Llamados A Libertad ¡No A Esclavitud¡ de manera que los creyentes podamos valorar el maravilloso privilegio del llamado a ser hijos de Dios y a ser siervos de su obra,

Pero también, saber que este es un llamado a la santidad. Cristo ya nos hizo libres pero esa libertad hay que conquistarla cada día

Y esa conquista solamente es posible por medio de la observancia, meditación y aplicación de la Palabra de Dios en nuestra vida,

Ahora bien, aun estamos en el mundo y en este propósito santo el enemigo tratara por todos los medios de desviarnos del camino, de apartarnos de Dios para que no cumplamos la tarea encomendada.

Si usted desea profundizar un poco más sobre el llamado de Dios, por favor visite ¿Cómo Escuchar Y Discernir La Voz De Dios?

Llamados a libertad ¡No a esclavitud¡

Esta reflexión se basará en la historia bíblica de Sansón, que encontramos en el libro de Jueces

Este es un Libro histórico que describe lo que fue la vida de Israel una vez Josué conquistó la tierra prometida.

Y esta etapa del pueblo de Dios, es conocida como la etapa de los jueces, porque en esta época, el pueblo fue guiado por líderes llamado «jueces.»

Pero en esta etapa de la vida de Israel, el pueblo no tenía ningún líder en particular, sino que Dios levantaba líderes según las necesidades del pueblo.

Es así como encontramos el propósito del libro de los Jueces: mostrar hasta qué punto el pueblo se desenfrena

Y de manera especial, demostrar cómo un pueblo sin un líder espiritual fuerte siempre cae en la trampa de la esclavitud.

Ahora, a lo largo del Libro comprobamos que la historia es repetitiva: el pueblo cae en la idolatría, es conquistados por otro pueblo, clama al Señor y el Señor levanta un líder para liberarlo,

Pero este mismo pueblo que ha contemplado la liberación del Señor, solamente disfruta la paz por un tiempo porque luego, vuelve a caer en idolatría.

De manera que el ciclo se repite una y otra vez,  y nos deja con la clara impresión que el pueblo no posee lo necesario para ser fieles a Jehová su Dios.[1]

  • Llamados a libertad con Dios:

Nunca el pueblo será libre, si deja de lado a Dios y se va en pos de dioses ajenos:

Jueces 2:11  Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.

En la mayoría de los casos el término “malo” hace referencia a hacer algo que es moralmente malo o dañino,

Y es eso lo que el pueblo hace cada vez que deja de lado la autoridad de Dios para ir tras los baales

Jueces 2:12-13  Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto,

y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.

Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.

Dejar a Dios es abandonar, soltar, dejar de lado a Dios y renunciar a su Palabra y mandamiento, para hacer conforme el mundo hace.

  • Llamados a libertad por medio de la Palabra de Dios:

Jueces 2:18  Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez;

porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.

Dejar a Dios para seguir a los baales, solo demuestra que los ídolos matan, oprimen y afligen, y nos ponen en manos de nuestros enemigos

De manera entonces, que solo por medio de Dios y la obediencia a su Palabra, el pueblo será librado de toda opresión y esclavitud,

Porque es por medio de la Palabra de Dios que el pueblo es capaz de tener discernimiento y actuar sabiamente.

Jueces 2:19  Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres,

siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.

Al morir el líder espiritual, muere con él la instrucción divina y el pueblo vuelve a los malos caminos con sus prácticas pecaminosas y perversas,

Y peor aún, a medida el pueblo se aleja de la Palabra, va alcanzando niveles de corrupción mayores al que ya habían vivido,

Jueces 17:6  En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.(A)

Por tanto, toda esta historia triste de los jueces, y que no es distinta a la nuestra, solo demuestra dos cosas:

  • Sin Dios el hombre nunca estará capacitado para escoger el bien y hacerlo,
  • Y, sin la Palabra de Dios el hombre no tiene ningún parámetro para decidir lo que es bueno y lo que es malo.
  1. Llamados a libertad y santidad.

La fuerza y el éxito de cumplir con el llamado de Dios dependen de nuestra consagración a Dios.

Jueces 13:5  Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza,

porque el niño será nazareo(A) a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.

Nazareo viene del hebreo nazar que significa “separar, consagrar”. De manera que un nazareo era una persona que se había consagrado al Señor, tomando un voto especial,

Y esos votos eran normalmente voluntarios y solamente por un período de tiempo. Sin embargo, Sansón fue hecho un nazareo de por vida por Dios, aún antes de nacer.[2]

Jueces 13:7  Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda,

porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.

 El texto nos habla del nacimiento de Sansón, que desde el vientre había sido dedicado, separado para el Señor, por lo que debía ser santo como todo nazareo.

De manera que ese acto de consagración de Sansón, contemplaba una vida de servicio y adoración a Dios.

Y por ello, Sansón no podía cortar su pelo, tomar vino o comer nada inmundo. Pero estas cosas debían haber sido las señas externas de una realidad interna.

  • La consagración es vivir santamente para Dios y su obra.

Jueces 13:12-14  Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?

Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije.

No tomará nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé.

La Escritura es muy clara cuando nos manda a vivir santamente para Dios ¡desde antes de nacer¡ es así como lo vemos detallado en el nacimiento de Sansón,

¿Para qué somos hechos salvos?

Y esa santidad solo es posible alcanzarla “guardando todo lo que Dios nos manda”  en su Palabra, es decir, obedeciendo y poniendo por obra los mandamientos.

Jueces 13:24-25  Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.

Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.

Podemos ver cómo Dios nos manda a vivir santamente en medio de un mundo pagano “entre Zora y Estaol”

Y aunque esto parece difícil en nuestra humanidad, lo maravilloso es que Dios no nos deja solos en la tarea, sino que “el Espíritu de Jehová se manifiesta”

Es decir, es el Espíritu Santo que nos impulsa a vivir en santidad, dándonos la fuerza y el valor en medio de un mundo corrompido y tentador.

  1. Llamados a libertad y cuidar nuestra consagración

Para vivir en la libertad que solo Cristo nos da, es necesario tener cuidado con los peligros del mundo,

Porque nuestros enemigos, nuestra naturaleza caída, el mundo y Satanás, trabajan para romper nuestra consagración a Dios.

Y lo hacen llevándonos a vivir de manera ociosa y descuidada, posiblemente, confiando más en nuestra condición de hijos de Dios, que en la responsabilidad humana de la santidad progresiva.

Jueces 14:1 Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos.

16:1  Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella.

 16:4  Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

Es triste ver, como la Escritura nos dice que Sansón “descendió”, que “iba hacia abajo” en su forma de vida, en las relaciones que establecía y en sus prioridades

Al punto tal, que Sansón se enamoró de Dalila, cuyo nombre significa “empobrecer, afligir, oprimir y agotar” que es justamente lo que ella hizo a la vida de este hombre!

Y todo ello, fruto de la vida ociosa y confiada que Sansón comenzó a vivir, descuidando el llamado divino.

  • El engaño de Satanás.

2 Corintios 11:3  Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,(A)

vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

La preocupación de Pablo, en este texto, es que nuestros pensamientos sean desviados del compromiso puro y sincero con nuestro Señor Jesucristo.

Recordando que todo pecado inicia con un pensamiento que poco a poco se va anidando en nuestro corazón hasta hacerse realidad.

Por lo que se hace necesario preguntarnos ¿En qué cosas mantenemos cautivo nuestro pensamiento? ¿En qué cosas podría Satanás intentar engañarnos?

Para algunos, creyentes e incrédulos, al igual que Sansón mantendrán una lucha con el sexo, la lujuria, el adulterio,

Pero para otros, sus mayores tentaciones estarán centradas en hacer visible su valor, sus posesiones, sus sueños de grandeza, su señorío sobre otros hombres,

Y todo esto sucede como resultado de vidas “cristianas” centradas en el valor y la plenitud que se obtiene en cosas que nunca llenan, que son temporales, que causan placer pero solo por un momento.

Porque luego, cada uno de esos logros y esfuerzos, deberán hacerse otra vez, cuando cada uno de ellos hayan perdido su efecto satisfactorio.

¡Este es el engaño de Satanás¡ que pretende hacernos pensar que el éxito y la felicidad se logran con cosas temporales olvidando que nuestra alma es ¡Insaciable¡

Y de manera especial, olvidando que todo aquello que se pretende y logra, fuera de Dios y su gloria, es perecedero e ¡Inútil¡

  • Cuando el siervo pierde el temor de Dios.

Proverbios 1:28-31  Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán.

Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová,

Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía,

Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos.

Cuando decimos ser creyentes, pero hemos dejado de temer al Señor, de honrarlo con nuestra forma de vida, de amarle por sobre todo lo demás,

Es entonces cuando desviamos el camino, y dejamos de orar, de leer la Palabra, de tener tiempos de meditación, dejamos de congregarnos ¡Por falta de tiempo¡

Y con ese alejamiento, ya no tenemos el consejo de la Palabra ni discernimos la reprensión, la confrontación del Señor,

De manera tal, que no sentimos en qué comento comenzamos a “comer del fruto de nuestro propio extravío” de la ceguera y confusión de nuestro propio consejo, de nuestra limitada sabiduría.

¡Cuán importante es No sacar a Dios de nuestras prioridades¡ y no olvidar el propósito con el cual fuimos llamados: vivir santamente para Dios y para su gloria.

  • El pecado nos alcanza.

Números 32:23  Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.

La Escritura es clara cuando nos habla de las consecuencias de No obedecer la voluntad de Dios ¡Habremos pecado y nuestro pecado nos alcanzará¡

Tanto así, que el entendimiento se nos entenebrece, somos incapaces de discernir entre el bien y el mal, y no podemos medir las consecuencias de nuestras acciones.

Jueces 16:17  Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja;

porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.

Tristemente Sansón se olvido que lo santo no puede mezclarse con lo inmundo, y que no hay comunión entre luz y tinieblas,

De manera que Sansón hizo de lado la Palabra de Dios, para satisfacer las pasiones del mundo, pese a que el conocimiento verdadero estaba con él.

  • ¡El pecado cobra su precio!

Jueces 16:19-20  Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza;

y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él.

Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo:

Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.

¿Por qué olvidamos que el diablo anda como león rugiente viendo a quien devorar?

Si somos hijos de Dios, debemos tener presente siempre, que el diablo anda viendo nuestra manera de vivir,

Y que lastimosamente, ese diablo conoce que aun tenemos una parte de naturaleza caída y no descansa hasta vernos caer en las redes de la tentación,

¡Este enemigo infernal, no descansa hasta que hayamos tragado el anzuelo del engaño del pecado¡

Y una vez que el creyente se encuentra en condición de pecado y destrucción ¡El escarnio es terrible¡ y más terrible la blasfemias contra Dios.

  1. Llamados a libertad ¡No a esclavitud¡

En la muy triste historia de Sansón, apreciamos la obra destructora del pecado, que le hace pasar libertador a Esclavo.

Y ese paso doloroso a la esclavitud, se acompaña de burla, vergüenza, impotencia y mucho sufrimiento.

  • Quitamos la gloria a Dios:

Jueces 16:23  Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse;

y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo.

El pecado de Sansón fue ocasión para deshonrar el Nombre del Dios vivo y verdadero, llevando a los no creyentes a dar gloria a dioses paganos,

De manera que, cuando un creyente se aleja del camino y se entrega a las pasiones del mundo y el engaño de Satanás, no solo pierde la dignidad de un hijo de Dios,

Sino que lo más grave, el pecado del creyente impide que el mundo conozca la gloriosa magnificencia del Dios Creador y Señor, y que su Nombre sea exaltado,

  • El creyente es humillado públicamente:

Jueces 16:25  Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta.

Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.

Satanás primero privo a Sansón de su fuerza física excepcional,  para hacerlo después objeto de su triunfo,

Esto significa que el actuar de Satanás siempre será  gloriarse contra la iglesia para luego decir:

«¿Estos son sus santos predicadores? miren cuál es su grave pecado, y hasta dónde han caído¡¡»

Y no solo eso, sino que Satanás también hablara contra el mismo Jesucristo y dirá: «¿Estos son tus campeones? ¿Estos son tus fieles seguidores?

Llamados a libertad, No a esclavitud

Por lo tanto, el trabajo del creyente estará bien hecho solamente cuando ese trabajo se establezca sobre la base de una comunión reverente con el Señor, de manera tal que nuestro testimonio de vida sea impactado por Él

Así que, tengamos cuidado de no ser ministros del Señor en el altar, y ser hijos de Belial fuera de la puerta del tabernáculo.

  1. Llamados a libertad ¿Cuál es mi esperanza?

¡Nuestra esperanza segura es Cristo¡ La maravillosa misericordia de Dios, su justicia y sus decretos, y la gracia de Dios que nos fortalece,

Jueces 16:26-27  Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa,

para que me apoye sobre ellas.

Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí;

y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón.

Sansón había llegado a lo más profundo del pecado y ahora pagaba a alto precio, las consecuencias de su proceder,

¡Pero aún allí, Sansón conservó la esperanza en la justicia y la gracia divina¡

Jueces 16:28  Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios,

para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos.

Se apoyó Sansón en el conocimiento del Dios que lo había llamado, pero también hizo memoria del propósito para el cual había sido elegido por Dios

Y con eso en mente, Sansón, un hijo de Dios, clamó al Señor, No para ser librado de las consecuencias de su pecado, sino, para llevar a cabo su cometido.

  • Nuestra esperanza: La soberanía de Dios.

Jueces 16:29-30  Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa,

y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra.

Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella.

Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.

Nuestra esperanza también debe estar cifrada en la soberanía de Dios, sabiendo que todo lo que Él ha dicho, se cumplirá.

Para ello necesitamos saber que los decretos de Dios van más allá de nuestra desobediencia, y que estos ¡Siempre se cumplen¡ y llegan a nosotros en una expresión de su gran misericordia.

Salmo 103:11  Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,

 Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.

No importa en qué momento del proceso estemos: si estamos comenzando a desviarnos, si ya dimos algunos pasos en la senda del mal camino o si el pecado ya nos alcanzó

Lo importante es tener la plena confianza que, la misericordia de Dios   puede alcanzarnos y  que estamos a tiempo para rectificar todavía

Conclusión:

«Llamados a libertad y no a esclavitud» es una reflexión bíblica para todos los creyentes que tenemos el inmenso privilegio de ser llamados por Dios para ser sus hijos,

Pero también, este estudio será útil para que cada cristiano pueda recordar que, aún cuando vivimos en un mundo corrompido por el pecado, siempre somos llamados a una vida de santidad

Porque la libertad de los hijos de Dios ya fue conquistada por Cristo en la cruz, pero esa libertad en santidad, debe ser conquistada cada día de nuestra vida, por nosotros mismos.

Y no olvidar jamás, que pese a nuestras muchas dificultades y luchas con el pecado, siempre contamos con la misericordia divina y la gracia que nos sostiene,

De manera especial, reconociendo que estamos en manos de un Dios soberano que siempre hará prevalecer sus decretos por encima de nuestros actos de desobediencia y necedad.

 

[1] Introducción a la Biblia, Varios autores, Mints.

[2] Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI, Jueces 13:5.