fuera de la Verdad del Evangelio.

De modo que el padre cristiano que comprende tanto el problema del pecado como la gracia y el poder del Evangelio,

Es un padre que puede entender y ayudar de manera efectiva a los hijos que luchan contra su pecado,

Y permitir a los hijos vivir la maravillosa experiencia de ser un pecador que ha encontrado la gracia y la libertad del Evangelio de Cristo.

Conclusión

Enseñando a nuestros hijos una cosmovisión bíblica  podremos ser familias que reflejen el verdadero carácter cristiano

Y podremos hacer del hogar un maravilloso lugar, que aproveche cada oportunidad de conflicto, de divergencia, de opiniones encontradas,

Para mostrar el verdadero Evangelio, la maravillosa y buena Voluntad de Dios para las familias, la urgente necesidad de identificar el pecado, la misericordia y la gracia

Solo entonces, podremos hacer frente a tanto ataque desmedido que se vive contra la familia, desde las ideas engañosas del mundo, hasta las leyes permisivas de los gobiernos.

 

[1]Theo Donner, Postmodernidad y juventud, 37.

[2]ibi, 71.

[3]Ibi, 15.

[4]Comentario a la carta a los Romanos, William Hendriksen.

[5]ibi