¡Providencia Divina¡ ¿Cómo Respondemos A Ella? ¿Cómo podemos estar seguros que es Dios actuando a nuestro favor?

Sobre todo cuando parece que todo va mal, que las cosas no son como nosotros consideramos que sería lo mejor

Pero para dar una respuesta a tantas inquietudes que surgen como fruto de la adversidad humana, necesitamos primero, saber qué es la providencia de Dios.

¿Qué es la providencia?[1]

La providencia divina consiste en reconocer que Dios es el Gran Creador de todo cuanto existe y que Él lo sostiene. Esta providencia implica:

  • Que Dios dirige, dispone, y gobierna a todas las criaturas, acciones y cosas,
  • Y que este gobierno Dios lo realiza desde la más grande hasta la más pequeña de toda Su creación,
  • Pero también, ese gobierno se lleva a cabo por la sabia y santa providencia de Dios, y lo hace conforme a Su presciencia infalible
  • Y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia.

Si usted desea profundizar un poco más sobre el actuar de Dios en la vida de la iglesia, por favor visite Ciertamente El Bien Y La Misericordia De Dios Me Seguirán

Texto de referencia.

Salmo 73:21-22  Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas.

Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.

El salmista nos deja ver un profundo conflicto en el alma que le lleva no solo a desviar los ojos hacia la prosperidad del impío,

Sino también, a juzgar el gobierno de Dios y a cuestionar la bondad de nuestro Creador, de modo que plasma la lucha que muchos creyentes tenemos,

Para lo cual, se hace necesario comprender en qué consiste la Providencia de Dios para la creación y que analicemos, cómo respondemos a ella.

Providencia divina ¿Cómo respondemos a ella?

Este Salmo de Asaf comienza presentándonos la gran batalla, que en muchos tramos de la vida, se libra en el alma del creyente.

Y este es un conflicto que en esencia se da, entre  la Verdad bíblica y la experiencia de vida.

De modo que las expresiones que salen del corazón de Asaf, podemos parafrasearla de la siguiente manera:

“Dios es bueno pero yo sufro y a estos impíos les va bien en la vida” ¡No entendemos cómo es la bondad de Dios hacia nosotros¡

Entonces, vemos que en esencia, la prosperidad de los impíos y las aflicciones de los justos, son dos cosas que a simple vista parecen incoherentes, injustas,

Y nos parecería que hay algo que no  encaja, ¿Cómo reaccionamos ante esto? para encontrar la respuesta, veamos que podemos aprender del salmo de Asaf.

  1. La providencia divina demuestra que ¡Dios es bueno¡

Sea cual sea la situación que estemos viendo y viviendo, necesitamos posicionarnos en una gran Verdad y ¡No movernos de ella¡

¿Cuál es esa gran Verdad que nos sostiene? Que Dios ha sido, es y seguirá siendo bueno.

  • ¡Dios es Bueno¡

Salmo 73:1  Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón.

H. Spurgeon oraba diciendo: “Oh Dios mío, por perplejo que esté, no permitas que piense mal de ti, Si no puedo entenderte, que nunca deje de creer en ti”.

Esta es una hermosa oración que nos debe llevar a recordar que la bondad de Dios es uno de los atributos divinos que describen la naturaleza misma de Dios,

De modo que podemos entender que ¡Todo lo que Dios hace es bueno¡ independientemente de lo que estemos viviendo, aún cuando no lo comprendamos

Y para poder asimilar esa Verdad necesitamos vernos a nosotros mismos, para darnos cuenta que ¡Nosotros No somos buenos¡

De modo que si hay algo bueno en nosotros, es porque tenemos a Cristo en el corazón. Solo recordemos que Dios nos ha dado la salvación aún sin merecerlo

Y nos da todas las cosas necesarias para esta vida, incluyendo las pruebas, y como dice Romanos 8:28 “A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien

Salmo 34:8  Gustad, y ved que es bueno Jehová;(A) Dichoso el hombre que confía en él.

Por tanto, no abramos espacio en el corazón que nos haga pensar que Dios no es bueno, porque aún las dificultades han sido diseñadas por Él, para perfeccionar nuestro carácter.

  1. La providencia divina y la prosperidad del impío.

El aparente éxito del mundo tienta al creyente  a volver al camino ancho.

Salmo 73:2-3  En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;  Por poco resbalaron mis pasos.

Porque tuve envidia de los arrogantes,  Viendo la prosperidad de los impíos.

Desde aquí hasta el versículo 9 encontramos una plena descripción del alma en conflicto de Asaf,

Y ese conflicto surge al ver la prosperidad del impío en contraste a la condición personal del salmista

Pero es aquí donde se hace necesario el conocimiento bíblico para comprender que existe una gracia común, que hace salir el sol para buenos y malos,

Y existe una gracia especial que cubre de manera exclusiva a los hijos de Dios y que le permite estar bajo la providencia de un Creador y Padre,

La oración perseverante y la Soberanía divina

Entonces, aún cuando el creyente puede verse tentado ante el éxito que ofrece el mundo, creyendo que el impío es más feliz y realizado que nosotros

Debemos saber que esa tentación solo es un espejismo engañoso de un aparente bienestar que si no la identificamos, puede llevar al pueblo de Dios, a volverse al mundo y unirse al impío.

  • ¿Vale la pena ser piadoso o es una pérdida de tiempo?

Salmo 73:12  He aquí estos impíos,

Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.

Parece que se cristiano, constantemente rindiendo nuestra voluntad a Dios, dejando de lado nuestras necesidades materiales, es ¡Una pérdida de tiempo¡

Y la riqueza del impío  hace ver que la vida cristiana no vale la pena, e incluso hace pensar que la centralidad de la vida se encuentra en las riquezas temporales.

Salmo 73:13  Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,

Y lavado mis manos en inocencia;

Debemos comprender que el propósito de la vida cristiana no es el bienestar temporal que ofrece el mundo, sino ¡Una vida de santidad¡

¿Por qué? Porque las riquezas del mundo conllevan perdición y no glorifican a Dios.

No podemos olvidar que el corazón del hombre es engañoso, pronto se corrompe llenándose de soberbia, vanagloria, egocentrismo y olvidando a su Creador.

Salmo 73:14  Pues he sido azotado todo el día,

Y castigado todas las mañanas.

El camino al cielo es un camino de aflicción,… «El camino de la cruz es la ruta del cielo», así lo dijo un mártir (Bradford);

Y otro mártir de la iglesia dijo: «Si hay algún camino hacia el cielo, pasa por la cruz.»  John Trapp

La vida del creyente, es una vida de pruebas y sufrimiento porque este es el mejor maestro que tenemos, porque nos santifica y nos acerca a Dios,

Sin olvidar, que el mundo también llena la vida de sufrimiento y dolor, pero ellos ¡No tienen esperanza¡ sino que se frustran y se abandonan al pecado ante la dificultad.

Más no es así con el cristiano verdadero. El dolor y el sufrimiento nos acercan a Dios, nos santifica formando nuestro carácter y produciendo gozo

  • ¿Cómo debemos ver el sufrimiento cristiano?

El salmista reconoce que su sufrimiento se debe a la necedad e ignorancia del corazón del hombre,

Salmo 73:21-22  Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas.

Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.

Ver la prosperidad del mundo puede traer amargura al alma del creyente, pero el Espíritu Santo siempre obra, dando discernimiento en el corazón.

Y el sufrimiento se hace mayor cuando el corazón se llena de ignorancia, creyendo más en lo que nuestros ojos ven que en lo que Dios establece en Su Palabra

De manera que la ignorancia nos lleva a obrar como un hombre natural, pero el Espíritu Santo nos encamina de nuevo a la Verdad renovando nuestro entendimiento.

  1. La providencia divina nos lleva a alabar a Dios por su fidelidad.

Vemos al salmista llegar al discernimiento de la obra de Dios, de su presencia con él y la Su ayuda incondicional

Salmo 73:23  Con todo, yo siempre estuve contigo;

Me tomaste de la mano derecha.

El salmista reconoce el actuar de Dios y dice “yo tengo todo lo que necesito” viendo la presencia de Dios “siempre a su lado” y sosteniéndole de la mano

De manera que el salmista nos recuerda a todos los creyentes que tenemos un Dios cercano, que camina a nuestro lado y que siempre nos da dirección, mostrando la salida.

Salmo 23:4  Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;

La dirección divina ha estado siempre con nosotros, desde el principio hasta el final de nuestras crisis y sufrimientos.

Y esta es la providencia divina, demostrándonos que todo lo que Dios hace es bueno porque siempre obra a nuestro favor, aún cuando no lo entendamos,

Pero esa providencia se manifiesta en nuestra experiencia de vida, dejándonos ver la bendición de tener a Dios de nuestro lado, que no estamos solos, dándonos paz y quietud al alma.

  • La providencia divina y su fidelidad.

Salmo 73:24  Me has guiado según tu consejo,

Y después me recibirás en gloria.

Hemos visto que Dios nos toma de la mano derecha para guiarnos, darnos dirección, caminando a nuestro lado,

Pero esa dirección es según la Palabra de Dios, según el consejo divino, que es aplicada a nuestro corazón, por el Espíritu Santo

Esto significa que el creyente No encontrará dirección para la vida fuera de la Escritura[2]: solo aquí encontramos expresa la Voluntad de Dios para nosotros.

Y solo en la Palabra de Dios encontramos la sabiduría para tener una vida plena, tanto en este mundo como en el venidero.

  • La dirección de Dios es para la eternidad.

Salmo 48:14  Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;

El nos guiará aun más allá de la muerte.

Tenemos un Dios personal, cuya presencia está con nosotros en todos los tiempos, en todas las situaciones que vivamos y Su Palabra siempre nos guía,

Pero esa luz y dirección que nos da el Señor no solo es para vivir plenamente esta vida temporal,

Sino que la Palabra de Dios nos guiara ¡Hasta la eternidad¡ demostrándonos que ¡Toda nuestra vida está en las manos de Dios¡

Y por tanto, No hay ni un área de la vida en la que estemos solos, sin luz ni dirección, ni aún en el momento de la muerte física

Porque ¡Dios está en control de todo¡ y dirige no solo su creación sino también la realidad de cada uno de sus hijos.

Isaías 48:17  Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel:

Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña (Maestro) provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.

El Señor es nuestro Maestro, que nos enseña de manera que haya provecho en nuestra vida, en nuestro caminar por este mundo caído,

De manera que cada creyente pueda hacer lo que más le conviene, lo que es para nuestro beneficio y que le hará bien a toda nuestra casa.

¡Esa es la maravillosa enseñanza que solo encontramos en la Palabra de Dios¡

  • La providencia divina y el Espíritu Santo

Juan 16:13  Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta,

Sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Nuevamente confirmamos que el hijo de Dios No está solo, sino que siempre cuenta con la ayuda divina para afrontar cada etapa de la vida.

Es así como contamos con el poder del Espíritu Santo que siempre nos guiara a la Verdad de Dios, abriendo nuestros ojos y entendimiento para ver las cosas como Dios las ve.

  • Una declaración de confianza.

Salmo 73:25-26  ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?

 Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

Mi carne y mi corazón desfallecen;

 Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

Para el salmista el bien es estar cerca a Dios. Termina con una alabanza a Dios quien dirige a sus hijos a través del sufrimiento a la gloriosa victoria.

Y reconoce que aún cuando nuestro cuerpo desfallezca y pareciera que ya morimos, aún así, nuestra confianza sigue puesta en el dueño de nuestra vida ¡Nuestro Señor¡

Es así como el salmista se pregunta ¿Quién hay para mí en el cielo? Ante lo cual responde; “Estando contigo no hallo gusto ya en la tierra”.

¿Cómo responder a la Providencia Divina?

Así que recordemos que nosotros los creyentes, tenemos a Cristo en los cielos y Él es nuestro más grande tesoro, nuestra mayor riqueza

Porque sin Cristo no tiene valor el cielo, ni la Escritura ni la eternidad, y nuestra vida en esta tierra sería para siempre una fatalidad

¿Qué gozo hay sin Dios? ¿Qué es la gloria sin Dios? ¿Qué son las riquezas, el poder, los refinamientos, sin Dios en el cielo?

¡Nada posee valor ni sentido sin Cristo¡ y aún cuando la aflicción sea parte de la vida, para el creyente, la gracia divina le sostiene siempre.

  1. La providencia divina es la victoria de los justos.

Al final de este hermoso Salmo, encontramos un contraste entre el fin de los impíos y la victoria de los justos.

Salmo 73:27-28  Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;

 Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.

Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;

 He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.

La victoria del creyente está en tener a Cristo en el corazón y vivir para agradarle solo a Él, moviéndonos constantemente al arrepentimiento y confiando en la providencia divina,

Por tanto, aprendamos a vivir sin codiciar la riqueza del impío, poniendo nuestra confianza solo en Dios, encontrando solo en Él, nuestro mayor bien.

Conclusión.

Este Salmo nos enseña a confiar en la providencia divina, para que, en tiempos de desánimo y duda,  recordemos que todo bien procede solo de Dios

Y de manera enfática, la Escritura nos enseña a no codiciar los valores del mundo ni dejarnos deslumbrar por su falso brillo.

Palabras y frases significativas.

Tomaste: H270 ajaz (אָחַז, H270), «agarrar, asir, sostener, apoderarse, Pretérito perfecto simple o Pretérito, El pretérito perfecto simple es el tiempo que enuncia una acción que ya ha culminado y cuya terminación se considera anterior al lapso de tiempo más o menos extenso en que hablamos.

Guiado: nakjá raíz primaria; guiar; por impl. transportar (al exilio, o como colonos):- encaminar, guía, guiar, llevar, conducir, pastorear, poner, traer.

Consejo: etsá de H3289; consejo; por impl. plan; también prudencia:- aconsejar, acuerdo, consejero, consejo, designio, propósito.

Desfallecer: kalah (כָּלָה, H3615), «cesar, desvanecer, concluir, perecer, completar».

 

[1] Confesión de Fe de Westminster, Traducción del documento original de 1647 (sin referencias bíblicas) Capitulo 5, pág. 17.

[2] https://www.rae.es/drae2001/guiar.