Importancia de Meditar en la Palabra de Dios.


Esta importancia se deriva de un hecho fundamental: solo por medio de la Palabra llegamos al conocimiento del Dios de la Palabra. Es en la meditación de la Palabra de Dios que podemos llegar a ser hombres y mujeres piadosos y felices. ¿Por qué?[1]:

  1. La Palabra nos enseña:

Nos enseña el camino de la santidad y nos permite ser creyentes que viven apartados del pecado, (Salmo 1:1)

2. La Palabra es nuestra norma de vida

Y nos lleva a ser hombres y mujeres con sus intereses centrados en la Biblia, (Salmo 1:2)

3. En la Palabra hay bendición

Meditar y obedecer la Palabra nos hace prosperar, somos favorecidos por la bendición de Dios, (Salmo 1:3)

Salmo 1:2  Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.

Será en la segunda parte de esté versículo 2 que centraremos nuestra reflexión. [2]

El que con frecuencia piensa en Dios, tendrá una mente más amplia que el hombre que se afana simplemente por lo que le ofrece este mundo estrecho. Un mundo que todo lo desvirtúa, todo lo presenta de manera fascinante, pero todo es fachada solamente.

Es por esa falacia del mundo que el conocimiento acerca de Dios tiene una importancia crucial para el desarrollo de nuestra vida. Solo con este conocimiento podremos ver la realidad cruel que el mundo ofrece

Para los que no saben nada en cuanto a Dios, este mundo se torna en un lugar extraño, loco y penoso, y la vida en él se hace desalentadora y desagradable.

El que descuida el estudio de Dios se sentencia a sí mismo a transitar la vida dando tropezones y errando el camino como si tuviera los ojos vendados, por así decido, sin el necesario sentido de dirección y sin comprender lo que ocurre a su alrededor.

Quien obra de este modo ha de malgastar su vida y perder su alma. No encontrara felicidad ni aquí en esta tierra perecedera ni allá en la eternidad. Habrá fallado en las decisiones más importantes que todo hombre debe tomar.

  1. Cómo determinar la importancia de meditar en la Palabra de Dios

Para poder establecer dónde encontrar o dónde cifrar la importancia de meditar en la Palabra, es necesario que comprendamos primero cuán importante es conocer a Dios y su Verdad

Esta comprensión solamente es posible cuando hemos experimentado la vida sin Dios, lo doloroso del engaño del mundo y del poder destructor del pecado en nuestra vida. Cuando hemos saboreado la frustración y la impotencia humana.

Es así como encontramos al salmista queriendo entender las verdades divinas con el fin de que su corazón pudiera responder a ellas y que su vida se fuese conformando a esas verdades, que su vida fuese una vida nueva, diferente, transformada.

Esa necesidad en el corazón del salmista, es la misma necesidad nuestra; tanto él como nosotros debemos avanzar en el conocimiento de Dios, ya no solo “saber algo acerca de Él” sino llegar al conocimiento de Él.

La pregunta es ¿Cómo lo hacemos? Cómo podemos llegar al conocimiento de Dios, de manera tal que podamos descansar y esperar confiadamente, que podamos dejarnos guiar por su Palabra y desarrollar la certeza de que todo está en Él.

  • ¿Cómo podemos transformar el conocimiento “acerca de Dios” en “conocimiento de Dios”?

La regla para llegar a ello es exigente, pero simple. Consiste en que transformemos todo lo que aprendemos acerca de Dios en tema de meditación delante de Dios, seguido de oración y alabanza a Dios.

Todo aquello que escuchamos en la predicación cuando nos congregamos, debe ser una información de Dios que no debe quedarse solamente en nuestra mente como un conocimiento nada más.

Todo eso que llegamos a saber de Él por medio de su Palabra, debe servirnos para reflexionar, meditar, contemplarlo en nuestro corazón hasta el punto de llevarlo a hacerlo vida en nuestro diario vivir.

Todo ese conocimiento del Dios altísimo que llegamos a tener debe renovar nuestra mente, generar conflicto en nuestro corazón, transformar nuestra vida y convertirnos en un testimonio claro de su obra  y señorío.

  1. Cómo entender la importancia de meditar en la Palabra de Dios

Quizá tengamos alguna idea acerca de lo que es la oración, pero no en cuanto a lo qué es la meditación. Es normal que así sea por cuanto la meditación es un arte que se ha perdido en el día de hoy, y los creyentes sufren gravemente cuando ignoran dicha práctica.

La meditación es una actividad que consiste en:

Meditar es recordar, pensar y reflexionar sobre todo lo que uno sabe acerca de las obras de Dios

¿Qué debemos saber de la obra de Dios en la vida de nosotros?

  • El proceder de Dios

Cómo procede Él ante las diferentes circunstancias que enfrentamos,

  • Los propósitos de Dios

Cada vez que somos sometidos a pruebas, dificultades o situaciones de vida que no comprendemos

  • Y las promesas de Dios

Esas promesas a las cuales aferrarnos para tener la fortaleza y valentía que nos permita avanzar en la vida cristiana,

  • Para aplicarlo

Todo ese conocimiento que adquiriremos, lo recordaremos, lo reflexionaremos y lo llevaremos a la aplicación para uno mismo.

Meditar es la actividad del pensar consagrado:
  • Concientemente

Es decir, que se realiza concientemente en la presencia de Dios,

  • Al descubierto

Una actividad que se desarrolla siempre a la vista de Dios,

  • No en nuestras fuerzas

Sino con la ayuda de Dios,

  • Como un medio

Como un instrumento o medio que nos lleve a la comunión con Dios.

Meditar es una actividad con finalidad

El meditar tiene como fin aclarar la visión mental y espiritual que tenemos de Dios y permitir que la verdad de la misma haga un impacto pleno y apropiado sobre la mente y el corazón.

Meditar es una actividad que nos hace mirar hacia adentro

Se trata de un modo de hablar “musitar” consigo mismo sobre Dios y uno mismo; más aun, con frecuencia consiste en discutir con uno mismo, a fin de librarse de un espíritu de duda, de incredulidad, para adquirir una clara aprehensión del poder y la gracia de Dios.

Meditar es una actividad que genera un efecto

Tiene como efecto invariable el humillamos, cuando contemplamos la grandeza y la gloria de Dios, y nuestra propia pequeñez y pecaminosidad, como también alentarnos y darnos seguridad -«consolarnos»,

Para emplear el vocablo en el antiguo sentido bíblico del mismo- mientras contemplamos las inescrutables riquezas de la misericordia divina desplegadas en el Señor Jesucristo.

  1. La importancia de meditar en la Palabra de Dios: nos permite formarnos la idea exacta de la grandeza de Dios

¿Cómo podemos formamos una idea exacta de la grandeza de Dios? La Biblia nos indica dos pasos que debemos dar con este fin.

  • Primero: Eliminar

Eliminar de nuestros pensamientos sobre Dios limitaciones que puedan empequeñecerlo.

  • Segundo: Comparar

Compararlo con poderes y fuerzas que nos parecen grandes.

Para lograr una mejor claridad de cómo alcanzar a  dimensionar la grandeza del Dios de la Palabra, vamos a meditar en el salmo 139. Es indudable que este Salmo enseña a conocer grandes atributos de Dios:

  • La omnisciencia (1–6)

Para el salmista Omnisciencia es el conocimiento completo que Dios tiene de mí;

  • La omnipresencia (7–12),

La omnipresencia es la realidad de Dios conmigo en todo lugar

  • La creatividad (13–18)

Es ver y maravillarse en el Dios creador y en el derecho de propiedad soberana que Dios tiene sobre cada parte de mí

  • Y la santidad (19–24) del Señor,

El atributo de santidad refleja la voluntad de Dios de que yo sea como Él.

El Salmo no fue escrito por alguien que quiere escaparse de este Dios si pudiera, o huir de Él al considerarse pecador, sino que fue escrito por alguien que sabe que no puede escapar y no tiene por qué lamentar esa verdad.

  1. La importancia de meditar en la Palabra de Dios: Un ejercicio diario

Al igual que el salmista nosotros también podemos meditar diariamente en la grandeza de nuestro Dios, y deleitarnos en cada uno de sus atributos:

  • Omnisciencia de Dios.

Dijimos que Omnisciencia de Dios es  el conocimiento completo que Dios tiene de todo cuanto existe, pero de manera especial, el conocimiento que tiene de mí. Así se pueden hacer varias declaraciones de esta maravillosa Verdad.

a. La declaración general

Salmo 139:1  Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.

Cuando dice “tú me has examinado”, el salmista nos está diciendo la forma cuidadosa y detenida con que Dios mira en nuestro interior. Así Él nos examina íntimamente, nos escudriña en el interior. Y esto es posible porque Él vive en nosotros.

Nos examina tan cuidadosamente que puede conocer todos detalles o puede descubrir hasta lo más intimo de nuestro ser, nuestro pensamiento, nuestras intenciones, aún, la palabra no pronunciada, Él ya la conoce.

Está es una verdad de Dios que nos puede agobiar, pero cuando estamos dispuestos a someternos a su señorío, es una cualidad que nos llena de paz, pues sabemos que Él sabe todo de nosotros, que no hay nada que podamos ocultar.

Sí el Él lo sabe todo de mí, y aún así me ama, me acepta y me llama su hijo, entonces estamos bajo la cobertura del mejor Padre que podamos tener, y de la mayor y más maravillosa experiencia de amor que podamos vivir.

b. Actividades externas y pensamientos internos.

Salmo 139:2  Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.

(DHH C* 2002*)  tú conoces todas mis acciones; aún de lejos, te das cuenta de lo que pienso.

No conoce solo lo que hay dentro de mí, sino también su Omnisciencia le deja ver todo cuanto hacemos “mi sentarme y mi levantarme”. Conoce nuestros proyectos de vida, nuestras  rutinas diarias, las veredas que andamos y los atajos que tomamos.

¡Todo está bajo el ojo de Dios¡

c. Acciones y estilo de vida cotidianos.

Salmo 139:3  Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.

(NVI 1984)  Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares.

Saber que Dios tiene tan profundo conocimiento de nosotros y nuestra forma de vida es maravilloso, nos da la certeza de que todo cuanto acontezca está bajo el conocimiento del Dios todopoderoso.

d. Pensamientos no expresados.

Salmo 139:4  Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

(NVI 1984)  No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú,  Señor,  ya la sabes toda.

e. Todo está bajo el control divino y para protección nuestra.

Salmo 139:5  Detrás y delante me rodeaste,  Y sobre mí pusiste tu mano.

(BAD)  Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.

El conocimiento de Dios sobre nosotros no es un simple conocimiento, sino, un conocimiento con propósito. Al saber todo de nosotros Él nos toma en su mano, nos rodea completamente, detrás y delante,  nos envuelve por completo y quedamos bajo su completo cuidado.

Salmo 139:6  Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;  Alto es, no lo puedo comprender.

No podemos menos que maravillarnos al saber la profundidad del conocimiento divino, la profundidad del amor del Padre, la grandeza de su poder y es tan alto que no lo podemos entender!¡

  • La Omnipresencia de Dios

No hay límites para la presencia activa de Dios con nosotros.

Salmo 139:7-10  ¿A dónde me iré de tu Espíritu?  ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú;  Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

Si tomare las alas del alba  Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.   Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;

 Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti,  Y la noche resplandece como el día;  Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

La palabra “asirá” (ajaz H270), “agarrar”, muestra el cuidado de Dios. El salmista no quiere huir de la presencia de Dios; sabe que en cualquier situación, aun la que parezca oscura, Dios lo “agarra”, lo sostiene y lo guía.

Dios quiere que nosotros tengamos esta misma confianza en Él.[3] Que no nos dé temor el hecho de saber que Dios está en todas partes, que no hay lugar donde podemos ocultarnos de Él. Sino por el contrario, que nos seguridad y confianza esa verdad.

Dios está en todas partes, en la luz que produce una vida de obediencia a su Palabra y en la obscuridad que produce miseria, muerte, tristeza, maldad e ignorancia, que es justamente de donde nos saco el Señor.

  • Dios soberano y creativo.

Dios es el creador de todo cuanto existe, del cielo y de la tierra, de las alturas y las profundidades, de todo cuanto respira, ¡Él es nuestro creador¡

a. Alabamos a Dios por las cosas grandes pero también por las pequeñas.

Salmo 139:13-16  Porque tú formaste mis entrañas; (Riñon) Tú me hiciste en el vientre de mi madre.  Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;  Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas,  Sin faltar una de ellas.

“En tu libro… escrito” (v. 16) es un concepto que vemos a través de la Biblia. En el mundo antiguo, lo que era importante para recordar fue puesto por escrito. Así que esa expresión nos deja ver que Dios no olvida ningún detalle de nuestra vida; todos están registrados

Quizá nos preguntemos ¿será un registro literal o en la memoria de Dios? [4] y probablemente esta respuesta no la encontremos, pero sin tendremos la certeza que sea literal o en la memoria de Dios, ¡todo está registrado¡

b. Sus pensamientos son a favor nuestro.

Salmo 139:17-18  ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!  Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.

Dios no desea mal para nosotros, somos sus hijos, sus elegidos, por quienes mando a Jesucristo a morir. Si Dios piensa en nosotros, su pensamiento y su voluntad siempre será para hacernos bien.

  • La santidad del Señor

El salmista reconoce su vieja naturaleza. Cuando reconocemos lo que somos y lo que hemos sido, estamos siendo sinceros y humildes delante de Dios.

Salmo 139:23-24  Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

Es de valientes ponernos delante de Dios y clamar para ser examinados por Él, y más aún para pedir que nos someta a prueba para exhibir nuestros pensamientos, nuestra pecaminosidad, todo aquello que para nosotros es oculto, pero que a sus ojos es visible.

Y de mayor valentía, cuando sabemos que hay pecado en nosotros que aún no hemos podido erradicar, o pecados que aún no hemos podido reconocer, o pecados en los cuales, aún nos deleitamos, en lo oculto, en la intimidad.

Pero es hermoso cuando hacemos eso, y sabemos que la gracia, la misericordia y el infinito amor de Dios, quitará de nosotros todo camino de perversidad y nos guiara la verdad, a la santidad y a su promesa de vida eterna.

Conclusión

La importancia de meditar en la Palabra de Dios se deriva de la misma importancia que tiene el conocer a Dios. Será solamente a fuerza de meditar en su Palabra, que podremos llegar a un conocimiento certero de quién es Dios

Solamente el conocimiento de Dios nos permite llevar una vida de paz y gozo, una vida de santidad y gratitud, una vida apartada del mal y de la destrucción y contaminación que produce el pecado y las mentiras de un mundo caído.

Así como oramos y alabamos al Señor, también debemos desarrollar el habito de meditar en la Palabra de Dios, deleitarnos en Su presencia y en su verdad, para interiorizar la grandeza del eterno e infinito poder de Dios para aquellos que le buscamos.

Palabras significativas:

Tinieblas: kjoshék; oscuridad; de aquí, (literalmente) tinieblas; figurativamente miseria, destrucción, muerte, ignorancia, tristeza, maldad:- oscuridad, oscuro, sombrío, tenebroso, tiniebla.

  

[1] Manual Bíblico de Unger, Salmo 1, pág. 279.

[2] Extracto de “Hacia el conocimiento de Dios, J I. Packer, cap. 1 y 2.

[3] Comentario Bíblico Mundo Hispano. Salmo 139:10.

[4] Comentario mundo hispano, Salmo 139:18.