Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios !¡ y cuidado con aceptar lo que muchos esperan o suponen, con lo que verdaderamente Cristo dice.

Porque cuando de salvación se trata, son muchos los que suponen que basta con lo que cada uno puede hacer para alcanzar el cielo

Y suponen que No necesitan de Dios, ni de Su gracia ni de Su misericordia para poder ser salvos del pecado y su dominio

Sin embargo, el Señor es experto en demostrarnos cuán necesitados somos del favor de Dios y de Su obra perfecta en nosotros.

Pasaje de referencia.

En el siguiente pasaje bíblico, podemos apreciar lo que muchos esperan o suponen,

Mateo 5:17 No penséis (suponer, considerar) que he venido para abrogar la ley o los profetas…

La expresión “No penséis” nos aclara, que No podemos suponer o considerar que la venida del Señor tenía como propósito abolir la Ley

Sino por el contrario, lo que Cristo verdaderamente dice es:

Mateo 5:17… no he venido para abrogar, sino para cumplir.

Esto significa que No es una novedad lo que envuelve la venida del Señor a este mundo, sino que todo está enmarcado en la Ley

Si usted desea profundizar un poco más sobre la importancia de la Ley de Dios en la vida del hombre, por favor visite ¿Dónde Hemos Dejado La Ley De Dios?

¡Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios¡

Lo que muchos esperan o suponen, es que con Cristo todo sería mucho más fácil, y el pecado quizá, ya no sería tan grave

Es decir, que el deseo de muchos es justificarse a sí mismos y reducir los requisitos o demandas de Dios.

¿Por qué? Porque si fuera posible lograr bajar el estándar, entonces la salvación sería más accesible. Esta fue también la actitud del joven rico.

Mateo 19:16 Entonces vino uno y le dijo:

Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?

Este hombre estaba pensando que la salvación se encontraba en sus propias manos, que él tenía todo el poder para forjar el camino al cielo

De modo que se acerca al Señor para preguntar ¿Qué obra buena tengo que hacer para obtener la vida eterna?

Mateo 19:17 El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios.

Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos

Esta respuesta del Señor nos deja ver que la vida siempre ha estado condicionada a la obediencia perfecta.

Y obviamente, esa obediencia perfecta ¡Es imposible para cualquier ser humano¡ ¿Por qué?

Porque podremos obedecer en parte, pero jamás en todo lo que Dios demanda de una vida verdaderamente santificada

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y acomodarla!

Mateo 19:20-21 El joven le dijo:

Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?

Jesús le dijo:

Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

La demanda de Dios para nuestra vida siempre es mucho mayor de lo que quisiéramos, de lo que esperamos

Pues siempre estamos pensando que somos buenos, que todo lo hacemos bien y negamos la oscuridad profunda de nuestro corazón.

Mateo 19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste,

Porque tenía muchas posesiones.

No es que el Señor este deseando que todos vivamos en pobreza material ¡Jamás¡ Dios nos ha puesto como mayordomos de toda Su creación

El problema es, cuando esa riqueza material se ubica en el centro de nuestro corazón y gobierna toda nuestra visión

Es así como este joven rico se entristece mucho al escuchar las palabras del Señor, porque su corazón no estaba dispuesto

Es decir, este hombre no amaba al Señor con todo su ser ni amaba a su prójimo como a sí mismo, por tanto ¡No cumplía la Ley¡

  1. Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios o ¡Simplificarla¡

Mucha gente piensa que Dios cederá, se comprometerá y reducirá el estándar con el que nos escudriña el corazón.

Pero eso jamás sucederá, de modo que no podemos buscar al Señor o llegar a la iglesia para decidir qué mandamientos importan y cuáles no.

Porque Dios No está dispuesto a pasar por alto ninguno de Sus mandamientos y ni creamos que basta con solo cumplir algunos,

Y esto es lo que le encanta hacer al predicador liberal, a la iglesia que se acomoda al devenir del mundo y el espejismo del pecado

De manera que podemos ver gente viviendo en pecado, y en lugar de tomar las Escrituras y confrontar su vida,

Simplemente le aseguramos a la gente que su pecado no es gran cosa, que no hay problema alguno con vivir como cada quien quiera

Y entonces, dejamos de hablar sobre el grave delito del adulterio; sobre la codicia; sobre el chisme o la idolatría

Tristemente pensamos que Dios entiende y que está bien nuestra forma de vida, aquietamos nuestra alma con la expresión favorita de ¡Eso no aplica hoy¡

Sin embargo, esa triste realidad del hombre solo conduce a destrucción y muerte, a un profundo vació y un sin sentido,

Porque nadie tiene autoridad alguna para minimizar el pecado y pretender anular los mandamientos de Dios.

  1. Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios o tergiversarla

Tengamos presente que, lo que Cristo verdaderamente afirma a través de las Escrituras es: “he venido a cumplir la ley”

Mateo 5:17… no he venido para abrogar, sino para cumplir.

Jesucristo no vino a este mundo para anular, abolir o dejar sin vigencia cualquier normativa establecida dentro de la Escritura.

Por lo tanto, No pensemos que vino a derogar la ley, porque eso significa inutilizarla o dejar de dar validez a lo que esta dicta por las razones que sean”[1]

Entonces ¿A qué vino Jesucristo? El Señor vino a cumplir todo lo que la Escritura hablaba de Él y hacer lo que ningún otro hombre podía hacer

¿Qué es lo que ningún ser humano posee capacidad de hacer? Ningún hombre puede proveer salvación y vida eterna ¡Solo el Hijo de Dios¡

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios en el Antiguo Testamento

La ley o los profetas tenían como propósito anunciar algo más grande que es Cristo y la gracia salvadora

Es por ello que los Escritos de Moisés y todos los escritos proféticos, todo el Antiguo Testamento tiene su cumplimiento en la vida y obra del Señor.

Por tanto, es evidente que el Señor Jesús vino a cumplir las predicciones de los profetas, que desde hacía mucho tiempo habían anunciado que un día vendría un Salvador.

Y Cristo vino a cumplir la Ley ceremonial, convirtiéndose en el gran Sacrificio por el pecado, al cual señalaban todas las ofrendas instituidas por Moisés;

Pero también vino a cumplir la Ley moral, mediante una obediencia perfecta, que nosotros no podríamos haber tenido jamás,

Y con la muerte en la cruz, Cristo pago la pena que corresponde a nuestra infracción de tal Ley, con su sangre expiatoria, que nosotros no podríamos haber pagado jamás[2]

De manera entonces, que no podemos pensar que Cristo vino a abolir la Ley ¡Jamás¡ Él vino a cumplirla para poder darnos vida eterna a todos los que en Él creemos.

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y el Antiguo Testamento

Hay lecciones de profunda sabiduría que aprender de estas palabras de nuestro Señor acerca de “la ley y los profetas”.

En primer lugar, guardémonos de No despreciar el Antiguo Testamento, bajo ningún pretexto.

Y esto significa que No debemos escuchar nunca a aquellos que nos dicen que debemos ponerlo a un lado por ser un libro obsoleto, anticuado e inútil.

Por el contrario, el Antiguo Testamento es el Evangelio aún en su tallo y el Nuevo Testamento es el Evangelio ya espigado.

Es por ello, que los santos del Antiguo Testamento vieron muchas cosas a través de un cristal oscuro, que muchas veces no comprendían bien

Pero aún así, todos estos santos miraron por fe hacia el mismo Señor, y fueron guiados por el mismo Espíritu, que nosotros.

Entonces, debemos entender que mucha infidelidad comienza por un desprecio ignorante del Antiguo Testamento.

Y ese mismo desprecio lleva a muchos a pensar que la Ley del Señor es invalidad, inaplicable, lo que les lleva a sus mayores transgresiones.

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y los Diez Mandamientos

En segundo lugar, guardémonos de No despreciar la ley de los Diez Mandamientos y pensar que los cristianos no tenemos nada que ver con ellos

Es decir, No pensemos ni por un momento que el Evangelio pone los Diez Mandamientos a un lado,

Porque la venida de Cristo no cambió la posición de los Diez Mandamientos ni un ápice.

Sino que, la ley de los Diez Mandamientos es la regla eterna de Dios para medir el bien y el mal ¿Por qué?

Porque gracias a la Ley de Dios tenemos conocimiento del pecado; por ella el Espíritu muestra a los hombres su necesidad de Cristo, y los lleva hasta Él;

Entonces, Cristo señala esta Ley a su pueblo como modelo y guía para una vida santa, una vida que refleje el temor de Dios

¿Qué pide Jehová tu Dios de ti?

Y, aunque esta Ley No puede salvarnos, no podemos ser justificados por ella, porque ella exige su cumplimiento fiel

Aún así, nunca, nunca, hemos de despreciarla porque en ella vemos reflejado nuestro pecado y nos insta a ir a Cristo, en busca de gracia y misericordia.

Por tanto, el verdadero cristiano se deleita “en la ley de Dios”, la ama porque encuentra en ella, el camino de la santidad

Romanos 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

Esta Ley ya no es un cumplimiento por obligación, ahora en Cristo es un deleite, es un asombro y una urgente necesidad

Esto quiere decir, que ya no somos la antigua criatura, sino uno nuevo hombre, con una nueva identidad y por eso produce nuevos y buenos frutos”

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y abandonar la santidad

Por último, guardémonos de suponer que el Evangelio del Nuevo Testamento haya bajado la demanda en cuanto a santidad personal,

Y pensar que la Buena Nueva de Salvación no pretende que el cristiano sea tan estricto y cuidadoso en su vida diaria

Porque pensar de esa manera no solo es un error inmenso, sino que también, por desgracia, es un error muy común en la cristiandad.

Sin embargo, lejos de ser así, la santificación del creyente en el Nuevo Testamento debe ser mayor que la del que no tiene más que el Antiguo Testamento como guía.

¿Por qué? Porque cuanta más luz tengamos, más debemos amar a Dios y ese amor debe expresarse en una vida de obediencia a Su Palabra

Además, cuanto mayor sea la claridad con la que vemos la totalidad y la plenitud de nuestro perdón en Cristo,

Entonces, mayor debe ser el esmero con el que nos esforzamos para dar gloria a Aquel que dio su vida por nosotros.

Recordemos, que los creyentes del Nuevo Testamento, conocemos mucho mejor el costo de nuestra redención, que los santos del Antiguo Testamento.

Porque nosotros hemos conocido lo que sucedió en Getsemaní y en el Calvario, y ellos solo lo vieron difusa y borrosamente como algo que aún había de llegar.

¡Que no se nos olviden nunca nuestras obligaciones! El cristiano que se contenta con un nivel bajo de santidad personal tiene mucho que aprender.[3]

Y no solo eso, el cristiano que no ama la santidad, tiene mucho de qué arrepentirse y mucho que conocer

  1. Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y volvernos ¡Fariseos¡

¿Qué diferencia hay entre el cumplimiento de la ley por parte de los Fariseos y el cumplimiento de parte de Jesús?

Los fariseos tenían una reputación de ser guardianes de la ley, de guardar con celo el cumplimiento de esa ley

Pero Jesús enseña la ley de forma diferente a los fariseos, porque Él los denuncia y les llama hipócritas,

Mateo 23:2-3 En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.

Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo;

Más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.

El Señor es muy claro y contundente al denunciar la hipocresía de los religiosos, que aún en nuestros días actúan igual

Porque son muy buenos exigiendo lo que la Escritura demanda, son muy elocuentes hablando la Verdad de la Biblia ¡Pero no la cumplen¡

Mateo 23:4-5 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, Y las ponen sobre los hombros de los hombres;

Pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.

Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. (A)

Pues ensanchan sus filacterias, (B) y extienden los flecos(C) de sus mantos;

El Señor exhibe públicamente el gran pecado del fariseo, que todo lo hacen con el único propósito de ser visto por la gente.

Por eso escriben frases de la Biblia en papelitos que guardan en cajitas de cuero, y se las ponen en la frente y en los brazos.

Pero todo eso no es santidad, sino que lo hacen para que la gente piense que son muy obedientes a Dios.

Igualmente obra el fariseo de nuestros tiempos, que se viste de largo, de ropas raídas, que exige una santidad de apariencia nada más.

Pero no es en la apariencia donde radica la verdadera santidad, sino en la intención del corazón

Es por ello que con toda seguridad sabemos que solamente Jesucristo cumplió la ley, y no solo eso, sino que Él es el único que la cumplió a la perfección.

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios o buscar en ella la salvación

Los fariseos creían que cumpliendo la ley se podrían salvar, es por ello que se esfuerzan tanto en hacer obras vistas por los hombres

Pero cuando Jesús habla de hacer buenas obras lo hace después de explicar cuál es el carácter del discípulo de Cristo.

Y es aquí donde encontramos la más grande diferencia entre los protestantes y los católicos, referente al cumplimiento de la ley,

Porque para los católicos, el cumplimiento de la ley es un requisito para la salvación, sin darse cuenta que es ¡Imposible cumplirla a la perfección¡

Mientras que los protestantes lo vemos como un resultado, como gratitud por la salvación, de modo que no obedecemos para que Dios nos lo pague.

Aunque esa obediencia no significa que podamos cumplir la ley en su totalidad, sino que entendemos que Cristo cumplió la ley a la perfección por nosotros

Por tanto, nosotros podemos obedecer esa ley como agradecimiento por su amor, por su poder y por la capacidad que El nos ha dado en el Espíritu Santo,

De modo que en el verdadero creyente se reflejan buenas obras ¡Que no salvan¡ pero que si reflejan que ya hemos sido salvos.

Por tanto, cuando Jesús dice “He venido”, indica que Él estaba completamente consciente de su misión mesiánica.

Y nosotros, los que hemos creído en ese Mesías, nos gozamos en la gracia que proviene de Su redención.

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y enseñarla mal

Mateo 5:19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños,

Y así enseñe a los hombres,

Muy pequeño será llamado en el reino de los cielos;

Mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

Un creyente sincero puede ser culpable de enseñar inconscientemente en contra de la palabra de Dios;

Aunque esa mala enseñanza sea por ignorancia o por una forma imperfecta de interpretar las Escrituras,

Y esto suele suceder cuando tratamos de explicar en forma lógica los misterios de Dios que están con claridad más allá de nuestra comprensión,

Por lo tanto, los que enseñan la palabra de Dios deben evaluar todas las enseñanzas sobre la base de su estudio personal de las Escrituras[4]

Porque si desechamos la Palabra en su correcta interpretación, nos encontramos desechando al Señor mismo.

De manera que si no tenemos una relación personal con el Señor, es seguro que no le conocemos, no le tememos,

Y si no hay un conocimiento del Señor, es imposible poder sometemos a su autoridad y   servirle como Él lo demanda.

Sin embargo, lo más trágico es que desechar a Cristo es desechar la salvación, es pretender llegar al cielo sin Cristo

Y tristemente, pretendemos presentarnos ante el Padre con nuestra propia justicia “Yo me porto bien” “Yo soy bueno”

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y la verdadera justicia

Romanos 3:10 Como está escrito:

 No hay justo, ni aun uno;

Muchos creyentes en apariencia, pretenden vivir bajo la ley para justificarse, para sentirse dueños de su propia salvación

Pero ignoran que vivimos bajo la ley porque Cristo ya la escribió en nuestros corazones, y hemos sido renacidos por el poder de su Palabra

De manera que hemos sido creados para cumplir la Palabra de Dios, y esto significa cumplir su voluntad porque esa voluntad es buena, agradable y perfecta.

Aún cuando esa Voluntad no la comprendamos plenamente, sin embargo, podemos confiar que estamos en manos de un Dios bueno y santo.

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y creernos “buenos”

Mateo 5:20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos,

No entraréis en el reino de los cielos.

Los fariseos y los maestros de la ley eran por lo común considerados como ejemplos de justicia;

Porque la gente creía que Dios debía estar completamente satisfecho con su justificación personal, y que su puesto en el reino de Dios estaba asegurado.

Y es así como muchos cristianos de nuestros tiempos están pensando, que Dios está incluso, obligado a ser bueno con ellos, por las obras que hacen

Pero Jesús declara que tenemos que ser mejores que estos fariseos para entrar en el reino de los cielos[5]

¿Cómo era la justicia de los fariseos? Estos religiosos procuraban quedar bien con todo mundo, hacer buenas obras para que los hombres los vieran,

Y sobre todo, ellos se veían a sí mismos y decían “Que bueno soy yo” y creían que nadie podía ser mejor que ellos

  • Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y pretender justificarnos

La ley fue escrita para enseñarnos que somos pecadores y que es mejor que no digamos nada, que no pretendamos justificarnos,

Romanos 3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él;(H)

Porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

La Escritura nos aclara que es gracias a la ley que cada hombre pude saberse pecador, porque lo que la ley dice es para que nadie pueda declararse inocente

Es decir, que todo el mundo sepa que es culpable delante de Dios cada vez que es confrontado a la luz de la Ley divina.

Por tanto, no importa cuántas buenas obras hagamos, o que tan santamente nos vistamos, o que tan cristianamente hablemos.

Porque cuando nos vemos a nosotros mismos a la luz de los Diez mandamientos, nos damos cuenta que ¡Somos transgresores de la Ley de Dios¡

Y que necesitamos un Salvador, necesitamos el poder de Dios para ser rescatados del dominio del pecado,

Nos damos cuenta que ¡Necesitamos a Cristo¡ porque solamente en Su perfecta obediencia encontramos justificación.

  1. Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios y la Gracia

Romanos 3:21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,

Testificada por la ley y por los profetas;

La Escritura nos habla de la “Justicia de Dios” ¿Cuál es esa justicia? El Antiguo Testamento testifica por la ley y los profetas, que esa justicia,  es Cristo.

Y que solamente podremos ser justificados delante del Padre por medio de la fe en el Unigénito Hijo de Dios

Romanos 3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, (I)

Para todos los que creen en él…

Solamente en la justicia perfecta de Cristo, los creyentes podemos ser declarados inocentes de toda trasgresión a la Ley

Y solamente en esa justicia perfecta, llegamos a ser aceptos delante de Dios, ser reconocidos como hijos y formar parte de un pueblo santo.

Cuidado con Despreciar la Ley de Dios

Pero debemos comprender bien, que esta justicia es la de Cristo y solo es válida para los que creen en El.

Entonces ¿A quién Justifica Cristo? ¿Al que es de la ley? ¡No¡ Solamente al que es de la fe en Jesús.

Romanos 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

Somos salvos solamente por la fe, que al mismo tiempo es un regalo de Dios para todos aquellos que hemos de formar Su iglesia

Pero eso no significa que las obras No poseen importancia ¡Por supuesto que sí¡ que son las buenas obras fruto de la fe.

Conclusión

Cuidado Con Despreciar La Ley De Dios pensando que es obsoleta, que solo era para los creyentes del Antiguo Testamento

O pensando que en nuestros tiempos las exigencias de Dios son menores, que somos medidos con estándares más pequeños, más flexibles,

¡No¡ No caigamos en tan garrafal error, no seamos como los fariseos hipócritas que hablaban bien pero No vivían bien

Y jamás olvidemos que la justicia que es mal alta que la de los escribas y fariseos es Cristo,

De modo entonces, que nosotros al ver a Cristo, podamos ver quiénes somos realmente y cuán necesitamos somos de Su justicia.

Por tanto, si los cristianos no estuviésemos vestidos de la justicia de Cristo ¡No podríamos entrar al reino de los cielos¡

 

 

[1]https://www.apuntateuna.es/nuevo/que-significa-derogar-una-ley.html

[2] Ryle, J. C. (2001). Meditaciones sobre los Evangelios: Mateo. (P. E. González, Trad.) (p. 55). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

[3] Ryle, J. C. (2001). Meditaciones sobre los Evangelios: Mateo. (P. E. González, Trad.) (pp. 56–57). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

[4] Albrecht, G. J., & Albrecht, M. J. (2002). Mateo. (J. A. Braun, A. J. Panning, & C. A. Jahn, Eds.) (p. 69). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.

[5] Albrecht, G. J., & Albrecht, M. J. (2002). Mateo. (J. A. Braun, A. J. Panning, & C. A. Jahn, Eds.) (p. 69). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.