¿Qué Causa La Depresión? Entendiendo Sus Síntomas, Causas Y Remedio a la luz  del Salmo 42.

Porque aquí, en este Salmo, encontramos el grito de un hombre suspirando por la casa de su Dios, tan amada;

Y al mismo tiempo este Salmo es la voz de un creyente espiritualmente deprimido, que anhela la renovación de la presencia divina, luchando con dudas y temores,

Pero, con todo, en medio de sus muchas luchas, este creyente se mantiene firme en su fe en el Dios vivo.[1]

Así veremos cómo los salmos 42 y 43 nos proporcionan una radiografía espiritual de lo que ocurre en el corazón de un creyente cuando se encuentra luchando con la depresión.

Si usted desea profundizar un poco más sobre las luchas del alma, puede visitar Espera En Dios !No Te Abatas Oh Alma Mía¡

Texto de referencia.

Salmo 42:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí?

 Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

El salmista se cuestiona a sí mismo ¿Por qué su alma se hunde, se deprime y se derriba delante de lo que está viviendo?

Y este cuestionamiento es una forma de confrontar nuestra incredulidad al ver nuestras propias limitaciones, la inmensidad de la dificultad y nuestra conmoción interior.

Al mismo tiempo que reacciona y el salmista recuerda que su salvación proviene de Dios y es en Él en quien ha de esperar.

¿Qué causa la depresión? Entendiendo sus síntomas, causas y  remedio.

Tanto en el salmo 42 como en el 43, encontramos a un alma angustiada luchando con la depresión y el abatimiento.

Y esta alma no es diferente a la nuestra cuando caemos en las garras de la desesperanza y la impotencia

Así que, a la luz de las palabras del salmista, podemos hacemos las siguientes preguntas:

¿Cómo identificamos un estado de depresión? ¿Cuáles son las causas que nos hacen caer en un estado de desesperanza?

¿Por qué algunas personas se deprimen y otras no, en medio de circunstancias muy similares?

¿Es inevitable la depresión o hay algo que podemos hacer para no caer en ese estado?

¿Qué debemos hacer si ya estamos sumergidos en ese pozo profundo donde no vemos ni siquiera un pequeño rayo de luz por ningún lado?

Encontraremos la respuesta a cada una de esas preguntas, escuchando al salmista hablando consigo mismo, al tiempo que lucha con su gran problema.

  1. ¿Qué causa la depresión? Identificando sus síntomas.

A medida que el Salmo 42 avanza en sus declaraciones, vamos encontrando un alma verdaderamente abatida y turbada, tal como la Escritura lo describe.

Salmo 42:6 Dios mío, mi alma está abatida en mí;

Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,  Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Este Salmo, es un Salmo de David, que alza su voz a lo alto declarando que su alma está dentro de él, muy deprimida, angustiada y desanimada.

Y esa depresión le lleva a acordarse de Dios, allí, desde la tierra del Jordán, la misma tierra que Dios le ha dado.

  • Sentimos un profundo abatimiento acompañado a menudo de llanto:

Salmo 42:3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,

Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?

Cuando nos encontramos viviendo situaciones difíciles, donde se manifiesta nuestra impotencia, solemos caer en depresión,

Y ese estado depresivo se manifiesta en llanto a causa del dolor físico y emocional que vivimos, se pierde el apetito y se cae en insomnio.

Pero más aún, en esas situaciones de sufrimiento, el creyente es atacado con preguntas que cuestionan su fe, su identidad de hijo de Dios,

Y es así como llegan preguntas tan dolorosas como ¿Dónde está tu Dios?, convirtiéndose este, en un ataque diario “me dicen todos los días”

Estas son palabras de tormento de parte de sus enemigos, haciéndonos creer que hemos perdido el favor de Dios, y que Él paga mal al que bien le sirve.

Y por tanto, este ataque del enemigo tiene como objetivo poner división entre Dios y el creyente.

Lo que genera un dolor tan agudo en el corazón del creyente, que le provoca llanto “de noche y de día”, convirtiendo sus lagrimas en el pan de cada día

Es así, como el llanto, la pérdida de apetito y el insomnio se convierten en síntomas claros de la depresión.

  • La mente se llena de melancolía y nostalgia.

Cuando un creyente está deprimido, en su mente no parece haber lugar para otra cosa que no fuera la melancolía y la nostalgia:

Salmo 42:4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;

De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,

El mismo estado depresivo en el que estamos inmersos, nos hace traer a memoria el dolor que hemos vivido en el pasado, incrementado el sufrimiento que ya tenemos.

Y es así como la depresión nos lleva a dar rienda suelta al dolor, dejando que nuestra alma caiga en profundidades de tristeza.

Entonces, tengamos mucho cuidado porque la melancolía es un sentimiento caracterizado por un estado de profunda tristeza,

Y que se manifiesta en los creyentes, como desánimo, abatimiento y apatía ante las cosas y ante la vida.

Pero también esa melancolía se acompaña de nostalgia, que es un sentimiento de pena y tristeza provocado por la lejanía de muchos bienes preciados para el alma,

Como, la lejanía de la patria, la ausencia de los seres queridos o la pérdida de un bien o posesión, o simplemente del pasado.

¿Nos hemos sentido alguna vez así? ¿Con tanta debilidad interior que pensamos que no podemos dar un solo paso más?

O ¿Hemos llegado al punto de creer que somos totalmente incapaces de luchar con otra dificultad adicional?

Si es así, sepamos que estamos frente a los fuertes síntomas de una depresión, física y espiritual, tal como lo estaba David en este Salmo.

  • Comenzamos a dudar.

Salmo 43:2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza,

¿por qué me has desechado?

No es lo mismo quejarnos contra Dios, que llevar nuestra queja delante de Dios, y el salmista aquí siente que Dios lo ha desechado, lo ha hecho de lado, que lo ha olvidado.

Y aún cuando David reconoce la misericordia divina, se sentía olvidado por Dios mismo y es por ello que se presenta delante de Él con su queja.

Por tanto, si nos encontramos quejándonos delante de Dios por todo lo que vivimos y sentimos, no hay duda que nos encontramos en un estado depresivo.

  1. ¿Qué causa la depresión? Conozcamos las verdaderas causas.

Es fácil encontrar la causa de nuestro sufrimiento acusando a otros e incluso, cuestionando la bondad de Dios,

Pero la verdadera causa de la presión se encuentra en la falta de comunión con Dios, una comunión que se ha roto por causas como el pecado, la incredulidad o la pérdida de nuestro privilegio.

Salmo 42:2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;

¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

Cuando perdemos la comunión con Dios, sentimos la gran necesidad de congregarnos y adorar ¡Pero no podemos¡ y esto trae más tristeza a nuestro corazón confundido y adolorido

Consecuencias del pecado no confesado

Es así como el salmista se pregunta con desesperación ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?

Porque el alma esta sedienta de entrar en esa comunión intima y fortalecedora con el Señor, pero no puede hacerlo ¿Por qué?

Porque cuando hemos pecado nos sentimos indignos, impuros, inmerecedores de la presencia de Dios, y nos alejamos de la congregación de los santos.

  • La pérdida de un privilegio impide la comunión con Dios

Salmo 42:4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;

De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,

Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.

Cuando nos sentimos desechados dentro de la iglesia, ya sea porque nuestro tiempo de servicio se acaba o porque es necesario dar paso a nuevos líderes,

Se crea una situación que trae tristeza a nuestro corazón y muchas veces nos hace alejarnos de la comunión con el Señor, trayendo depresión al alma.

Salmo 43:1  Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;

Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.

  • La incredulidad rompe la comunión con Dios:

Salmo 43:2  Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?

 ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?

¡La mayor causa de la depresión es la incredulidad! El desanimo llega como causa de la ingratitud en el corazón,

Y es una ingratitud que No nos deja ver a Dios y la obra que Él ha hecho en nosotros, olvidando que no estamos solos, sino que Su presencia nos acompaña y fortalece siempre.

  1. ¿Qué causa la depresión? ¿Cuál es el remedio para Salir de ella?

Para salir de la depresión, lo primero que tenemos que hacer es una reflexión, un razonamiento de la situación que vivimos y las causa que la generaron.

Así como el salmista toma la decisión de confrontarse a sí mismo e impedir que su alma se perdiera sin control, en emociones y argumentos equivocados.

También nosotros podemos aprender a poner freno a nuestra alma y razonar con nosotros mismos, poniendo a Dios como causa y razón de todas las cosas.

  • Poner nuestra confianza en Dios:

Salmo 42:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios;

porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”.

Cuando reconocemos Quién es Dios, entonces comprendemos que no hay razón para inquietarnos y preocuparnos porque podemos poner nuestra confianza en Él.

Así, el salmista determina poner su confianza en Dios porque lo primero que viene ante la dificultad, es la duda y es allí donde debemos razonar bien.

Y para ello, es necesario averiguar la causa real que nos tiene viviendo esa situación de dolor, colocando la razón por encima de las emociones,

De manera que empecemos a poner en acción la Verdad de Dios, predicándonos a nosotros mismos hasta establecer esa Verdad en nuestro corazón.

Solamente así, seremos controlados, no por nuestros sentimientos, sino por el conocimiento que tenemos de Dios y de Sus promesas, para poder esperar confiadamente en Él

  • Poner en acción la fe:

Salmo 43:5  ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí?

 Espera en Dios; porque aún he de alabarle,  Salvación mía y Dios mío.

Al igual que el salmista, debemos preguntarnos ¿Qué motivos tenemos para perturbarnos? En realidad ¡Ninguno¡ porque nuestra salvación siempre vendrá de Dios.

Entonces, la victoria espiritual consiste principalmente en saber argumentar contra nosotros mismos con la Verdad de Dios,

Y de esa manera, tomar la determinación de no permitir que la duda se apodere de nuestra mente, sino que, por medio de la fe, traer a nuestra mente la Persona y obra de Dios en nosotros.

Romanos 8:28 que nosotros “sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.

Sea que estemos luchando con los efectos de la pandemia, el cáncer, la quiebra económica, la persecución o cualquier situación de vida, recordemos la Verdad de Dios y afirmémonos en ella.

  • Practicar la oración:

Para que nuestra oración sea efectiva, necesitamos conocer a Dios, saber que estamos refugiándonos en un Dios Vivo, que da vida nueva y eterna,

Hacer memoria que nos dirigimos al Dios de nuestra salvación, nuestro redentor, a Él le pertenecemos, y Él siempre nos hace bien

Salmo 42:8 Pero de día mandará Jehová su misericordia,

En oración acudimos al Dios de misericordia, que se compadece de sus hijos, que nos ama con amor constante y que tiene todo para suplir nuestra necesidad

Salmo 42:9  Diré a Dios: Roca mía…

Nos amparamos al Dios inmutable, que no cambia y que por tanto, nos amara toda la vida y estará con nosotros siempre ¡No va a negarnos, ni a rechazarnos¡

Salmo 43:2-3  Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza…

Envía tu luz y tu verdad…

“Dios de nuestra fortaleza”, nadie podrá separarnos de Él, y todas Sus promesas son fieles y son Verdad, lo que nos da gozo en medio de toda circunstancia que vivamos,

¡Y sobre este conocimiento es que levantamos nuestra oración¡ de manera que no queda espacio para la incredulidad.

  • Aprender a esperar en Dios:

Lo último que hace el Salmista es tomar la decisión de descansar en Dios, confiar plenamente en Él

Salmo 42:11…Espera en Dios, porque aún he de alabarle…

Esto significa que, aunque sintamos temor o dudas, se antepondrá nuestra confianza en Dios, porque así lo determinamos en nuestro corazón

¿Qué causa la depresión?

Y esto es así, porque sabemos que estamos en manos de un Dios soberano y por tanto, nuestra realidad está en Sus manos y podemos descansar en Su bondad y Sabiduría.

Entonces, necesitamos aprender a echar nuestra ansiedad sobre Él, plenamente confiados en el hecho de que Él tiene cuidado de nosotros.

Conclusión.

¿Qué causa la depresión? Sabemos que la depresión es fruto de muchas circunstancias de vida que nos llevan a rompen nuestra comunión con Dios,

Y esa ruptura, muchas veces es producto de nuestro propio pecado, otras veces, fruto de la incredulidad y finalmente, puede ser fruto de la perdida de nuestros privilegios.

Pero lo cierto es, que nadie es inmune a la depresión, con la ventaja que los creyentes tenemos un arma poderosísima para luchar contra ella: la verdad de Dios revelada en Su Palabra.

De manera que podemos hacer memoria recordando que “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

Por tanto, en la medida en que arraiguemos nuestras vidas en la Verdad, en esa misma medida seremos controlados por la razón y no por nuestras emociones.

Y esa Palabra es el instrumento que usa el Espíritu para traer a nuestras almas la cordura en medio del caos y la confusión.[2]

Palabras y frases significativas:

Abates: shakjákj raíz primaria; hundir o deprimir (refl. o caus.):- abatir, derribar, echar, encorvar, humillar, inclinar.

Turbas: Ruido fuerte. Hay una conmoción interior.

Desechado: zanákj raíz primaria significa empujar a un lado, i.e. rechazar, olvidar, fallar: – alejar, desechar, excluir, menospreciar.

[1] El tesoro de David, Charles Spurgeon, pág. 210.

[2] Michelén, S. (2009). Palabras al cansado: Sermones de aliento y consuelo (pp. 11–27). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.