IV. La Misión de Dios en Jesucristo.

En un pesebre en Belén, nació un niño llamado Jesús. Pero su nacimiento no fue un nacimiento cualquier. Al contrario, fue acompañado por señales y mensajes divinos.

Una virgen, llamado María, fue elegida para dar a luz a un hijo varón, pero el hijo nacería por el poder del Espíritu Santo de Dios y el santo ser sería el Hijo de Dios.

Por igual, la profecía de Zacarías proclamó que el niño se sentaría en el trono de David (Lucas 1:32) y que cumpliría las promesas del santo pacto hecho por Dios con Abraham (1:73). En Jesucristo nos es revelado quien es el rey de gloria que esperaban con tanta ansiedad los antiguos profetas.

Por fin la misión de Dios en la creación, de establecer orden y vida en la creación por medio del dominio del ser humano dada expresión en amor sacrificial, se cumpliría. Jesús restauraría todas las cosas y nos pondría otra vez en el camino hacia la bendición.

  1. Jesucristo y el pacto con David.

Primero, vemos que Jesús cumplió las promesas hechas en el pacto de Dios con David. Como vimos, Dios prometió que de sus entrañas saldría un hijo varón quien se sentaría sobre su trono.

Además, Dios establecería su reino para siempre. Y así fue. Jesucristo es el descendiente de David (Mateo 1:6). Él se sentó en el trono a la diestra de Dios (Hebreos 8:1), y todas las cosas le han sido sujetadas (Efesios 1:20-22).

Y su reino será para siempre (Apocalipsis 11:15). En él fue restaurado el dominio sobre todas las cosas (Mateo 28:18), porque sólo él vivió por el perfecto amor sacrificial.

  1. Jesucristo y el pacto  con  Moisés .

Jesucristo recibió el reino del padre porque cumplió perfectamente con su voluntad. Jesucristo no vino a la tierra «para abrogar la ley o los profetas, sino para cumplir» (Mateo 5:17). El «no conoció pecado» (2 Corintios 5:21).

Sólo Jesús guardó sin excepción ninguna, la ley de Dios. El «no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca» (1 Pedro 2:22). Jesucristo cumplió todas las condiciones del pacto de Moisés, obedeciendo a Dios en todas las cosas, y así ganó por sí mismo todas las bendiciones del pacto.

Él reflejó puramente el orden de Dios en santidad, para así llegar a ser la fuente de toda vida. Él fue rey, y sacerdote (Hebreos 7:1-17).

Así cuando oímos las palabras de Éxodo 19:5-6, «Si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro. . . y vosotros me seréis un reino de sacerdotes,» entendemos que estas palabras encontraron su cumplimiento en la persona de Jesús.

  1.   Jesucristo y el pacto con Abraham

Pero como vimos antes, el pacto con David y el pacto con Moisés eran establecidos para cumplir con el pacto con Abraham. Y así fue.

Jesucristo, como rey y como fiel cumplidor del pacto, también recibió las promesas de Abraham. Por medio de Jesús, todas las naciones reciben la bendición de Dios. Como dice Gálatas 3:13-14:

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo él que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

La bendición viene por medio de orden y vida, dada expresión por medio del amor sacrificial. Por medio de su amor, Jesús ahora nos llama a establecer orden y vida en su creación. Y este amor nos llega ahora por medio del Espíritu Santo de Jesús.

Nosotros mismos carecemos de  la capacidad de cumplir la ley, de establecer el orden de Dios, y de producir vida. Pero por medio del Espíritu de Dios, dado a los que creen en Cristo Jesús, recibimos poder de lo alto para llenar perfectamente los requisitos divinos en Cristo Jesús.

  1. Jesucristo y el Nuevo Pacto

Jesús cumplió todas las condiciones de todos los pactos que Dios había establecido con el ser humano, y a base de su cumplimiento perfecto, él ha recibido todas la bendiciones de todos los pactos. Pero Jesús también habla del «nuevo pacto» en Mateo 26:27,

 «Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.»

En el nuevo pacto, Jesús extiende las bendiciones de todos los antiguos pactos a todos los que creen en él. Por medio de Jesús nuestros pecados son perdonados y recibimos nueva vida. Veamos ahora lo que esto implica para la iglesia

Preguntas para reflexionar:.

22. Cómo cumplió Jesús el pacto con David?

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23. Y con Moisés?

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24. Y con Abraham?

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25. Cómo llegamos nosotros a participar en las bendiciones del pacto?

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26. Como cumplimos nosotros la misión de Dios por medio de Jesús?

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  1. El Comienzo del Cumplimiento de la Misión de Dios: el Libro de Los Hechos.

Los apóstoles, los recipientes directos de la Gran Comisión, comenzaron a cumplir lo que era el propósito de Dios desde el principio, pero que fue olvidado por el pueblo de Israel: la extensión de su reino y su gloria por toda la tierra, a todos los habitantes.

Al principio, los mismos apóstoles no obedecieron la orden de «ir». Se quedaron en Jerusalén. Pero por causa de la persecución, salieron y predicaron el evangelio en Judea, Samaria, y más allá. Y lo que les esperaba era una sorpresa.

Pedro fue uno que fue sorprendido por la gracia de Dios hacia los gentiles, cuando el centurión romano recibió el Espíritu Santo. El apóstol no había contemplado esta posibilidad, que aun los gentiles iban a llegar a formar parte del pueblo de Dios. Pero, en Hechos 10:17, dice,

«Si Dios pues les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, quién era yo que pudiese estorbar a Dios?«

Éste es el tema dominante del libro de los Hechos: la extensión del reino y la gloria de Dios a los gentiles, a pesar de objeciones de los seguidores originales de Jesús. Se ve varias veces desde varios puntos, pero todo sigue para cumplir este propósito.

El apóstol Pablo se denomina «el apóstol a los gentiles» luego de experimentar el rechazo de los judíos, pueblo tras pueblo. Vea Hechos 13:46-49

Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.

Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: ‘Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.'(cita de Is.42:6 y 49:6)

Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Y la palabra del Señor se difundía por toda aquélla provincia.

Así sigue el libro de los Hechos, hasta el capítulo 28 en el cual encontramos a Pablo en Roma, la cuidad capital del mundo conocido y del imperio. Él estaba predicando, y el reino de Dios se extendía.

  1. La Visión Futura del Cumplimiento de la Misión de Dios: el Libro de Apocalipsis.

De qué manera mejor pudiera captar la visión y esplendor del plan de Dios para su creación a través de la historia, excepto la que vemos en el libro del cumplimiento, el libro de Apocalipsis. Aquí encontramos una entrada, un vistazo de la realidad de lo que Dios tiene preparado para realizar su misión.

En el escenario incomparable del reino eterno de los cielos, vemos este cumplimiento en su plenitud. Capítulo 7, versículos 9 y adelante presenta «una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas…»

No debemos estar sorprendidos como fue Pedro al ver la escala y magnitud del cumplimiento de Dios, porque no está lejos de la revelación del plan de Dios a través de la Biblia. Ya hemos visto la realidad de este plan en muchos pasajes.

En el contexto de la bendición futura del remanente del pueblo de Israel, Isaías 66:18 a continuación explica la bendición futura que Dios tenía preparada para las naciones.

«Tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán y verán mi gloria. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud,

… a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.»

Preguntas para reflexionar:

  1. ¿Cuál propósito de Dios fue olvidado por del pueblo de Israel, que luego comenzó a ser cumplido por los apóstoles?
  2. ¿Cuál sorpresa bíblica puede ser repetida en el cielo?

 

Fuente consultada:

Este estudio es un extracto de “Un Estudio sobre la misión de Dios” de El Instituto Bíblico Reformado por Juan Medendorp

 

 

 

 

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