¿Vives Buscando La Aprobación De Los Hombres? No malgastes tu vida buscando la aprobación de los hombres. Camina buscando la aprobación de Dios. Una aprobación que no depende de lo que está afuera, sino de lo que puede ocurrir dentro de ti mismo

Vive buscando la aprobación de Dios.

Hoy en día las muchas personas buscan sentirse importantes al tener la aprobación de otras personas, gastan sus esfuerzos y recursos en serles agradables, les consume el deseo de saber que piensan los demás sobre ellos, y su valor e identidad lo basan en las opiniones ajenas,

El gran problema es que por mucho que se esfuercen no logran satisfacerlos a todos, y cada día tendrán que inventar más y nuevas formas para captar la atención y de ser posible lograr más like´s en su portal de Facebook.

Estas personas carecen de identidad verdadera, ya que ponen su estima en lo que piensan los demás sobre ellos, y lo que es peor, la apreciación que los demás tienen sobre nosotros es muy variable, es muy subjetiva, y no siempre nos es favorable.

Ahora bien, como siervos de Dios no escapamos de este mal. Hoy en día lo vemos dentro de la iglesia, a través de predicadores con mensajes que buscan la aprobación del pueblo y no la aprobación de Dios, cuando predicamos para exaltar a la persona y no a Cristo,

Cuando actuamos para ser vistos por los hombres y poco nos interesa como nos presentemos delante de Dios, cuando buscamos los aplausos, las exaltaciones humanas y perdemos de vista que la verdadera exaltación viene de Dios al servirle con obediencia, humildad, gozo y fidelidad.

Primero debemos reconocer que nuestra aprobación delante de Dios no depende de nuestros méritos o de nuestras obras, sino solo de la infinita gracia y misericordia de nuestro Señor Jesucristo, tal como lo dice Efesios: 4-5 y nos hizo aceptos delante del Padre Efesios 1:6.

Con la claridad de lo anterior vamos a desarrollar esta enseñanza reflexionando en la Palabra de Dios para no extraviarnos en las intenciones y motivos de nuestro actuar en la vida Cristiana.

  1. Prefieren recibir honor de los hombres y no el de Dios. ¡No viven buscando la aprobación de Dios¡

Juan 12:43  Porque amaban más la gloria[1] de los hombres que la gloria de Dios.

(BAD)  Preferían recibir honores de los hombres antes que de parte de Dios.

Esto era así, porque cualquiera que creyera en Cristo sería expulsado de la sinagoga, seria excomulgado de la religión de los escribas y fariseos como lo vemos en su contexto inmediato anterior.

Juan 12:42  Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.

Esta no es una simple declaración que Juan hace de estos hombres, sino una expresión fuerte del desagrado de Dios hacia ellos por su comportamiento “amaban más el honor que les daban los hombres, esto impedía que ellos pudieran confesar que Jesús era el Hijo de Dios”

Si nos vamos al significado de la palabra confesar “decir lo mismo que Dios”“estar de acuerdo con Dios”, el interés por el honor que recibían de los hombres les impide reconocer que Jesús es el Hijo de Dios, el mesías, el ungido del Padre, el Señor y Salvador de su pueblo,

No podían confesar que ellos estaban muertos en delitos y pecados y aunque genealógicamente provenían del linaje de Abraham su fe no era la misma que la del patriarca, en este momento muchos de ellos no podían producir obras por medio de la fe,

De modo que aunque creyeran su fe era vana, y vano los motivos ya que “amaban más la gloria de los hombres…”Sustituyeron lo temporal por lo eterno, prefirieron lo efímero en lugar de lo verdaderamente glorioso.

  1. Buscando la aprobación de Dios se le da gloria a Él.

Así, nos podemos preguntar ¿Predicas para agradar a los hombres o para dar gloria a Dios?

Gálatas 1:10  Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

En el contexto de este pasaje vemos que Pablo está tratando con aquellos que predican otro evangelio y no el verdadero, el de Cristo, el que es según las Escrituras,

Hoy en día estas preguntas nos confrontan grandemente, ya que predicadores movidos por falsas motivaciones han pervertido la sana doctrina centrándola en el hombre, en la vanagloria, en el amor al dinero, en la vida fácil y cómoda,

Actualmente se predica un evangelio al gusto del cliente, que no implica ningún sacrificio. Estos predicadores se esfuerzan no en transmitir el mensaje de Dios para su pueblo sino en buscar y acomodar el mensaje a lo que la gente con motivaciones mundanas quieren oír.

Entonces hagámonos las mismas preguntas ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres?, de modo que la respuesta debe de llevarnos a evaluar a quien es que estamos agradando, y de qué manera queremos hacerlo,

Porque si el centro de nuestra predicación es el hombre indudablemente estamos muy mal y los que nos escuchan están peor, ni uno ni el otro agradan a Dios. Por tanto reflexionemos: “el siervo” no puede agradar a nadie más que a aquel que lo compro, que es su Señor,

Y debe de vivir para cumplir su voluntad. Y la voluntad de Dios es que proclamemos su verdadero evangelio, ya que solo él es poder de salvación, ya que solo él nos habla de que el hombre se encuentra en un estado caído, en un estado de perdición

Y nos dice que este hombre necesita un Salvador y ese salvador no puede ser las obras, ni ningún hombre por muy santo que parezca sino solo Cristo, el Unigénito Hijo de Dios, solo en el tenemos perdón de pecados y vida eterna.

Si nos hemos extraviado, esta palabra es una lumbrera en nuestro camino, volvamos al “escrito esta” agrademos a Dios proclamando y viviendo la sana doctrina.

  1. ¿Amas el ser visto y halagado por el hombre? ¿Estás buscando la aprobación de Dios?

Mateo 23:6-7  y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,  y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.

Todo eso lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por eso escriben frases de la Biblia en papelitos que guardan en cajitas de cuero, y se las ponen en la frente y en los brazos. Cada vez hacen más grandes esas cajitas y los flecos que le ponen a la ropa, para que la gente piense que son muy obedientes a Dios.[2]

Evaluemos nuestra vida haciéndonos las siguientes preguntas, ¿buscamos impactar a la gente por nuestra apariencia? ¿Nos encanta ser halagados por la gente en base a nuestros títulos? ¿Procuramos siempre los mejores lugares? ¿Nos encanta publicar en Facebook para provocar que los demás nos halaguen, que nos envidien?

El contexto del pasaje analizado nos da la verdadera respuesta en nuestra forma de ser y parecer:

Mateo 23:11-12  El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.(D) Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.(E)

Jesús desafió las normas de la sociedad. Para Él, la verdadera grandeza surge del servicio, es lo que se obtiene cuando uno se entrega para servir a Dios y a los demás.

El servicio nos mantiene al tanto de las necesidades de los demás y evita que nos detengamos a mirarnos a nosotros mismos. Jesús vino como siervo. ¿Qué tipo de grandeza busca usted?[3]

  1. Buscando la aprobación de Dios nos hacemos importantes

Aunque nadie los adule, aunque no aparezca su nombre en él informe mensual, aunque su foto no aparezca en el Facebook, usted es importante para Dios.

Presentamos a continuación un fragmento de Charles Swindoll (Pásame otro ladrillo, pág. 177) sobre los “voluntarios desconocidos”:

Primera verdad:

«Primero: Sus dones hace que usted sea valioso, aunque no necesariamente famoso. Si usted tiene dones en algún aspecto que nunca llegará a destacarse, no se preocupe  por ello. Usted vale mucho, usted no es anónimo ante Dios.

Segunda verdad:

Este hecho nos lleva a la segunda verdad: Todo trabajo que se haga con amor es recordado por Dios. Nunca es olvidado. Tenga usted en cuenta lo que dice Hebreos 6:10:

Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.”

Coloque usted a Hebreos 6:10 en algún rincón de su mente, y cada vez que comience a sentirse triste por cuanto no se destaca, recuerde que Dios nunca olvida nuestra obra.

Tercera verdad:

La tercera verdad… es la siguiente: Nuestras recompensas finales serán determinadas en base a nuestra fidelidad, y no en base al aplauso público.

El público tal vez nunca sepa acerca de su ministerio, pero ese hecho no tiene ninguna relación con las recompensas finales. Dios nunca utiliza el metro del aplauso para determinar nuestra recompensa.»

Conclusión.

La vida nueva, nuestro lugar dentro del cuerpo de Cristo, nuestros dones y talentos, nuestro desempeño dentro de la obra es fruto de la gracia y misericordia de Dios, no busquemos halagos terrenales,

No procuremos que la vanagloria nos lleve a ser vistos como tampoco nos haga caer estrepitosamente!¡

Recuerde por la gracia divina solo podemos agradarlo llevando una vida consecuente con nuestro llamado, siendo obedientes, fieles y exaltando el nombre de Cristo con nuestra vida de piedad sincera y no hipócrita.

 

 

[1]Gloria: doxa, gloria (de dokeo , parecer). Significa primariamente opinión, estimación; y de ahí el honor resultante de una buena opinión.

[2] Traducción Biblia Lenguaje Sencillo.

[3] Comentarios de la Biblia del Diario Vivir.