¿De qué adopción estamos hablando, Humana o divina? Este estudio nos explicará cómo es que hemos sido adoptados por Dios y las bendiciones de las que gozamos en Su Gracia Soberana. Comprenderemos en qué consiste la Adopción Divina y como está forma parte del plan de redención.

Hijos adoptivos de Dios ¿Adopción divina o humana?

Para comprender la profundidad y trascendencia de este gran evento para la vida del creyente cristiano, comenzaremos haciendo una referencia histórica de lo que ha significado la adopción, tanto en el marco de los hombres como en el contexto biblico

Análisis histórico de la adopción.

Al mencionar la adopción, ¿qué prácticas de adopción tenía en el trasfondo de su mente el apóstol Pablo: (a) las romanas, o (b) las judías?

Quienes favorecen la primera alternativa indican que la “adopción” como institución legal ni siquiera existía entre los hebreos y que en todo el Antiguo Testamento la palabra adopción no aparece para nada.

En el mundo romano, por otra parte, esta costumbre era bastante común. Fue así que en su testamento Julio César nombró a Octavio (llamado más tarde Emperador Augusto) como “hijo y heredero”. Véase Comentario de William Hendriksen p. . sobre Lc. 2:1. En las inscripciones, las palabras“hijo adoptivo” ocurre con gran frecuencia.

No obstante, conviene tener en mente que (a) el propósito de esta práctica de adopción no era por lo general filantrópico sino egocéntrico: la perpetuación de la tenencia de propiedad y del privilegio político y/o social en la línea de los propios descendientes;y(b) sus beneficiarios eran varones—la adopción legal no se extendía a las mujeres.

¡Cuán completamente diferente es el carácter de la adopción según lo registra el Antiguo Testamento! Es que hay testimonios de adopción esencial, aunque no formal o técnica, en ese sagrado documento.

¿Acaso no “adoptó” la hija de Faraón a Moisés (Éxodo 2:10), aunque él era solamente(en “términos humanos”) un niño indefenso? ¿Y no crió Mardoqueo a su prima, una joven llamada Ester (Ester 2:7)?

Hay también un pasaje del Nuevo Testamento que de modo resumido reproduce la enseñanza del Antiguo Testamento respecto a la adopción—es decir, la adopción divina—y es sin duda el que hallamos en:

Salid de en medio de ellos Y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas. (2 Corintios 6:17-18)

Nótese con qué belleza refleja este pasaje neo testamentario el sentido de los siguientes pasajes: 2 Samuel 7:8, 14; Salmo 27:10; Isaías 43:6; y Oseas 1:10. especialmente  por qué los menciona a ambos en: Isaías 43:6 como 2 Corintios 6:17, 18 ,“hijos e hijas” como objetos del amor adoptivo de ese Dios.

Es claro, por consiguiente, que cuando en Romanos 8:15 y en Gálatas 4:5 Pablo utiliza el término “adopción”, la palabra y la posición legal son tomadas de la práctica romana, pero la esencia viene de la revelación divina en el Antiguo Testamento.[1]

I. La adopción según el derecho Romano.[2]

Sistema adopción romano, traía como consecuencia sobre la vida del adoptado lo siguiente:

  • El hijo adoptado perdía la relación con su familia antigua. Terminaba y a partir de su adopción adquiría todos los derechos nueva familia.
  • El hijo adoptado llegaba a ser heredero de todo lo que su padre adoptivo poseía y se convertía en coheredero con los hijos de sangre de ese padre.
  • La vida anterior del hijo adoptado era completamente borrada, si tenía deudas u obligaciones están quedaban canceladas y quitadas como si nunca hubieran existido, desde ese momento este hijo recibía un nuevo nombre como si siempre hubiese pertenecido a esa familia.
  • Se consideraba literal y absolutamente hijo de su nuevo padre.
II. Análisis bíblico teológico de la adopción.

Además de la justificación, hay otro asombroso privilegio que Dios nos da en el momento en que llegamos a ser creyentes: el privilegio de la adopción. Podemos definir la adopción como sigue: “La adopción es un acto de Dios en el cual él nos hace miembros de su familia.”

Aunque la adopción es un privilegio que se nos da en el momento en que nos convertimos en creyentes (Juan.1:12; Gálatas 3:26; 1 Juan 3:1-2), no es lo mismo que la justificación ni que la regeneración.

Por ejemplo:

Dios podía habernos dado justificación sin los privilegios de la adopción en su familia, porque podía habernos perdonado nuestros pecados y habernos dado una posición legal correcta delante de él sin hacernos sus hijos.

De modo similar, podía habernos hecho vivir espiritualmente mediante la regeneración sin haber nos hecho miembros de su familia con los privilegios especiales de miembros de su familia;los ángeles, por ejemplo, evidentemente caen en esa categoría.

La enseñanza bíblica de la adopción enfatiza mucho más las relaciones personales entre Dios y su pueblo, que la salvación.[3] Al ser guiados por el Espíritu de Dios como el principio rector de su vida interior y exterior, los creyentes son hijos de Dios.

Siendo que el Espíritu de Dios que está en ellos es el Espíritu del Hijo, viene a ser en ellos el Espíritu de Adopción, esto es, produce en ellos los sentimientos de hijos para con Dios, y les asegura del título que tienen a todos los privilegios como Sus hijos.[4]

La adopción ha sido a veces considerada como un aspecto de la justificación o simplemente como otra manera de afirmar lo que tiene lugar en la regeneración.

Pero la adopción, sin embargo, es mucho más que cualquiera de estos otros dos actos de gracia. John Murray distingue la adopción de la justificación y la regeneración de esta manera:

«La justificación significa nuestra aceptación de Dios como justo, y el otorgamiento del título a la vida eterna. La regeneración es la renovación de nuestros corazones a la imagen de Dios.

Pero estas  bendiciones en sí mismas, si bien preciosas, no indican lo que el acto de la adopción confiere. Por medio de la adopción los redimidos se convierten en hijos e hijas del Señor Dios Todopoderoso; son introducidos a la familia de Dios y se les otorga los privilegios correspondientes»[5]

Desarrollaremos este estudio tomando como base el Capítulo XII concerniente a la adopción de la Confesión de Fe de Westminster.

A todos aquellos que son justificados, Dios se digna en hacer partícipes de la gracia de la adopción en y por su Hijo Unigénito Jesucristo.

“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,” Efesios1:4-5

Al ser hijos adoptivos de Dios formamos parte de su Reino

Cuando gozamos de ese inmenso privilegio de la adopción divina también gozamos de un maravilloso evento: Fuimos trasladados de las tinieblas al reino de su amado Hijo.

Aunque fuimos creados por Dios, como consecuencia de nuestra desobediencia, nos convertimos en hijos del diablo (Mateo 23:15; Juan 8:44; Hechos 13:10; 1 Juan. 3:8,10),

Pues en vez de identificarnos con los principios divinos nos gozamos en desobedecerlos poniéndonos del lado del príncipe de las tinieblas, quien también es el adversario de Dios. Esto es, en parte, la desgracia del género humano.

Abandonó al Padre creador para aliarse con el enemigo de todo lo bueno, el cual solo viene para matar, hurtar y destruir (Mateo 13:25, 39; Juan. 10:10). Es por eso que nos matamos y destruimos entre nosotros mismos.

Pero la gracia electiva de Dios ha sido tan abrumadoramente grande que no solo nos hace santos y sin mancha delante de Dios, sino que nos convierte en Hijos de Dios (Mateo. 5:9;45; Juan. 1:12; Romanos 8:14, 16, 17, 21, 29; Gálatas 3:26; 4:5-7).

Tal vez no alcanzamos a comprender lo sublime de esta verdad, porque, gracias al relativismo y pluralismo religioso (ecumenismo) que se vive hoy, pensamos que todos los hombres nacen siendo hijos de Dios, por lo que fueron creados a su imagen.

Pero la verdad es que la Biblia presenta al hombre caído, no como hijo de Dios, sino como rebelde, opuesto a Dios y enemigo de él (Colosenses 1:21; Romanos 1:30; 5:10; Juan 3:19-21). Dios  no los considera más como sus hijos sino que los ha abandonado en sus maldades (Romanos 1:16-32).

El hecho de que Dios nos vuelva a llamar Sus Hijos es un acto maravilloso que debe elevar nuestros corazones en el cántico más hermoso que puedan expresar nuestros labios.

A través de Jesucristo, de su obra redentiva, por el creer en él, Dios nos transforma de hijos de ira en hijos de su amor. (Juan 1:12-13)

¿Sabes lo que significa ser Hijo del amor de Dios? Somos hechos hijos del Soberano creador, ya no hijos por creación, sino por adopción.

Somos adoptados por el dueño de todo lo que existe, del Padre de toda bondad y misericordia. Pero lo más hermoso es que, siendo adoptados, tenemos todos los derechos legales de un hijo apreciado y escogido por Su Padre.[6]

El apóstol Pablo continúa desarrollando el tema de la adopción en los siguientes versículos de Gálatas 4:4-5,

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

En el tiempo señalado por el consejo divino, el Padre envía a su hijo y tal como lo describe Pablo a los Gálatas, “nacido de mujer” haciendo referencia al milagro de la encarnación de Jesús ya que solo como hombre podía morir y redimirnos de la condenación de la ley,

Y vino bajo la ley para cumplirla y aplicar su perfecta obediencia a nosotros a fin de que recibiésemos la adopción como hijos

Somos justificados al ser hechos hijos adoptivos de Dios

Mediante esta gracia, los justificados son recibidos en el número de los hijos de Dios y gozan de sus libertades y privilegiosEl hijo adoptado también es heredero de su Padre y Coheredero con sus demás hermanos, al enfocarnos en la Palabra de Dios el apóstol Pablo afirma

“Y si hijos,también herederos;(A) herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. Romanos 8:17

Análisis de palabras y frases significativas:

Heredero: leronomos denota literalmente a uno que obtiene una suerte o porción (kleros , suerte; nemomai , poseer), especialmente de una herencia. Su utilización en el NT puede analizarse bajo los siguientes apartados:

  • la persona a quien debe pasar la propiedad a la muerte del propietario (Mateo 21:38 ; Marcos 12:7; Lucas 20:14 ; Galatas 4:1);
  • uno a quien Dios le ha asignado algo, no habiendo entrado aún, sin embargo, en posesión de aquello, como Abraham (Romanos 4:13-14; Hebreos 6:17); Cristo (Hebreos 1:2); los santos pobres (Santiago_2:5);
  • los creyentes, por cuanto tienen parte en el nuevo orden de cosas que será introducido a la vuelta de Cristo (Romanos 8:17; Galatas 3:29; 4:7Tito 3:7);
  • uno que recibe algo no por sus méritos, como Noé (Hebreos 11:7)» (de Notes on Galatians por Hogg y Vine, pp. 177-178).

Coheredero: sunkleronomos, coheredero (sun , con, y k1eronomos , heredero). «Se usa de Isaac y de Jacob como participantes con Abraham de las promesas de Dios (Hebreos11:9); de marido y mujer unidos juntamente a Cristo (1 Pedro 3:7);

De los gentiles que creen, participantes del evangelio juntamente con los judíos que creen (Efesios 3:6); y de todos los creyentes como futuros participantes con Cristo en su gloria, como recompensa por haber participado en sus sufrimientos (Romanos 8:17)» (de Notes on Galatians , por Hogg y Vine, p. 178).

Ser hijos adoptivos de Dios nos convierte en herederos

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo. Por un argumento derivado de las cosas conjuntas o subsecuentes demuestra que nuestra salvación se basa en que tenemos a Dios por Padre.

La herencia está destinada a los hijos, y habiéndonos Dios adoptado como hijos nos ha concedido, por tanto, su heredad. Después da a entender tácitamente que esta herencia es celestial y por tanto, incorruptible y eterna, como ha sido manifestada en Cristo.

Por esta manifestación toda certidumbre es quitada, mostrándose la excelencia de la herencia en la cual participamos con el Hijo único de Dios.

La intención de San Pablo es, como se verá mejor después, exaltar por alabanzas magníficas la herencia que nos ha prometido, para que teniendo en ella nuestro gozo despreciemos con valor todos los atractivos del mundo y soportemos pacientemente todas las pesadumbres.[7]

Cuando pensamos en herencia, tal vez se viene a la mente un bien material, pero en Dios esa herencia es espiritual y eterna, son las riquezas de su gracia, nos ha dado la potestad de ser hechos su hijos (Juan 1:12) no engendrados de sangre y voluntad de carne sino por la voluntad soberana de Dios.

Nos ha dado el don de la fe salvífica con la cual nos ha declarado justos al imputarnos su justicia perfecta perdonándonos nuestros pecados y la condenación que sobre ello merecíamos, nos ha dado la vida eterna, la comunión con el Padre, ha puesto su presencia en nosotros por medio de la persona del espíritu Santo y en el futuro.

Al ser hijos adoptivos de Dios seremos glorificados

Si empero padecemos juntamente con El, para que juntamente con El seamos glorificados. Se explica este pasaje de diversas maneras; pero me agrada más este significado que todos los demás:

Que somos coherederos de Cristo, porque le seguimos y tomaremos posesión de la herencia por el mismo camino que El siguió. Así el Apóstol Pablo hace mención de Cristo, se ha abierto paso para dar lugar a esta exhortación del modo siguiente:

La herencia de Dios es nuestra porque somos por su gracia adoptados como hijos suyos.Para que no dudemos de esta posesión, Dios la puso en manos de Cristo, de quienes somos hechos copropietarios y algo así como compañeros.Cristo tomó posesión de ella por la cruz, y nosotros también. [8]

  • Como hijos adoptivos son marcados con el nombre de Cristo

Hago memoria de un proceso de adopción que presencie muy de cerca, primeramente a los padres adoptantes se les pidió que cumplieran con una serie de requisitos económicos, psicológicos y de cierta manera religiosos, se les pidió fotos de su grupo familiar, no se les permitió ver al niño en adopción hasta el momento en que fue entregado a su nueva familia.

En ese momento él bebe adoptado por esta familia traía su antiguo nombre pero venían todos los documentos para que de manera inmediata se le cambiara su nombre por el nombre que eligieran sus padres adoptivos pero recibiendo el apellido paterno y materno de sus nuevos padres.

Este acto lo calificaba como un hijo amado por sus padre y así de  maravilloso es Dios que también nos marca con un nombre: Somos “Cristianos” y en un futuro glorioso también se nos dará un nuevo nombre tal como lo dice Apocalipsis 3:12

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo,(F) de mi Dios, y mi nombre nuevo.”

Llama la atención la frase “mi nombre nuevo”, actualmente incomunicable, y sólo conocido por Dios: para ser revelado más allá y hecho propio del creyente en unión con Dios en Cristo. El nombre de Cristo escrito sobre el creyente, denota que él es del todo de Cristo.[9]

  • Recibimos por gracia el Espíritu de adopción.

En el tiempo antiguo había varias clases de personas estaban los esclavos, los libres, los primeros eran despreciados, eran esclavos por nacimiento o por ser prisioneros de guerra y eran forzados a penosos trabajos.

Los segundos estaban en una categoría superior a los primeros y eran extranjeros residentes que gozaban de ciertos privilegios limitados por la ley, pero ninguno se comparaba con el de la condición de hijo tal como Pablo lo relata en Romanos 8:15 

«Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

  • No hemos recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor.

El espíritu de esclavitud habla de aquella condición caída del mismo hombre que le hace tener miedo de Dios (v. 15), y temer a la muerte (Hebreos 2:15); de la condición en que se estaba bajo la ley mosaica (Galatas 4:24; 5:1). (Diccionario Vine, NT.)

Al pensar en las demandas de la ley mosaica nos damos cuenta que era imposible en nuestra condición caída cumplirla esto nos provoca un tremendo temor ya que la paga del pecado es muerte.

Pero al mismo tiempo esa ley nos hace vernos condenados pero no se queda allí sino que nos lleva a Cristo en el cual encontramos la salvación para nuestra condición destituida de la gloria de Dios.

  • “sino que habéis recibido el espíritu de adopción.”

Al contrario del espíritu de esclavitud que estaba sujeto a la esclavitud de la ley ahora hemos recibido el espíritu de adopción por medio del evangelio de la gracia el cual nos hace hijos de Dios por gracia.

Y nos da la certidumbre que nuestros pecados han sido perdonados, todas nuestras deudas han sido canceladas para lo cual nos referimos a Colosenses 2:13-14

“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz»

Estábamos muertos “Necros”  a causa de nuestros pecados “Error intencional o transgresión voluntaria” y además en un estado judicial de culpa llamado “incircunsicion” que producía en nosotros una condición sin esperanza alguna que es la condición moral en la que siguen operando los corrompidos deseos de la carne (Colosenses 2:13)

Y cuyo registro estaba confinado en un manuscrito llamado “acta de decretos” que en base a la ley nos era contraria porque nos condenaba, Dios en su inmensa gracia anula esa acta perdonando nuestros pecados, quitándola de en medio ya que la llevo a la cruz del calvario.

Maravillosa gracia que para ser hijo adoptivo de Dios lo único que pudimos ofrecer fueron nuestros pecados y el nos dio de su gracia.

  • Al ser hijos adoptivos se nos capacita para clamar Abba Padre.

Abba, que quiere decir “padre”, era usado originalmente por los niños más pequeños.

Más tarde su uso se hizo mucho más generalizado. Se trata precisamente de la misma palabra proferida también por Jesús cuando, en profunda agonía, él descargó su alma ante su Padre celestial en el huerto de Getsemaní (Marcos 14:36).

En esta palabra la ternura filial, la confianza y el amor encuentran su expresión combinada.[10]

Es una realidad de infinito valor saber que en esta vida llena de imperfecciones, sufrimientos e impotencias tenemos un Padre eterno, omnipotente, omnisciente, Santo, Justo, Misericordioso que nos ha tomado por sus hijos en Cristo Jesús y al cual tenemos acceso por Cristo mismo al ser El; el camino y la verdad y la vida.

Y que además ha prometido estar siempre con nosotros esforzándonos, prevaleciendo en nuestra vida para que podamos caminar en santidad y que vino a hacernos sus hijos para siempre tal como lo dice el apóstol Pablo en Romanos 8:1,35-39

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.»

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

  ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Ya no hay condenación para los hijos de Dios por tanto ya no hay temor ni esclavitud, y su amos hacia sus hijos es para siempre y no depende de nosotros ni de la condición o circunstancias que estemos viviendo sino de su infinita gracia y misericordia.

Debemos tener y la tenemos la seguridad que nunca nos desamparara ni desechara como algunos casos que se ven en la adopción humana en la cual hay padres adoptivos que al ver que el niño tenía defectos físicos o de parecer lo devuelven.

Gloria a Dios que El nunca nos desechara porque nos llamó sus hijos para siempre, Lamentaciones 3:31  Porque el Señor no desecha para siempre;”

  • El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Hay una sola palabra griega que equivale a estas tres: Da testimonio juntamente.

Por eso no dice que el Espíritu de Dios sirve de testigo a nuestro espíritu, sino que el Espíritu de Dios da testimonio, porque nuestro espíritu, admitiéndole como guía y maestro ,cree que la adopción de Dios es cierta.

Nuestra inteligencia jamás nos sugeriría esta confianza por sí misma y sin que el testimonio del Espíritu la impulsara a ello.

Además, aquí existe una explicación de la frase precedente,  pues al atestiguar  el Espíritu que somos hijos de Dios ,pone al mismo tiempo en nuestros corazones una seguridad tal que nos impulsa a invocar a Dios como Padre.

Y en efecto, nada hay que pudiera incitarnos a hablar más que la firme seguridad del corazón, y si el Espíritu Santo no nos diera testimonio del amor paternal de Dios no podríamos orar.

Porque es menester no olvidar este principio: que no podemos orar a Dios más que si al llamarle Padre estamos también persuadidos de que lo es.[11]

No podríamos orar tal como el nos lo enseno “Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre…..” si no fuésemos sus hijos adoptivos.

  • Al ser hijos adoptivos, somos protegidos, cuidados por nuestro Padre.

Tal como nuestro Señor Jesucristo lo dice en el sermón del monte en Mateo 6:31-32

” No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.»

No solo provee las riquezas de su gracia en Cristojesús sino que también provee para nuestro sustento en este mundo, nunca nos ha decepcionado y provee mas allá de lo que imaginamos o entendemos por eso como hijos no debemos caer en la desesperación ni en la angustia

Ni sentirnos derrotados ya que como perfecto Padre conoce nuestras necesidades y llega siempre en el tiempo oportuno para proveernos lo que el llama añadidura. Por tanto busquemos siempre la comunión con el por medio de una vida de entrega y devoción, tal como el lo manda en

Mateo 6:33  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas

.Nuestro enfoque debe de estar en Cristo, su palabra y su obra, no en las necesidades porque seriamos como malos hijos de aquellos que se acercan a sus padres solo por lo material no porque disfruten su compañía ni porque se deleiten en su palabra.

Y cuando no les da lo material le dan la espalda y parece como si nunca lo hubiesen conocido, por tanto deleitémonos en su presencia, en su palabra y en la congregación de todos sus hijos.

  • Somos castigados por Él, como por un buen Padre,

Porque el Señor al que ama, disciplina,  Y azota a todo el que recibe por hijo.(A) Hebreos 12:6.

Dios como buen Padres dispone de uno de los medios de gracia lleno de amor y de efectividad para corregirnos y hacernos bien aunque hasta este día nadie hemos visto con buenos ojos la disciplina pero si no fuera por esa muestra y acción de amor de Dios hacia sus hijos hace ratos que nos hubiésemos perdido y probablemente nuestra deformidad espiritual seria penosa.

Pero fiel es Dios que primeramente nos instruye en su Palabra así como se instruye a un niño ya que en de la vida pasada veníamos viciados en el hombre viejo, en muchos  delitos y pecados, y con paciencia por medio del Espíritu Santo nos va edificando con su Palabra.

Y cuando nos equivocamos nos corrige y si persistimos nos azote, y que duele los azotes de Dios pero cuando pienso que no es para destruirme sino para conformarme a su imagen, no puedo dejar de decir Gracias Señor por tu disciplina.

Dios no nos castiga, porque Jesús ya recibió nuestro castigo.Nosotros recibimos su disciplina, no su castigo.Además, debemos aceptar la reprensión, la disciplina y los correctivos de Dios como evidencias de su amor por nosotros. Si lo hacemos, demostramos que verdaderamente nosotros somos sus hijos y, a consecuencia de ello, crecemos en la fe y en la confianza.

Conclusión:

Terminamos este estudio haciendo referencia a la Pregunta 33 Catecismo Heildelberg. ¿Por qué se llama a Cristo el Unigénito Hijo de Dios, si nosotros también somos hijos de Dios?

Respuesta:

Porque Cristo es Hijo Eterno y natural de Dios (Juan.1.14, Hebreos 1:1-2, Juan 3.16, 4:9, Romanos 8.32), nosotros hemos sido adoptados por gracia como  hijos de Dios por amor a Él (Romanos 8:16, Juan 1:12, Galatas 4:6, Efesios 1:5-6.)

 

 

[1] Comentario a la pistola a los Romanos, Willian Hendriksen, pag.183,184.

[2]http://es.slideshare.net/toonintorres/derecho-romano-control-de-lectura-84

[3] Doctrina Biblica, Wyne Gruden, pag.323.

[4] Sotereologia, chales Hodge, Pag. 379.

[5]Murray, Redemption Accomplished and Applied, p. 132.

[6] Efesios, las riquezas de su gracia, Pr. Julio Cesar Benítez, Pag.22.

[7] Comentario a la Epístola a los romanos, Dr. Juan Calvino, Pag.138.

[8] Idem.

[9] Comentario Biblico a Apocalipsis, JFG, Apoc. 3.12.

[10] Diccionario Vine, NT.

[11] Comentario a la Epístola a los romanos, Dr. Juan Calvino, Pag.140.

 

[12] Comentario a Hebreos, Simón J. kistemater  , pag.343.