¿Por Qué Estáis Amedrentados? ¿Todavía No Tienen Fe? Esta es la reprensión que el Señor nos hace cuando caemos en un temor fruto de la incredulidad

Y esto es así porque desde el tiempo de la caída el temor entro en el corazón del hombre,

Génesis 3:9-10  Más Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

Estos temores No buenos se fundamentan en la incredulidad que emana de una naturaleza caída, desde ese momento el hombre teme hasta de su propia sombra.

¿Por qué? Porque como fruto del pecado, el hombre perdió el fin primordial por el cual fue creado “la gloria de Dios”

De modo que Dios en su infinita gracia y misericordia tiene que llevarle nuevamente al punto inicial, al punto de partida

¿Para qué? Para restaurarle espiritualmente y así, este hombre pueda honrarle, obedecerle, facultándole para que le adore y para que se aparte del mal,

Y de esto tratara la presente enseñanza, pero si usted desea profundizar un poco más sobre el temor del hombre, por favor visite ¿Con Qué Ojos Miramos Nuestra Realidad?

Texto de referencia.

Marcos 4:38-40 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?

Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.

Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

La pregunta del Señor es ¿Por qué están así de atemorizados? ¿Por qué tienen ¡Tanto miedo¡?

Y al mismo tiempo, el Señor le responde a sus discípulos con otra pregunta ¿Todavía no tienen fe? ¿Aún no confían en mí?

Porque la incredulidad de los discípulos llega a ser ofensiva, en tanto que han visto de primera mano, todas las obras portentosas del Señor,

Es decir, ellos han podido confirmar, hasta maravillarse, que Jesús es Dios Todopoderoso, soberano sobre la muerte, los demonios y la enfermedad

Entonces, cómo es que estos hombres, que han caminado con Él lado a lado, ahora están amedrentados, llenos de miedo y cobardía.

¿Por qué estáis amedrentados? ¿Todavía no tienen fe?

Este es un texto bíblico muy conocido, sin embargo es bueno preguntarnos ¿Que aprendemos de este pasaje?

Y aprendemos varias cosas sobre lo qué es el temor en el corazón del creyente:

  • El temor revela un problema de fe:

Es por ello, que el Señor, ante la reacción de los discípulos, hace una segunda pregunta ¿Todavía no tienen fe? ¿Todavía no confían en mí?

Con ese cuestionamiento, Jesús deja ver que el temor de los discípulos no era otra cosa, que un problema de fe,

¿Por qué? Porque creemos más en lo que nuestros ojos ven en cada momento, que en el poder demostrado por Dios, en nuestras circunstancias pasadas.

Es decir, que los hombres y mujeres somos muy prestos a olvidar nuestras experiencias con Dios, de modo que dejamos de lado lo que Dios ya hizo en nuestra vida.

  • El temor proviene de una situación externa:

¿Qué es lo que había causado tanto temor en los discípulos, al punto de olvidar que con ellos estaba en persona el mismo Dios?

¡Una tempestad¡ los ojos de los discípulos estaban centrados en el fuerte viento que echaba el agua dentro de la barca a tal punto que estaba a puno de hundirse.

Y por tanto, eran incapaces de ver a Dios, de ver al Hijo de Dios que habitaba con ellos, que es exactamente lo mismo que nos sucede a nosotros cuando enfrentamos peligro.

¿Por qué? Porque nos quedamos viendo la magnitud desbordante de nuestra situación versus nuestra pequeñez ¡Y nos olvidamos de Dios¡

  • El temor se desarrolla según nuestra situación interna:

Esto significa que el ¡Temor que se fundamenta en la Incredulidad¡ y es esto lo que lleva a los discípulos a tener una percepción de pérdida,

Por ejemplo, nos inunda el temor a perder nuestra vida o la vida de un ser querido, temor a perder nuestros bienes materiales, temor a la escasez, temor a perder el trabajo.

Entonces, los temores nos enseñan sobre nuestra propia visión del mundo, tal como lo dijo el gran teólogo John Pipper

De manera que, ignorar la presencia de Dios, hace que la incredulidad prevalezca y nos lleve a pensar que la tormenta nos va a destruir

Y de manera dolorosa, nos hace pensar que Dios No cuida de nosotros o que no tiene el poder para salvarnos, o que está dormido, o está bien lejos.

  1. ¿Por qué estáis amedrentados?

Marcos 4:39-40 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.

Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

Los discípulos se llenaron de temor al ver la gran tempestad, y no comprendían como el Señor dormía mientras parecía, que ellos perecerían

Pero los temores de los que Jesucristo vino a librarnos no solo son aquellos que surgen como fruto de las circunstancias externas temibles,

Sino que también, nuestro Señor vino a librarnos de nuestros propios temores internos que nos desubican de la realidad espiritual que tenemos,

Es decir, que la misericordia del Señor nos alcanza al librarnos de aquellos temores que surgen y se acrecientan como resultado de una fe mal fundamentada y mal colocada,

¿Cómo es eso? El Señor nos libra de los temores que surgen al poner nuestros ojos en nuestra propia incapacidad humana, o al ponerlos en situaciones externas superiores a nosotros.

Pero esa es una fe mal colocada, porque ponemos nuestra fe en la criatura o en la circunstancia y no en el dador de la fe, que todo lo puede ¡Nuestro Jesús¡

  1. ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Por las circunstancias?

El temor más grande del hombre debería de emanar del problema más grande que el hombre tiene en su estado caído, que es ¡No estar reconciliado con Dios¡

Y este temor es tan real como los problemas temporales que vemos, pero es el gran problema en el que el hombre menos piensa ¡Ni se le cruza por la cabeza¡

  • El gran problema del hombre:

Salmo 7:11 Dios es juez justo,

Y Dios está airado contra el impío todos los días.

No podemos hacer de lado los atributos divinos: Santidad y Justicia, porque el hombre solo piensa que Dios es amor, ¡Y sí que lo es¡

Pero también es un Dios que demanda santidad y que castiga el pecado ¿Por qué? Porque el pecado es una transgresión a la Ley divina

Y todo aquel que transgrede la Ley, se hace merecedor de castigo, entendiendo que la paga del pecado ¡Es muerte¡

Más aún, la ira de un Dios Santo está sobre todos aquellos que ofenden esa santidad, de manera que los transgresores también se hacen acreedores de una condenación eterna.

  • Todos somos pecadores:

Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, (A)

Así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

La verdad es que cada hombre y mujer que nace, entra en este mundo como un pecador culpable antes de cometer una sola transgresión.

Y No es solo que posee una naturaleza pecaminosa, sino que está directamente “bajo condenación”.

¿Por qué? Porque nacemos bajo el dominio del pecado, este va intrínseco a nuestra naturaleza y a medida crecemos, nos vamos perfeccionando en el pecado que más nos cautiva.

De modo que esta tierra es el escenario de una tragedia sombría y horrible. En él vemos miseria, dolor y pobreza, decadencia y muerte, por todos lados. Ninguno escapa.[1]

Romanos 5:15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos,

Abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.

Y esta es la gran y maravillosa noticia, porque aunque el pecado nos tiene cautivos por naturaleza,

También es cierto que llega a nosotros el ¡Don de Dios¡ cuya gracia nos liberta, sostiene y sustenta hasta el final, esa maravillosa gracia es Jesucristo.

  • En Jesucristo hay solución:

Romanos 5:18-19 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres,

De la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores,

Así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

La desobediencia del primer Adán fue el fundamento judicial de nuestra condena; y la obediencia de Jesús es la base legal sobre la cual solo Dios puede justificar al pecador.

Y es así como tenemos el Evangelio que nos transmite la buena noticia: Cristo murió por su pueblo, nuestros pecados fueron sobre Él y la justicia de Cristo sobre nosotros, viles pecadores

Pero el principio de ser salvos por lo que Cristo ha hecho, solo es posible sobre la base de que estamos perdidos por lo que hizo otro.

Los dos se paran o caen juntos. Si no hubiera habido un pacto de obras, no habría habido muerte en Adán.[2]

Y si no hubiera un Jesucristo santo que cumpliera las demandas de justicia del Padre, jamás habríamos sido salvos de nuestra condenación.

  • Necesitados de reconciliación:

Romanos 5:10-11  Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,

Mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

La palabra “reconciliación” significa: Unir dos partes que han sido separadas, y donde uno ha sido ofendido por el otro, de modo que se ha creado una brecha entre ambos.

Por tanto, en lugar de amistad existe hostilidad. En vez de paz, hay enemistad, separación entre ellos.

Y es aquí, en esta realidad que se hace manifiesta la necesidad de hacer la paz entre Dios y los hombres, de modo que haya una reconciliación completa.

Entendiendo que es el hombre quien ha ofendido gravemente a Dios, de modo que la alianza entre Dios Supremo y el hombre, ha sido rota

A causa de la rebelión del hombre contra Dios, donde este ha pisoteado las leyes divinas de Dios y se ha olvidado dar gloria al Creador.

En consecuencia, la gran necesidad de esta humanidad caída, es ser reconciliada con Dios y volver a la senda antigua, de comunión y armonía con su Creador.

Por tanto, el gran temor de los hombres no deberían ser las aflicciones de este mundo temporal, sino, vivir eternamente en enemistad con Dios.

  1. ¿Por qué estáis amedrentados? ¡Temed al Señor¡

Hay un temor que necesitamos aprender y cultivar, que es ¡El temor del Señor¡

Proverbios 1:7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;(B)

Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

La biblia es maravillosa porque nos da un diagnostico de nuestra condición humana y la miseria que nos cubre,

Es decir, nos deja ver nuestra condición espiritual: muertos en nuestros delitos y pecados, incapacitados para acercarnos a Dios.

Pero también nos da el pronóstico: nos enseña que no podemos salvarnos a nosotros mismos y que si seguimos en esa condición, indefectiblemente ¡Iremos a un castigo eterno¡

Al mismo tiempo, la biblia nos Enseña que Dios es infinitamente grande, infinitamente sabio, infinitamente santo, justo

Y que nosotros somos infinitamente pequeños, necesitados de Dios porque sin Él, estamos completamente condenados y muertos en nuestros delitos y pecados,

Más aún, nos enseña  que si morimos sin Cristo, iremos a un castigo eterno llamado infierno, totalmente separado de la presencia de Dios y en la plenitud de la ira de Dios.

Por tanto ¡Necesitamos aprender a temer a Dios¡

  • ¿Qué se opone al temor de Dios?

Son tres los adversarios que harán difícil aprender a vivir en el temor de Dios, de modo que será una gran batalla, pero si la emprendemos, tengamos la seguridad que  será una gran victoria.

Nuestro corazón de carne

Este es uno de nuestros grandes enemigos, y que nos hace pensar que “Yo soy bueno” y que nuestro pecado no es tan grave, como para merecer castigo o tenerme alejado de Dios.

Pero tal forma de pensar ignora la profundidad de nuestro pecado en el corazón, y nos lleva a actuar como alguien independiente de Dios,

Y vivir pensando así ¡Es imposible tener temor de Dios¡

También, cuando el trabajo o la recreación sustituye nuestra adoración a Dios ¡Allí no hay temor de Dios¡

El mundo racionaliza el pecado,

Nos hace creer que somos humanos normales, que todo el mundo lo hace, que no es tan malo, y que al fin de cuentas ¡No somos perfectos¡

De modo entonces, que es el mundo quien determina lo que es correcto o incorrecto, moral o inmoral, y así ¡Dios resulta irrelevante¡

Satanás:

Este es el tercer gran enemigo del hombre, que siempre llega a cuestionar la Palabra de Dios, con un “Con que Dios os ha dicho”,

Y sin darnos cuenta, el diablo arrastra a la persona a la idolatría, adorar personas, actividades, cosas materiales, hace creer que Dios esta distante que no ayuda ni nos ve.

¡Estos enemigos nos impiden aprender el temor de Dios y vivir en él¡

  1. ¿Por que estáis amedrentados? ¡Aprended el temor de Dios¡

No hay duda que necesitamos aprender a temer a Dios, pero la gran pregunta es ¿Cómo aprender ese temor de Dios?

Salmo 34:11 Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os enseñaré.

El salmista nos dice que el temor de Dios debe ser enseñado para aprenderlo, y a lo largo de las Escrituras encontramos la forma de hacerlo

  • ¿Cómo aprender el temor de Dios? ¡Congregándonos¡

Moisés nos dice cómo aprender el temor de Dios:

Deuteronomio 4:10  El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo:

Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán,

Para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra,

Y las enseñarán a sus hijos;

Aprendemos el temor de Dios cuando nos congregamos, cuando guardamos el día de reposo, para escuchar la Palabra de Dios

Pero no solo para escuchar, sino también para aprender esa Palabra, meditar en ella  y ponerla por obra

De modo que podamos llevar un estilo de vida que a Dios le agrade, y que a nosotros y nuestra familia, edifique y sostenga en el camino de bendición

  • ¿Cómo aprender el temor de Dios? Enseñando a otros.

Debemos enseñar la Palabra de Dios a otros, de manera que poco a poco, toda nuestra casa vaya conociendo la Verdad de Dios para nuestra vida

Y debemos enseñar la Escritura porque lo que más escasea en este tiempo, y tristemente también dentro de la iglesia, es el conocimiento del temor de Dios

Comprendiendo que el conocimiento de Dios, Su persona, Su obra, Su Voluntad para el pueblo, siempre será por medio del conocimiento de la Escritura.

Deuteronomio 17:18-19  Y cuando se siente sobre el trono de su reino,

Entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas;

Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios,

Para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra;

La gran pregunta es ¿Tenemos una biblia con nosotros, en nuestra casa? ¿La leemos todos los días?

Ya no hay excusa para no leer la biblia todos los días en el sentido que disponemos de versiones digitales, accesibles a todos

Y más aún, si no podemos leer o se nos dificulta hacerlo, también tenemos la Biblia hablada en aplicaciones para teléfono celular ¿Por qué no la leemos entonces?

Porque sino leemos la Biblia, entonces no podremos saber quién es Dios, quiénes somos nosotros ni cómo se adora a Dios.

  • ¿Cómo aprender el temor de Dios? ¡Leyendo la Biblia¡

Es en la Biblia donde aprendemos cómo se le obedece a Dios, cuál es su Voluntad y cómo permanecer en la Palabra

De modo que, cuando leemos y estudiamos la Biblia, meditando y poniendo por obra la Palabra, crecemos en el temor de Dios

Deuteronomio 17:20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra;

A fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

Conocer y vivir en el temor de Dios nos ayuda, primeramente, para aprender a No ser idolatras, sino que vivamos poniendo a Dios sobre todo y sobre todos,

¿Por qué estáis amedrentados? Aún no tienen fe?

Y segundo, el temor de Dios nos sirve para no volvernos apostatas, no apartarnos de sus mandamientos y estatutos,

Pero también, en la Biblia aprendemos que el propósito del temor de Dios es la gloria de Dios y el bienestar de cada uno de nosotros, toda su iglesia.

Conclusión:

¿Por qué estáis amedrentados? Será que todavía no hemos creído en el Señor, aún nos falta la fe para apartar nuestros ojos de las circunstancias,

Eclesiastés 12:13  El fin de todo el discurso oído es este:

Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.

Sabemos que Salomón fue un hombre que lo tuvo todo, probo de todo e hizo todo cuanto quiso. Sin embargo, al final de los días de Salomón, él pudo concluir que el todo del hombre es ¡El temor de Jehová¡

Entonces, vivamos de manera tal que el temor de Dios, sea la esencia de nuestra vida.

 

 

[1]Adán y la cabeza federal – Arthur Pink

[2]Adán y la cabeza federal – Arthur Pink