¿Por qué Te Abates Alma Mía? Esta es la gran pregunta que debemos hacernos cuando estamos viviendo momentos de angustia y aflicción

Y esa pregunta debe tener el propósito de ¡Pedir ayuda¡ a manera de encontrar una cura para el abatimiento que nos embarga y vencer la depresión

Porque todos los seres humanos en algún momento de nuestra vida, ante la opresión y calumnia del enemigo, ante las enfermedades,  caemos en la depresión,

Y de pronto, el alma se encuentra abatida, angustiada, intranquila, no hay paz en el corazón ni encontramos luz en nuestros pensamientos,

Pero ante estas experiencias, propias de la condición humana, la Biblia nos da los principios de cómo salir de la angustia.

Si usted desea profundizar un poco más sobre cómo salir de nuestras aflicciones, por favor visite ¿Aflicción en mi Vida? Preparándonos en la Aflicción.

¿Por qué te abates alma mía?

Cuando el creyente vive momentos de angustia y aflicción, la Escritura siempre nos orienta en lo que tenemos que hacer, de manera que nuestra alma encuentre quietud.

Y para ello, la instrucción será: Orar, entrar en comunión con nuestro Creador, poner nuestras cargas en Sus manos todopoderosas,

Pero también se hace necesario que aprendamos a auto predicarnos la Palabra aprendida, y luego ejercitar la fe.

Texto de referencia.

Salmo 43:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí?

Espera en Dios; porque aún he de alabarle,

Salvación mía y Dios mío.

Este Salmo 43 es clasificado como un poema, a la vez es una lamentación, una oración pidiendo ayuda en la aflicción

Y en esta oración, el salmista se vuelve a Dios de inmediato y derrama su corazón en un breve discurso

Pero también el salmista describe sus dificultades, declarando lo que le han hecho sus enemigos, las estrecheces por las que está pasando, y lo que Dios había o no había hecho.

Sin embargo, este hombre puede dejar de lado su queja, y pasa a declarar su confianza absoluta en el Señor.

Y con ello  el salmista pasa a la petición, pidiendo la intervención divina a favor de él para rescatarlo de esa aflicción

Finalmente, el salmista concluye su lamento con una expresión llena de alabanza a Dios por responder a su oración.

Y estando seguro de que el Señor respondería, el salmista empieza a adorarlo dentro de su oración.

De modo que la repentina seguridad de la respuesta divina, lleva al salmista a expresar una grandiosa muestra de alabanza.[1]

  1. ¿Por qué te abates alma mía? Busca al Señor en Oración.

Salmo 43:1  Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;

Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.

Cuando el salmista dice “Júzgame, oh Dios” lo que hace es pedir que Dios le haga justicia ante la injusticia del impío que siempre arremete contra el creyente,

Pero también, hay una petición “Defiende mi causa”, porque el salmista está seguro que solo Dios puede defenderle.

Finalmente, en este versículo encontramos una tercera petición “Líbrame de gente impía y del hombre engañoso e inicuo

Es decir, que nuestra oración debe llevarnos siempre, a dejar la justicia en manos de Dios, descansar en la certeza que Él nos defenderá,

Y que será nuestro Señor quien nos librará de la maldad del hombre incrédulo, que vive sin ley y sin temor de Dios

  • ¿Por qué te abates alma mía? Descansa en el Señor

Salmo 34:19 Muchas son las aflicciones del justo,

 Pero de todas ellas le librará Jehová.

La Escritura jamás promete que el creyente será libre de toda aflicción, que por ser cristianos ya no viviremos penalidades,

Sino por el contrario, la misma Palabra asegura que “en el mundo tendremos aflicciones”

Entonces, el consuelo del cristiano está en la maravillosa promesa que “de todas esas aflicciones nos librará Jehová”

  • ¿Por qué abates alma mía? ¡Cuéntele a Dios como te sientes¡

Salmo 43:2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?

¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?

Debemos platicar con Dios en nuestras oraciones, decirle como nos sentimos: rechazados, oprimidos, abandonados por Él

Entendiendo que todos estos, son sentimientos humanos, genuinos en los momentos de la aflicción y ante la falta de luz en nuestra forma de ver la realidad que vivimos,

Pero que sea humano y genuino ¡No quiere decir que sea verdad¡ porque esos sentimientos son contrarios a lo que dice la Palabra de Dios,

una mente preparada para la aflicción

Entonces, hablemos con Dios nuestras dudas y temores, incluso nuestra misma incredulidad,

Y tengamos la certeza que Dios obrará, por medio de su Santo Espíritu, para llevarnos a la Verdad divina, que siempre nos afirma y nos enseña a confiar.

Es de ese modo que el salmista reconoce y entiende que Dios es realmente su fortaleza, y entonces se pregunta:

¿Por qué sufría tal angustia a manos de su enemigo? Parecía que Dios lo había desechado ¡Pero no era así¡[2]

Por tanto, el Sentir es en algunas veces contrario a la fe, pero debemos contarle a Dios como nos sentimos,

Y saber que el Señor va a respondernos, va a sacarnos de ese estado de duda o de incredulidad por medio de su Palabra, y dará lugar a la convicción,

Jamás olvidemos que Dios siempre está con nosotros, porque Su Palabra dice ¡Nuca te dejare, nunca te abandonare, siempre te ayudare¡

  • ¿Por qué te abates alma mía? Pídele a Dios Su luz y Su Verdad.

Salmo 43:3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;

 Me conducirán a tu santo monte,  Y a tus moradas.

La luz es a menudo percibida como representativa de las cosas buenas y también positivas.

En ese sentido, la oración del creyente debe orientarse a pedir a Dios, que nos envíe su luz y su Verdad de manera que podamos establecer nuestro camino,

Porque sin esa luz y Verdad nos perdemos en la oscuridad de nuestro pensamiento, en la ceguera de nuestros ojos y ante un horizonte limitado

Además, cuando carecemos de la Luz y Verdad de Dios, también se frena nuestra comunión con Dios

Es por ello que el salmista dice que es la luz y Verdad de Dios, la que nos conduce a su Santo monte, haciendo referencia a la comunión con Dios.

Entonces, es la Verdad de Dios la que nos brinda el conocimiento del buen camino que debemos seguir, y la luz de Dios nos ofrece una visión clara para seguirlo.

Por tanto, si nos sentimos rodeados de oscuridad e inseguridad, busquemos anhelantemente la luz y la verdad de Dios, porque Él nos guiará.

  1. ¿Por qué te abates alma mía? Fortalécete en la Palabra de Dios

Para salir de la aflicción que nos agobia, es necesario predicarnos a nosotros mismos la Palabra de Dios, y ser así, establecidos y confirmados

Salmo 43:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

Y por qué te turbas dentro de mí? …

El salmista cae en la cuenta que, no hay razón para estar inquieto, para preocuparse ni para tener un alma abatida, gimiendo

¿Por qué? Porque la Palabra de Dios es fiel y segura, la conocemos y la hemos oído y leído muchas veces,

Por tanto, en la aflicción es el momento de traerla a memoria, de repetirla sin cesar y hacerla nuestra con firme convicción.

  • ¿Cómo están mis fundamentos en la Palabra de Dios?

Es en la aflicción cuando podemos descubrir si nuestros fundamentos bíblicos son débiles al punto de hacernos caer en depresión,

Y si eso es así, necesitamos fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza, en la Verdad irrefutable de la Palabra

Mateo 7:24-25 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Es en esos momentos cuando descienden las lluvias, soplan los vientos y golpean arreciando contra nuestra vida, cuando necesitamos cimentarnos en la Roca

Porque solamente así podremos resistir el embate de la vida, de nuestros enemigos y de toda asechanza y tentación

La pregunta es ¿Cómo fortalecer mis fundamentos? Oyendo atentamente la Palabra de Dios y siendo obedientes a ella.

Y para lograr esto, es necesario congregarnos, ser prudentes, pacientes y aprender a discernir la Voluntad de Dios

Para ello, es bueno hacernos algunas preguntas mientras vivimos la prueba ¿De dónde viene esta aflicción? Y debemos saber que todas las pruebas provienen de Dios

Entonces, preguntémonos ¿Cuál es su propósito? y sabemos que las pruebas siempre nos llevan a perfeccionar nuestro carácter, más semejantes a Cristo

¿Cómo será el final de lo que hoy vivimos? y la respuesta es ¡Bueno¡ los finales con Dios siempre son buenos, así lo dice Romanos 8

Y ¿Cuándo será el final de esta aflicción? ¡Hasta que el Señor haya completado su obra perfecta en nosotros¡

  • Las pruebas vienen de Dios.

Necesitamos saber que las pruebas vienen de Dios y que siempre tienen un propósito santo, tienen un tiempo de inicio y un tiempo de terminación,

Y saber además, que Dios da el  suministro de todo lo que necesitamos para salir delante de la prueba

Santiago 1:2-4 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,

Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.

Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

Nuestra actitud ante la prueba siempre ha de ser de ¡Sumo gozo¡ y para que esto sea realidad es necesario que no anclemos nuestros ojos a la prueba,

Sino que nuestros ojos puedan ver lo que esa prueba ha de producir en nosotros: ¡Perseverancia¡

Es decir, que si no fuera por esa prueba nuestra fe no se fortalecería, no aprenderíamos a caminar en medio de la aflicción ¡Creyendo¡

En ese sentido, la prueba perfecciona nuestro carácter bíblico, nos hace fuertes y nos enseña a luchar, a sostenernos creyendo.

  1. ¿Por qué te abates alma mía? ¡Espera en Jehová¡

Nunca hay un final malo para los que creemos en el Señor, sino que nuestro final siempre es maravilloso en Dios, solo tenemos que ¡Esperar¡

Es así como el salmista dice ¡No hay razón para que me inquiete! ¡No hay razón para que me preocupe! ¡Pondré mi confianza en Dios mi salvador! y ¡Sólo a Él alabaré!

  • Ejercitemos la fe

Esperar en Jehová significa depositar toda nuestra confianza solo en Él, y no en otro, y ese  es uno de los propósitos de la fe

Y es por eso que David dice al final de este hermoso Salmo ¡Vale la perna esperar en Dios

Salmo 27:14 Aguarda a Jehová;

 Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;

 Sí, espera a Jehová.

Necesitamos aprender a confiar plenamente en el Señor, a tener valor durante la prueba para no desanimarnos

Y ese valor que necesitamos es para ¡Aceptar la Voluntad de Dios¡ y no luchar en vano, para imponer nuestra voluntad necia

¿Por qué te abates alma mía?

Entonces, tengamos valor para esperar en Dios, confirmando que la Voluntad de Dios siempre es buena y maravillosa para la vida del creyente

Y de manera especial, al final de la prueba podremos confirmar que ¡Dios no defrauda¡

  • En Dios el final siempre es bueno

Salmo 43:5…Espera en Dios; porque aún he de alabarle,

Salvación mía y Dios mío.

Pongamos nuestra confianza en Dios porque Él es nuestro salvador, y en medio de la prueba ¡Solo a Él le hemos de alabar¡

Y recordemos el versículo emblemático que nos habla como Dios hace que todo coopere para bien de su pueblo

Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,

Esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Por tanto, dejemos a un lado la soberbia, la incredulidad, la necedad de nuestra alma, y depositemos en el Señor, toda nuestra vida.

  • No deje de congregarse,

En la comunión con Dios y lo santos hay alegría y gozo

Salmo 43:4 Entraré al altar de Dios,

Al Dios de mi alegría y de mi gozo;

Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.

El altar de Dios es la cruz, allí, donde Dios cambio la maldición en bendición, y donde nos cambio de muerte a vida

¡Maravillosa cruz¡ Maravilloso Señor con quien hemos de encontrarnos cada domingo, cada día del Señor, para alabarle con alegría y gozo.

Porque es justamente eso, alegría y gozo, lo que necesitamos cuando estamos en medio de la tormenta, del desierto, del horno de fuego.

Conclusión

¿Por qué te abates alma mía?  Si en el Señor esta  nuestra confianza, nuestra vida, la razón de ser en este peregrinaje,

Por tanto, no olvidemos que el camino para vencer la depresión, la desesperanza es orar, predicarse a sí mismo la Palabra y ejercitar la fe,

Y todo ello es posible si nos congregamos, y hacemos todo lo que tengamos que hacer para la gloria de Dios.

Palabras y frases significativas:

Abatir: shakjákj raíz primaria; hundir o deprimir (refl. o caus.):- abatir, derribar, echar, encorvar, humillar, inclinar.

Turbar: hamah(äÈîÈä, H1993), «hacer ruido, ser bullicioso, rugir, gemir, ladrar, sonar».

Espera: yakjál raíz primaria; esperar; por implicación ser paciente, esperar:- doler, esperanza, esperar.

 

[1] Walvoord, J. F., &Zuck, R. B. (2000). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Antiguo Testamento, tomo 4: Job-Cantar de los Cantares (pp. 104–105). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.

[2]Walvoord, J. F., &Zuck, R. B. (2000). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Antiguo Testamento, tomo 4: Job-Cantar de los Cantares (p. 159). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.